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43. 𝑫𝒆𝒔𝒊𝒓𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝑳𝒖𝒔𝒕

📅 VIERNES 23 de JUNIO DE 2023

📅 DOS DÍAS DESPUÉS

📍 MALLORCA

📍 DISCOTECA SON CALAT

Habían preferido irse a un reservado donde poder charlar, beber y bailar sin mezclarse con nadie. Bastante tenían con la prensa, la cual, había descubierto que la despedida de solteros de Carlos Sainz y su "novia" se celebraba en Mallorca. Y desde entonces, intentaban sacar la mayor cantidad de fotos tanto de la pareja como de su invitados.

Darcy giraba su copa de zumo de frutas entre sus dedos. Al darle el pecho a su hija, no podía beber alcohol, y si lo hacía, tendría que estar por lo menos 24 horas, sin dárselo, y ella prefería no beber y no privar a su pequeña de la teta de su madre. 

- La verdad es que has tenido mucho coño en decirle a Bianca que mejor que no venga -le decía la pelirroja a Valeria enganchada a su brazo. Ambas estaban sentadas en uno de los sofás haciendo confidencias con el resto de las chicas.

- Yo soy muy clara, Darcy. Y Lando es mi amigo, no ella. Además, estoy harta de que me lo vuelva loco. No para de pedirle un descanso para luego volver a los dos días. Solo espero que esta vez, sea la definitiva -le contestó Valeria chocando su copa con la de su hermana. 

- Bianca no se merece a Lando –apuntilló Diana bebiendo de su copa de champan.

- En eso coincidido contigo –apoyó Darcy a Diana- me da a mí que Bianca pasa de Lando.

- ¡Pues menuda idiota! Con lo follable que está Norris -les admitió Diana con una pequeña sonrisa.

- En eso coincido contigo -contestó Thalía alzando su copa.

Las chicas siguieron hablando dejando a un lado el tema de Bianca y Lando. De vez en cuando, y si la canción que sonaba les gustaba, se levantaban para bailar, algo desinhibidas, sabiendo que nadie las molestaría ni se sentirían observadas.

- Disculpe, señoras, de parte de aquellos caballeros de allí.

Un camarero puso encima de su mesa dos botellas de champan Don Perignon con sus correspondientes copas. Lenna fue la primera en alzar su cabeza y cuando lo hizo, no pudo menos que carcajearse.

- Por favor –le dijo ella al solícito camarero- ¿podrías decirle a los caballeros que nos ayuden a abrir las botellas?

El chico asintió, mientras el resto de las chicas miraban hacia quienes las habían invitado.

- ¡No me jodas! –dijo Darcy riéndose- con la de miles de discotecas que hay en Mallorca y precisamente tienen que elegir ésta para celebrar su despedida de soltero.

Las chicas se giraron en la dirección que les marcaba Darcy. Carlos, Charlie, George, Lando y algunos de los pilotos que el madrileño había invitado a su despedida, estaban en una esquina pendientes de ellas. 

- A lo mejor a mi se me escapó donde íbamos a estar...

Valeria mordió su labio superior y se puso en pie en cuanto vio a Carlos venir hacia ella. Se arrojó a los brazos de su futuro esposo y ambos se besaron enloquecidos.

- Menuda, traidora –dijo Lenna agitando su copa en dirección a su amiga la cual parecía engullir la boca de Carlos.

- ¿Tú no quieres besos mi vida? –George se acercó a su novia y la atrapó de la cintura siendo recibido por los labios de la almeriense, quien, durante unos buenos segundos, dio buena cuenta de la boca de su novio.

- Max por dios –dijo Darcy agitando su mano en dirección a su novio- ven ya a comerme la boca.

Diana y Thalía se apartaron de las escenas románticas que se sucedían enfrente de ellas. Ninguna de las dos tenía pareja, pero, a ambas les llamaba la atención alguno de los pilotos que también estaban solos esa noche. 

