18 | el Baile de Navidad
XVIII. THE YULE BALL
Con ayuda del Mapa del Merodeador, Allison encontró a George, que estaba en el patio junto a Fred y Ron. Así que guardó con rapidez el mapa en su baúl y bajó todo lo deprisa que pudo, seguida de Harry, que se había decidido a disculparse con Ron por lo que había dicho.
Allison pensó que, si George estaba con Ron, él ya le habría asegurado que todo era mentira.
Llegó al patio y vio que los tres estaban en medio de una batalla de bolas de nieve. George se desconcentró cuando divisó a Allison, y al menos tres bolas de nieve impactaron contra su nuca y espalda.
—Creo que tenemos que hablar —dijo Allison cuando llegó a su lado, agarrando los extremos de las mangas de su abrigo con fuerza.
George asintió con la cabeza. Se quitó el gorro y le apartó la nieve mientras caminaban, alejándose de los otros tres chicos. Harry se aproximó a Ron, quien le puso mala cara, pero Allison se dio la vuelta, decidida a no preocuparse por ellos en ese momento.
—Ron me ha dejado muy claro que todo lo que ha dicho Harry no es cierto. No te preocupes por eso.
—No sé qué le pasa a mi hermano, se imagina cosas muy raras. Nunca te haría eso, George.
Él suspiró y formó una pequeña sonrisa en su boca.
—Pero eso no es de lo único que teníamos que hablar —le recordó Allison, justo cuando estaban entrando al vestíbulo, donde el frío era menos notorio.
George metió las manos en sus bolsillos y se apoyó en uno de los muros de piedra. Allison se colocó enfrente del chico, decidida a solucionar lo que fuera que había pasado entre los dos.
—¿Me has estado evitando?
—Más o menos —respondió George, sin mirarle a los ojos.
—¿Por qué?
—Estaba confundido.
—¿Qué se supone que he hecho para confundirte? —quiso saber Allison, notando cómo su estómago se removía.
—Solo necesitaba pensar unos días. Pero no importa, hoy es el baile, deberíamos olvidarlo por ahora.
Allison frunció el ceño y arrugó un poco la nariz.
—No, George, si tienes algo que decirme no quiero que esperes a que se acabe el baile. Necesito saber si he hecho algo que te ha molestado.
—Allison, te prometo que ya está bien. No quiero discutir contigo sobre ninguna tontería.
—Esto no es una tontería si me has evitado cinco días por ello.
George, al fin, levantó la mirada. Se sacó las manos de los bolsillos y le acercó una a Allison, acariciándole la mejilla. Tenía la mano caliente, o al menos esa sensación le dio a ella, que debía tener la cara congelada.
—Solo fuiste muy efusiva contándome la historia del chico de Durmstrang, ¿vale?
—Vamos, George, sabes que solo estaba feliz porque alguien me hiciera caso. Puede que me pasara de intensidad, pero ya me conoces. Y así te gusto.
—Ya lo sé, Ally. Por eso te digo que ya no importa.
Allison se puso de puntillas y agarró a George del cuello del abrigo, haciendo que él bajara la cabeza hasta que sus narices casi se rozaron.
—Sé que no estás siendo del todo sincero conmigo, pero mientes muy bien.
Él no contestó, solo sonrió y aprisionó los labios de Allison entre los suyos. No quería estropear su baile de Navidad, sabía que después de aquella noche no importaría por qué razón le hubiera dado tantas vueltas a la cabeza. Eso era lo que George pensaba, al menos.
* * *
Eran las cinco de la tarde cuando Allison, Hermione y Ginny empezaron a prepararse en el cuarto de esta última. Habían llevado ahí sus túnicas, la poción alisadora, el maquillaje y todo lo que necesitarían.
—Mi madre me mandó esta túnica a última hora, pero no está tan mal como la de Ron —dijo Ginny, mostrándoles su túnica de gala.
Era rosa pastel en su mayoría, pero tenía algunos detalles en color fucsia. La de Hermione, por su parte, era añil y muy vaporosa, y Allison estaba segura de que iba a quedarle de maravilla.
