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5.48

Sirius avanzó dando zancadas por el pasillo.

Remus estaba caminando muy cerca de Lily y hablaban en susurros. Florence corría intentando alcanzar a Sirius, que iba tan rápido que casi chocó con el otro Gryffindor.

Sirius tomó una respiración profunda y apretó ambas manos en puños. Ignoró lo que Lily le estaba preguntando para ir directo al punto.

—Moony, ¿estás enamorado de mí?

Los segundos que tardó en obtener respuesta le parecieron los más largos de su vida. Todo el cuerpo le estaba hormigueando. Podía ver el cambio en los ojos de moony, de sorpresa a horror, confusión, de nuevo horror y al final nervios.

Lily dijo algo, pero eso no era importante en este momento. Remus se fijó en algo detrás de Sirius y volvió a verlo y él sólo quería gritar porque no se apresuraba con la respuesta a una pregunta de "sí" o "no".

—No, Sirius —La voz de Remus fue muy baja y plana—, yo no...no estoy enamorado de ti. ¿De dónde sacaste...?

Sirius se dio la vuelta y se alejó tan rápido como se había acercado sin quedarse a escuchar el resto de la respuesta.

Escuchó pasos apresurados detrás de él, y un par de pasillos más allá, se dio la vuelta para gritar, pero se encontró con Florence, no con Remus, así que sólo resopló y siguió caminando.

—Estrellita...

—¿Estás feliz ahora? —Sirius le habló sin detenerse—. Ya lo oíste, ¿no? Te dije que no era nada de eso- no era lo que tú creías y no-

—Sirius...¿estás llorando?

Él se detuvo en un corredor oscuro y se llevó las manos al rostro. Tenía la piel húmeda. Cuando parpadeó, más lágrimas cayeron y él se observó los dedos en silencio.

—Yo no...bueno- supongo que sí- parece que sí-

Florence lo alcanzó y le agarró los hombros. Él sólo se limpió el rostro de nuevo.

—No entiendo- no sé por qué- —balbuceó Sirius, soltando una risita temblorosa—. No sé por qué estoy llorando- oh, Merlín, esto es muy tonto, soy tan tonto-

Florence abrió los brazos y Sirius la abrazó y siguió balbuceando mientras ella le frotaba la espalda hasta que esas lágrimas se detuvieron.

—0—

La primera semana de clases fue tan rara e incómoda que James gastó su viernes por la tarde en la biblioteca siguiendo a Lily, no para analizar cómo el nuevo corte le caía sobre los hombros, sino porque necesitaba apoyo para entender por qué Remus y Sirius se estaban evitando al punto de que Remus incluso hubiese usado el baño de otro dormitorio una mañana y lo que podía hacer al respecto.

—Según yo, no se pelearon en ningún momento y tampoco tienen una razón para hacerlo —explicaba James, moviendo mucho las manos—. Estábamos bien en vacaciones. Pasaban mucho tiempo juntos. Todo estaba bien cuando llegó el tren...

Lily, que estaba eligiendo libros para utilizar de referencia para un ensayo, soltó un pesado suspiro.

—¿Crees que vayan a resolverlo? —le preguntó a James, que adoptó una expresión desdichada.

—Ese es el problema...es muy raro...pads me preguntó si podíamos cambiar de camas, él nunca ha dejado la cama entre la de moony y la mía. Me dijo que este fin de semana llevase a alguien más a la Casa de los Gritos porque él no iba a dormir allá, ¿entiendes lo que digo? Llevar a alguien más a la Casa de los Gritos- ¡llevar a alguien más en luna llena! Él no...eso no suena a padfoot. Y cuando intenté hablar con él- me dijo que me callase y que no era asunto mío y eso- bien, Sirius no es la persona más tranquila del mundo- pero Sirius no me dice que me calle- y Remus tampoco me dice nada-

—Hablaré con moony —prometió Lily, interrumpiendo la crisis de James.