Charlie estaba ajeno a las escenas que se sucedían delante de él. Sólo tenía ojos para ella. La preciosa chica a la cual miraba sin disimulo igual que ella hacía lo mismo con él. Esta noche estaba preciosa con esa sugerente falda. Se acercó muy lentamente fijando toda su atención en sus preciosos ojos. Era de ser educados saludar a su amiga aparte de una compañera de Ferrari.  En cuanto estuvo a su lado, besó ambas mejillas demorando sus labios en ellas. La chica se agarró a su cintura aspirando el suave olor de su fragancia masculina.

- Estás hermosa –le dijo él en apenas un susurro, logrando que las mejillas de ella se encendieran.

- Eso se lo dices a todas, Leclerc –le contestó ella de manera sugerente.

- ¿Qué todas?

Ella soltó una carcajada y llevó su copa a sus labios sin apartar su mirada de la de Charles. Necesitaba besarlo, pero ya. Porque una vez que había probado los labios del monegasco, eran los únicos que quería besar de nuevo.

- ¿Estás mirando mi boca? –le preguntó él con una leve sonrisa.

Ella le devolvió la sonrisa mojando sus labios. Dejó la copa que llevaba en una de las mesas y cogió la mano de Charlie para llevárselo fuera del reservado. Nadie se percató de su ausencia, pues cada uno estaba ocupado en sus propios asuntos.

Tiró de Charlie hasta entrar en el reservado de al lado. No había nadie, y la tenue luz y unas cortinas, los escondieron de miradas indiscretas. La chica puso sus manos alrededor del cuello del monegasco mientras él hacía lo propio en su trasero, el cual apretaba a su antojo.

- Tu habitación está en la otra punta de la casa –le dijo Charlie llevando su boca hacia su cuello. Llevaban todo el día viéndose, y solo habían compartido una corta ración de besos cuando ambos coincidieron en la casa que los padres de Carlos tenían en Mallorca, lugar, donde estaban alojados. 

- La mitad de los de aquí, están borrachos. Seguro que no se enteran.

- Dame un adelanto, cherie. Llevo muchos días sin estar contigo -le pidió él haciendo un pequeño puchero con su boca. 

- No tantos días. Te recuerdo que yo también estoy en Ferrari. Somos compañeros de trabajo -le recordó ella acercando su boca a la suya. 

- Pues llevo muchos días sin probar tus labios entonces, compañera. 

- Impaciente.

Ella deslizó sus manos por detrás de su cuello y lo besó lentamente provocándolo con su lengua. Charlie la recibió y devoró su boca logrando que todo el cuerpo de ella temblara de deseo. Sus labios se besaron en sincronía, saboreándose el uno al otro, y aceptando lo evidente, ninguno de los dos había sentido nunca lo que experimentaban al estar juntos.

- Ahora –le dijo Charlie mordiendo su labio. Esa palabra. Esa era la que utilizaban cuando querían estar juntos. Cuando las ganas podían con ambos y se arrojaban el uno sobre el otro desesperados.

- Ahora –le contestó ella subiendo la falda de su vestido. Las manos de Charlie se posaron en sus muslos abrasando la piel de la chica.

Era deseo. Pero también era algo más. Eran las ganas de saciarse el uno del otro, y no conseguirlo, porque, nunca se acaban las ganas.

📅 MÁS TARDE

El variopinto grupo de pilotos llegó a casa que los padres de Carlos tenían en Mallorca, a altas horas de la madrugada. Excepto Darcy y Max que dormían en un hotel cercano, el resto estaban allí. La mayor parte de ellos estaban embriagados por el alcohol. La despedida de solteros de Valeria y Carlos, la habían celebrado a lo grande.

Lando y Charlie compartían habitación. El monegasco estaba más sobrio que los demás, pues, sus intenciones esta noche eran las de visitar la cama de la chica que le había robado el corazón. Ya no podía aguantar más. Los dos en el mismo techo y disimulando.

- Oye, Lando, ¿a ti te importa cambiar de compañera de habitación? –le preguntó Charlie mientras se ponía una camiseta de manga corta.

