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34. 𝑪𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝑴𝒂𝒙 𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒊ó 𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝑬𝒗𝒂𝒏𝒔

📅 VIERNES 23 DE DICIEMBRE DE 2022

📅 CASI UN MES DESPUÉS

📍ASHFORD, IRLANDA

- ¿Estás bien, Max? –la mano de Darcy se posa en mi muslo intentando controlar los temblores de mis piernas. Cierro mis ojos y los abro de nuevo segundos después, encontrándome con su mirada divertida. 

- No, no lo estoy –le confieso nervioso perdido. Estoy así desde que nos bajamos del avión y temo que no se me va a quitar en la vida. 

- Max, cariño. Tienes que estar tranquilo -me ruega ella bajando el tono de voz para que me calme. 

- Para ti es fácil, pero yo voy a conocer a mis suegros, a tus tres hermanos, les va a decir que tienes novio y que estás embarazada, pero, tengo que estar tranquilo según tú.

Darcy suelta una carcajada y se acerca a mi para depositar un beso en mi mejilla. Lleva las manos a su estómago produciéndome un escalofrío al pensar en el bebé.

- Cariño, aquí papá que le tiene miedo a los abuelos –le dice ella sin dejar de reírse. Me acerco hacia su vientre para ser yo quien le hable ahora.

- Cariño, tu madre es una pedazo de bruja pero la amo con toda mi alma, al igual que a ti.

Dejo un beso en su estómago, el cual ya está ligeramente más hinchado. El bebé es mío. La prueba de ADN así lo demostró. En ese momento me dieron ganas de chillar y de reír de la tremenda alegría, pero por respeto a Charlie no lo hice. Porque mientras yo era todo felicidad, la decepción en su rostro era más que evidente. Desde entonces no hemos sabido nada de él. Algunos mensajes que nos hemos intercambiado e incluso subí a su piso para invitarle a cenar alguna que otra noche, pero, el monegasco no estaba en Mónaco. Y no quiero eso. Charlie es mi amigo desde que tengo uso de razón y me jode estar separados. Sobre todo porque al igual que piensa Darcy, yo también quiero que forme parte de la vida del bebé.

- Ya hemos llegado –anuncia mi novia mientras ésta vez siento que mi corazón late mucho más deprisa que antes.

- Darcy, recuérdele a tus padres que soy piloto, que te amo, que soy millonario, que te quiero, que soy el futuro padre de su nieto, y que estoy loco por ti...todo eso por si quieren matarme, ¿de acuerdo? 

- Eres un puto dramas, Max. Me recuerdas a Carlos joder. Podríais fundar un club.

Darcy rueda sus ojos y abre la puerta para bajarse del taxi. Me encargo de pagarle al buen hombre y él nos ayuda a bajar las maletas. Nos vamos a quedar a pasar la Nochebuena y la Navidad con sus padres, y juro por dios que no he estado nunca tan nervioso en mi vida.

Miro la casa que se alza delante de mi. Es de ladrillo visto, con dos plantas. Es sencilla. Acogedora, por lo menos lo que se ve desde fuera. Y me gusta. Sigo a Darcy a través de un precioso jardín con una pequeña verja que ella abre mientras yo voy detrás. Saca una llave de su bolso abriendo la puerta de madera que hay a continuación. Cojo aire dejándolo salir lentamente mientras la sigo dentro de la casa. No estoy preparado. Ni ahora ni nunca. Esto es más complicado que el circuito de Monza. O cualquier circuito. 

- ¡Ya estoy aquí! –grita ella desde el vestíbulo. Entro detrás y dejo las maletas en el suelo esperando que alguien nos reciba. Al momento, una señora castaña, la cual distingo como su madre por las fotos que ella me ha enseñado, corre en pos de su hija.

- ¡Darcy, mi amor! Por fin llegasteis.

La madre de mi pelirroja le llena la cara de besos y le da muchos abrazos. Veo por el pasillo un hombre de más o menos su edad que viene hacia nosotros. Detrás de él, aparecen también tres chicos, que si no me equivoco son los hermanos de Darcy.

Pues si, ya estamos todos. Y lo mismo yo me muero de un infarto porque estoy atacado de los putos nervios. 

