Saliendo del edificio con velocidad se dio cuenta que la gente le cedía ciertos espacios, ¿se le notaba muy grande el estomago? no podía ser eso apenas tenia dos meses, negó alejando esas ideas de su cabeza cuando el metro llego y sus puertas se abrieron, espero verse casi aplastada por la multitud, pero no paso.

Confundida paso al interior y se sentó al lado de una mujer con una enorme barriga, esta se removió un poco a su lado y parecía querer decir algo, boqueo un poco y luego de suspirar la miro.

- ¿Estas embarazada verdad? -dijo con una sonrisita y luego acarició su barriga-

- ¿Cómo lo sabe? -respondió con otra pregunta, no entendía a qué se refería, ¿como siquiera se había dado cuenta?-

- Hueles a tu alfa, y es un poco chocante, ¿que es? ¿un Argentum? -preguntó ladeando su cabeza, tenía unos ojos grandes y brillosos, su piel sucia suave y un aura suave parecía rodearla- disculpa si te incomodo pero, es curioso para mi, ni siquiera yo desprendo ese aroma tan fuerte -rió un poco tapando su sonrisa con su mano, se sentía cómoda a su lado, supuso, tenía que ver con su pronta maternidad-

- No se preocupe -negó con suavidad- de hecho es un Aurum puro -respondió algo apenada por la reacción sorprendida de la otra- es bastante dominante y siempre me baña en su aroma -

- Eso no lo esperaba -dijo aun sorprendida- pero es normal, los alfas con el embarazo se ponen muy sobreprotectores -sonrió con calidez y puso su mano en su hombro- bueno, fue un placer hablar contigo aquí me bajo -

La vio bajar con calma y una sonrisa en el rostro, posiblemente iba a llegar a su hogar, algo lindo y cálido donde su alfa la mimaría y seria su nido de amor, un lugar donde ese cachorro nacería feliz.

Agradecía haber salido temprano, le daría tiempo de bañarse y arreglarse, le pediría de favor a Irene que la ayudara, era su hermana mayor y gracias a un ser superior que no la quería tanto, también doctora.