Capítulo 1: "El despertar"
Luego de tres largos meses de lo Apocalíptico, mis padres me siguen buscando por doquier. Yo sé que jamás me hallarán es algo imposible; nadie podría encontrarme en este horrendo y tedioso Infierno.
No quiero ser pesimista ante la situación, pero ya es demasiado tarde para considerar cambiar la situación o mi pensar. Estar en este lugar, me cambió un poco. Necesito aceptar la realidad, pero... no sé cuál es esa.
Muchas veces, me puse a pensar sobre eso, sobre la vida y la muerte. La realidad es inexistente, por ese motivo, no sé qué debería ser real y que no, ya que nada lo es, pero al ser algo... debe ser real.
Todo está escrito dentro de mí, no sé cómo encontrar las respuestas, pero me dijeron que todas están allí y que debo esperar el momento adecuado para que ellas solas se hagan presentes y florezcan en el momento adecuado.
Estoy dentro del tornado que Lucifer creó en algún momento de su vida. Es un ser muy viejo, así que en algún año perdió el tiempo haciendo ese extraño tornado infernal.
Por lo que sé le había llevado bastante tiempo hacer aquello, después de todo, el Infierno es difícil de mantener y mucho menos de recrear.
Muchas personas piensan en el Infierno: a mí, me gustaría no saber nada de este lugar horrible. El propósito de este lugar no tiene nombre, al menos, eso es lo que yo pienso.
Dos días después, Lucifer había comenzado a realizar cosas raras, planes que nadie sabía. Dijo que debíamos tratar bien al nuevo invitado, ya que este era muy importante para él.
La verdad me llama mucho la atención su accionar.
«Alguien era importante para él diablo», pienso mirando a este demasiado nervioso, caminando de un lado al otro.
No sé lo que está ocurriendo. Bueno, no del todo, pero me gustaría saber más. Necesito tener ideas para salir de aquí, quiero escaparme de este Infierno, pero sé que eso es imposible.
Tengo miedo de lo que ocurra, me dan miedo muchas cosas. Las que ocurren y las que podrían venir.
Hay cosas que todavía no entiendo, soy nueva en este mundo sobrenatural, pero los seres de aquí no tienen idea de eso o si la tienen, no les importa.
—¿Traerás a Luke? —Alza una ceja preguntando Dios con algo de ímpetu al reconocer el nerviosismo de su propio hijo frente a sus ojos.
Todo lo que está ocurriendo me da un poco de miedo, pero no tengo que tener ese sentimiento. No quiero que me nuble el juicio, necesito hacer las cosas bien. Creo que ya estoy sonando como mi padre.
—¿Quién es Luke? —Pregunto frunciendo el ceño sin comprender la situación.
Necesito tener todas las respuestas necesarias para sobrevivir. Quizás con las respuestas encuentre el modo de extorsionar al diablo, aunque lo dudo, ya que él es el maestro del engaño.
—Mi hijo. —Sonríe risueño y mira a Dios fijamente a los ojos—. Así es, padre querido.
Me llama mucho la atención saber esas cosas, pero no sé si deba meterme en ese mundo, aunque no necesito que me den permiso para hacer preguntas.
—¿Tienes un hijo? —Pregunto llena de intriga.
—Claro que sí.
Lucifer comienza a caminar de un lado a otro, sin detenerse en ningún momento, guarda sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta y mira sus pies al dar cada paso hacia adelante. Realmente, se ve nervioso y algo asustado ante la situación.
—Parece que alguien está nervioso.
—No, esto es diferente. Luke es el siguiente para reinar en el infierno.
Saber que una persona tiene un destino completamente programado, suena horrible, ya que no le dan oportunidad.
—Espero que sea mejor que tú ¿Podrías dejar a Dios y a mí libres, por favor?
Quiero salir de aquí, quiero ver a mis padres y contarles que estoy muy bien o lo mejor que puedo estar en un lugar como este.
—Ohh, no, no.
—¿Por qué? —Alzo ambas cejas.