- Mamá, quiero presentarte a mi novio... -el padre de Darcy me mira frunciendo el ceño algo que me pone aún peor. Son unos segundos en los que nadie dice nada, pero todos me miran. Estoy por presentarme, cuando él abre su boca y a mi se me han quitado las ganas de hablar. 

- Max Verstappen! ¡No me jodas, Darcy Evans!

Con un par de vasos de un licor de hierbas de la abuela de Darcy y un trozo de pastel de carne que está de muerte, y parece que llevo toda la vida en la familia Evans. Incluso me han sentado en uno de los sillones cerca de la chimenea mientras Jon está asando lo que parece ser jamón.

- Somos de Ferrari, ¿lo sabes, verdad? –me dice él señalándome con su tenedor. James, uno de los mecánicos de la escudería roja, es el mejor amigo de mi cuñado. Un buen tío. Como aquí el moreno. 

- Eres de Ferrari por tu amigo, pero, soy tu cuñado, tengo preferencia –le digo alzando una de mis cejas. Jon se me queda mirando fijamente bastante serio, pero a mi no me acojona. Estos no conocen a Christian Horner cuando no puntúo en una carrera. 

- En eso tiene razón Jon –le dice su hermano pequeño Rickon- yo ya soy de Red Bull, Max, a mi no me hace falta que me convenzas, aunque si Valeria se entera, me mata.

- Tú tranquilo que la rubia no tiene porque enterarse –le dijo guiñándole uno de mis ojos.

Darcy viene hacia mi sentándose en el brazo del asiento. Pasa uno de sus brazos por mis hombros y acerca su boca a mi oído.

- ¿Te lo estás pasando bien? –me pregunta ella con voz seductora, lo que hace que los pelos de la nuca se me ericen por culpa de su maravillosa voz. 

- Si, muy bien –le respondo mirándola embobado. Que guapa está con el pelo recogido. Y suelto. Y de todas las maneras habidas y por haber. 

- Pues espero que hayas disfrutado porque ahora viene cuando le decimos a todos ya sabes que...

- Joder, Dars, ¿no puedes esperar? –le digo haciendo un puchero. Jon me acaba de pasar un trozo de pan con carne y tiene una pinta deliciosa- por lo menos a que me coma esto.

- Deprisa, Verstappen, como si estuviéramos en Silverstone -me ordena frunciendo la nariz.  

Le pego dos bocados a mi bocadillo, casi enguñéndolo. Me limpio la boca con una servilleta y cojo aire con fuerza rezando para lo que se me viene encima. Les he caído muy bien y ellos a mi. Me han hecho sentir como si fuera parte de su familia desde que he entrado por esa puerta,  pero, he dejado embarazada a su niña y sé que eso no se perdona. Y menos un padre. 

Darcy me agarra de la mano y me da una pequeña sonrisa que no me tranquiliza para nada. Ahora mismo el corazón se me va salir del pecho y estoy hiperventilando. 

- Bueno, Max y yo queremos anunciaros algo –la pelirroja comienza a hablar y a mi se me seca la boca. Tengo que buscar la forma más rápida de escapar de aquí antes de que me maten.

Se nos quedan todos mirando esperando a ver que vamos a decir. Si, sé que soy un cobarde, lo admito, porque yo no puedo hablar y estoy dejando que Darcy sea quien lo haga. 

- Estás embarazada –le dice su madre. Todos en la habitación callan. Veo intensas hacia nosotros y sobre todo hacia mi. Procuro no mirar a su padre, bueno, a nadie. 

- ¡Mamá! -le dice Darcy indignada. Suelta mi mano y se cruza de brazos mirándola algo molesta. 

- ¿Lo estás?

- Si, joder, pero se suponía que tenía que ser una sorpresa y lo has estropeado.

Darcy frunce sus labios en un adorable puchero. Su madre empieza a reír y se pone en pie. Todos a mi alrededor hacen lo mismo. Jon me da una palmada en el muslo que me hace dar un respingo en el sillón. Pero, me tengo que poner en pie para recibir las felicitaciones de toda la familia. Nadie me mira con rencor. Nadie me odia por haber dejado embarazada a su hija. Al contrario, se muestran contentos y felices. Sobre todo su padre, el cual, con lágrimas en los ojos, nos besa y abraza a ambos de manera muy cariñosa. 

- Que sepas, Verstappen, que si mi hermana está preñada es gracias a mi –nos dice Jon agudizando su mirada sobre la mía.

- No lo flipes, Jon –le dice Darcy rodando sus ojos.

- Yo te convencí para que hicieras la entrevista en Ferrari, no lo olvides –le recuerda su hermano. Gracias, Jon, me acordaré de esto eternamente. 

- Si, tranquilo, que si es niño le pondré tu nombre, no te jode –le contesta ella riéndose. 

- ¿Y si es niña?

📅 MÁS TARDE

El día ha sido mucho mejor de lo que esperaba. La familia de Darcy es increíble. Bueno, normal, ella lo es, así que no me extraña que los demás también lo sean. Me he reído mucho con ellos. He comido lo que no había en los escritos y no he bebido más porque con un par de copas de ese licor y ya me sentía el rey del mundo. 

- Has gritado ¡Carlos Sainz este año verás mi culo! -me recuerda Darcy con un guiño de ojos.

- Culpa de tu hermano Rickon. Ya es mi mayor fan -mi pelirroja se me queda mirando y bosteza ligeramente. 

- ¿Crees que es pronto para empezar a pensar en nombres para el bebé? –me dice Darcy quitándose los zapatos. Es más de medianoche y estamos los dos bastante cansados.

- Ya mismo cumplirás 20 semanas cariño, la mitad del embarazo, si quieres ir pensando en nombres, no pasa nada –le digo yo metiéndome en ésta blandita cama que tiene mi nombre desde que la vi. 

- ¿A ti te gusta alguno? –Darcy termina de descalzarse y después de apartar las sábanas, se acuesta a mi lado. Me giro hasta estar de cara a ella y llevar mi mano a sus mejillas para acariciarla.

- Me gustan muchos. Mi preferido para niña es Ingrid.

- ¿Ingrid? ¿Y eso? ¿es el nombre de alguna ex? –me pregunta riéndose.

- No, tonta. Cuando Victoria estaba embarazada, nos preguntó a la familia que dijéramos algún nombre. Yo elegí ese porque siempre me ha gustado. Al final, salió elegido Jane, y no sé, es como si el nombre lo tuviera ahí, esperando.

- Me gusta Ingrid, es bonito –Darcy se quita la parte de arriba de la camiseta quedando sus pechos al aire. No puedo evitar mirarlos y que se me haga la boca agua.

- ¿Qué haces, Darcy?

- Voy a seducirte hasta que te acuestes conmigo –sus dedos comienzan a recorrer sus pezones haciendo que tenga que tragar saliva porque verla tocarse es hipnótico.

- Ya estamos acostados –le digo sin dejar de mirar como sus dedos aprietan sus pezones y si, mi pene también me aprieta y me pide guerra. 

- Idiota, Verstappen, quiero que me eches un polvo en mi cama, joder.

Me quito los calzoncillos y de un rápido movimiento me coloco encima de ella. Mis labios buscan los suyos y los chupo sin control saboreando cada parte de su boca. Darcy aún sabe a ese licor sin alcohol que su padre le ha servido hoy. Me demoro en sus labios buscando su lengua. Cada vez que ésta acaricia la mía, mi pene recibe una descarga eléctrica deseando estar ya dentro de ella.

- Te quiero, Darcy –le digo separando mi boca de la suya- estar contigo, que vayamos a tener un bebé, es una de esas cosas que creí que nunca tendría pero que tú me has dado. Estoy loco por ti, charme.

A mi pelirroja le brillan los ojos con mis palabras. Vuelvo a besarla de una forma más lenta. Sus piernas se abren para que pueda colarme entre ellas y poder hacerla mía otra vez. Tengo mucho cuidado en no descargar mi peso en su vientre, así que me separo de ella. Bajo mi cabeza besando su cuello cuando el sonido de un mensaje en su móvil me hace apartar mi boca.

- ¿Quién coño me manda mensajes a las una de la mañana? –dice ella cogiendo su móvil. Espero pacientemente a que lo mire y en cuanto lo hace suelta una palabrota.

- ¿Qué pasa?

- Mi puto hermano Jon. Leo, textual, "no hagáis ruido si vais a follar que estamos pared con pared. Que lo pases bien. Te quiero"

- Dars, amor, por si acaso, no le presentes a Charlie. Estos dos podrían destruir el mundo.

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