- Respira -dijo Rosé cuando la vio tensarse- sólo escucha mi voz ¿si? -

Trató de obedecer mientras veía a la mujer en el suelo, tomando su cabello con fuerza la jalo fuera de la alfombra favorita de Jennie, si la ensuciaba ella se enojaria mucho, caminando por el pasillo hacia una de las habitaciones en dirección al sub-suelo ignorando los gritos de Lilian que molestaban su oídos.

Jisoo alguna vez le había dicho que era más fácil pedir perdón que pedir permiso, y eso era justo lo que iba a hacer cuando desquitara su ira.

De verdad había tratado de relajarse, pero su pecho se había agitado cuando escucho a Lilian decir que sólo era una basura que debía ser eliminada.

Ella ya lo sabía maldición, era un fenómeno y no necesitaba que se lo recordarán.

Rememorando el suceso lanzo su cuerpo con brusquedad en una de las sillas amarrando sus extremidades casi cortandole la circulación, sentándose frente a ella la observó.

- Soy tu madre -Fue lo primero que dijo ante su mirada-

- Me importa un carajo -dijo sorprendiendola, su cuerpo moviéndose con la silla y cayendo tratando de levantarse, solo logrando arrastrarse como gusano- Aquí solo estamos tú y yo, no puedes ir lejos, Lalisa ya me había autorizado lo que voy a hacer, a mi hermana no le importas -

- Estoy alejándome de ti defectuosa -dijo con asco- fenómeno, eso es lo que eres -

- No estás en condiciones de sentirte la gran cosa -respondió sin dejar de verla- Vas a morir cuando yo quiera y me dirás lo que quiero que me digas, por cada pregunta no contestada será una uña -

- No te atreverías -amenazó con un gesto serio, se acordó de ella mientras se veía al espejo, antes de que sus manos temblaran de nuevo se acercó a levantarla poniéndola en el centro de la habitación con calma y tomando unas pinzas de la mesa donde reposaban los instrumentos de tortura-

- Fue bueno que me entregaras a la rama secundaria -comenzo a relatar mientras pegaba su cabeza al respaldo de la silla y aseguraba su boca abierta con dos pinzas metálicas- recordé un poco de mi cuidadora, ella era buena conmigo y planeaba huir de ahí el día que los exterminaron -Murmuró mientras extendía un dedo y con su navaja despegaba sus esquinas observando como la sangre comenzaba a brotar- Ese día murió y yo fui traída aquí -asintió con suavidad acomodando la pinza que había tomado para comenzar a jalar lentamente observando sus gestos- hace algunos años me nombraron la Bestia ¿sabes? -dijo terminando de arrancar la uña observando la forma en que se mordía la lengua para no gritar, el lugar olía a putrefacción- Gracias -volvió a hablar después de arrancar otras dos uñas observando la sangre fluir por la comisura de sus labios- De no ser lo ti y los de la primera rama ahora yo estaría en esa silla y no tú -

Sonrió con burla arrancando las pinzas de su cara.

La carne de sus mejillas picada y ensangrentada.

- Ahora hablemos -Murmuró mientras calentaba una bonita marca, esa iba a su colección-

Si ya no podía hacer nada por su podrida cabeza debería dejar de torturarse por eso.

Cuando se eliminará lo que la tenía así en primer lugar estaría mejor.

Fuera quien fuera.