Él casi lloriqueó y la abrazó tan fuerte que la sacudió un poco, murmurando "por favor, por favor, por favor" y "gracias" hasta que ella soltó una risita y le dio un golpe sin fuerza para que la soltara.

La luna llena comenzaba el sábado, por lo que Lily planeaba esperar hasta que terminara. Y eso hubiese hecho de no encontrarse a Florence al final de uno de los pasillos después de que James se hubiese ido.

Lily la saludó con un gesto y revisó los libros que tenía entre los brazos.

Florence comenzó a hablar muy rápido sin más protocolos.

—Sirius tiene una gran, gran crisis- una crisis gay, creo yo, y ahora está hablando de cómo iba a pasar este fin de semana haciendo no sé qué con Remus y no lo hará porque está seguro de que Remus no lo quiere- y yo no puedo. No puedo, Lily. No soy tan paciente. ¿Cómo los aguantas? No puedo con otro día de esto, si Remus no habla con él los voy a encerrar en un baño hasta que se besen...

—¿Por qué crees que tiene que ser Remus el que hable con él y no al revés? —Lily arqueó las cejas.

Florence rodó los ojos.

—Remus fue el que tuvo la oportunidad de ser sincero y le mintió en toda la cara sobre no estar enamorado de él, por favor, Lily. Nada de esto estaría pasando si Remus hubiese dicho la verdad...

—¿La verdad?

—¡Que está tan enamorado de Sirius que parece que deja de pensar cuando lo tiene cerca! ¡No hagas como si no te hubieses dado cuenta! De Potter lo creo, pero yo sé que tú sí sabes...

La bibliotecaria regañó a Florence por hacer tanto ruido y ella se quejó.

Lily tuvo que resignarse.

—Tal vez sé algo...

Fue Florence la que insistió en que llamase a Remus a la biblioteca esa tarde. Remus llegó pensando que necesitaba ayuda con una tarea y se quedó inmóvil al ver que Florence también estaba sentada en la mesa.

—Yo creo que...

—Siéntate, siéntate —Florence le hizo un gesto hacia la silla frente al lado donde estaban ellas dos.

Un Remus muy vacilante tomó asiento y se encogió cuando Florence agarró sus dos manos entre las de ella.

—Habla con Sirius. Habla con él, por favor, te lo estoy suplicando, el muy idiota va a tirarse de cabeza al Lago Negro si pasan una hora más así- se puso a llorar cuando utilizaste el baño de otro dormitorio para evitarlo sólo porque se estaba cepillando- yo sé que es idiota pero-

Remus observó a Lily intentando pedir auxilio y ella le dio un golpe sin fuerza a Florence para que parase de hablar a una velocidad que hacía que sus palabras chocasen entre sí.

—Lo que ella quiere decir —Lily habló en tono más tranquilo— es que no creemos que haberle mentido a Sirius sobre lo que sientes ayudase porque ahora Sirius piensa-

—Piensa que lo odias —interrumpió Florence—, piensa que no quieres ni respirar el mismo aire que él y es tan dramático que se pone a llorar y después dice que no está llorando pero sigue con cara de perrito triste todo el día-

—¿De qué hablan? —A Remus le tembló la voz.

—¡De tu enamoramiento por Sirius Black! —Florence se exasperó y recibió otro regaño de la bibliotecaria.

—¿Cómo sabes de eso? —Remus se inclinó hacia adelante y le habló entre dientes, horrorizado.

Florence sólo frunció el ceño.

—Tengo ojos, buena vista y cerebro, Lupin. ¿Cómo no saberlo?

Remus emitió un sonido avergonzado y apoyó el rostro en la mesa, intentando esconderse de ellas, de Sirius Black y del mundo mágico en general.

—Lo siento —murmuró—, ¿me metí...? Imagino que me metí en tu relación con él, lo siento...no debería haber...

—¡No puedo con esto! ¡Lily! ¡No me dijiste que él también era un inepto emocional! —Florence entró en un bucle de desesperación tan grande que empezó a balancear la silla para distraerse—. Pensé que Remus era el inteligente de su relación...