Lo primero que hicieron fue darle a Hermione la poción alisadora, de la cual tuvieron que usar bastante cantidad para conseguir calmar su mata de pelo. Allison pasó al menos media hora peinándolo y arreglándolo, pero el resultado no dejaba nada que desear. Se lo había recogido en un bonito moño, y su pelo se veía liso y brillante. Ginny quería algo sencillo, así que Allison trenzó algunos mechones de su cabello y los ató por detrás, dándole un medio recogido que le sentaba genial.
Para Allison fue un poco más difícil. Hermione no tenía ni idea de hacer peinados, así que solo sujetaba los mechones mientras Ginny y ella intentaban hacer una trenza a modo de corona. Se terminó el peinado en un moño y quedó satisfecha con el resultado, decorándolo con los dos broches dorados de Maddy.
Entre las tres se maquillaron, y cuando acabaron se vistieron con las túnicas de gala. Allison se miró al espejo y sonrió, porque se veía genial y tenía muchas ganas de que el baile empezara y todos la vieran. Era de color azul turquesa con detalles dorados en la parte de la cintura y en los bajos. Se colocó los zapatos —que tenían un poco de tacón— y la pulsera que Lizzy le había regalado. Se había pintado las uñas de blanco el día anterior, y daba gracias porque no se le hubieran estropeado.
—Estáis tan preciosas que mi bisexualidad se dispara —les dijo a Ginny y Hermione, y la más pequeña soltó una risita.
—¿Seguro que no es demasiado? —preguntó Hermione, observándose en el espejo—. Estoy tan distinta...
—Herms, estás hermosa. Todos se van a caer de su asiento al verte pasar, te lo aseguro.
—Sí, y recuerda mantener la espalda recta —apuntó Ginny.
Ella asintió y se iriguió enseguida, sumándose un poco de altura. Ginny consultó la hora en el reloj.
—Son las ocho menos cuarto, si no bajas ahora la gente empezará a salir. Date prisa, que Viktor te espera —instó Ginny, empujándola un poco para que saliera por la puerta.
—¿De verdad me veo bien?
—¡Sí, vete ya!
Hermione les sonrió y bajó las pocas escaleras que había hasta la Sala Común —la habitación de Ginny era la primera— mientras que Allison y Ginny se daban los últimos retoques.
Bajaron escasos minutos después, para encontrarse la Sala Común abarrotada de gente con ropa de colores llamativos. Como George todavía no había llegado, Allison se entretuvo charlando con Lavender y Parvati. Aunque no pasó mucho hasta que Lee y los gemelos hicieron presencia en la sala.
—Por Merlín, Allison, estás preciosa —halagó George al verla, observando con una sonrisa gigante a su novia.
—Tú tampoco estás nada mal, Weasley —dijo ella en tono de burla—. Estás muy guapo, Georgie.
Él hizo un gesto exagerado con la mano y batió con rapidez sus pestañas, causando una carcajada en la chica. En ese momento, vio que Harry bajaba con sus compañeros de habitación. Harry se reunió con Parvati y, junto a Ron, salieron por el agujero del retrato.
Cuando Angelina bajó a la Sala Común con Alicia y el resto de sus compañeras, fue el momento en el que abandonaron la Torre de Gryffindor para llegar al vestíbulo. Allison hablaba sin parar con George, emocionada por la noche que se venía.
Llegaron al vestíbulo, donde los alumnos que iban a ir al baile con gente de otras casas —o colegios— esperaban a sus parejas. Lee salió prácticamente corriendo hacia un grupo de chicas de Beauxbatons, buscando a la que había aceptado ir al baile con él.
Allison vio llegar a Draco Malfoy, encabezando a un grupo de alumnos de Slytherin, del brazo de Pansy Parkinson, y tuvo que maldecir en voz baja lo bien que se veían los dos. ¿Por qué no podían ser horrendos? Sería más fácil meterse con ellos si no se vieran tan guapos con las túnicas de gala.
Los estudiantes de Durmstrang llegaron, y Krum iba al frente con Hermione. Allison saludó a su mejor amiga y articuló con los labios un «estás preciosa», aunque no supo si ella le entendió o no. Se había quedado mirando las hadas que estaban en la entrada y se distrajo.
