Epílogo.
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20 años después
El silencio y la tranquilidad que habitan en el ambiente de esta oficina comienzan a envolverme. Juro que puedo escuchar como las motas de polvo danzan a mi alrededor. Sin embargo yo soy todo lo contrario, los nervios y la incertidumbre invaden todo mi interior. No puedo despegar la mirada de ese maldito sobre color blanco. Hace más de dos horas que ha llegado a mi oficina y no puedo abrirlo. Pareciera que ese brillo y esa blancura se burlaran de mí a cada segundo, pues aunque no lo quiera aceptar... sé lo que ese sobre contiene.
—Vamos Dante Collins, sólo tómalo y ábrelo— digo en un intento vano de darme a mí mismo el valor suficiente para abrir ese sobre. Así es que parece que mis palabras logran algún efecto, pues lo tomo. El sobre al contacto es suave. Incluso puedo imaginar que ella posó sus dedos en este mismo papel. Y teniendo esa imagen en mi cabeza, devuelvo el sobre al escritorio, no, yo no puedo hacerlo. Sé que ya ha pasado el tiempo suficiente, pero también sé que cuando abra esto, una de las cicatrices sangrará hasta dejarme acabado.
Así es que me pongo de pie derrotado y llevo la mirada hacia afuera del edificio. Trato de no mirar abajo, pes aún le tengo mucho miedo a las alturas, pero claro que quería mi oficina en el último piso, la vista de Nueva York es hermosa desde este punto. Además nos encontramos en diciembre y todo aquí está cubierto de nieve.
—Señor Collins— escuchar esa voz salir del teléfono me despierta por completo. —Tiene dos mensajes muy importantes— anuncia mi secretaria con un tono de voz amable y jovial.
—¿Qué ocurre Hellen?— le pregunto mientras presiono el botón verde.
—Su hermana Hillary dice que los inversionistas están a punto de cortarle la cabeza porque no se ha hecho el depósito correspondiente. Ella dice que necesita ese dinero. También tiene un mensaje del señor Barry Maxwell, me ha dicho que es muy importante que lea la invitación que le he dejado en su escritorio esta mañana. Ya la ha visto, ¿cierto?— cuestiona la joven. Sí tan sólo supiera que desde hace dos horas no puedo dejar de pensar en esa maldita invitación.
—Sí, pero he estado ocupado y no la he abierto. Por cierto, dame esos números de cuenta para que hable con el banco, y dile a mi hermana que deje de ser una llorona, ¿algo más Hellen?— tan sólo quiero estar solo un momento más, quiero digerir el momento exacto en el que abra ese sobre.
—Así es señor Collins, su esposa va hacia su oficina— comenta Hellen. De inmediato llega a mis oídos el sonido de sus tacones. Y en menos de un segundo, la puerta se abre de repente, dejándome ver al amor de mi vida frente a mí.
—Hola cariño— saluda mi bella esposa mientras abre la puerta. De repente toda la habitación se llena de ese embriagante perfume. Además de que la tranquilidad y paz que ella siempre me transmite comienza a entrar por mis poros. Siempre cuando la tengo a mi lado me vuelvo más fuerte y valiente. Sin duda la amo con toda mi alma.
—Hola señora Collins— dicho eso, le extiendo los brazos. Ella entiende mi anhelo por tenerla cerca de mí y comienza a caminar lentamente hasta mí encuentro. Cuando ya está a mi lado, se sienta en mis piernas y comienza a besarme. Y aunque nos hemos besado miles de veces, cada beso aún logra un escalofrío en todo mi cuerpo. Esos labios suaves y con sabor a fresa me encantan. —¿Qué estás haciendo aquí linda?— le pregunto con sus labios aún en los míos.
—Sólo quería venir a ver a mi esposo— contesta. Así que ella comienza a acariciar mi cabello y yo la miro con una ceja levantada. Las últimas semanas ella sólo ha venido porque nuestros hijos se han metido en problemas en la escuela.
—Dime la verdad, ¿qué hicieron Elliot y Logan? Tan sólo dime que no incendiaron la escuela— la hermosa mujer comienza a reír y su risa entra a mis oídos como una droga.
—No siempre vengo cuando hay problemas Dante— comenta ella aún con una sonrisa. Y no puedo evitar mirarla embobado mientras enredo mis dedos entre su suave y sedoso cabello.
—La última vez Elliot se metió en problemas y Logan estuvo en la dirección— le contestó. Pero dejo un beso en su mejilla y me pongo de pie para que ella se siente en mi sillón, el sillón del jefe.
—Bueno, sí, tienes razón, pero...— y mi esposa detiene su monólogo cuando ve el maldito sobre color blanco encima del escritorio. Creí que lo había guardado. —¿Qué es esto Dante?— cuestiona ella curiosa. Amo cuando sus ojos se llenan de brillo al ver algo nuevo. Así es que me recargo en el escritorio frente a ella.