—Limpia la entrada —Sus ojos se vuelven rojos ante el pedido—. ¡Ahora, perrito!
Esto me está molestando, no puedo soportar que Lucifer trate de esa manera a su padre.
—¡Ya basta! —Exclamo con seguridad en mi tono de voz.
—¡Cállate! —Sale de los labios de Lucifer.
—Es tu padre, déjalo.
—Está bien, Rubby, lo merezco —Reconoce Dios.
Dios es soltado para lograr realizar aquella tarea que su propio hijo le encomendó, y puedo llegar a ver desde aquí cómo es sometido a limpiar la entrada del Infierno.
Todo esto es una verdadera locura. No puedo creer nada de esto; Lucifer es un maldito.
Debo confesar que nunca hubiera imaginado a Dios ser tratado de ese modo tan peculiar.
—¿Cómo traerás a Luke?
—Fácil, debo hallar a Julieta, la Muerte. Ella lo traerá.
«¿Julieta?», pienso seriamente en aquello.
Me suena ese nombre, pero sé que no puede ser la misma persona. Eso es imposible.
—¿Luke está muerto? —Pregunto llena de intriga.
—Claro que no.
—¿Cómo traerás a la jinete?
—Dios la traerá.
—¿Cómo estás tan seguro?
—No lo dudo.
—Pues, yo sí.
—No lo hagas.
—No haré nada que tú me digas hacer.
Lucifer comienza a chiflar para llamar a Dios de vuelta a su lugar. Esto es verdaderamente asqueroso.
—Ven, perrito, llama a la Muerte.
Dios baja su cabeza y chasquea sus dedos para llamar a Julieta. No puedo creer que eso sea tan sencillo.
—Ya viene.
Se levanta un fuerte viento; una llovizna cae lentamente, cada gota que cae sobre el suelo va haciendo un charco cada vez más grande que, comienza a tomar la figura femenina, dejando así aparecer completamente a la misma Muerte.
—Dios... —Baja su cabeza mostrando respeto ante este.
—Muerte.
—Lucifer, Rubby —Se asombra al verme—. ¿Rubby?
No es posible...
Julieta es mi amiga, no puede ser la Muerte. No entiendo lo que está pasando, ella siempre estuvo a mi lado.
—¿Julieta?, ¿qué hacés acá?
Quiero que me dé respuestas, quiero que todos me den respuestas a lo que pido, pero sé que eso es imposible.
Muchas personas saben que soy una verdadera cobarde, quiero cambiar, pero lo dudo mucho.
Nadie se imagina de lo que es capaz hasta que hace algo, algo que es imposible de creer. Todavía no llega ese momento para mí, pero quiero estar preparada para eso.
Quiero muchas cosas y saber lo que todavía no sé. Sé que no puedo con tata información nueva, pero tengo que tener fe.
Mi padre siempre habla de la fe, pero ahora que no está a mi lado... todo lo que está pasando es demasiado para una chica como yo. Nunca tuve tanto y ahora resulta que soy la nieta de Dios, yo no sé cómo podré asimilar todo esto sin creer que es un sueño.
Estoy verdaderamente segura de que puedo aprender de este nuevo mundo, pero sé que me va a costar más de lo que podría haber imaginado.
Quiero una maldita respuesta de su parte, de parte de Julieta. Una simple explicación, no entiendo lo que hace aquí. Ella estaba en la Provincia, estudiando junto a Luciana y ahora está acá con nosotros.
Julieta puede ser todo menos la Muerte. Es una buena chica y no puedo creer nada de lo que está ocurriendo; es mucho para asimilar.
—Lo siento, pero no es tiempo de hablar ¿Qué sucede?
¿Qué demonios es lo que sucede?
Ya estoy harta de estar en medio de algo y no saber nada de ese algo. Quiero saber más, pero nadie me da respuestas suficientes para adentrarme a este mundo.
—Necesitamos que traigas a Luke.
Otra vez hablan de ese maldito Luke. No quiero que traigan a ese sujeto a mi mundo, sé que las cosas van a cambiar más de lo que ya están.
