Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

24. 𝑴𝒊𝒔 𝒗𝒆𝒓𝒂𝒏𝒐𝒔 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒔𝒆𝒓á𝒏 𝒍𝒐𝒔 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒐𝒔

📅 VIERNES 15 DE JULIO DE 2022

📅 UN MES Y MEDIO DESPUÉS

📍 GRAN PREMIO DE AUSTRIA

Hablar hasta tarde con tus hermanos, tiene consecuencias. Convencerlos para no ir a Nueva Zelanda y mejor a una isla griega, tiene su precio, tener sueño. Me pongo la mano en la boca bostezando de nuevo. Quedan pocas carreras antes del parón de verano y si dijera que no deseo que acabe todo esto, mentiría. Necesito un descanso y escapar de toda esta vorágine. 

Echo una moneda en la máquina de refrescos y pulso el botón eligiendo una coca-cola. En cuanto sale, me la pongo en el cuello porque me muero de calor. Y eso que aún es medio día. 

- Espero que no sea la última coca-cola o tendremos un problema -la voz de Max me hace sonreír. Se coloca junto a mi mirando la máquina, para, después, mirarme a mi medio riéndose.

- No es la última, y si lo fuera, te daría de la mía –le digo rodando mis ojos, pues sé de su afición por el refresco y cuanto lo necesita casi a diario. 

- Gracias, Darcy –el rubio mete su moneda en la máquina y observo como saca su refresco.

Desde que pasó lo de Mónaco, ambos nos comportamos civilizadamente. Nos saludamos cuando nos vemos y nuestros amigos pueden compartir el comedor con nosotros sin miedo a que nos tiremos algo a la cabeza. Incluso hemos hablado un par de veces solos, hasta que ha aparecido la rubia tetona y yo he huido con tal de no verla. Aunque odio estar así con él porque Max me sigue afectando, lo prefiero a estar peleando. Es lo que merecemos después de todo lo que hemos compartido.

- ¿No tienes pacientes hoy? –me pregunta dando un sorbo a su refresco. Me fijo como su camiseta marca sus antebrazos pareciendo que la va a reventar. No se puede estar tan bueno. Debería ser ilegal. 

- Después de la qualy, ahora están más ocupados en estadísticas y todo ese rollo que otra cosa. Y por cierto, ¿qué haces aquí que no estás concentrado con tu equipo?

- De todo se harta uno, créeme. ¿Nos sentamos? -me pregunta ladeando su cabeza para señalar una de las mesas. 

- ¿Contigo? –le pregunto con ironía. Max rueda sus ojos y me mira riéndose- claro que si.

El rubio hace un gesto con su mano para que pase delante de mí. Busco una mesa casi al fondo de la cafetería y pongo mi refresco encima. Él hace lo mismo sentándose a mi derecha.

- ¿Qué vas a hacer durante el descanso? –me pregunta Max bebiendo un sorbo de su lata.

- Me voy a Santorini con mis hermanos. Al final los convencí de que Nueva Zelanda estaba muy lejos y han accedido a que nos vayamos a la península griega.

- Buen plan.

- ¿Y tú? –le pregunto con mucha curiosidad. Hoy no he visto a la rubia pechugona, algo que me hace preguntarme si ya no están juntos.

- Supongo que algún lugar con playa, sol y sin hacer nada.

- Como el año pasado.

En cuanto las palabras salen de mi boca, me muerdo los labios y siento mis mejillas arder. Porque no hay ni un solo día que no recuerde mis vacaciones del año pasado. Que no eche de menos a Max y lo que me hacía sentir.

- Algo así –me dice él clavando su mirada en la mía y mirándome con tanta intensidad que me hace temblar de pies a cabeza.

Permanecemos callados durante unos segundos. Estoy segura de que él está pensando lo mismo que yo. Los gestos de su cara y el brillo de sus ojos azules así me lo confirman.

- ¿Crees que alguna vez podremos hablar de todo lo que pasó, Darcy?