McGonagall llamó a los campeones, y todos se hicieron a un lado para dejarles pasar y colocarse en fila al lado de la puerta. Los demás fueron pasando hacia el Gran Comedor y se acomodaron. Habían colocado mesas redondas con capacidad de hasta doce personas, y Allison tomó asiento entre George y Ginny, justo enfrente de Ron.
El Gran Comedor lucía impresionante, los muros estaban recubiertos en escarcha, y las guirnaldas de muérdago y hiedra cruzaban el techo estrellado. Los campeones empezaron a entrar, pareja tras pareja, y Allison no dejó de sonreír al ver la emoción en la cara de Hermione, que a pesar de sus nervios e inseguridades estaba resplandeciente. Ron no parecía tan emocionado, observaba a Hermione con los ojos entrecerrados, como si tuviera problemas de visión y quisiera enfocar su imagen para asegurarse de que era ella quien caminaba al lado de su ídolo. Padma, a la izquierda de Ron, parecía enfadada, y había dejado de hablar con Lavender.
Los campeones se dirigieron a su mesa y tomaron asiento. Allison se sorprendió al darse cuenta de que Percy Weasley se encontraba también ahí.
—¿Qué hace tu hermano en el colegio? —le preguntó confundida a George.
—Ni idea —contestó él, encogiéndose de hombros.
—Solo falta Bill y ya habrán venido todos este curso —dijo Fred, que tampoco tenía idea de por qué Percy se encontraba en la mesa de los campeones, hablando con Harry.
Delante de cada plato había una especie de menú, con los nombres de los platos en él, pero ninguno sabía a quién había que pedirle la comida. De poco en poco, los platos de su alrededor se iban llenando de comida, y pronto todos entendieron lo que había que hacer, copiando a sus compañeros. Se tenía que decir el nombre de lo que querías al plato, y la comida se aparecía ahí por arte de magia.
Durante la cena, todos en la mesa charlaron de forma animada, con excepción de Ron y Padma. Ron no le hacía ni el menor caso, y Padma estaba furiosa por eso, así que se dedicaba a cuchichear con Lavender, que hablaba a dos bandas con ella y Seamus.
Por otra parte, la atención de casi todos se centraba en la chica que acompañaba a Lee. Tenía los ojos marrones y el pelo del mismo color, recogido en una trenza de espiga. Por lo que les había contado, era española, y asistía a Beauxbatons.
—¿Y has tenido que aprender francés ahí, o ya sabías antes? —le preguntó con curiosidad Allison.
—Bueno, mi familia es mágica, así que ya sabían que tendría que aprender francés para ir a Beauxbatons. Así que me enseñaron desde pequeña. Pero a los estudiantes que no hablan francés les dan clases.
—Me encanta tu acento —dijo Lee, mirándola embelesado.
Ella le dedicó una gran sonrisa.
—Gracias, guapo.
Siguieron preguntándole cosas de Beauxbatons y de España, y todo el mundo se sumó a la hora de contar anécdotas. La chica, Lucía, les tradujo todas las frases que le pidieron a francés y español, y parecía muy divertida cuando ellos intentaban decirlas. Seamus, quien hablaba irlandés, también les hizo demostraciones de frases en su idioma, y todos se partieron de risa con las imitaciones que Fred y George intentaban hacer.
Al acabar la cena, Dumbledore se puso en pie y les pidió a todos que hicieran lo mismo. Con un movimiento de varita, las mesas quedaron en fila contra los muros, y un escenario apareció a lo largo del muro derecho, sobre el cual también se materializaron los instrumentos. Las Weird Sisters subieron al escenario, y todos los alumnos aplaudieron emocionados de verlos en vivo. Los campeones estaban iluminados por los farolillos, y cuando las Weird Sisters empezaron a tocar una melodía lenta, se pusieron a bailar con sus parejas.
No pasó mucho rato hasta que les permitieron a los demás unirse, y Allison y George fueron de los primeros en salir a la pista. George se quedó sorprendido de que Allison supiera bailar bastante bien, porque según él no habían practicado antes. Pero ella sí que había ensayado con Parvati, porque la pobre estaba muy nerviosa al ser la pareja de un campeón.
Fue un momento precioso, y Allison se sentía en el séptimo cielo al mirar a George mientras danzaban. No dejaba de sonreír, ni tenía la intención de hacerlo.
