- ¡Mamá! -Shuhua llegó gritando a recibirla, Soobin detrás de ella trataba de contener las lágrimas- la abuela no deja de tratar a Soobin como si fuera de cristal -se quedó viendo con enojo a su hermano-

- ¿Es así? -preguntó alzando una ceja antes de pasar al interior- no tiene nada de malo que llore, me preocupa mas tu indiferencia -dijo comenzando a caminar con los pequeños siguiéndole-

- No soy indiferente, soy fuerte, alguien tiene que serlo y mi hermano solo sabe llorar -se quejo caminando a su lado- míralo -se cruzó de brazos girando para encararlo, este comenzó a gimotear ante su mirada- es patético -gruño con sus ojos tornándose dorados- es un alfa patético —

- contrólate alfa -ordenó sin usar la voz, como su progenitora ambos tenían sumisión total ante sus ordenes- ser fuerte no significa ser agresivo, tu hermano está sensible y tu igual -

- ¿Cu-cuando veremos a mamá? -Soobin habló después de un momento, sentía una opresión en el pecho, siempre había sido más unido a su mama sumisa y Shuhua tendía a ser más dura a causa de su madre dominante, a la cual él le tenia un poco de miedo-

- Hoy en la noche -contestó tratando de suavizar su tono, Shuhua a su lado solo rodó los ojos, se sentía irritada, tratando de calmarse camino hacia su hermano llevándolo de la mano a la habitación-

Ambos desaparecieron de la vista de la alfa cuando subieron las escaleras.

- ¿estas feliz? -escucho la voz de su mama preguntar a sus espaldas- tu hijo no dejó de llorar una vez te fuiste y tu hija es demasiado ruda con el -

- Estaba irritada antes de llegar y ahora me estoy enojando -respondió dando la vuelta a su dirección- no voy a oír sermones -

- La mataste -dijo en un suave susurro, se sentía cohibida ante su hija incluso la presencia de ambos niños era algo abrumadora, no comprendía como podía haber tres Aurum en ese lugar con tanta tranquilidad-

- ¡Fue un accidente! -gritó sin poder contenerse- ¡perdí el control! -sostuvo su cabeza con ambas manos, tenía insomnio desde el incidente y ahora ya ni siquiera tomaba supresores, comenzaba a odiarse por su debilidad-

Tratando de acercarse a su hija que parecía estar teniendo alguna clase de ataque fue alejada de golpe con un gruñido.

- Alejate delta -enderezando su postura unos ojos azules comenzaron a analizarla-

- No soy una delta -reprocho entre dientes, observando cómo alzaba una ceja-

- Puedes volver a serlo si te metes conmigo -dijo gruñendo un poco- pero ya tengo un lugar vacío para ella así que no te necesito, pero puedes quedarte si gustas -habló antes de caer al piso de rodillas en un golpe seco sosteniendo su cabeza con ambas manos-

Un silencio abrumador se instaló en el lugar inmediatamente después de que la alfa cayera desmayada.

- ¿Que te paso Lisa? -preguntó sin esperar respuesta, trato de levantarla sin éxito-

- El señor Manoban se encargó de que se volviera inestable -volteo rápidamente encontrándose con Ana, a quien Lisa aun llamaba nana- cuando se enteró de su estatus como alfa desarrolló una clase de rechazo por ella, la joven siempre estuvo acostumbrada al trato de omega y cuando el señor la obligó a labores alfa resultó ser muy "suave" -hizo comillas con los dedos acercándose para ayudarla, era una mujer de más o menos 45 años- en su afán de corregir comenzó con azotes y luego golpes más fuertes -apretó los labios en una fina línea mientras la depositaban en el sofá- pero en algún momento la joven se defendió y los abusos cesaron, aun recuerdo el susto que me dio, fue una escena tétrica y muy violenta, ella tenía unos 10 años cuando eso paso -

Sin saber que decir solo guardo silencio ante sus palabras.

- Me alegro que volviera, no la había visto desde hace varios años -sonrió de manera forzada- pero la señora Manoban parece estar lejos de su alcance ahora -