- Cuando deje de doler –le confieso sin querer dejar de mirarlo. El gesto de Max cambia y esta vez me mira con algo de tristeza en su mirada, supongo que tal y como estoy yo. Porque estar con él, aunque lo intente, no hace que olvide todo lo que alguna vez sentí por él, y si, que aún siento.

- Teníamos que habernos sentado y hablar todo con tranquilidad. No debí obligarte a escoger –la mano de Max avanza hasta coger mi mano derecha. Siento sus dedos en mi piel y como acaricia el dorso de una manera lenta. Alzo mis ojos para mirarlo y tengo que apretar mis labios intentando no llorar que es lo que quiero.

- Ni yo debí irme, Max. Pero, después de tanto tiempo, creo que no sirve de nada pensar en los si hubiera, ¿no te parece?

- Te equivocas de nuevo, charme, podrá pasar mucho tiempo, pero... la herida sigue ahí y creo que...

- ¡Darcy! ¡Darcy!

Levanto mi cabeza para ver como Charlie viene hacia mi todo agitado y con sus mejillas sonrosadas de correr. Pone sus manos encima de la mesa y ni saluda a Max, sino que directamente se dirige a mi. 

- ¿Qué pasa? –le pregunto al verlo tan alterado. Jamás lo había visto de esta manera.

- ¿Sabes dónde está Valeria?

- No, no la he visto esta mañana, ¿por? -le pregunto algo confundida, pues seguramente estará con Carlos. 

- Ha pasado algo, y ella no está, se ha ido -la voz de Charles y el gesto de su cara empiezan a preocuparme, sobre todo, pensando en lo que le habrá pasado a mi amiga. 

- ¿Cómo que ha pasado algo? –me pongo en pie alterándome yo también, al igual que Charlie.

- No lo sé. Vamos, busquemos a Carlos y que nos lo cuente -el monegasco me  hace un gesto con su mano para que lo acompañe, algo que hago sin dudar. 

Arrastro la silla para poder salir, y antes de hacerlo, le doy una larga mirada a Max. Él asiente con su cabeza y yo voy en pos de Charlie bastante preocupada por mi amiga.

Durante un rato la buscamos por el paddock y donde se nos ocurre, hasta que divisamos a Carlos deambulando por el parking con gesto cansado y con la mirada perdida. Vamos hacia él sin perder tiempo y en cuanto nos ve, aprieta su mandíbula.

- ¿Y Valeria? –le preguntó poniéndome enfrente de él- no la encontramos por ningún sitio y no me contesta las llamadas

- Se ha ido –responde Carlos sin muchas ganas de hablar. Incluso creo que ha llorado porque tiene los ojos algo rojos. 

- ¿Cómo que se ha ido? ¿dónde? -le vuelvo a preguntar al madrileño. 

- No lo sé -Carlos se da la vuelta y nos da la espalda ignorándonos por completo. 

- ¿Pero la has visto? Tú debes saberlo, se supone que estáis juntos...

- ¡Yo no tengo porqué saberlo todo! Y si tanto te interesa, pregúntale a Aless, que se ve que él es el que manda. 

Después del grito que nos ha pegado, Carlos se aleja de nosotros sin dejar que le preguntemos nada más. Saco mi móvil de nuevo y vuelvo a marcar el teléfono de Valeria sin mucho éxito, de hecho, lo tiene apagado. Miro a Charlie sintiendo la misma frustración que tengo yo, en él.

- Aquí ha pasado algo más y Carlos no nos la ha contado todo –me dice Charlie pasando uno de sus brazos por encima de mis hombros. 

- Pues habrá que buscar quien nos lo cuente -le sugiero frunciendo el ceño. 

- O podemos dejarlo y no meternos donde no nos llaman –miro a Charlie y alzo una de mis cejas. Ambos no decimos nada durante unos segundos para acabar hablando los dos a la vez. Creo que pasamos demasiado tiempo juntos.

