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high on you

Vaso, hielos, alcohol, refresco, deslizar la bebida sobra la barra y tomar el ticket. Básicamente esa es la repetición de actos que más tienen que hacer durante 6 horas los dos jóvenes coreanos, sucede alrededor de 50, 60 y hasta 200 veces, dependiendo de la noche. 

—A ese ya solo ponle refresco —dice Jongin mientras prepara una margarita lo más rápido que le es posible—, no queremos más problemashoy.

El menor hace exactamente lo que dice el moreno y ve como igualmente el cliente se va feliz y balanceándose sin poder distinguir ya si bebe o no alcohol, solo está contento, demasiado para el gusto personal de los dos bartender. Posiblemente eso era lo más difícil del trabajo, o la festividad.... esa que los convertía en robots a los que al final de su turno ya no les importaba nada. 

El nombre de aquella festividad que tanto les complicaba la existencia era la Full Moon Party, la fiesta playera más cotizada y famosa de todo el mundo. Parada obligatoria para los mochileros que recorrían ese lado del mundo (y a los que al parecer les gustaba beber hasta perderse en el alcohol) y para todas las personas que querían vivir una fiesta como si fuera la última de su vida. 

Para Jongin y Sehun aquella fiesta no era nada de eso, ni de cerca. Mes tras mes, cuando luna está llena se celebra, lo cual para los dos coreanos significa que su trabajo se vuelve increíblemente difícil, agotador y drenante.

—¡Solo cinco minutos más, corazón —grita Jongin desde el otro extremo de la barra mientras sirve vodka con fanta en tres vasos distintos. 

Sehun ríe ante la cara de confusión de su rubio cliente, el cual probablemente venga de un país nórdico y por eso no entiende que se hablaron en coreano. 

—Here you have, sir —dice y escucha la risita de su novio a lo lejos. 

Hablar en inglés no se le da bien, pensó que sería suficiente con saber tailandes, pero la playa en esos días era más bien un desfile multiracial con gente creyéndose que todos deben saber inglés 

—Hello preeetty sir, I want a-a mojito and you. 

Un inglés más roto que el suyo propio llega a sus orejas y a las de Jongin, quien ya se encuentra moviéndose velozmente a su lado. El mayor odia bastante cuando intentan ligar con Sehun en el trabajo y al último le pasa lo mismo; se siente muy fuera de lugar. 

—¡Ooooh! eres coreano, ¡justo como yo! —exclama la persona, esta vez en su idioma natal—, dime que tienes soju y si lo tienes dámelo todo. 

Antes de que Jongin pueda intervenir, él y Sehun escuchan más palabras en coreano en medio de una multitud en donde un chico muy alto se está abriendo paso desesperadamente para poder llegar hasta donde están ellos, o más bien, hasta donde está su compatriota desubicado. Luce bastante agobiado pero al mismo tiempo los dos bartenders quieren reírse, sus orejas están muy rojas y trae un tic en el ojos izquierdo que lo hace ver como caricatura sufriendo un colapso nervioso. 

—Baekhyun, vámonos ya por favor, no molestes a la gente, están trabajando, por favor solo vámonos, el guardia de seguridad ya nos ha dicho que saliéramos o te saca a patadas. 

El muchacho ebrio comienza a discutir con el alto, está enfurecido y se quita la ridícula banda que lleva al cuello para comenzar a pegarle al otro cuando intenta llevárselo a rastras por su muñeca.

Poco a poco la gente a su alrededor comienza a olvidarse de su estadio de fiesta y se centran en los chillidos del coreano de menor altura, convirtiendo el ambiente del bar en uno incómodo. 

Sehun y Jongin en el fondo le agradecen, la gente está tan distraída que no se acercan a la barra, a este paso podrían incluso tener energía para pasarse por la playa, después de todo, al día siguiente libran.

—Si ustedes dos sacan a esos otros coreanos de aquí, les doy otro día libre y 100 dólares más a cada uno a final de mes. 

