Entramos al local y fuimos directo al mostrador.
Ray, a pesar de ser nieto del dueño, no podía pasar, así que se fue a sentar en la esquina opuesta a la puerta de entrada.

Justo terminaba de colocarme el delantal cuando la campana de la entrada sonó y el chico se acerco al mostrador.

-Un café sin azúcar por favor-dijo de forma fría y después se fue a sentar a la mesa de Ray, el ultimo frunció el ceño ante su presencia.

Me apresure a la mesa de ambos una vez que la orden estuvo lista.

-¡Buenos días!-dije una vez que estuve parada frente a ellos-su café sin azúcar-indique dejando la taza frente al chico. Estando mas cerca pude verlo mejor; su cabello era azabache, igual al de Ray, piel clara y con rasgos asiáticos.

El levanto la mirada y susurro un "Gracias"

Cuando lo hizo, pude ver dos iris negras.

-¡Cam!-hablo Ray, el cual no había mencionado palabra alguna desde que llegue, se levanto de su silla y rodeo la mesa hasta tomar de los hombros al chico-El es Fray, mi Hermoso y adorado hermano-dijo sarcástico fingiendo una sonrisa.

-Suéltame Idiota-dijo "Fray"

Ray volvió a sentarse en su lugar y me invitó a sentarme en una silla vacía.

-No puedo-respondí. El hizo un puchero-en 10 minutos comienza mi descanso, entonces vengo ¿si?

-Okey-me mostró una sonrisa y levanto el pulgar.

-Adiós-hice una pequeña reverencia y me fui en dirección a otra mesa.

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-Y entonces, mi mamá nos regaño por tirar la leche-terminó de contar Ray. Yo solo atiné a soltar una sonora carcajada

-¿Podrías dejar de contar anécdotas así?-preguntó Fray refiriéndose a Ray-Me avergüenzas

-Mmm... déjame pensarlo-habló mi mejor amigo- No.

Fray frunció el ceño y siguió tomando su café con un tierno puchero.