—¿Luke?, ¿ese Luke?
Tengo ganas de saber quién es, pero al mismo tiempo tengo miedo lo que puede ocurrir en el proceso.
Ninguno de estos seres son buenos, ninguno es un ser humano con sentimiento. Ahora que lo sé, yo tampoco, pero crecí aparentando ser una persona normal y no puedo desligarme de una realidad que viví por años.
En ese momento de mi vida, yo pensaba que era una estúpida humana con problemas sociales, ya que nunca me importaban los demás, yo me movía por lo que deseaba y no veía más.
Las personas que me rodeaban, siempre los humanos me decían que debía cambiar. Estas personitas eran seres humanos y trataban hacer que me diera cuenta de las cosas normales, sentí, amar y muchas otras cosas.
No oigo la conversación, hasta que le responden a Julieta.
—Ese mismo.
—Si es lo que quieres... —Responde ella con suma sinceridad, ya que estos seres no pueden mentir.
No, él no quiere eso. Lamentablemente lo que Dios quiera no importa, no puedo creer eso.
—Es exactamente lo que quiero.
—Muy bien. Entonces... ¿Algo de él?
No comprendo lo que está pasando, sinceramente quiero irme de aquí. Salir y vivir del mejor modo posible, estoy segura de que eso va a ser imposible.
Lucifer le de unas garras de leopardo a Juli y yo no dejo de mirar cada movimiento con cautela.
Cierra sus ojos, agarra aquellas garras y las clava en su mano. Sangre negra comienza a brotar; el viento se comienza a sentir mucho más denso; las ventanas y puertas se golpean fuertemente; las paredes y pisos se agrietan; la sangre cae en una de estas grietas formando un charco debajo de ella. Luces celestes comienzan a recorrer toda la habitación en busca de algo.
—¡Luke! —Julieta agarra una de las esferas—. "MIE TRO ENRI MORE SU TRI".
La tierra comienza a temblar de un modo jamás antes visto o sentido. Nunca tuve la oportunidad de sufrir uno de estos movimientos terrestres.
—¿Qué rayos? —Pregunto asustada.
Una tumba en la que estamos parados se comienza a agrietar, dejando ver un dedo que comienza a salir a la superficie. Las cosas que pasan me dejan segura de una cosa, todavía no estoy acostumbrada a esta locura.
Al ver la situación actual, Julieta me agarra fuerte del brazo.
—¡Suéltame! —Necesito que me deje ir, su agarre me lastima y mucho.
—No —Clava la garra en mi mano.
El dolor que me produce no tiene explicación, dejo salir de mis labios un fuerte grito que provoca una onda sonora y logra incendiar un árbol de la zona.
Mi sangre cae sobre los dedos de Luke, de pronto, un brazo sale de la tumba. Luego de unos segundos, todo un joven sale de allí dentro.
—Wow, estuve siglos allí dentro.
Estoy segura de que el joven que salió de allí fue Luke, pero nunca me imaginé que sería joven y raro. Luce un traje de los años treinta, acompañado de un peinado de su época y todo lo que le rodea es similar a él.
—¡Luke!, hijo mío... —Susurra Lucifer corriendo hacia él para abrazarlo.
—Papito querido.
Siento que las cosas no van a salir bien con aquella extraña relación y más cuando Luke correspondía el abrazo de su propio padre, en un momento, puedo llegar a ver como le arranca la garganta con sus propios dientes.
Aquello fue demasiado rápido y asqueroso, un grito se escapó de mis labios al visualizar la situación.
—Era mal padre.
Esa fue la simple excusa que usó el niño.
Dios chasqueando sus dedos desaparece.
Solo está ese sujeto llamado Luke y yo en ese lugar.
—¿Quién eres? —Comienza a olfatearme como si fuera un pequeño perrito.
—Soy Rubby, ¡Ya basta! —Lo empujo con el ceño fruncido por su accionar.