Los dos jóvenes bartenders tiemblan ante la inesperada propuesta de su jefe, quien tan repentinamente como llegó y habló, se va, mirándolos de forma amenazadora. 

El suspiro de pesadez del menor no se hace esperar y mira a su novio, antes de decir las palabras que sin querer convertirán a esa noche en una que difícilmente podrán olvidar. 

Jongin asiente ante la mirada de su novio y luego este sale de detrás de la barra, se mete en medio de la discusión y agarra al muchacho ebrio por ambas muñecas, haciendo que se calle por fin. 

—Vámonos de fiesta, juntos —dice claramente Sehun y el muchacho se pone colorado y boquea antes de poder recuperar sus palabras—, pero viene el muchacho que está ahí —dice señalando a Jongin—, y este a quién tanto problema le das. —Culmina mirando al más alto. 

La sonrisa que sale en la cara del bajito es tan grande que Jongin siente el impulso de alejar a Sehun de ese sujeto raro, pero no lo hace, su novio sabe como tener cualquier situación bajo su control. 

—¡Perfecto! dios mío, alguien con quien no tengo que fingir que sé hablar inglés y otra cosa, además muy guapo, te pediría por Amazon si pudiera —balbucea medio ebrio y ya se encuentra arrastrando a Sehun por todo el bar, seguido de Jongin y el alto—, el otro bartender guapo y Chanyeol vendrán con nosotros, como puedes ver. 

Los cuatro muchachos salen del bar rápidamente porque el bajito se arrastra ferozmente entre la multitud, ya ni borracho parece. Al estar fuera los golpea la brisa con olor a mar y en sus oidos retumba una música diferente, casi pueden decir que fuera hace más ruido que dentro. 

—Vamos al centro de la fiesta, les invito lo que sea, lo juro, tengo muchas cosas interesantes aquí —dice tocandose el bolsillo y pasando su mirada de Jongin a Sehun. Tal vez nunca estuvo exactamente borracho. 

Los menores se miran entre ellos y saben que lo que deben hacer es alejar a esos chicos de la playa lo más posible o el bajito va a amanecer en medio del océano flotando por las malas decisiones que se ve que quiere tomar. 

Jongin entonces se aproxima a ese chico y le sonríe tan encantadoramente que hace que no lo pueda dejar de ver y sonreírle devuelta, pasa un brazo por sus hombros como si se conocieran de toda la vida y le sacude el cabello con su mano libre. 

—Mejor vamos más al este de la ciudad, está bien para pasear y ver paisajes más tranquilos, se ve que ya viste mucha playa —comenta y Sehun asiente para que logren convencer al chico—, nuestro departamento está por allá, seguro podemos conseguirles algún hotel cerca, bonito y con buena vista a la ciudad.

El muchacho alto que se llama Chanyeol comienza a negar con la cabeza y a hacer señas para que paren de hablar, así que Sehun y Jongin se acercan a él porque es obvio que intenta decirles algo que no quiere que Baekhyun escuche. 

—Ustedes dos están siendo realmente amables pero de verdad no creo que las cosas vayan a salir como quieren ustedes, Baekhyun va a querer estar detrás de ustedes toda la noche y aunque intenten ayudarnos, más bien van a arruinar su noche, él es intenso. — Dice y los tres se voltea a mirar a Baekhyun, quién ya está haciendo su siguiente estupidez—, ¡No Baek, otra vez no! 

El bajito se pone en la lengua media pastilla rara y felizmente extiende el resto a los chicos que lo ven estupefactos. 

—¡Se consigue muchas cosas en esta playa! ¿quieren? 

Por supuesto que todos niegan y Baekhyun se encoge de hombros y comienza bailar de un lado a otro para que según él "le suba más rápido". 

—Estoy acabado. —Dictamina Chanyeol y comienza a sobarse la cabeza mientras ve a Baekhyun moverse sin ritmo. 

—No creo que puedas cuidar solo de ese diablo que traes de acompañante. —Le dice Jongin. 

—Creo que te echaremos una mano —continua Sehun—, nos quedaremos contigo hasta que ese se canse, pero no sé cómo harás, porque tendrás que invitarnos a todo. 

Jongin esconde una sonrisa detrás de su puño, disimulando seriedad. La verdad es que para Sehun y él la situación se pone un poco divertida ahora, ya no están de tan mal humor por todo el trabajo ni por tener que lidiar con un extraño en drogas. Puede que el incentivo monetario y el salir temprano los animara, además de que no todos los días ven coreanos en esas tierras y esos dos se ven accesibles; Baekhyun tal vez demasiado. 

La pareja se hace a un lado mientras Chanyeol intenta vaciar los bolsillos de Baekhyun sin éxito. Comienzan a murmurar en voz baja sus planes. 

—Entonces nos apetece fiesta, ¿verdad? —cuestiona Sehun. 

—Sí, por supuesto que sí, además ese enano trae pintas de tener mucho dinero para pasar una buena noche y el otro muchacho me preocupa que pierda la cabeza solo. 

—Pero si el bajito se sobrepasa con alguno de los dos lo golpeamos, ¿cierto? 

—Por supuesto que sí. 

Ambos se voltean y ven como Baekhyun se dirige corriendo en dirección a la playa y que Chanyeol lo sigue por lo que se toman de las manos y van caminando rápidamente tras ellos. La noche acaba de empezar y aún no lo saben, pero no va a parar pronto. 

(...) 

Estar en la playa se siente un poco como sumergirse en otro mundo. La música resuena por arriba de cualquier pensamiento y los destellos de gente que se pinta la cara te hacen sentir que pasan estrellas fugaces a tu lado. El rumor de las olas sorprendentemente se escucha y se complementa con los ritmos movidos de la música. Es maravilloso el olor a mar, la música, la gente diversa bailando y la sensación de libertad. El tiempo se vuelve incalculable, simplemente te olvidas por completo de él. 

Jongin y Sehun bailan juntos, saltando de arriba a abajo y riéndose como dos anormales, de vez en cuando Chanyeol se les une mientras Baekhyun decide colocarse entre alguien y brincotear como si eso fuera un pseudo baile, está hecho un desastre pero por lo menos no ha ocasionado gran problema. 

Y resulta que tiene dinero, mucho dinero, es un muchacho que no tiene nada de que preocuparse por la vida y en ese momento a Jongin y a Sehun les viene muy bien para poder vivir la fiesta tan a lo grande como las personas a las que constantemente tiene que servirles tragos. 

—¡Nunca pensé que se podría bailar y comer cóctel de camarones al mismo tiempo! —dice Chanyeol fuerte para que lo escuchen. 

—¡Ni yo! pero tu amigo lo ha pagado y no puedo dejar de disfrutarlo como sea —dice Sehun y se ríe estruendosamente. 

—¿Qué tal esta Baekhyun? —pregunta Jongin y los tres lo buscan con la mirada. 

Se encuentra bailando en medio de tres chicas y al parecer hablando con ellas pero solo lo observan a él mover la boca, y vaya que la mueve, parece como si su mandíbula fuera a desencajarse. 

— Traelo Chanyeol, hay que darle un chicle antes de que noten que va puesto. 

El más alto se encamina hacia Baekhyun y los otros dos se quedan bailando, tan entusiasmadamente que a Sehun se le cae la copa de cóctel. 

—Ups. 

—Ya lo pagara el rubiesito —le dice Jongin y ambos estallan en risas.

Sehun comienza a escuchar fuegos artificiales de fondo pero no se molesta en voltear para ver las luces resplandecientes en el cielo negro, los ojos de Jongin son más brillantes, más bonitos. No puede controlar el impulso de besarlo así que lo agarra y sus bocas se unen, es magnético el sentimiento, es emocionante el giro de su noche y hace que ambos se sientan más alegres de lo usual, es un ambiente atractivo que hace que su alrededor se sienta chispeante y se olviden de la copa sucia perdiéndose en la arena. 

Su beso se termina cuando Baekhyun se mete entre ambos y los besa en la mejilla a cada uno. 

—Eh, no me invitan. 

—Te conocemos de unas horas —dice Sehun y Baekhyun mueve sus cejas insinuando quién sabe qué—, cómete un chicle y pórtate bien. 

Jongin saca un paquete de chicles de la parte de atrás de sus pantalones y coge uno para Baekhyun, que abre la boca y saca la lengua, mirándolo de una forma tan fastidiosa que el menor decide agarrarlo las mejillas con una mano y apretarlo, dejando su lengua más expuesta para poner el chicle él mismo. 

—Tengo que admitir que se vio sexy. —Dice Sehun pero a la vez toma la mano de su novio y la separa de la boca de Baekhyun. 

Chanyeol palmea la cabeza de Baekhyun y le da un beso sobre la mata de pelo cuando este comienza a masticar su chicle y, sonrojado por la acción de Jongin, decide ignorar que eso pasó. 

—No lo digas muy alto —advierte Chanyeol a Sehun—, Baekhyun flirtea con todo el mundo pero la mayoría de las veces no le suelen hacer caso. —Relata chistosamente el alto—, y no sé qué tan intenso se ponga si le siguen el juego. 

Baekhyun se separa de Chanyeol ofendido y lo empuja por el pecho, sin lograr que el otro se mueva ni un solo centímetro.

—Mentiroso, le gusto a todos, así te conquiste. —Dice firmemente—, a estos dos también puedo. 

Después de su equivocada declaración comienza a meterse las manos en todos los bolsillos con furia por no atinar en lo que busca, pareciendo más ido de lo que está. 

—Tal vez deberíamos ir a una parte más alejada de la orilla de la playa a ver los fuegos artificiales, ¿no te apetece, Baekhyun? —comenta Jongin pero es ignorado debido a que sigue buscando algo el otro. 

La verdad a todos (menos a Baekhyun) les preocupa que la policía vea raro al muchacho y sospeche de que va colocado porque eso no es muy legal y durante la fiesta abundan la drogas y con ellas los policías. La mayor razón detrás de que se quedaran con Chanyeol para ayudar a cuidar de Baekhyun es esa, que por una tontería que se fue de su control no merece pasar por la policía y el otro no merece tener que aguantar ver todo eso. La policía no es justa ni correcta en absolutamente ningún lado. 

—¡Las encontré! —grita por fin Baekhyun—, puedo conquistar a esos dos con esto de acá. 

Lo que enseña son unas llaves de auto, que no para de sacudir y que brillan más de lo que nunca ninguno había visto brillar unas simple llaves. 

—Son las llaves de un Maserati Ghibli. 

—¿Baekhyun de donde rayos sacaste eso? —pregunta Chanyeol notablemente asustado—, además tu auto es casi igual de caro, no necesitas otro. 

—Mi auto está en Corea. 

—¿De dónde sacaste eso? —pregunta Chanyeol al borde de un ataque de nervios y Baekhyun solo decide lanzarle un beso. 

Sehun se va a echarle fresco con una mano al más alto mientras el bajito se ríe como idiota viendo la

situación. Y si que da un poco de risa porque están en medio de un fiesta masiva tratando de calmar a alguien, ignorando que todos se tienen que hablar alto y esquivar a la gente que pasa a su lado. 

Baekhyun comienza a marchar y rápidamente, y los demás, sin otra opción, van detrás de él, para evitar que siga aumentando su condena por si algún policía lo llega a cachar.

—Baile media hora con un señor muy rubio —comienza a contar—, cómo si se me fuera la vida en ello y mientras me decía que parecía muñeco al oído —eso último lo comenta con cara de orgullo—, me dijo que me podía enseñar su coche y yo le dije que mejor me lo prestara. 

—¿Y te lo dio así como así? —pregunta boquiabierto Sehun. 

—No, tuve que bailarle más pegado y decirle que mañana pasaría todo en día con él —dice y rompe a reír estruendosamente—, cosa que no va a pasar porque le daré dinero a alguien del hotel para que se lleve el auto al suyo, el cual no recuerdo el nombre pero tengo su número de teléfono. 

Antes de que nadie pueda decir nada, Baekhyun sale corriendo como si se lo llevara el diablo y los tres chicos altos tienen que salir detrás de él una vez más. 

No saben cómo hace pero corre muchísimo más rápido que ellos, lo cual es preocupante pero no pueden evitar reírse por lo absurdo de la situación. Los vendedores ambulantes gritan desde sus chiringuitos las cosas que venden y la gente que los ve correr los anima, como si fuera normal. Todos a su alrededor están sumidos en buenas vibras y en una gran fiesta, es ridículamente bonito. 

—Creo que la adrenalina del momento hace que me mole el pequeño fastidioso —le dice Sehun a Jongin y este lo coge de la mano para que vaya más rápido. 

—Puede que a mi también —admite el otro y le guiña un ojo. 

Cuando por fin alcanzan a Baekhyun este ya está subido en el despampanante auto del viejo al que se ligó.

—¿Llevamos la fiesta a otro lado? —les dice mientras los chicos luchan por recuperar el aire. 

Chanyeol se rasca la cabeza nervioso y le insiste a Baekhyun en que lo deje manejar pero este se niega repetidamente; ante la situación Jongin le susurra una idea al oído a Sehun y este acepta.

—Vente detrás con nosotros dos. —Ofrece Jongin con seguridad. 

—¡Dios! —exclama, como si un milagro ocurriera frente a él—, ¡Claro que sí! 

Se baja del auto y se abraza a Sehun y Jongin antes de meterse los tres apretados en la parte de atrás, no hay una necesidad real de eso pero ños chicos prefieren mantener en medio de ellos a Baekhyun, lo más pegados que pueden.

—¿A dónde rayos quieres ir, Baekhyun? —pregunta Chanyeol perdiendo los nervios. 

—Bueno, pues podría-

—Oye Chanyeol, ¿Jongin y yo somos tu rollo? —pregunta el menor de todos interrumpiendo a Baekhyun. 

El aludido coloca su mejor cara de concentración, se lo piensa un largo minuto y voltea a verlos—, Sería estúpido si dijera que no. —Concluye y los menores se ríen y se dan un beso frente a la cara de Baekhyun. 

—Entonces sigamos la fiesta en nuestro departamento, podemos ver transmisiones en vivo de la fiesta en la playa y tomar algunas copas más cómodamente, o hacer algo más divertido —propone sugerente Jongin. 

Baekhyun comienza a balbucear exclamaciones y antes de que digan algo más, Chanyeol arranca el coche y salen disparados de la zona, como si fuera una carrera de autos. 

—¡Díganme donde está su casa y en un minuto estamos! —grita Chanyeol y abre las ventanas del coche—, ¡Que buena noche! —exclama a todo pulmón. 

Jongin saca su cabeza del auto y deja que le de todo el viento y Sehun se pone a acariciar el cuello de un Baekhyun al que parece que todo el colocón se le ha ido. 

Así de simple y en solo un rato, les gustó la personalidad descontrolada del bajito y las risas que le sacaron los nervios del otro; el completo sin sentido de su noche y el encanto de no saber si Baekhyun iba a hacer algo que los sacara de quicio o que les causara gracia mezclada con ternura era demasiado atrayente. No le pedirán más a la noche, ni a la fiesta, justo en ese momento la verdadera celebración va a comenzar con esos dos. 

—¡Es la mejor fiesta de la luna llena de la vida! —grita Chanyeol y Baekhyun se le une. 

Definitivamente les gustan a Sehun y Jongin. 


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