—Una invitación de Barry Maxwell— mi hermosa esposa abre los ojos emocionada, a decir verdad, hacía mucho que ella no oía de mi mejor amigo. Aunque yo no dejo de hablar con él todos los días.
—Cada vez que escucho ese nombre, recuerdo toda mi juventud, ¿a dónde nos invita querido?— una sonrisa coqueta sale inevitablemente de mis labios cuando ella me mira a los ojos fijamente.
—Está cumpliendo quince años de matrimonio feliz— en voz alta esto parece ser más real. Por lo que ella se pone de pie emocionada y comienza a decirme.
—Claro que vamos a ir, ¿verdad amor? Tengo muchas ganas de ver a esa pareja feliz. Quiero que Logan y Elliot conozcan a Grace, la hija de Barry, enserio esa chica es idéntica a su madre— una sonrisa rota llega a mis labios cuando escucho lo último. Gracias al cielo mi esposa no se dio cuenta, pues como ya lo he dicho, aún hay cicatrices sin cerrar.
—Vamos a ir linda, es mi mejor amigo, además ya son quince años de matrimonio, merecen una celebración— ella me mira coqueta y se acerca a mí de repente. Su aliento mentolado entra a mis fosas nasales y yo sólo quiero besarla.
—Nosotros también estamos a punto de cumplir quince años de casados— comenta ella con una sonrisa.
—Entonces deberíamos de pensar en lo que haremos— y cuando ella está a punto de decirme otra cosa, su celular comienza a sonar, arruinando toda la magia del momento.
—Lo siento cariño tengo que irme a trabajar, me gustaría seguir aquí contigo un rato más, pero, nos vemos a la hora de la cena. Te amo Dante— ella deposita un beso rápido en mis labios, aunque eso basta para dejarme completamente embobado.
—Yo también te amo Lauren— le respondo. Así que sus hermosos ojos grises se quedan pegados a los míos, mientras la luz del sol se refleja en su cabello castaño y su piel pálida como la nieve. Después ella desaparece por la puerta y yo me quedo con el corazón regocijado.
Bien, creo que ya es el momento de enfrentarme al pasado, digo, ya lo hice hace quince años, pero lo dejé pasar, simplemente quise omitir ese momento en mi vida. Pero no, hay que dejar de ser un cobarde y enfrentarme a lo que he borrado de mi mente. Por lo que decidido tomo el sobre blanco y saco la nota dentro de él, así es como comienzo a leerla. Digo, no hay nada fuera de lo normal, sólo un bello mensaje sobre el matrimonio y también cuenta con el día, el lugar y la hora del evento. Aunque mis ojos se quedan clavados en un punto en específico de la invitación. Justo al final veo los nombres del matrimonio Maxwell.
Esperamos contar con tu presencia. Se despiden.
Dakota y Barry Maxwell
Con una sonrisa en los labios dejo que una lágrima salga de mis ojos. Después de todo, me alegra que ellos se quedaran felices juntos, yo fui respetuoso y acepté la decisión de Dakota. Sin duda ella estuvo molesta conmigo por mucho tiempo, hasta hace quince años, cuando me mandó una carta explicándome la razón de su decisión. La cual aunque no lo quiera aceptar ella, la tomamos Fiona y yo.
Así es que tomo la llave en mi escritorio y abro el último cajón del mismo. Ese lugar es donde guardo mi pasado. Incluso huele a recuerdos. Mis ojos se quedan clavados en las notas de Andrómeda, también en el panfleto de 20:17. Pero lo que se lleva mi atención por completo, es esa carta amarillenta y bastante arrugada. Puedo decir con l corazón roto en la mano, que de tanto leerla, me la sé de memoria, la he leído tantas veces que es imposible contarlas. Así es que guardo la invitación de Barry y Dakota, para sacar esa carta. Por lo regular siempre que termino de leerla la arrugo y la lanzo contra la pared, pero siempre la termino por guardar. Ya hasta he intentado quemarla, pero es que no puedo.
Entonces hago todo a un lado de mi mente y comienzo a leer la carta de mi antiguo amor. Leo la carta que siempre termina por romperme el corazón.
20 de junio de 2012
Querido Dante:
A decir verdad he estado frente a esta hoja una hora desde hace una semana. Es que simplemente no sé cómo expresarte lo que siento. Nada escrito o hablado podría compararse al huracán que vive dentro de mi pecho. Lo único que sé, podría englobar un poco esos sentimiento, son dos palabras: lo siento. Sé que fui una estúpida al no hacer indagaciones al respecto, sé que debí de preguntarte antes de dejarme derrumbar en un mar de sufrimiento. Ahora, cinco años después de tu partida, m tía Fiona me ha contado la verdad de todo. Me ha dicho que ella te obligó a dejarme, porque creyó que era lo correcto, porque necesitaba olvidar todos estos malos momentos. Lamentablemente tú estuviste en la mayoría de ellos, pero no porque tú los provocaras, sino porque tú siempre estuviste ahí cuidándome.
Te juro que después de la graduación ya nada volvió a ser lo mismo. Tú tomaste un vuelo a Inglaterra, donde me dijeron eras muy feliz. Yo por mi parte me fui a Los Ángeles, pero nunca saliste de mi cabeza, jamás pudiste hacerlo cariño.
Me prometí a mí misma que no lloraría mientras escribía esto, pero es que es simplemente inevitable. A veces pienso en un mundo en el que nunca te hubieras ido, ¿seguiríamos siendo felices? Por supuesto que sí, o al menos haría todo lo posible para que fuera así.
Debo de admitir querido Dante, que me vi sumida en una terrible decepción cuando me dejaste. Creí que jamás podría superarla, pero entonces llegó la persona que volvería a darle color a mi vida. Quizás ambos ya estuvimos destinados desde el principio. Pues aunque me alejara un millón de kilómetros, de una u otra manera él tenía que aparecer.
Con estas palabras claro está no estoy queriendo pedirte volver a tus brazos llorando y que todo sea como antes, pues aunque no queramos admitirlo, ya es demasiado tarde. Por eso es que te escribo esto, porque quiero que sigas tu camino. alguien me dijo que todos los días preguntas por mí, ya no lo hagas. Vive, vive la vida que siempre quisiste para ti. Al menos yo lo estoy haciendo.
Tampoco con esta carta quiero justificar mis acciones, pero debo de decirte algo muy importante. Me voy a casar. En un par de semanas será la boda. Yo creo que eso ayudó a que mi tía se sintiera culpable y me confesara todo lo que había guardado por cinco años. Y como sé que no hay otro hombre más importante en mi vida que tú, quiero que vengas a mi boda, quiero que seas parte de ella. Por si te lo preguntas, me casaré con el hombre de mi vida, Barry Maxwell, el hombre que me regresó a la vida cuando tú me la quitaste.
Ambos estaríamos muy contentos de tenerte aquí, yo lo estaría. Aunque sino quieres, podría entenderlo. Sólo quiero que sepas que te quiero como a nadie en la vida. Y Dante, ¿hasta cuándo dejaremos brillar nuestra luz? Yo ya lo decidí, jamás dejaré de brillar en la vida, ¿y tú? ¿Ya te atreviste a vivirla?
Atte.
La chica que te buscará entre las estrellas.
Dakota Harrison
Esta vez dejo que la sonrisa en mis labios siga ahí hasta el final. Ella tiene razón, después de todo ambos decidimos seguir viviendo la vida que ambos quisimos, lamentablemente el mundo se encargó de que no la viviéramos juntos. Aunque eso no significa que me arrepienta de haberme casado, tampoco que me arrepienta de tener a mis hijos, y sé que ella piensa igual. Ambos somos felices y eso es lo importante.
Así es que guardo de nuevo esa carta, pues me ayuda a viajar a esos años de oro. A los momentos en los que ambos estuvimos juntos. Si tan sólo pudiera regresar el tiempo lo haría, no sé si trataría de cambiar el final, pero de lo que estoy seguro es de que los volvería a vivir con la misma pasión que en ese entonces.
Después de todo, ¿hasta cuándo dejáremos que se opaque nuestra luz? Yo tengo la respuesta. Hasta que se acabe el sol en el cielo, hasta que se acaben las estrellas del firmamento, hasta que Dakota y yo podamos estar juntos... así es, nunca. Y con eso en mente, sigo con lo que ella me encomendó: vivir mi vida hasta el final y con una sonrisa en los labios.
Terminada de publicar el 17 de marzo de 2018
a la 1:15 p.m
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Nota final:
Hola mis constelaciones. Antes de que se vayan quisiera pedirles un favor, claro, ustedes ya me hicieron uno enorme al llegar hasta este punto de la obra. Pero quisiera saber lo que les ha parecido la historia, por eso me gustaría que dejaran un comentario en la sección "Epígrafe" diciéndole a los nuevos lectores las razones por las que deberían leer "20:17 ¿Hasta cuándo?" de principio a fin. Cuéntenles su experiencia y lo que sintieron mientras leían a Dante y sus amigos. Por cierto, les quiero pedir de la manera más atenta que no se vaya a escalar un spoiler je je, queremos que ellos también disfruten la experiencia de saber los enigmas de esta historia.
Pido esto, pues a veces no puedo conocer las opiniones de todos y estaría muy emocionada de hacerlo. Ustedes hacen que este proceso de escritura sea aún más hermoso.
Muchas gracias por todo, gracias por sus votos y comentarios, me hacen muy feliz cada día.
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