Capítulo 13: "El subconciente"
Rubby
Siete meses después todo se hace realidad, todas las visiones de Tamara fueron un hechizo de Lucifer y todo se volvió realidad absoluta. No deseo que todo se haga realidad, tengo miedo de creer, pero… Ya es demasiado tarde.
Quiero que la vida me demuestre que todo puede cambiar, aunque no siento que eso pueda ser así. No puedo más, no quiero más, no puedo seguir pensando como si las cosas fueran como antes.
Ya no hay problemas tontos en mi vida, ahora son mucho más grandes y no puedo hacer nada para que eso cambie. Sé que no voy a poder sanar, estas heridas con más dolorosas que las que alguna vez me hicieron físicamente.
Siempre me imaginé que todo era solo una porción de lo que conocía, pero después de tanto tiempo me he dado cuenta de que solo conocía un pedacito mucho más pequeño del que me había imaginado. No puedo creer que haya mucho más fuera de este mundo.
Quiero creer en muchas cosas, pero no sé cómo hacer para ganar la batalla. Deseo saber la mitad de las cosas que ahora sé, es como una enorme contradicción, pero todo es demasiado y sé que todavía falta mucho para aprender más y más.
Ya no puedo soportar el funcionamiento de esta vida, quiero que las cosas cambien, pero no puedo hacer nada. Me pregunto millones de cosas, pero no tengo ninguna respuesta a mis interrogantes. No lo creo justo, bueno, nada es verdaderamente justo.
Quizás algún día podré saber todo sin terminar muerta o como la nada y el todo. Quiero seguir siendo yo, pero también quiero cambiar para aprender del nuevo mundo. Este mundo en el que ahora vivo es mágico, es muy especial y, al mismo tiempo, es todo lo que está mal.
¿Por qué me pasan estas cosas solo a mí?
Siento que soy demasiado egoísta para ponerme a pensar en estas cosas, pero creo que puedo hacer una gran diferencia hacia el mundo. No puede ser tan complicado dejar de pensar en el pasado, no puede ser más difícil que no poder vivir el presente o el futuro de nuestras vidas.
Siento que la vida nos va a dar alguna clase de impulso importante que nos hará dar cuenta de un montón de cosas que no sabíamos al respecto. Quizás no lo podamos ver del todo bien al principio, pero seguro de que va a suceder algo así.
Una vez me dijeron que tiene un nombre específico, creo que se llama… No, ya no lo recuerdo. Ahora hay cosas que ocuparon esa parte de mi cerebro. No puedo creer que haya zonas del cerebro que se puedan cambiar y acumular información, pero en estos momentos, no podemos recordar.
Creo que las cosas van a cambiar y todo será por un bien, solo espero que no sea un bien común, ya que de ese modo, sé que vamos a perder a muchas personas, solo para salvar a la mayoría de ellas.
Es muy complicado de explicar, es como si la vida de cinco personas no valiera más que la mitad de las vidas del planeta. Es algo horrible, pero eso tiene el nombre de: el bien común. Solo se termina salvando un enorme porcentaje, pero se pierden unas pocas vidas.
—¿Encontraron a Tamara? —Pregunta Luke a Castiel.
—No, Castiel dijo que si no recibe una invitación al infierno deberá...
—Debe esperar, Luke... tú, tú puedes hacer la invitación.
Ojalá que él nos pueda ayudar.
—Yo no puedo...
Luke no puede terminar con su oración, ya que Castiel se lo impide.
—Solo los príncipes del infierno pueden hacer una invitación.
—Así es —responde Luke con seriedad.
—Tú eres el hijo de Lucifer ¿No puedes hacer nada?
—Quisiera poder, Rubby.
—Lo sé... —Asiento tomando la mano de Luke.
Luke quita con rapidez mi mano y me pongo de pie para comenzar a caminar hacia el balcón; observo por la ventanilla con el ceño completamente fruncido. El mundo ya no luce como lo hacía hace años atrás, mejor dicho, hace siete meses. Sin embargo, el mundo ya había cambiado bastantes antes de que todo esto pasara.
—Rubby, ¿todo está bien? —Pregunta apoyando su mano sobre mi hombro.
Es Luke.