- ¡No me jodas, Charles Leclerc! ¿De quién se trata?

- Tú hazme el favor y punto. Te juro que no te arrepentirás. Ella es muy discreta y seguro que te da conversación. Es un poco mayor que tú pero está acostumbrada a lidiar con niños. O eso es lo que ella siempre me dice.

Charlie le guiñó un ojo a Lando y salió del dormitorio dejándolo sin la posibilidad de quejarse. Sabía donde iba. A la habitación que Diana y Thalía compartían. Tenía que ser una de las dos chicas. Se llevó las manos a la cabeza y se dejó caer en la cama. Bianca le había pedido de nuevo un descanso. Ya había perdido la cuenta de los que llevaban. Y esta vez, algo le decía que puede que fuera el definitivo. La quería. Pero parecía que ella no, aunque la joven nieta de Piero Ferrari siempre le repetía que él era el único chico del que estaba enamorada.

Se quitó la camiseta y fue hacia la ventana para abrirla y dejar que la brisa marina penetrara en la habitación. Aspiro el aroma a salitre y estuvo así unos instantes hasta que la puerta se abrió asomando una larga melena ondulada.

- Hola. ¿Puedo pasar? –la chica esbozó una tímida sonrisa esperando que Lando le diera el permiso. Inesperado fue que ella entrara por la puerta, como inesperado saber que Charlie estaba con la otra chica. 

- Claro, pasa –le dijo él sonriéndole. Ella cerró la puerta y al girarse, se percató de que el británico estaba sin camiseta y el rubor impregnó sus mejillas. Algo de lo que el chico se percató.

- ¿Tu sabías que esos dos estaban liados?

- No, me acabo de enterar. Y creo que a la misma vez que tú, pero, supongo que era inevitable. Pasan mucho tiempo juntos. 

La chica mordió sus labios nerviosa. Solo había una cama. Una enorme cama donde tendrían que dormir los dos. Lando le parecía atractivo. Guapo. Con ese toque dulce e inocente que a ella tanto le gustaba. No solía fijarse en los "niñatos", pero es que el británico era una excepción a la que estaba dispuesta a saltarse.

- ¿Qué lado de la cama quieres? –le preguntó él señalándola.

- Oh, me da igual –le respondió ella. 

Lando encogió sus hombros y se sentó en el lado más cercano a él. Apagó la lamparilla de su mesita en cuanto la escuchó meterse en la cama. Se quito los pantalones e hizo lo mismo que ella. No sabía porqué estaba nervioso, pero, lo estaba. Y no podía dejar de pensar que cada vez que Bianca quería irse de viaje, le pedía un descanso. Y ese fin de semana, el descanso se llamaba, Bora-Bora. 

- Te escucho pensar desde aquí –le dijo ella con una pequeña carcajada.

- ¿Tan evidente soy?

- Lo eres. Llevas toda la noche así, perdido.

- ¿Me has estado vigilando? –él se giró para encararla. Había sido algo brusco al hablarle, pero, ella no se dejó impresionar.

- Pues mira, sí. Eres lo único interesante que había esta noche.

Lando soltó una carcajada por el atrevimiento de la chica. Giró un poco su cabeza encontrándose con su penetrante mirada. Ella era mayor que él, apenas unos años, pero, se sentía más maduro a su lado porque era lo que ella le transmitía.

- Valeria dice que tu novia y tú os estáis tomando un descanso –le dijo ella sin tapujos.

- Creo que vivo en un descanso continuo.

- ¿Ahora es uno de esos descansos? –le preguntó ella mordiendo sus labios de una manera muy sensual. Tanto que el pene de Lando apretó sus calzoncillos de una manera dolorosa.

- Lo es.

La chica no se lo pensó. Esta era una de esas oportunidades que solo pasan una vez en la vida. Sabía que solo sería un polvo, pero, es lo que ella quería. Pasar un buen rato con un chico atractivo. Así que apartó las sábanas a un lado y de un rápido movimiento, sus piernas acabaron a ambos lados de las caderas de Lando, el cual, ni se quejó de lo que ella hacía. Es más, puso sus manos a ambos lados de su cintura y se mojó los labios preparado para besarla.

