⁷ 𝘤𝘰𝘴𝘢𝘴 𝘮𝘢𝘭𝘢𝘴.
THE AMAZING TEAM RED.
NOVIEMBRE 2014, JUEVES 6.
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Gwen comenzó a jugar con sus manos mientras pensaba en Peter.
Se encontraba en el taxi que la llevaría al aeropuerto para partir rumbo a Inglaterra. Y a pesar de que la decisión la tuviera destrozada, quería hacerlo, porque sabía que sería bueno para su futuro y en cierta parte para Peter también.
—¡Es el Hombre Araña! Oh, también está ese chico Deadpool. Entonces es el Equipo Rojo—El taxista sacó de sus pensamientos a Gwen, quien miró a través de la ventana y efectivamente, el recién mencionado estaba en el puente de Roosevelt, pero no se podía ver con claridad lo que hacía ahí.
—Pare, por favor —alcanzó a decir la rubia con una sonrisa.
—Linda, ¡ni siquiera me muevo! —habla el canoso debido al tráfico que había. Por lo que ella no dudó en abrir la puerta del auto y bajarse para ver desde lejos el puente al igual que otras personas.
Llegó hasta la baranda que aislaba el agua de la tierra y sonrió al leer lo que el arácnido había hecho en las cuerdas que sostenían el puente.
"Te amo" se leía a lo largo del puente, pero Gwen no pudo evitar reír al ver un pequeño cartel a su lado que decía "Deadpool también", siendo sostenido por el mercenario, quien se sostenía de la pared gracias a un cuchillo.
Gwen se volteó al ver que Peter venía con su traje puesto, colgado de una telaraña para tomarla en brazos. Segundos después, la rubia abrió sus ojos y notó que estaba sobre el puente con Peter tomándola fuertemente de la cintura.
Ella quitó su máscara y sonrió tomando su cuello algo asustada de caerse, pero sabía que si caía, Peter estaría ahí para salvarla.
—Hola —la saludó con una sonrisa el castaño.
—Hola —contesta ella con algo de dificultad debido a su respiración acelerada.
—¿Recibiste mi mensaje? —la rubia rió.
—¿Qué mensaje?
—El mensaje de allá —murmura Peter esta vez algo asustado, eso le hizo reír más a ella.
—Ah, ese. ¿Fuiste tú? —él unió sus frentes—. No entendí que decía —se hizo la desentendida.
—Te diré que decía. Dice te amo —pausó, mirándola directo a los ojos—. Porque te amo —la sacudió, haciéndole reír—. Y no te ofendas, pero te equivocas. En que estamos en caminos separados.
Ella tomó la mejilla de Peter, a lo que él negó sonriente.
—No estamos en caminos separados, tú eres mi camino —Gwen sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas—. Y siempre vas a ser mi camino. Porque sé que hay miles de razones por las que no debemos estar juntos, pero estoy harto de ellas. Hay que hacer una elección.
El castaño miró a su alrededor y sonrió ampliamente, secando la lágrima que había salido de los ojos verdes de Gwen.
—Bueno, ahora te elijo —la besó.
Wade subió hasta la cima del puente y jadeó, captando la atención de Gwen y Peter.
—Maldita araña —comenzó a levantarse con cansancio—. ¿Qué le costaba poner el puto cartel ahí, pero claro, el pendejo tiene que acompañarlo a todas partes pero él no puede poner un... —dejó de hablar al ver a la pareja viéndolo sonriente.
Wade tomó aire con indignación.
—¿Es enserio? —pausó—. ¡¿Yo arriesgo mi vida por poner este cartel ya que el idiota de allá no lo quiso poner y lo besas a él?! —pateó el pedazo de cartón blanco y se sentó con los brazos cruzados—. Eso me pasa por no ser héroe —Gwen se echó a reír yendo hacia él para dejar un beso en la mejilla sobre la máscara mientras Peter se sentaba junto a él.