—Sí, bueno... en realidad, no, bueno... no lo sé. —Digo nerviosa y ruedo mis ojos con temor de mostrar mis sentimientos más escondidos—. Luke, tengo mucho miedo, quiero ver a mi mamá...
Me duele abrir mi corazón a un ser que no tiene el suyo, pero hay muchas cosas que me conectan completamente a Luke. Sé que no lo sé por completo todavía, pero lo siento así.
Quiero que esas cosas también se mejoren, quiero saber lo que le ocurre y que se enfrente a ese nuevo mundo que no conoce. Puede que él tenga varios años más que yo, pero estuvo encerrado en un mundo de prisión por mucho tiempo y ahora tiene que empezar a vivir.
No me imagino lo que será vivir por mucho más tiempo en esos mundos horribles, no me lo quiero imaginar y no solo por miedo, también por la soledad que debe acompañarlo. Quizás esa es una de las razones por las que detesta estar mucho tiempo solo.
—Tranquila. Pronto la verás, créeme.
Es bueno dando apoyo, seguro que en el mundo prisión no lo tuvo y ahora trata de dármelo para demostrar que no es mal sujeto.
Nunca creí que él fuera malo, pero sé que muchos todavía deben creerlo.
—Gracias... —Sonrío levemente y regreso hacia el sofá junto a mi padre.
—¿Todo está bien?
—Así es. —Luke y yo repetimos al mismo tiempo y luego agrego—: ¿No te habló más por el subconsciente?
—No, ella está demasiado débil, hija.
—No va a morir ¿Verdad?
—Claro que no... —Responde Castiel tratando de animarme, pero es inútil, ya que creo que algo muy malo sucederá.
Observo a Castiel cerrar los ojos profundamente como si cayera en un profundo sueño del que no despertara aún. No me agrada cuando hace eso, no es que sea siempre…
¿Qué es lo que le está sucediendo a mi padre?
Nunca lo había visto hacer eso, creo… Ahora ya no sé lo que está pasando. No puedo perderlo también a él.
Castiel, abre tus ojos, no me dejes.
—¡Cass! —Exclamo observando aquellos ojos, puedo notar con tan solo verlos que la tristeza lo invade. Es evidente como algo se quiebra en su interior, se destroza por dentro—. Papá... —Digo moviéndolo de un lado al otro—. ¡Luke!
Él llega corriendo hacia nosotros, se queda parado con el ceño fruncido, pero comienza a pensar con seriedad lo que está sucediendo. Su mirada me demuestra que no está comprendiendo lo que le sucedió a Castiel.
—¿Qué pasó? —Luke se acerca preguntando por lo sucedido al ver esa extraña escena en la cual me encuentro junto a Castiel.
—No lo sé... Luke, ayúdalo.
Frunzo el ceño soltando con cuidado a Castiel para acercarme a Luke y tomar sus hombros para lograr sacudirlo un poco y que reaccione de una vez por todas.
Necesito ayuda y no a otro que se quede quieto sin saber qué hacer. Ya estoy yo para no saber cómo traer de nuevo a mi padre.
—Luke, ayúdalo. —Lágrimas caen de mis ojos.
—Él está bien, Rubby. Es solo lo que está viendo en el subconsciente de tu madre.
Creo que eso me tranquiliza un poco más, pero no lo necesario. Tengo dudas al respecto y sé que Luke tiene y deberá responderme.
—¿Cómo lo sabes? —Cuestiono mirándolo a los ojos—. ¿Estás seguro de eso? No se va a morir, ¿verdad?
Él suelta una carcajada sonora ante mis preguntas. Parece que le resulta algo divertido, no lo entiendo. No le veo la diversión a lo que acaba de suceder. No es justo que se burle de mí, solo porque no sé tanto como él al respecto.
Luke tiene que saber que yo recién me estoy aventurando en este mundo y, sinceramente, no me gusta. Quiero volver a mi mundo, cuando no sabía lo que había en las sombras y solo pensaba que se trataba de tonterías.
Nunca me imaginé que las películas y libros tenían razón, creo que nunca me había puesto a pensar en cómo los creadores sabían tanto de esos mundos. Ahora comienzo a comprender más de lo que me puedo imaginar, seguro que cada uno de esos creadores es algo del mundo sobrenatural y por eso saben tanto. Es la mejor explicación que se me ocurre.