—Dios, mi padre y todos los humanos son desagradables. —Frunce el ceño viéndome a los ojos.
Era bastante evidente que me estaba diciendo aquellas palabras tediosas para hacerme enfadar.
—No me digas tal cosa. —frunzo el ceño de igual manera.
—Lo siento... —Se acerca y agarra mi mentón para que pueda ver bien los ojos que él posee—. ¿Acaso me equivoco? —Continúa con el ceño fruncido.
—Sí y mucho. —Hago que me suelte.
Un fuerte viento se levanta por segunda vez en la noche.
—La caballería vino. —Me guiña y sale corriendo con rapidez.
Yo no escucho nada, pero él lo hizo.
—¡Rubby!
—¡Mamá! ¡Papá! —Los abrazo.
De la nada, aparecemos en su hogar y miro todo atentamente. Habían utilizado el poder de la teletransportación y eso era algo extraño.
—No puedo estar aquí.
—Eres nuestra hija vivirás con nosotros.
—Pero... ¿mi familia? —Pregunto.
—Nosotros somos tu familia.
Sé que ellos son mi familia biológica, pero yo amo a esas personas con las cuales vivo en la tierra. Esas personas que me enseñaron a ser una persona normal y decente para la sociedad en la que vivimos.
—Lose... Pero y ¿madre, Laby y Lluvia?
—Puedes traer a Lluvia, es un pony.
—No es un pony —Frunzo el ceño y niego con lágrimas en mis ojos—. No las dejaré.
—Esto es una guerra, Rubby. ¿Acaso quieres perderlas para siempre? —Aquella pregunta que sale de los labios de Castiel me deja comprender que tiene razón.
—No, yo... Está bien.
—Perfecto. —Sonríen, chasqueando sus dedos y Lluvia aparece.
Abrazo fuertemente al caballo cerrando mis ojos con la esperanza de que un bello recuerdo se haga presente dentro de mi mente.
"Era una niña pequeña en un supermercado, caminando feliz con mi familia y pasamos por la góndola de peluches. «Mala idea.» Vi a un caballo marrón como el de la película "Spirit". Lo agarré con mis manos.
—Vamos.
—Es Spirit. ¿Me compras?
—Deja eso y vámonos —Trató de que suelte al caballo.
— ¡No! —Comencé a llorar desaforadamente sin soltar al caballo.
Luego de un rato, mi madre al darse cuenta de que jamás soltaré a ese caballo comenzó a quitar algunas de las compras que necesitaban hacer, simplemente con la idea de que no lo soltaría en ningún momento.
—¿Cuál quieres? —Me preguntó.
Miré a todos los diferentes caballos y agarré uno blanco con manchas marrones.
—Vamos... —Puso al caballo de mala gana en el carrito de las compras.
Cerré mis ojos fuertemente y acaricié el pelaje del peluche, sonreí y el tiempo volvió a la normalidad".
—Lluvia... —No la suelto, de este modo puedo sentir a mi madre y Laby cerca de mí.
—Rubby —Se acercan hacia mí con sus rostros llenos de sufrimiento y mucha más antipatía de lo normal—. Si Lluvia comienza a desaparecer, dinos. —Dice Cass.
—¿Desaparecer? —Pregunto sin comprender lo que trata de decirme—. ¿De qué hablas?
—Puede que no se acuerden de quien eres. —Murmura Tamara.
Sus labios rojos al igual que su cabello me ponen un poco incómoda.
—¿Madre y Laby? —Pregunto en la espera de escuchar una simple respuesta negativa a mi interrogante.
—Todos, jamás exististe para ellos.
—¿Qué? —Rio a carcajadas al oír la tontera más grande del mundo.
—No eres su hija, solo se lo hicimos creer.
Me sobresalto al instante. No puedo creer eso, no tengo que creer, todo es una invención.
Ahora me iré a dormir y las cosas solo desaparecerán y podré seguir con mi vida cotidiana. No hay ángeles, demonios ni seres sobrenaturales. Nada de esto es real, nada.