Cuando el castaño iba a hablar, se escuchó un sonido similar al de una explosión desde el Centro Eléctrico de la Ciudad, por lo que los tres se voltearon a ver el lugar con preocupación.
—¿Y ahora qué ocurre? —murmura el menor viendo toda la ciudad, la cual ahora se encontraba sin electricidad.
—Oh, no me jodas, es Max —se quejó Wade al ver destellos azules desde el lugar.
—Interrumpió la energía eléctrica de toda la ciudad —dice Gwen.
—Debe de haber un plan en caso de apagones, ¿no?
—Sí, algún respaldo —concuerda el mercenario.
—En la planta hay un modo de restaurar la luz —dijo la rubia volteándose a ver a ambos—. Si corta esas líneas de transmisión no podrán restaurarse.
—¿Y qué hago? Si me le acerco fríe mis disparadores de telaraña, ya he intentado con todo, goma, plástico...
—¿Intentaste magnetizarlos? —el castaño calló—. Ajá, ¿y la clase de ciencias de octavo grado? Si magnetizas un clavo con una batería, retiene la carga eléctrica.
Wade aplaudió abrazándola—. La amo, es una genio, ¿nos la quedamos? —Peter sonrió poniéndose la máscara.
—Hay que irnos.
Peter aterrizó con dificultad, tratando de no soltar a Gwen de sus brazos y tener cuidado con Wade ya que este colgaba de sus pies.
Los tres corrieron hacia un oficial de policía que hablaba a través de un megáfono, indicándoles a todas las personas en las calles que gritaban y corrían aterrorizadas que fueran a sus casas para estar más seguras.
—¡Oficial! —lo llamó Peter, el recién llamado se dio la vuelta aún con el megáfono en sus labios.
Se asombró al ver las dos personas que tenía enfrente—. ¡Equipo Rojo! —ambos gritaron llevándose sus manos a los oídos debido a que el volumen los aturdió.
Gwen ignoró los gritos de sus acompañantes—. ¡Mi padre era el Capitán George Stacy!
—Sí, sé quién era, ¿qué puedo hacer por usted?
—¡Necesitamos cables pasa corrientes! —le grita Wade al oficial, pensando que está hablando con el mismo tono de voz que de costumbre.
—¡Y alambre de cobre! ¡Ahora, es una emergencia! —grita el arácnido a su lado. El oficial abrió la capota de su auto y buscó en la cajuela lo que le habían pedido.
—¡¿Estamos hablando más fuerte de lo normal?! —pregunta Wade en un grito, comenzando a aturdir a Gwen.
—Sí —contesta tomando los cables que había pedido y conectándolos a los disparadores de telaraña de Peter—. Cuidado —el policía encendió el auto, magnetizando los disparadores de inmediato—. ¡Listo! —exclama ella complacida.
—Ya, ya, ya —lo apuró el mercenario rodeando a Peter para ponerse junto a la rubia.
—Y es por eso que eras el número dos en la escuela —dice Gwen con una sonrisa.
—Ay, que presumida —ríe. Pero al momento en que un poste se cayó, dejaron de reír—. Ya me voy.
—Voy contigo —dijeron los dos acompañantes del arácnido al unísono.
—¿Qué? Ninguno viene conmigo.
—¿Por qué no? Estoy aburrido —se queja el mayor.
—Y yo voy contigo porque he visto los planos y puedo ayudarte —habla Gwen con tono amenazador.
—Wade, tú ya me has ayudado mucho y lo agradezco, pero esto es algo que debo hacer solo. Y Gwen, es peligroso, no irás, punto.
Ahora los tres se encontraban discutiendo por quien iría y quien no.
—Bien, irán conmigo —Peter se alejó unos pasos de ellos—. Pero cierren eso —señaló la capota del auto, a lo que ellos pusieron la mano en el auto decididos a cerrarla y poder irse, pero de inmediato el castaño lanzó telarañas a las manos de cada uno y también a los pies de Wade—. Perdonen. Los quiero. No me odien.
Antes de que ellos pudieran contestar, él disparó dos telarañas y se fue en dirección al Centro Eléctrico de la Ciudad.