Ahora que sé mucho del mundo sobrenatural creo que podría escribir mi historia, mi vida, mi biblia. Sé que suena tonto, pero parece divertido y sé que a muchos les va a gustar saber que no están solos.
Por momentos, quiero volver a mi vida mundana y simple, pero por otros, solo pienso que no puedo defraudar a la humanidad. No quiero que más gente muera por mi culpa.
—Solo... lo sé, tranquila pronto estará aquí nuevamente.
—Okay... —Lo suelto con lentitud y observo sus ojos—. Bueno. —Sonrío y me acerco con lentitud a mi padre—. Todo va a estar bien. —Acaricio el brazo de mi padre tratando de darle una esperanza de vida, un porqué para continuar en este mundo.
—Luke, tengo...
—No lo digas. —Siento como acaricia mi mejilla.
—Yo también estaba en el infierno ¿Dónde tiene a mi madre?
—Seguro debe estar en el subsuelo, estoy muy seguro de eso.
—La volveré a ver, aunque tenga que dar mi vida por ella.
—No digas eso nunca más.
—Lo lamento, Luke. Pero eso haré y un millón de veces si debo hacerlo.
—Ya basta. —Comenta soltándome.
Esto se comienza a tornar un poco incómodo, no entiendo la razón por la que él reacciona de ese modo. Yo simplemente digo la verdad, todos saben que odio mentir y que no puedo hacerlo. Todo el mundo se daría cuenta si lo hago.
Debemos encontrar el modo de hacer las cosas bien, no puedo dejar que haya más muerte en este mundo. Debemos pelear, luchar y dejarnos llevar por algo bueno.
No podemos dejarnos vencer por el enemigo, quiero luchar y no rendirme jamás. Deseo conseguir algo que me dé la oportunidad de pensar las cosas en claro y no hacer una locura.
Estoy atrapada en mis pensamientos, no quiero seguir pensando en nada, necesito descansar y comenzar a tener un plan para no rendirme. No puedo dejar que me dobleguen, nadie me va a vencer.
—No quiero que se pongan a discutir por cosas que no sucedieron, no sabemos nada de lo que pueda pasar… —digo con seriedad en mi tono de voz.
—Lo siento, pero no vamos a dejar que te ocurra nada —me asegura papá.
No entiendo cómo es que él puede saber eso, yo no lo creo, no puedo creerle. Siento que algo malo va a suceder, pero sé que ellos van a hacer algo que luego los hará sentir muy mal.
Si algo me sucede, espero que ellos puedan continuar y que no hagan tonterías por mí. Necesito saber que estos seres van a estar a salvo, no hay nada más que me importe en este mundo.
—Yo no sé lo que pueda pasar, pero no quiero que… —Luke niega.
Luke y Castiel se miran, niegan con la cabeza, y luego me observan.
—Haremos lo necesario para que nada te ocurra.
Niego con la cabeza más de una vez cuando oigo lo que sale de los labios de mi padre. Eso es justamente lo que no deseo, quiero que me traten igual a los demás. No quiero que hagan millones de cosas para cuidarme, quiero hacerlo sola.
—Prométanme que no van a hacer cualquier cosa por mí… —digo llena de seguridad en mis palabras—. No quiero que hagan nada por salvarme, si algo me pasa, déjenme en paz.
Castiel me mira a los ojos y niega.
—No, claro que no. Sos mi hija, no voy a dejar que te ocurra nada malo y sí pasa, voy a hacer lo que sea necesario para salvarte —me responde con tranquilidad y se acerca para dejar un beso sobre mi frente—. Sos mi hija.
—Por favor, papá… —Le dedico una dulce sonrisa.
Luke me mira a los ojos y niega, pero yo asiento.
—No hagan tonterías —ordeno con mi voz de mandona—. No necesito héroes, necesito seres que puedan salvar a la humanidad.
Castiel al escuchar mis palabras, toma mi rostro entre sus manos y asiente.
—Confía en mí, hija —dice lleno de seriedad.
Sé que puedo confiar en él, después de todo, es un ángel del Señor.
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