Cuando la canción terminó, el Gran Comedor se llenó de vítores. Allison aplaudió con entusiasmo, y George aprovechó para abrazarla por detrás.
Empezaron a tocar una melodía más rápida, y los dos se unieron a la entusiasta coreografía de Fred y Angelina. Daban vueltas sin parar, reían y bailaban entre ellos, cambiándose de pareja cada escasos segundos.
—Voy a por algo de beber, para poder seguir bailando —les comunicó Allison a los otros tres.
De camino a por las bebidas, vio a Harry, Ron y las gemelas Patil sentados en una mesa. Las chicas tenían los brazos cruzados y el ceño fruncido, mientras que los chicos parecían estar perdidos en sus pensamientos, así que Allison decidió ir a ver qué ocurría.
—¿Y esas caras tan largas? ¡Salid a bailar un rato!
—No —respondió escuetamente Harry, mientras Ron tan solo bebía un largo trago de su cerveza de mantequilla, mirando algún punto en la masa de alumnos.
—Oh, vamos, ¡esta canción es de las mejores que tienen! —exclamó Allison, tomando la mano de Parvati para que se pusiera en pie—. Si no bailáis vosotros, me llevo a Parv. Padma, puedes venir si quieres con nosotras.
Padma hizo amago de levantarse, pero al ver cómo la cara de su hermana se iluminó volvió a su posición.
—En un momento iré.
Las dos llegaron a la pista, y bailaron como lo habían estado practicando en la habitación, solo que esta vez estaban rodeadas de gente.
—Siento haberos emparejado con el par de pelmas, pensaba que se comportarían —se disculpó Allison cuando la canción acabó.
—No te preocupes. Me ha gustado bailar contigo —reconoció Parvati, a quien se le habían colorado las mejillas.
Se despidieron cuando vieron que Padma estaba bailando con unos chicos de Beauxbatons y le hacía gestos a su hermana para que se acercase.
—Allison —llamó George a sus espaldas—, te he perdido hace un rato.
—Estaba bailando con Parv. Harry y Ron son unos sosos y se han quedado ahí sentados lamentándose de su aburrida vida.
George se rio y puso una mano en su cintura, y ella las colocó encima de sus hombros.
—¿Me concede este baile, mademoiselle? —preguntó George con una sonrisa divertida.
—Por supuesto, monsieur.
Volvieron a bailar los dos juntos, en un punto medio del vals lento del principio y la alocada coreografía con Fred y Angelina. Mientras se movían, observaban las parejas de baile de los profesores, y juzgaban si podrían estar juntos.
—Dumbledore está bailando con la profesora Sprout, pero creo que ella haría mejor pareja con Flitwick. No, no, con Minnie. ¡O con Poppy!
—Sprout y Pomfrey, y McGonagall y Hooch —dejó caer George, alzando las cejas.
—¡Merlín, esas parejas sí me gustan!
—¿Sabes lo que sería gracioso? Hagrid y Flitwick bailando juntos.
Allison soltó una carcajada.
Vieron que la profesora McGonagall bailaba con el señor Bagman, y justo entonces Fred se acercó a ellos y le dijo algo a George sobre que tenían que hablar con él.
—Yo distraigo a Minnie —se ofreció Allison—. ¡Profesora McGonagall! —saludó cuando se acercaron a ellos al acabar la pieza de música—. ¿Quiere bailar conmigo?
—Sería un placer, Allison —accedió la profesora, con una sonrisa maternal.
No podía negarse. Recordaba a la perfección cómo James y Sirius se habían peleado para ver cuál de los dos bailaba con ella en su graduación. Sirius había ganado y James bailó con Dumbledore mientras le dirigía miradas de odio actuado a Sirius. Le debía ese baile a un Potter.
—¡Estupendo!
Al alejarse un poco, los gemelos abordaron a Bagman. Aunque él tardó bien poco en sacárselos de encima e ir a sentarse al lado de Harry y Percy. Cuando la canción terminó, Allison se despidió de la profesora, y decidió ir a dar una vuelta para ver a quién se encontraba.