—Sólo está confundido, necesita que le expliques que Sirius se puso a llorar cuando pensó que no le gustaba a Rem-

—¿Que Sirius qué? —Remus estaba desorientado.

—¡Se puso a llorar! —gruñó Florence—. Y no llorar poquito, no, llorar como un bebé abandonado. Lloró y lloró y decía que no sabía por qué como si yo me fuese a creer eso, era más bien para autoconvencerse, no fuese a ser que tuviese que admitir que Remus Lupin le rompió el corazón después de pasarse días besuqueándose en cada esquina de Hogwarts-

—¿Te contó de eso? —Remus se horrorizó.

—¿Puedes concentrarte en la parte en que te digo que Sirius lloró porque le dijiste que no estabas enamorado de él o te lo tengo que repetir? —Florence estaba moviendo mucho las manos mientras hablaba.

—¿Pero no te molestó que te contara eso?

Florence se quedó en silencio durante unos segundos. Luego miró a Lily.

—Tradúceme su forma de pensar, Lily, cariño.

Lily suspiró, un poco divertida a pesar de la desastrosa situación.

—Remus cree que a ti te puede gustar Sirius y que estás aquí para reclamarle por besarlo.

Florence observó a Remus en el más absoluto silencio durante un momento. Después se empezó a reír tan fuerte que la bibliotecaria amenazó con echarla y Lily tuvo que poner un hechizo de silencio alrededor de la mesa.

—¿Lily? —Remus le pidió auxilio para otra "traducción".

—Esa es su forma de decirte que no tiene interés romántico en Sirius y no lo va a tener ni en cien años —aclaró Lily, encogiéndose de hombros.

—Querido, querido, querido...—Florence sostuvo las manos de Remus de nuevo—. Te juro por lo que sea que quieras que yo no estoy enamorada de Sirius. De verdad. Más bien, yo me muero porque Sirius esté contigo, haría una fiesta si Sirius está contigo.

Remus lucía cada vez más y más confundido.

—Pero...¿por qué...?

—Bueno —Florence lo pensó durante unos segundos—. Primero, Sirius es mi amigo. Pero además de eso, él está totalmente embobado contigo...

—¿No se la pasó contigo las últimas semanas antes de las vacaciones?

—Sí, eso- mira, cuando estás besando a un chico y de repente está hablando de uno de sus amigos, una se empieza a cuestionar cosas...—Florence se rió—. La primera vez fue un poco raro, para la segunda vez me dije "este chico está reservado para ese moony y ni siquiera lo sabe". Y en ese momento era algo muy tierno y muy divertido-

—¿No te molestaba? —Remus no podía fruncir más el ceño.

—Ay, no, para nada, ¿por qué me molestaría el amor de alguien por otra persona...?

Lily pareció recordar algo y añadió un:

—La mamá de Florence es hippie también. Mucho "amor libre" y esas cosas.

—Sí, eso me funciona a mí. Peeeero —Florence alargó la vocal— no a Sirius, ¿sabes? Hizo el intento, fue divertido, toda una experiencia, pero él no es tanto un "el amor está para compartirlo y disfrutarlo", es más como un "voy a seguir dando vueltas por ahí sin comprometerme no por mis principios sino porque el único con el que quiero algo de verdad no me quiere a mí", ¿entiendes? Y antes de que me preguntes, obviamente estoy hablando de ti. Sirius te quiere a ti. Y como está seguro de que tú no lo quieres y además es muy idiota para reconocer que él te quiere, se pone a dar vueltas por ahí...

Remus se quedó en silencio. Ella titubeó y se fijó en Lily.

—¿Crees que ahora sí lo entendió?

—Dale un momento —Lily le hizo un gesto para que esperase.

La piel del rostro de Remus empezó a sonrojarse lentamente frente a las miradas de ambas brujas.

—Ahora sí —indicó Lily.

—¿Estás...diciendo...que yo le gusto a Sirius y Sirius cree que a mí no me gusta él?