—¡Peter! —Wade cubrió la boca de Gwen por haber dicho la identidad secreta del arácnido.
El Hombre Araña fue hasta un tanque de agua para poder ver con la boca abierta la torre de Los Vengadores, la cual tenía su energía controlada por Max, quien había puesto su cara con las luces del edificio gracias a la energía que ahora poseía.
—¿Ahora me ves, Hombre Araña? —escuchó la voz del moreno—. Es tiempo de confrontar nuestro destino —la energía fue trasladándose hacia otros edificios al paso de que Peter lo seguía. Al parecer, Max quería llevarlo a algún lado.
Luego de un rato, llegó finalmente al Centro Eléctrico de la Ciudad, en donde tuvo que subir al techo de la Torre del Reloj para poder ver a Max.
—Llegas tarde, Hombre Araña —Electro apareció entre los cables centrales, ahora rotos—. Ahora voy a recuperar lo que me pertenece por derecho —Peter miró hacia abajo y pudo ver un gran tanque de agua que podría usar en su contra, tal y como hizo en Times Square—. Yo voy a controlar todo, y seré... Como un Dios para ellos.
—¡¿Uno llamado Chispitas?!
El menor dio un salto y jaló con sus telarañas el ducto para que el agua diera en dirección a Max, pero este con sus manos hizo corrientes eléctricas contra el agua, lo que logró hacer explotar el tanque y que Peter cayera al suelo.
—No esta vez, ahora soy más fuerte. ¡Pelea! —el Hombre Araña lanzó dos telarañas a dos de los tantos núcleos de energía del lugar para impulsarse y caer sobre él. Pero al hacerlo, Max de inmediato lo puso debajo de él y comenzó a ahorcarlo.
—¡¿Ya te vas a rendir?! —alcanzó a decir Peter con dificultad.
Wade suspiró al momento en que logró quitar la telaraña de la mano de Gwen con la ayuda de una de sus espadas.
Ambos se miraron—. Tú no irás, Gwen—dice el mayor subiéndose al asiento de piloto en la patrulla, ya que el oficial estaba haciendo guardia en otra zona.
La rubia tomó la espada de Wade y lo amenazó poniéndosela en el pecho. Él rió.
—Voy a ir, no me importa si no quieres que lo haga. Tengo que ayudar a Peter, y si te interpones en mi camino, te clavaré esta espada —el mayor abrió los ojos de sobremanera.
—Creí que eras dulce.
Peter lanzó a Electro al suelo con la ayuda de sus telarañas, pero al hacerlo, la electricidad que Max poseía hizo una pequeña onda eléctrica que hizo a Peter caer un metro lejos de donde estaba.
El castaño jadeó intentando levantarse—. Aguántate, sólo fueron tus huesos, tus músculos y tus órganos —se dijo a sí mismo antes de sacudir su cabeza.
Un sonido proveniente de uno de los núcleos de energía le hizo sobresaltar. Antes de que Peter pudiera levantarse, Max comenzó a hacer corrientes eléctricas y comenzar a golpearlo con todos los núcleos del lugar.
—Hombre Araña —habla Max, ahora teniéndolo con corrientes eléctricas entre dos núcleos frente a él—. A que no esperabas esto, o...
Electro no pudo terminar la oración, ya que una patrulla lo había atropellado, lanzándolo lejos de ahí. Peter, por lo tanto, cayó al suelo mientras humo lo rodeaba.
Wade fue el primero que salió del auto, con los brazos arriba—. ¡Sí! —se dio la vuelta y fue hasta Peter celebrando—. ¡Mámamela, Electro!—Gwen fue hasta el castaño dando grandes zancadas.
—¡¿Enserio?! —le grita tomando a Wade del brazo para que caminara junto a ella—. ¡¿Nos ataste a un auto?! ¡¿Eres un cavernícola?!
—No deberías estar aquí, ¿por qué la trajiste aquí? —le pregunta Peter intentando mantenerse de pie, Wade lo ayudó.