—¿Ustedes qué? Váyanse ahora —Me acuesto en la cama de mi habitación—. Nada es real... —Me duermo repitiendo eso varias veces.
Todo esto realmente me está volviendo loca; puedo admitir que me da miedo.
—No quiero que vengan y me digan tonterías, ¿sí? me están asustando y recién salgo del Infierno, así que solo pido un poco de paz.
—Pero no podemos mentirte, eres nuestra pequeña y no quiero que sufras por cosas que no te corresponden —murmura Tamara con una dulce sonrisa sobre sus labios—. Tu familia es poderosa, no una simple y mundana.
Niego con la cabeza más de una vez, no quiero nada de eso. Yo era feliz con lo que tenía, con mi perfecta realidad creada por Dios, yo quiero regresar al pasado.
—Quiero volver a mi vida.
—Rubby, no hagas tonterías. Ese mundo te queda pequeño, no perteneces a el.
Me encojo de hombros y niego.
—No sé si pertenezca o no, pero era feliz. Estaba con las personas y cosas que amaba, ahora acá... Yo acá no tengo nada de lo que me hace ser yo, ahora... Ahora ya ni sé quién soy, Tamara.
Ella se acerca y acaricia mi mejilla con delicadeza.
—Eres mi pequeña, ¿qué más quieres ser? —Su ceño se frunce al igual que lo hace Cass en muchos momentos—. Eres la hija de la Oscuridad, eres la hija del ángel que ama la humanidad más que a su destino. ¿Quién quieres ser?
Oigo todo lo que ella me dice, pero no entiendo nada. Bueno, sí, pero no quiero ser como ellos. Deseo volver a ser una simple humana que se preocupa por las notas de la secundaria o por un chico que le gusta, pero no por el fin del mundo. Todo esto es una carga demasiado pesada para mí.
—Quiero ser yo, no quiero ser la hija de alguien o la sobrina de Dios, quiero ser Rubby.
—Ya lo eres, eso no se puede cambiar.
—Tú cambiaste la percepción que tenías de la humanidad, ¿por qué yo no puedo cambiar? ¿Por qué debo seguir las leyes? ¡No es justo!
—Rubby, cariño, no es nuestra intención...
Alzo ambos brazos en el aire y luego me encojo de hombros sin querer escuchar nada más. No quiero que me digan cosas que ya sé. quiero cambiar el mundo, pero ellos no me dejan ni siquiera empezar.
—No importa lo que sea, pero es demasiado tarde.
—No digas eso, Rubby, no quieres —dice Castiel lleno de seguridad.
—¿Cómo puedes decirme que no? No sabes nada de la humanidad.
—Sé más de lo que tú creer, eres una niña.
—Pero no importa ser una niña, soy una persona que desea vivir como tal. —Frunzo el ceño y niego con la cabeza más de una vez—. Es mi derecho.
—Rubby, no...
Cass se acerca a mí, me mira directo a los ojos y niega.
—La vida no es como tú crees que es —Hace una pequeña pausa y luego continúa—: La vida tiene idas y vueltas, dolor y amor, amistad y soledad, pero...
Suelto una carcajada sonora.
—No necesito una clase sobre la vida, siempre estuve viviendo.
—Yo también he vivido —responden a unisono.
—Sí, pero no son seres humanos como yo.
—Y tú tampoco eres un ser humano, eres todo lo contrario a lo que se llama mundano, Rubby.
Me encojo de hombros.
—No sé, no me importa, solo quiero creer que soy una simple adolescente.
—Esas cosas no existen.
Bajo la mirada y los dejo hablando solos, ya no me importa nada de lo que sale de sus labios. Necesito dormir y dejar de pensar en todo lo que está ocurriendo en mi vida y en la de otros. Yo soy la culpable de todo, yo desperté a Luke.
—Rubby, este no solo es el despertar de Luke, lo será para todos. Este es el despertar.
Me detengo en seco al escuchar las palabras de mi padre y giro para verlo a los ojos:
—Entonces, yo solo quiero dormir.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro