*15*
[3:22 a.m.]
Cuadrante KX37-29
Lance no podía evitar ver a Keith mientras dormía. Era lindo, lucía como un niño inocente y frágil, débil ante cualquier tempestad, definitivamente se podía olvidar de ese espadachín que había acabado con una tiranía universal; así sólo era un pequeño de emociones de cristal.
Temía por él, temía como nunca lo había hecho.
Keith ahora mismo no tenía control de sí, su comportamiento era errático e impulsivo, no encontrar a Krolia lo estaba lastimando, parecían haberlo roto por la mitad destrozando cualquier ligamento entre ellos y aún así su expresión de dolor sería menos marcada. Keith se estaba hundiendo a sí mismo, a duras penas lo había convencido de dormir.
Llevaban semanas enteras buscándola, pero no parecía haber rastro.
Shiro, los Holt y la espada de Marmora estaban combatiendo contra la nueva rebelión galra, que por alguna razón habían recibido apoyo de algunos otros planetas. Keith, Lance, Ezor y Acxa sólo tenían la misión de encontrar a Krolia.
Keith no tenía nada en su mente más que venganza. Habían tenido relaciones a penas un par de veces desde todo eso, y aunque notaba los esfuerzos del mitad-galra por lucir animado; podía sentir en él ese deseo agónico de perderse en su cuerpo, de ahogarse en el momento, de entregar hasta su último suspiro. No era violento, al contrario, todo se volvió muy suave, como si Lance estuviera tocando a un ser hecho de aire, su cuerpo era muy liviano, se movía con facilidad, casi parecía un cadáver.
Y no es que Lance no disfrutara de esos momentos, él era grandioso en el sexo aún así; pero no era algo que prefería, no era algo que siquiera lo pusiera de buenas, le atormentaba ver lo perdido que estaba su novio. Se dejaba hacer cuando Keith se lo pedía, más que nada para distraerlo y traerlo a la vida un momento, pero ya no era algo que buscara.
Sólo quería a su Keith de vuelta, a ese niñato inmaduro con el que adoraba discutir, a ese líder necio que negaba su propio liderazgo, a ese emo complicado.
Acarició su cabellera ¿Por qué demonios tenía su cabello tan suave? Lo dejó descansar ahí y empezó a avanzar por los pasillos de la nave que los transportaba hasta quedar frente a una plataforma de pared transparente que daba una asombrosa vista del universo. Podía perderse siempre en ese panorama, era igual que el cielo nocturno de Varadero, siempre tan oscuro e iluminado a la vez, siempre tan inmenso.
—Es lindo ¿Verdad?— lo distrajo la voz de Ezor. Regresó a verla y le respondió con una sonrisa.
—Sí, lo es. Es sorprendente.— Ezor empezó a caminar hacia él hasta quedar lado a lado contemplando la vista. Permanecieron callados por un par de doboshes hasta que finalmente se escuchó un ligero soplido de Ezor.
—Me alegro que hayas logrado dormir a Keith, el gruñón ya lo necesitaba.— Lance río. Ezor era muy dulce, siempre mantenía la paz en donde estuviera; toleraba el mal humor que últimamente se cargaba Keith.
—No es nada. De por sí ya estaba cansado, sólo tenía que recordarle el mucho sueño que tenía.— la fémina se talló los brazos, parecía estar un poco inquieta, no mantenía en su rostro esa sonrisa típica de ella.— ¿Pasa algo?— ella negó intentando cambiar su gesto de aflicción.
—No, es sólo que me parece muy lindo que Keith tenga alguien como tú, alguien que encuentre cómo hacerlo dormir incluso en medio del caos.— podía ver el intento de sonrisa en su rostro, pero la tristeza era más que evidente. Lance sabía a qué se debía el comentario, ambos se habían vuelto un tanto cercanos después de la guerra y aunque ella nunca le dijo nada directamente, pudo notar un cambio radical desde que la dejó de ver con Zethrid.
—Nunca me dijiste que pasó entre ustedes dos.— mencionó Lance sin verla a los ojos, ambos aún tenían su mirada perdida en el espacio.
—Ella... siempre creí que Acxa era la que era distinta a nosotras ¿Sabes? Pero al parecer siempre fue Zethrid. Mi niñez no fue tan complicada comparada al del resto de los mestizos, mi padre era un general de alto mando y supo cómo esconderme. Ella, por lo que me dijo, siempre era rechazada, incluso por su propia familia, no parecía ni pertenecería a los galra jamás; es normal que tenga hambre de poder ahora.
—¿Entonces ella...?— Ezor asintió con pena.
—Sí, ella apoya a los conservadores galra, al parecer le han prometido un puesto importante porque necesitan el apoyo del lado mestizo, aunque no lo creas, somos más de los que imaginas, con ella en sus filas es fácil que la sigan. Lotor se encargó de volverla una líder.— tomó una bocanada de aire, todo esto le estaba cayendo por demás pesado.— Empecé a notar que se comportaba raro hace varios phoebes, pero recientemente la escuche hablar sobre eso en nuestra propia casa. No creí que ese movimiento fuera real, lo tome a chiste, los ideales que me planteo eran estúpidos, pero supe que lo era cuando ella prefirió seguirlos a ellos y no quedarse conmigo.
No lloraba, simplemente dejaba que las palabras llevaran la tristeza consigo mientras su mirada se perdía en el infinito, con el vacío albergándose en ella. Podía imaginarse lo traicionada que sentía, desde la primera vez que las vio estaban juntas, parecían leales una a la otra, incluso recordaba la batalla que tuvieron Zethrid por que ella no encontraba a Ezor. Parecía toda una mala broma que al final la hubiese cambiado.
Y su amiga parecía haberse quedado seca, haber perdido una parte de sí con la partida de Ezor
—Lance, Keith tiene pesadillas.— abrió los ojos de par en par ¿Cómo sabía eso? Regresó a verla, ella tenía su mirada sumergida en el suelo.— Lo sé, durante los viajes que emprendimos con él para ayudar a los planetas damnificados lo supe.— se había agitado con notoriedad, Ezor ni siquiera tuvo que voltearlo a ver para saberlo.— No te asustes, todos los galra tenemos los llamados sueños violentos al llegar a nuestra madurez, tenemos alguna que otra precuela pero nada importante, unos pocos no sobreviven a ellos porque se lastiman demasiado, pero sí pueden llegar a controlarse, y más si estás con alguien que te tranquiliza.
El corazón de Lance palpitaba con velocidad ¿podían llegar a morir? ¿Keith sabía de esto y por eso se negaba a dormir en las noches? ¿Algo tenía que ver el sueño que él había tenido durante la primera noche que durmió a su lado? Carajo, un montón de dudas se formaban en su cabeza, estaba temblando.
—¿Él lo sabe?—Ezor asintió pero luego negó.
—Es probable, más si pasó alguna noche solo, debió haber notado alguna que otra herida en su cuerpo; pero él no fue criado junto con otros galra y seguro que a Krolia se le haya pasado decirle, quizás no sepa qué es lo que está pasando exactamente.
"Okey Lance, ya no hagas más preguntas que te consuelen a ti; piensa en preguntas que te respondan sobre cómo le puedes ayudar"
—¿Cuánto durará esto?— cuestionó.
—Depende de cuánto tiempo lleva ya. Dura dos años terrícolas aproximadamente.— eso le consolaba y le aterraba a su vez, porque no sabía cuánto tiempo llevaba con esas pesadillas y por cuanto tiempo más eso se prolongaría. Debería alegrarle ya saber todo esto, pero una pregunta seguía haciendo eco en su cabeza.
—Esto no nada más me lo dices porque él lo está pasando ¿Verdad?— ella apretó sus labios sin poder regresar a verlo aún.
—Me han dicho que los traumas de guerra estando dejando más heridos de gravedad de lo común, y Keith estuvo en medio de la guerra, estuvo en el centro de toda ella.— Lance tembló, carajo. Él no estaba durmiendo, él no estaba durmiendo absolutamente nada; sólo estaba atrasando ese proceso y el hecho de que tuviera que enfrentarse a lo de Krolia podía ponerlo peor. Sentía su corazón aturdido, a penas y conseguía respirar.
Lance posó sus manos en su rostro sintiéndose frustrado y desesperado, asfixiado. Carajo ¡Más le valía a Krolia estar viva o...! Agh, mierda ¿Cuál era esa maldita manía de los Kogane de lanzarse hacia la muerte? Apretó sus puños con fuerza, tenía unas ganas inmensas de lanzar todo a su alrededor. No podía permitir que todo esto le sucediera, no a él, no ahora que ya lo tenía a su lado para protegerlo.
—¿Interrumpo algo?— interrumpió Acxa apareciendo por la compuerta de la habitación. Ambos jóvenes negaron y la fémina procedió a carraspear un poco.
—Mensajeros reportan haber visto a Krolia recientemente en un planeta del cuadrante cercano, ya redireccioné la nave en camino para aterrizar en un par de vargas. Confirme la información con los dispositivos térmicos de seguridad del planeta y coinciden con la información.— Eso quitaba un malestar de Lance pero sin duda todavía seguía teniendo un gran peso encima. Saberla viva no lo reconfortaría tanto hasta tenerla ahí con ellos.
—Bien.— enuncio Lance con suavidad.— Gracias por estos Acxa, en serio.— ella asintió con una pequeña sonrisa y se alejó con su típico silencio. Ezor y el moreno sólo observaron como ella se alejaba.
—Creo que iré tras de ella.— soltó en un suspiro la fémina.—Conducir por quintantes seguidos puede ser irritable sin un copiloto. Fue lindo charlar contigo, Lance.— y empezó a encaminarse hacia donde Acxa para alcanzarla, pero antes de eso, él moreno la detuvo. Ella por fin regresó a verlo, la mirada del chico era consoladora, un poco triste, pero consoladora al fin y al cabo.
—Lamento lo de Zethrid y tú, jamás lo hubiera visto venir.— la chica permaneció a penas un segundo quita cuando después procedió a encogerse de hombros y hacer una pequeña sonrisa de media luna.
—Yo tampoco lo vi venir, pero ha decir verdad lo tuyo con Keith era algo que sabía que sucedería tarde o temprano.— su corazón se detuvo por un instante. Hasta Ezor lo había notado, todos lo había notado excepto él ¿Es que acaso fue ciego? Rió un poco, sí que lo fue, tener una rivalidad con él fue la cosa más confusa que hizo en su vida, él jamás anheló ser su rival.
—Espero que encuentres a alguien que no te abandone. También lo mereces.— la chica respondió con una sonrisa y se retiró del cuarto.
Todos se lo vieron venir menos Keith y él, era irónico e hilarante.
Caminó hasta la habitación nuevamente sólo para encontrarse con Keith profundamente dormido debajo de esas sábanas. Dibujó una suave sonrisa mientras lo veía, jamás se cansaría de hacerlo, siempre luciría igual de maravilloso como la primera vez.
No pudo resistir la tentación y se recostó a lado de Keith hundiéndose en las cobijas , el Kogane pareció notar la intromisión a su cama aun inconsciente y volteó su cuerpo para abrazar el torso de Lance. La ternura estaba recorriendo el cuerpo del moreno, se sentía flotando en las nubes; ese emo tonto siempre hacía cosquillear su piel hasta con el más mínimo gesto.
—No me vuelvas a abandonar en la cama.— lo escuchó gruñir todavía con los ojos cerrados. Lance negó divertido, él estaba despierto.
No pudo evitar buscar alguna herida en su cuerpo, algo que le mostrara que él la estaba pasando mal, afortunadamente no fue así.
—Perdona, estabas dormido y no quería molestarte.— Keith abrió los ojos para ver frente a frente a su acompañante y analizarlo mejor. Sonrió, él siempre estaba ahí, con su tranquilidad, con esa manera tan única de aplacarle todo dolor interno, con esa forma de ser que no le terminaba de encantar. Pero podía ver que guardaba un secreto, algo le estaba ocultando.—Keith.— soltó un tanto inquieto.—Encontraron a Krolia, dice Acxa que llegaremos en un par de vargas.— él elevó una sonrisa un tanto alegre por la noticia, pero en realidad, eso era en lo que menos quería pensar ahora.
Se sentía agotado, demasiado y por primera vez se sentía en deseos de obedecer a Lance: tenía que dejar descansar su cuerpo, sino terminaría colapsando.
Era parte de crecer.
—Gracias Lance.— respondió mientras se adhería más al torso del cubano.— Pero justo en este instante, sólo quiero dormir todo ese tiempo con mi novio a lado ¿Estás de acuerdo?— el corazón de Lance podía respirar mejor con eso dicho, eran las palabras más optimistas que le había escuchado decir a Keith en estos últimos días.
Él también se sentía agotado, bastante; dormir con Keith le parecía la mejor idea de todas.
—De acuerdo.— y en un instante, sus labios se pegaron en un beso suave pero fuerte. Estaba equivocado, muy equivocado, estar a lado de Keith siempre era algo que buscaría, no había nada más idílico que eso. Tenerlo a su lado era perfecto.
Al instante durmieron, no tardaron en conciliar el sueño.
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