- Lo agarras así -dijo Jisoo acomodando las pequeñas manos de la niña en su bate, este cayó al piso de golpe ante lo pesado que era-

A pesar de tener 12 años Lisa era bastante flacucha y débil, también pequeña, como su no hubiera sido alimentada debidamente.

- Es muy pesado -se quejo Rosé- Mejor primero le enseñamos lo básico con los cuchillos -dijo sacando una pequeña navaja- Ven aquí Lisa -llamó a la pequeña quien con una sonrisa fue en su dirección arrastrando el bate-

Otra cosa curiosa era que Lisa actuaba como si tuviera menos años.

- Unnie -sonrió esperando un abrazo que recibió, Rosé la cargo y con una sonrisa comenzó a explicar como debía sostener esa pequeña arma- ¿así? -preguntó cuando la pudo sostener correctamente-

- Bien, pequeña rata, bien -felicito Jisoo tomando su bate, Rosé bajo a Lisa al piso donde Jisoo se agachó a su altura- ahora ve y encaja esa navaja en la pierna del tipo, y luego corres hacia aquí -susurro apuntando con su bate, asintiendo con euforia Lisa corrió en dirección al rehén que acababa de entrar al lugar para hacer lo que le habían ordenado-

Le sonrió al tipo que la vio confuso y Mingyu, el gigante que vigilaba al tipo sonrió cómplice y le cedió el paso, recibiendo la afirmativa levantó su brazo clavando con fuerza la navaja recibiendo una maldición y grito.

- ¡Mocosa de mierda! -grito el hombre soltando un patada al cuerpo de la infante lanzando la lejos, la navaja cayendo a su lado-

Con el ceño fruncido y viendo a su espalda observó a sus Unnies caminar hacia el tipo con armas en mano, lo frunció aún más, Mingyu la miró tratando de acercarse para ayudarla, no dándole tiempo reaccionó antes.

Tomando la navaja la arrojó con fuerza directo a la cara del tipo como en algunas ocasiones observó a escondidas hacia su mamá Rosé, el hombre soltó un grito de dolor puro cuando el filo de la misma se vio enterrado en su ojo y aprovechando la distracción Lisa se levantó con rapidez trepando en él para sacar su navaja, entonces corrió de prisa a esconderse tras Jisoo.

- Creces muy rápido rata -dijo Jisoo secándose una lágrima falsa pero sin dejar de sonreír, le estaba tomando cariño a esa niña, ella lo tenia la culpa de nada-

- ¿Quién es? -preguntó Rosé encontrando rasgos parecidos a la niña en el hombre-

- Ludo Manoban -respondió Mingyu torciendo el gesto, Lisa quien se había abrazado a las piernas de Jisoo giro en su dirección-

- Se apellida como yo -dijo con inocencia, ajena al ambiente tenso que se había formado-

- ¡Pranpriya Manoban! -grito el tipo, la sangre no dejaba de brotar de su ojo-

-  Si, así me llamó -respondió ella, el hombre se retorcío sonriendo a pesar del dolor- pero aquí me dicen Lisa -

- ¡Te encontré! ¡Ella te va a llevar, vendrá por ti! -grito carcajeandose con locura-

Frunciendo el ceño, Lisa sacó su navaja acercándose de nuevo y enterrando la misma en su otra pierna, ahogando un poco los gritos con jadeos de dolor.

- ¡Tonto! -grito encajando la navaja repetidas veces en sus piernas- ¡Eres un tonto, Lili me dijo que no lo haría! -grito y la cara de Jisoo se ofuscara antes de ignorar lo que dijo, solo escucho mal, eso es todo-

- ¿Que pasa aquí? -una voz medianamente infantil interrumpió-

- Ludo Manoban, del clan Manoban, irrumpió en busca de Pranpriya Manoban, pero parece tener un interés más profundo que sólo llevarla de regreso -contó Mingyu brevemente, Lisa quien en ese momento estaba salpicada en sangre la miró atentamente-

Su jefa era muy bonita, estaba siendo consiente de su belleza en esos momentos, pero daba un poco de miedo.

- Llévalo abajo -ordenó, haciendo caso al instante y sofocando al tipo de un golpe, Mingyu lo cargo y llevó abajo- Ustedes dos -apuntó a ambas mujeres quienes estaban observando a Lisa- Saquen toda la información que puedan, no importa cómo -

- Ve a jugar con la jefesita, volveremos pronto -sonrió Rosé en dirección a Lisa, sin dejar protestar a Jennie ambas fueron tras el tipo siguiendo a Mingyu y dejando a Lisa y Jennie solas-

- Me voy -dijo dándose la vuelta, Lisa comenzó a seguirla dos pasos detrás- ¿por qué me sigues? -preguntó

- Unnie Rosé dijo que fuera con usted Jefa -respondió con seriedad, ambas le habían dicho que a la jefa se le daba todo y se le trataba con respeto, aunque en el fondo sólo podía admirar lo bonita que era-

- ¿no dirás más? -preguntó extrañada, ante su seriedad, la había visto salpicarse de sangre pero ella estaba más alterada que la niña misma- ¿cuantos años tienes ya? -

- Tengo 12 años Señorita Jennie -respondió, estaba manteniendo su distancia, y solo se limitaba a responder lo que preguntaba, no quería molestarla-

- Bien niña, entraras conmigo ahí dentro, sin gesto alguno, a un costado de mi y sin emitir palabra ¿entendiste? -preguntó alzando una ceja, tratando de verse intimidante sin provocar reacción-

- Si, jefa -respondió comenzando a seguirla dos pasos detrás mientras trataba de limpiar sus manos en la camisa, el olor a sangre era repulsivo-