—Me estaba amenazando con mis espadas. Se me salió que puedo auto-curarme, ¡y me cortó el dedo anular! —le enseñó su mano izquierda—. Ahora tengo que esperar a que me crezca para casarme.
—¡Sé cómo ayudarlos! —grita la rubia comenzando a caminar al Centro Eléctrico, en donde activaría de nuevo la energía.
—¡Gwen! —la detiene Deadpool corriendo hacia ella, mientras que Peter iba y la tomaba de brazos.
—No puedes estar aquí —negó frenétiamente—. No estoy bromeando. No puedes quedarte aquí, ¡es una locura!
—¡Nadie toma decisiones por mí! ¿Oíste? ¡Nadie! ¡Es mi decisión! —los dos hombres se miraron—. Es mía.
Wade rió bajo al ver a Peter bufar—. Así no me dan ganas de volver con Vanessa.
—¿Cómo lo detenemos? —pregunta ella al momento en que los dos la rodearon y comenzaron a caminar de espaldas para llevarla al edificio con seguridad.
—Si es eléctrico, es como una batería. ¿Qué pasa si la sobrecargas?
—Ca-boom.
—Exacto —asiente Gwen—. Usaremos su poder en su contra. Perfecto.
—Ahora —siguió Peter—. Creo que puedo volver a conectar la línea, pero tú debes reactivar el sistema. Cuando te diga que debes activar el sistema, tú la conectas, no importa que pase. Wade, tú ve con ella y ten cuidado con que nada le pase, si te necesito, yo te llamaré pero mientras, asegúrate de que nada entre mientras ella está ahí.
Los dos asintieron y fueron a hacer lo que el arácnido les indicó, pero cuando Peter se dio la vuelta, vio al padre de Gwen justo frente a él, pero sabía que era producto de su imaginación. Y debido a esa distracción, Max aprovechó y con su energía volvió a pegarlo contra uno de los núcleos.
Gwen subió las escaleras y abrió la puerta, dejando a su vista a un par de hombres asesinados por el moreno. Tomó la llave de uno de los guardias y le quitó el seguro al interruptor, luego tomó con fuerza la palanca, esperando la indicación de Peter.
El Hombre Araña de inmediato lanzó dos telarañas y fue hasta los cables centrales que había roto Max cuando llegó. Comenzó a lanzar telarañas por ambos lados sin soltarlas, y cuando iba a unirlas, Electro comenzó a herirlo con corrientes eléctricas, lo que detuvo a Peter a poder entrelazarlas y hacer lograr conectarlas también con las corrientes eléctricas que Max lanzaba.
Deadpool al notar que Peter no lograba conectarlo, tomó una de las telarañas que habían caído al suelo y la utilizó como soga, para poder llegar hasta Max e intentar golpearlo.
Al no lograr que Electro se desequilibrara, saltó impulsándose en él para ponerse frente a Peter para que no recibiera más descargas eléctricas y así poder unir las telarañas.
—¡Agárralas! —ahora ambos tenían en sus manos las telarañas, y por fin lograron conectarlas con Max—. ¡Ahora, Gwen, ahora! ¡Hazlo ya!
Cuando la rubia reactivó la energía, la magnitud de la electricidad hizo que Peter y Wade cayeran al suelo y que Max fuera destruido.
El mayor jadeó arrastrándose hacia el castaño—. Lo logramos —susurra con dificultad, el menor rió asintiendo—. Ay, eso dicen los héroes, qué asco.
Peter rió de nuevo mientras se levantaba—. ¡Todavía alcanzamos tu vuelo! —exclama mientras Wade se subía a su espalda.
Unas risas maquiavélicas les hicieron sobresaltar. Al voltearse y mirar al cielo, los tres quedaron pasmados al ver a un Harry Osborn, completamente diferente sobre una nave de color verde.
—Y aquí se arruina la felicidad de todos —murmura el mercenario para sí mismo mientras corría hacia Gwen para cubrirla.
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