En una de las mesas, Eliza charlaba con Neville, mientras que Ginny mantenía una conversación con la pareja de Liz, Michael Corner. Como todos parecían muy enfrascados en lo que estuvieran hablando, no se acercó para no cortar el ambiente, aunque estuvo a punto de hacerlo. Divisó a Viktor Krum con una botella de cerveza de mantequilla en cada mano, con aire desorientado.
—Ey, Krum —saludó Allison, llegando a su lado, intentando controlarse para no flipar en colores por estar hablando con un jugador profesional—. ¿No estás con Hermione?
—No sé dónde está —contestó él, mirándole detenidamente—. Ella me dijo que estarría con el chico Potterr y el de pelo rrojo —Señaló a Harry y a Ron con el dedo—, perro no estaba ahí.
—Yo te ayudo a buscarla, no puede estar muy lejos.
Iban andando por el Gran Comedor, pasando los ojos por la gente para ver dónde se encontraba a Hermione. Krum estaba en silencio, mientras Allison hablaba por los codos, como era habitual.
—Igual puedo bailar también con Hermione, quiero llegar a bailar con diez personas. Por ahora llevo cinco. ¿Crees que tu amigo el que me invitó también querrá bailar? Igual queda feo si le pregunto después de rechazarle, no sé cómo funcionan las cosas en vuestro colegio.
—Hablas mucho.
—Lo sé, todo el mundo me lo dice. Pero así siempre tengo tema de conversación, y eso es un puntazo; es imposible aburrirse conmigo. Además, tengo que ponerte a prueba para ver si mereces a Hermione.
—Erres diverrtida, Potterr.
—También lo sé, pero lo decía en serio. ¡Herms! —gritó cuando la vio, agitando su mano en el aire—. Te traigo a tu pareja, que le habías abandonado al pobre.
—Ah, hola, chicos. Siento haberme ido, Viktor, pero Ron me había puesto de los nervios.
—¿Qué ha hecho esta vez el cabeza hueca? —preguntó Allison, pero interrumpió a Hermione antes de que contestara—. Mejor me lo cuentas esta noche, ahora debéis aprovechar y bailar, o hacer lo que sea —añadió, guiñándole un ojo a Hermione, y salió deprisa para dejarles solos.
Sabía que había dicho que bailaría con Hermione, pero le pareció más oportuno dejarlos a solas.
Después de un rato más dando vueltas y saludando a la gente —consiguió bailar con Dean, Seamus y Lavender—, Allison volvió a encontrarse con George, y se quedó bailando con él, robándose besos de vez en cuando.
Pero, para disgusto de ambos, medianoche llegó más deprisa de lo que esperaban, y las Weird Sisters dejaron de tocar para que la gente abandonara el comedor y se dirigiera a sus dormitorios. Bueno, algunos simplemente aprovecharon para desaparecer por los pasillos con sus parejas, como Lee y la chica de Beauxbatons, Lucía.
En cuanto Allison llegó a su habitación, se encontró a Hermione, que se frotaba la cara con enfado y había dejado los tacones tirados por ahí.
—Herms, ¿qué ocurre? No me digas que Krum te ha hecho algo, porque le lanzaré una maldición, lo juro.
—No. He discutido con Ron.
Pasó a explicarle todo lo ocurrido, y Allison entendió por qué el chico llevaba toda la noche con mala cara. Según él, Hermione se estaba asociando con la competencia.
—Así que Ron está celoso de que estuvieras con Krum.
—No lo sé, pero me da igual. Es un idiota. Si tanto le importaba, que me hubiera pedido antes ir al baile, ¿no? —dijo Hermione con cabreo en la voz.
Iban a seguir hablando, pero Parvati y Lavender entraron entonces, riendo, y Hermione se dio la vuelta, fingiendo buscar algo en el baúl para que no vieran que tenía la cara y los ojos rojos.
no soy tan mala como fastidiar el baile de Navidad plz, eso es sagrado :)) así que espero que os haya gustado ahr. ya veremos qué es lo que acaba ocurriendo próximamente
yyy bueno, que tengo una foto de cómo sería (más o menos) lo que lleva Allison. es del zepeto así que pues eso jsjsjs
ignorad que tiene flequillo porque se supone que Allison ya no tiene vale pero por lo demás todo correcto
gracias por leer <3
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