- Esta noche no te voy a dejar descansar Lando Norris –le dijo ella acercándose hasta estar a pocos centímetros de su boca- eres un pecado andante.

- Pues pequemos entonces. Y que si tenemos que arder en el infierno, que lo hagamos con gusto.

📅 AL MISMO TIEMPO

Darcy intentaba a duras penas quitarle la ropa a Max. Su novio había bebido un poquito más de la cuenta y estaba eufórico. Tumbado en la cama, la pelirroja tiraba de sus pantalones, encontrándose con la oposición del rubio.

- Si quieres follar, solo tienes que pedirlo, charme. No hace falta ser tan brusca -le dijo Max mirándola divertido. 

- No quiero follar, Max -le contestó Darcy tirando de una de las perneras, a la que por fin logró sacar de su pierna.

- ¿Y porqué no? -el rubio se apoyó sobre sus codos y miró alarmado a su novia después de su confesión- ¿es que ya no te gusto?

- Si que me gustas, Max -le contestó Darcy suspirando fastidiada- pero estás borracho y no estoy segura de donde la vas a acabar metiendo.

- ¡Pues donde la voy a meter, mujer! ¡En todo tu coño! ¿Cómo crees tú que nació Ingrid?

Darcy rodó sus ojos al ver la indignación de Max. Estaba monísimo con sus mejillas coloradas. Sus ojitos algo achinados a causa del alcohol y esa pequeña sonrisa que no se le quitaba de la cara. 

- Eres un cochino, Max Verstappen -le recriminó ella quitándole por fin los pantalones. El neerlandés se sentó sobre la cama intentando enfocar su vista en su novia.

- Darcy. Quiero follar. Tengo muchas ganas -le dijo él ladeando su cabeza y frunciendo sus labios- déjame demostrarte lo mucho que quiero estar contigo.

La pelirroja lo miró brazos en jarra y negó con su cabeza en un par de movimientos. Conocía a Max. Lo conocía perfectamente. Y como sabía como era, le sonrío y asintió ante su propuesta.

- Está bien -le contestó Darcy para ver como Max alzaba sus brazos al cielo como si acabara de ganar un Gran Premio- voy al baño a cambiarme y cuando venga, echamos un polvo.

- Aquí estaré, mi amor.

Max le guiñó un ojo y le lanzó un beso, para, seguidamente, quitarse la camiseta y tumbarse en la cama, esperando que su novia regresara a su lado. Bostezo ligeramente y parpadeo un par de veces intentando mantener los ojos abiertos.

Darcy entró en el baño y muy tranquilamente se duchó. Se puso un pijama limpio y se lavó los dientes después de secarse el pelo. Calcularía que habría tardado unos veinte minutos. Tiempo suficiente para que Max se durmiera, segura de que así era. 

Salió del baño y soltó una pequeña carcajada. Tal y como había predicho, el rubio de ojos azules, roncaba ligeramente, profundamente dormido.

La pelirroja se metió en la cama apagando la lamparilla que había a su lado. Cogió postura y cerró sus ojos sabiendo que pronto, ella también se dormiría. Minutos después, sintió el cuerpo de Max moverse y como la agarraba de la cintura para dormir abrazado a ella.

- Amor, mejor un polvo mañanero, si no te importa. 

*** La semana que viene, si no pasa nada, publicaré los dos últimos capítulos de esta historia. Porque si, le quedan solo dos, pero, no lloréis, que Charles Leclerc os espera y su historia viene con muchas curvas. Sobre todo porque supongo que no sabéis quien es la chica misteriosa que se ha ganado su corazón

¿Será Diana De Luca?

¿O será Thalía DiAngelo?

La que no sea, será el romance secreto de Lando. Así que, podéis hacer apuestas. Muchos besos y abrazos ***

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