- ¡Ni de coña! -respondemos los dos a la vez.

📅DOMINGO 31 DE JULIO DE 2022

📅 QUINCE DÍAS DESPUÉS

📍 GRAN PREMIO DE HUNGRÍA

Me doy la vuelta después de ver a Carlos en el pódium. Ha vuelto a ganar, otra vez. Y allí arriba sus dedos han formado una V dedicándole el triunfo a Valeria. Pero, mucho me temo que tendrá que hacer algo más para que ella lo perdone.

- No te preocupes, Darcy. Mi hermana está bien. Tranquila. Descansando y recibiendo todos los mimos de nuestra madre -Diana me habla al otro lado del teléfono calmándome con respecto a mi amiga. 

- Gracias, Di. Dile que la echo de menos.

-  Se lo diré, no te preocupes.

Me despido de la hermana de Valeria cruzándome de brazos, alejándome de esta zona para poder regresar al garaje de Ferrari. Mi amiga se cogió unas vacaciones anticipadas, obligada por todo lo que pasó con Carlos. El muy imbécil se lio con su ex-novia hace unos meses, estando en lo que fuera que estuviera con Valeria. Y la prensa se ha hecho eco ahora. Y todo esto ha propiciado que ya no estén juntos, y que Carlos se arrastre por las esquinas.

Tuve una larga conversación con él. Una sincera y profunda charla, en la que lo vi preocupado y si, enamorado de Valeria. Pero, tiene que saber esperar y no le vale con pedirle perdón a mi amiga, tiene que hacer algo más y demostrarle que de verdad la quiere. 

- ¿Nos emborrachamos esta noche? –uno de sus brazos alrededor de mis hombros caminando a mi lado.

- Es una opción –le contesto encogiendo mis hombros

- ¿Has hablado con ella? –me pregunta refiriéndose a Valeria. Suelto un suspiro porque él, al igual que yo, está muy preocupado por nuestra amiga. 

- Sip -le respondo no queriendo ir más allá. 

- ¿Y? ¿Dónde está?

- No te lo puedo decir porque eres como radio patio, correrías a contárselo a Carlos -le recuerdo. Porque si, será mi amigo, pero sé que su lealtad está también con el español. 

- Me ofendes, Evans –Charlie se lleva su mano al corazón y junta sus labios intentando enternecerme.

- No hagas eso. Sabes que no puedo cuando pones cara de pena.

- Cara de pena la que tiene él.

Charlie me hace girarme para ver como Carlos sube las escaleras para la rueda de prensa. Va cabizbajo y apenas sonríe a pesar de haber ganado. Joder, si es que me da una pena que me muero de verlo así, porque, me recuerda a los días de después de irme de Milton Keynes y como lloraba por cada esquina de mi casa. 

- Se lo ha buscado, Charlie –le digo defendiendo a mi amiga pero, sin no mucho convencimiento. 

- Iba a pedirle que fuera su novia –me confiesa el monegasco ante mi sorpresa- se la iba a llevar de vacaciones y se lo iba a decir, aún a riesgo de desafiar a Aless.

- ¿A Aless? ¿de qué estás hablando, Charlie? –pongo una de mis manos en el brazo de mi amigo y tiro de él.

- No te lo puedo decir, Darcy. Estaría faltando a mi palabra con mi amigo. Sólo te diré que él está destrozado y muy arrepentido. Y es una pena que por un puto malentendido estén el uno sin el otro. Se quieren. Solo hay que verlo. Y si tú no me ayudas, lo haré yo solo.

Charlie se deshace de mi agarre y se da la vuelta para irse por otro lado. Me muerdo el labio y resoplo rodando mis ojos. Cuento hasta diez, pero, me sobran la mitad de los números, así que acabo llamándolo.

- Está en La gomera, en la casa de su madre –le digo a Charlie. Vuelve sobre sus pasos para ponerse de nuevo frente a mi. 

- ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Eres la mejor!

Charlie empieza a darme besos en la cara para acabar cogiéndome en brazos y dando un par de vueltas conmigo. Me deja en el suelo y se va corriendo a buscar a Carlos. Muevo mi cabeza esperando que Valeria no se entere nunca de lo que he hecho, pero, si todo sale bien y se arregla lo que haya entre ellos, supongo que le dará igual.

- ¿Y a ese que le pasa? ¿ya ha abdicado el Príncipe Alberto?

La voz de Max me hace apartar mi mirada de Charlie para centrarla en él. Se ha quitado la gorra y lleva todo el pelo revuelto y sudado. Se ha bajado el mono hasta la cintura y parece que la camiseta de manga corta le fuera a estallar de lo apretada que la lleva.

- Pues no, ¿Por qué habría de hacerlo? –le pregunto algo sorprendida por su pregunta.

- Cosas de los Leclerc –me contesta encogiendo sus hombros.

- Buena carrera. Este año lo tienes difícil, Verstappen -le digo intentando chincharle un poco. 

- Vaya, gracias por los ánimos. Eres la puta hostia, Darcy.

Me río viendo la cara que pone Max. Está monísimo cuando está medio enfadado. Nos damos la vuelta y caminamos por el paddock. De vez en cuando se para para alguna foto o firmar un autógrafo, pero en general, la gente lo deja tranquilo.

- ¿Cuándo vuelves a casa? –me pregunta él poniéndose la gorra de nuevo.

- Mañana. Aunque no sé si llegaré bien. Charlie quiere que salgamos esta noche y cuando me junto con él, no pasa nada bueno.

Max se queda callado mirándome y durante unos buenos segundos ninguno dice nada. Nos limitamos a pasear disfrutando de este cómodo silencio. Con lo que nos gustaba hablar de cualquier cosa. Había veces que tenía que callarle la boca porque no me dejaba pensar, y ahora me cuesta tener una conversación normal con él.

Un crío se acerca con su madre para hacerse una foto con Max. Se lo piden educadamente y él accede. La madre se me queda mirando y me sonríe.

- Su novia es muy guapa, señor Verstappen –le dice ella haciendo que una pequeña sonrisa salga de su boca.

Siento mis mejillas arder y quiero contestar, pero, la mirada de Max me implora que no diga nada y me calle. En cuanto termina de atenderlos, seguimos nuestro camino faltando pocos metros para el garaje de Ferrari. Cruzo mis brazos y le doy una patada a una invisible piedra mientras él me mira quitándose la gorra de nuevo.

- Sería un puto sueño que fueras mi novia, Darcy.

Levanto mi mirada para encontrarme con la suya sintiendo unas enormes ganas de llorar porque sé que lo dice malditamente en serio. Y yo, es que no quiero ni pensarlo porque ha vuelto a derrumbar todas mis defensas y esto a punto de decirle que si a todo.

-Yo...Max...

El rubio se me queda mirando con mucho anhelo tanto en su rostro como en su mirada. Me acerco poco a poco a él sintiendo temblar todo mi cuerpo.

- ¡Max! ¡Maxi!

Giro mi cabeza para ver a su rubia acompañante venir hacia nosotros con unos tacones de vértigo. Vuelvo mi cara para mirar a Max y puedo ver como aprieta su mandíbula y resopla fastidiado. Nuestros ojos se encuentran una fracción de segundo, la suficiente para poder sonreírle y despedirme de él.

- Espero que tengas un buen verano Max –el rubio piloto chasquea su lengua y me habla en susurros pendiente de la cercanía de la tetona. Compartimos una larga mirada y él también se despide de mi a su manera.

- Mis veranos nunca serán lo mismo desde que te conocí, Darcy.

*** Agarraos, porque, vienen curvas, y de las buenas, de esas que no esperas y dices, ¿pero que ha hecho la escritora?. Nos leemos ***

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro