- ¿Podrías traerme un café Jennie? -la voz suave de Manoban la llamo, esta ultima siendo considerablemente más suave con sus jornadas desde ya algunos días- siento que caeré dormida en cualquier momento -

- Enseguida señora -asintió levantándose con rapidez de su lugar, un mareo deteniéndola de golpe, había dejado de comer tanto y eso sumado a su reciente carga la debilitaba-

- Gracias -dijo la alfa, se sentían extrañas esas palabras viniendo de ella, sacudiendo su cabeza alejo ideas confusas-

Bueno, eso era nuevo.

Asintió levemente ante el agradecimiento y se encaminó hacia el elevador presionando el botón hacia la planta justo debajo de esta, el décimo noveno piso.

Cuando las puertas se abrieron, las personas ahí giraron su mirada hacia a ella de manera casi instantánea, demasiada atención para su gusto, instintivamente se olio, si, olía a alfa.

- Jennie -Kunpimook, un omega bastante delgado le habla, su rostro denotando sorpresa- es un milagro verte por aquí y mira que solo estamos separados por un piso -dijo sonriendo levemente al tiempo que arrugaba la nariz y se alejaba un poco, bufando un poco hablo-

- Si, vine por un café para la señora Manoban -le sonrió de vuelta avanzando hasta donde se encontraba la pequeña "cafetería", si es que se podía llamar así, para preparar el dichoso café, se sentía incómoda, ante lo dicho el omega asintió incomodo también y se retiró sin más-

Procedo a preparar el café para Manoban mientras algunos pares de ojos curiosos seguían sus movimientos con atención, no tenía amigos en la empresa y solo saludaba por las mañanas a los empleados de recepción, algo triste si contaba el hecho de que llevaba trabajando ahí casi un año.

Triste pero cierto.

Una vez terminó lo que estaba haciendo se apresuró a llegar al elevador, no quería tener una jefa enojada en el piso de arriba, suspirando ante la imagen mental fingió un escalofrío y entro cuando las puertas se abrieron.

Los segundos pasaron y cuando las puertas del elevador volvieron a abrirse se apresuró a tocar la puerta de Manoban.

- Señora -tocó ligeramente- ¿puedo pasar? -escuchando un adelante del otro lado y abrió la puerta suavemente- su café señora -dejó la taza en su escritorio y se alejo despacio con algo de miedo-

- Gracias Jennie -sus ojos denotaban unas enormes ojeras y su voz sólo confirmaba lo que ya sabía- puedes retirarte, mañana... entrare a las 10, llega a esa hora -haciendo una reverencia se retiró de su oficina, parece que ni siquiera tenía ganas de joderle la existencia, quizá ya se había percatado del maldito feto-

Salió de ahí, y escucho como las puertas del elevador se abrían, con curiosidad volteo a ver, a parte de Manoban y ella como su secretaria sólo algunos tenían permiso para subir ahí.

En su campo de visión se cruzo una mujer algo mayor, una alfa y con ella venían los pequeños alfas, Shuhua tomada de la mano y Soobin detrás de ella sosteniendo su brazo, se detuvo en seco al verme y frunció el ceño con evidente desagrado.

- ¿Qué hace una omega como tu aquí? -dijo su primera pregunta agresivamente, y ella se removió incomoda- mi hija de verdad perdió la cabeza -negó, ante sus palabras la omega se apresuro a recoger sus cosas, ya no quería estar ahí-

- Trabaja con mamá -Shuhua hablo viéndola con el ceño fruncido- lleva tiempo aquí -

- ¿La conoces? -pregunta con cara de incredulidad-

- Si, se llama Jennie -

- ¿Kim Jennie? -pregunto en dirección a la omega-

- Sí Señora Manoban -hizo una reverencia, tratando de ignorar el hecho de que la conocía-

- Shuhua cariño, espera aquí un poco, entraré a hablar con tu madre y cuida a Soobin -sonrio forzadamente dirigiéndose a paso firme dirección a la oficina-

Ella pasa sin tocar la puerta y Shuhua se queda parada sin expresión alguna, Soobin todavia prendido a su brazo.

- Abuela se enojo -dijo- pero mamá enojada es peor...

(...)
- Explícame porque Kim Jennie esta trabajando para ti -pregunto la alfa, Lisa solo sostenía su cabeza con fastidio, sus ojos tornándose azules al instante-

- Vino a la entrevista de hace 11 meses, estaba capacitada para el puesto y le di el trabajo -explicó sin más, su voz normal sonando sin esfuerzo-

- ¿Cuándo Rose estaba viva? -

- Si mamá, cuando rosé estaba viva -blanqueo los ojos, sintiendo el aroma omega irse de a poco supo que su omega se retiro, se permitió sonreír ante eso, no quería alterarla-

- ¿Le faltaste el respeto a tu esposa? -abrió los ojos a más no poder- yo no-

- Tu no ¿qué?, ¿no me criaste así? -alzó una ceja- te conocí cuando tenia 16 años, no me criaste, conviviste conmigo cuando mi padre murió casi después del nacimiento de Shuhua y Soobin, hace 6 años, ¿me vas a reclamar? -

Ella guardo silencio.

- No quieras hacer pasar a rose por santa, me era infiel, robaba dinero aun teniendo una tarjeta a su disposición, metió un hombre a la casa y este agredió a mis hijos ¿la vas a defender? Tu más que nadie comprende la horrible sensación del engaño cuando hay marca ¿o me equivoco delta? -

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