—¡Sí! —Florence exclamó tan fuerte que Lily agradeció haber puesto los hechizos de silencio—. ¡Sí, eso es! ¡Cree que lo rechazaste! ¿Puedes tirarte encima de él y decirle la verdad y besarlo hasta que recupere la poca estabilidad emocional que tiene, por favor?

Remus se levantó vacilante y miró alrededor como si no supiese si Sirius podía aparecer desde detrás de un estante de repente. El rostro se le estaba poniendo más y más rojo.

Cuando al fin dejó la biblioteca, Florence abrazó a Lily, comenzó a sacudirla y a agradecer a divinidades que ni siquiera Lily conocía.

—0—

Sirius estaba dando un paseo con su hermano. O más bien, Regulus daba su paseo con el crup y hablaba con los retratos mientras Sirius arrastraba los pies detrás de él, luciendo tan desamparado que incluso los fantasmas más tristes del castillo le preguntaron si acababa de ocurrirle alguna tragedia.

Cuando Remus los encontró, le faltaba el aliento por haber ido lo más rápido que podía desde la salida de la biblioteca. Sirius lo vio y se encogió como si quisiera hacerse invisible para no molestarlo más.

Regulus miró a uno, luego al otro y decidió que no quería estar en medio, por lo que sólo siguió caminando y les dijo que hablasen y resolviesen lo que fuese que tenían que resolver.

Sirius hizo el intento de huir antes de que Remus se parase frente a él y le agarrase los hombros para retenerlo justo allí.

Encontrarlo fue sencillo.

La parte de las palabras no tanto.

Sirius se encogió más viendo la manera en que Remus titubeaba, abriendo la boca, después cerrándola sin haber dicho nada, luego cambiando su peso de un pie al otro y quejándose al apoyarse en la pierna que más le dolía.

Notó que Sirius reaccionaba a esto más allá de las emociones que pudiese tener acumuladas de esa semana. Ayudó a Remus a equilibrarse y a moverse hasta uno de los bordes de las ventanas en el pasillo, donde los dos se sentaron.

—¿Mejor? —Sirius apartó las manos de él en cuanto estuvieron sentados y habló en un tono bajo que no era común en él.

Remus asintió, pero mantuvo el agarre firme en uno de los brazos de Sirius porque tenía miedo de que este se levantase y se fuese y tener que pasar más tiempo así.

—Sirius...oye, yo...—Remus apretó los párpados y el brazo de Sirius—. Te dije una mentira, lo siento. Entré en pánico. Cuando me preguntaste...lo que me preguntaste. Lo de si estaba enamorado. Enamorado de ti. Entré en pánico. Sentí que me iba a morir. Creí que si decía que sí dejarías de ser mi amigo. Y...y mentí. Y la respuesta era que sí.

Remus abrió los ojos después de unos segundos de silencio y giró el rostro para encontrarse a un Sirius boquiabierto.

—Sí estoy enamorado de ti, Sirius —Remus consiguió balbucearlo y sintió que se libraba de un importante peso.

—Ah.

Sirius miró hacia otro lado, de nuevo a él, a otro lado. No decía nada, pero resopló un par de veces, se le empezó a formar una sonrisa y terminó soltando una risita y otro "ah".

—Me gustaría tener algún tipo de respuesta —comentó Remus, que creía que merecía una medalla sólo por continuar ahí sentado a pesar del temblor en sus manos.

—Yo...—Sirius volvió a fijarse en él, la sonrisa en su rostro vaciló—. Yo no sé, moony. Yo creo...no me voy a alejar por eso, no es- quiero besarte, sé que quiero besarte otra vez y sé que besarte es mejor que besar a cualquier otra persona- y si te alejas como esta semana duele como si me fuese a partir en pedazos- y ahora que dices que estás- que estás enamorado, parece que acabase de tomarme una de esas pociones que hacen que sólo quieras sonreír y reírte y no sé cómo pararlo-

Sirius hubiese continuado con sus balbuceos hasta no soltar más que incoherencias si Remus no lo hubiese besado.

Parecía que de esa manera era más sencillo explicarse.

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