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5.47

La última semana antes de las clases fue...interesante.

Remus tenía pensado hacer como que el beso del pasillo jamás había sucedido. Aplicarle un obliviate a Sirius si hacía falta. Tal vez también a sí mismo.

Frente a James al menos fue como si nada hubiese pasado. Un frágil equilibrio que se arruinaba porque Sirius no le quitaba los ojos de encima y Remus estaba tan nervioso que casi se cayó del colchón y luego de nuevo de camino al baño.

Tardó tanto en dormirse que se despertó de último. Cuando se sentó en la cama, Peter, James y Regulus ya no estaban en el salón. Sirius jugaba con el crup y la pelota hasta que lo notó.

Remus se encogió un poco y respondió al saludo de buenos días. Preguntó por el resto e incluso preguntó por el crup sólo para alargar el tiempo mientras pensaba en cómo huir.

Sirius dejó al crup para ir a sentarse al lado de Remus y preguntarle si ya no le dolía nada. Él estaba haciendo todo lo que podía para evadir su mirada.

No estaba seguro de cómo acabaron besándose de nuevo, sólo que Sirius sabía a chocolate y Remus le dio un empujón cuando escuchó que la puerta se abría y la voz de James al otro lado.

James hizo una pausa, vio el rostro rojo de Remus, a Sirius en el piso y preguntó si estaban peleándose.

Sirius se rió y sacudió la cabeza, pero no explicó nada.

Se volvieron a besar después de que Hagrid les pidiese ayuda y Remus se quedase atrás por el bastón. Regulus fue el primero en entrar al bosque con Wezen, Peter y James se adelantaron cuando Sirius les dijo que él caminaría con Remus. Sí lo acompañó, pero primero se besaron un rato.

En el bosque, Sirius estaba haciendo unas bromas tontas, le dio un beso rápido y huyó.

Remus sólo se quedó de pie, atónito, y se le cayó la leña que llevaba en un brazo.

Se besaron en un pasillo cuando sus amigos no estaban cerca. También en otro pasillo cuando sí estaban cerca pero no lo supieron hasta oír la voz de Regulus hablando con un cuadro, lo que hizo que se apartasen del otro tan rápida y bruscamente que luego Remus tuvo que sostener a Sirius para que no se tropezase con una de las ventanas y cayese del tercer piso.

Se besaron una vez en el comedor. Algo muy rápido. Sirius lo hizo como si fuese una despedida antes de irse a hacer quién sabe qué por unas horas. Remus sospechaba que el profesor Grindelwald los vio desde la entrada, y como el mago no dijo nada, él decidió que tampoco diría algo. Ya su trabajo era lo bastante duro sin tener que preocuparse por dónde o con quién se besaban sus estudiantes.

Cuando Sirius lo estaba ayudando a reemplazar unos vendajes en sus manos también se besaron. Esa vez fue un poco más largo. Los demás hablaban en el salón, y la puerta del baño, donde se encontraban ellos dos, estaba cerrada desde adentro. Sirius había hecho un ruidito en algún punto y Remus se dio cuenta de que tenía que parar ahí mismo si quería llegar al comienzo de las clases con estabilidad mental y emocional.

A pesar de que se dijo esto, una tarde en que Sirius lo encontró en la biblioteca, acabaron de todas formas besándose entre dos estantes. Remus no sabía que sus labios se podían hinchar un poco por besos así que adoptó una expresión asustada, pensando que tendría relación con la licantropía, y Sirius se rió tanto que se quedó sin aliento y terminó apoyando la cabeza en el hombro de Remus mientras le aseguraba que eso no tenía nada de mágico ni maligno.

Por alguna razón, Sirius debió pensar que distraerlo lo ayudaría a recuperar la calma y su grandiosa distracción fue dejar un par de besos en el cuello de Remus.

Él tuvo que ir a la enfermería por una poción calmante ese día. No había y obviamente no estaba la enfermera, así que recurrió a un profesor Grindelwald que le dio una mirada de "no te estás muriendo, muchacho" y lo mandó de regreso al salón/dormitorio con un té.

El último día antes de la llegada del tren con el resto de estudiantes y el personal docente, James decidió dedicarse a intentar acomodar el pedazo del dormitorio de Gryffindor que fue quemado y reparado para que Lily no notase nada. Peter lo ayudó. Regulus se escapó diciendo que no era su dormitorio así que no era su problema. Remus alegó tener dolor en los huesos y Sirius sólo ayudó durante una hora.

Después de aburrirse, Sirius fue a buscar a Remus a la biblioteca. Se asomó desde detrás de un estante con una sonrisa y Remus intentó seguir leyendo e ignorarlo porque recordaba lo que pasó la última vez que le hizo caso estando en la biblioteca.

—¿Quieres ver algo interesante? —le dijo a Remus después de unos segundos en silencio.

Remus titubeó.

—Es una proeza mágica-muggle —continuó Sirius en tono presumido.

Terminó aceptando y juntos tomaron uno de los pasadizos que iban desde el pasillo fuera de la biblioteca hasta una zona cercana al bosque. Sirius caminaba con la confianza de alguien que tenía una ruta memorizada y no se toparon ni con la guardiana de Grindelwald ni con las arañas enormes de Hagrid. Tampoco fue tan rápido para no forzar a Remus, que hacía lo mejor que podía bajando las zonas inclinadas con su bastón.

En cierto punto del camino incluso le tendió una mano y lo ayudó a mantener el equilibrio hasta que estuvieron en una zona más plana. Un pequeño claro con algunas cajas, piezas y sabanas escondidas bajo una estructura mágica improvisada que apenas se asemejaba a un techo.

Sirius no dejaba de sonreír. Caminó hacia la estructura, carraspeó como si necesitase prepararse para la gran revelación que estaba a punto de darle y retiró la sabana con un movimiento.

Remus se pasó un momento observando lo que había dejado. Cada vez fruncía más el ceño y la sonrisa de Sirius comenzó a desvanecerse.

—¿Es...?

—¡Es una moto! —Sirius protestó como si no pudiese creer que Remus no veía el vehículo en esos tubos de metal unidos sólo Merlín sabía cómo y una pieza enorme que hacía ruido si él le daba una palmadita con algo de magia en los dedos—. Una híbrida de moto muggle que usa magia...o lo será cuando resuelva cómo hacer que la magia no saque un chorro de aceite y esté armada del todo...

Sirius recogió una pila de cartas que tenía en una esquina de su "taller" y les dio un vistazo como si allí estuviese la respuesta.

—Él dijo que podría necesitar acomodar la válvula de aceite en caso de que la magia estuviese añadiendo demasiada presión...

Él dejó la carta a un lado y pasó a revisar una especie de plano de los componentes de una moto para ubicar a qué se refería.

Remus sólo permanecía inmóvil a unos pasos con los ojos puestos en la estructura que todavía no tenía la imagen de una motocicleta.

—¿Él? —repitió—. ¿Te están enseñando a hacer...eso?

Sirius asintió sin verlo.

—Adam manda instrucciones y sugerencias en cada carta...

—¿Adam?

—El hermano de Florence. Es un mecánico muggle, así que...—Sirius agitó una mano—. Estamos intentando resolver esto todavía.

Remus emitió un sonidito de "huh-huh" y siguió viéndolo mientras Sirius retiraba una pieza y la colocaba sobre una tabla de madera para examinarla.

—Es verdad- la válvula está dañada —Sirius arrojó la pieza a una caja llena de otras piezas rotas y cubiertas de aceites y comenzó a rebuscar en una caja más pequeña con paquetes y bolsas—. ¿No te parece increíble, moony?

—No mucho.

Remus respondió sin pensar, fijándose en la pila de cartas y preguntándose cómo funcionaba esa correspondencia. O el mecánico muggle escribía sus propias cartas o Florence estaba escribiendo a diario y añadiendo los papeles de su hermano al sobre.

No se dio cuenta de que su tono había sido un poco brusco y Sirius detuvo lo que estaba haciendo para verlo con sorpresa.

—¿En serio no te parece increíble? ¿Ni siquiera interesante? —Sirius parecía un poco herido—. Pensé- no importa. Olvídalo. Volvamos al castillo.

Remus notó que acababa de cometer un error cuando vio a Sirius cubriendo la estructura a medio armar con una sabana de nuevo.

—No...yo...me refiero a que..no entiendo lo que estás diciendo y lo que me estás mostrando, por eso- —Remus empezó a balbucear—. Estoy confundido. Es eso. Muy confundido. No sé de esto. Pero no es que no esté impresionado, como...no estoy no-impresionado...¿sólo más confundido que impresionado? Pero creo que si consigues hacer algo así híbrido, eso...demostraría una gran habilidad mágica.

Eso le sacó una sonrisita a Sirius, que lo invitó a acercarse y sentarse con él en el suelo.

Sirius intentó explicarle. Le mostró planos y le leyó pedazos de las instrucciones del mecánico muggle, le puso piezas en las manos y habló y habló sobre cómo funcionaban y Remus no fue capaz de recordar un solo nombre porque Sirius jugaba un poco con sus dedos cada vez que le daba o quitaba algo, ¿y cómo pretendía que él entendiese la explicación si hacía eso?

Aun así, la emoción y orgullo de Sirius era lo bastante grande como para poner una sonrisa en la cara de Remus, entendiese o no lo que pasaba en ese "taller". Y después de que Sirius terminó de hablarle de los últimos tres desastres con el mecanismo, se quedó mirándolo por unos segundos, soltó una risita y los dos estuvieron en silencio por un rato con sonrisas tontas que ninguno pensaba reconocer que lo eran.

Y las vacaciones de Yule llegaron a su fin.

—0—

El día en que el tren regresaba con el resto de estudiantes del colegio no había clases para permitirles desempacar y reajustarse a la vida en Hogwarts. El desayuno se servía tarde y había comida hasta la hora del toque de queda para que todo el mundo pudiese comer y descansar tanto como necesitaran.

Lily corrió hacia ellos nada más verlos en la entrada del castillo. Se había cortado el cabello hasta los hombros y James agarró a Sirius y fingió que se iba a desmayar hasta que ella los alcanzó y comenzó a hablar con una sonrisa de cómo Petunia se había portado bien y durante todas las vacaciones hizo el esfuerzo de corregir cómo se dirigía a la gente con magia para no llamar fenómenos ni monstruos a su hermanita o a sus amigos.

—Es decir...como siempre debió portarse —comentó Sirius, no tan impresionado.

Pero ella estaba convencida de que Petunia quería hacer las paces por fin y podrían volver a ser tan unidas como lo eran antes de los primeros estallidos de magia de Lily hace años.

—¡Incluso me dijo que podían venir a la casa en las vacaciones de verano y ella podía acompañarnos para que ustedes conocieran más del mundo muggle! Ir a los sitios de moda entre muggles, quizás a algún concierto- —Lily se interrumpió con una risita—. Y preguntó por ti, James.

James abrió la boca listo para soltar un comentario sobre cómo prefería que la irritante Petunia que le gritaba desde la primera vez que lo vio no preguntara por él. Remus le dio un golpe en la pierna con el bastón, Sirius le dio un codazo y le hizo una seña a Peter para que le metiese una rana de chocolate en la boca antes de que soltase alguna estupidez. Regulus sólo le lanzó una mirada de "cállate, Potter."

Según su lógica, si James tenía alguna mínima oportunidad con Lily y elegía ese momento para hablar mal de su hermana, podían irse olvidando de esa posibilidad. Sirius no podría interesarse por alguien que hablase mal de su hermano, y por el tono de Lily, ella tampoco se lo tomaría bien justo ahora.

—¿Qué le pasó a tu cabello? —Remus decidió desviar el tema.

Se notaba que Severus no estaba tan emocionado como Lily porque se quedó atrás y apenas la alcanzó mientras ella explicaba que hicieron un acuerdo a través de cartas durante las vacaciones y por eso se cortó el cabello.

—Sev no se lo estaba dejando crecer mucho porque comenzaba a sentirse incómodo, pero yo le dije que el cabello largo le queda mejor —Lily rodeó a su mejor amigo con un brazo. No dejaba de sonreír y ahora también movía la cabeza como si quisiera que ellos se diesen cuenta sin señalarlo—. Cuando él me dijo que el cabello le estaba tocando los hombros, me lo corté a la misma altura. Así lo puedo acompañar mientras su cabello sigue creciendo. ¿Verdad que le queda bien? ¡Hasta Petunia le hizo un cumplido!

—Me vio en el andén antes de subir al tren —contó Severus en tono lúgubre— y me agarró un mechón de cabello...

—¡Intentó ser amable, Sev!

—...nunca había sentido tanto asco —finalizó Severus, ignorándola por completo—. Me dieron ganas de cortarlo por completo.

—Bueno, si lo dejas más corto, yo también lo cortaré más, ese es el trato...

James volvió a hacer eso de sostener la camisa de Sirius y fingir desmayarse, pero no le duró mucho porque una brisa agitó el cabello corto de Lily, y al parecer, decidió que podía preparar un monólogo al respecto de lo tierno que era eso para atormentar a sus amigos antes de irse a dormir.

—¿Y tu padre? —le preguntó Sirius a Severus.

Vieron a Severus cerrar los ojos por un segundo y tomar una profunda bocanada de aire.

—Está muerto. Murió en navidad.

Lily le frotó la espalda a Severus y James comenzó a dar condolencias y preguntar por qué no les avisó antes, tan preocupado que no lo abrazaba sólo porque Severus lo apartó cuando lo intentó.

Sirius solamente asintió y notó que Regulus soltaba un suspiro. Remus y Peter también intentaron dar sus condolencias, pero ellos dos sabían que esa navidad debió ser uno de los pocos momentos hasta entonces en que Severus pudo respirar tranquilo estando en casa.

James tuvo una breve lucha interna antes de decidir que se pasaría el resto del día pegado a Severus, siguiéndolo, ofreciéndole comida, intentando distraerlo y hablándole como si acabase de ser víctima de alguna tragedia. Tendría tiempo para analizar cómo le quedaba el nuevo corte de cabello a Lily durante los siguientes días. Incluso arrastró a Peter e intentó llevarse a Sirius también, insistiendo en que creía que Sirius entendía mejor a Severus que él.

—Voy a esperar a Florence. Luego los alcanzo —Sirius cabeceó hacia los grupos de estudiantes que todavía estaban acercándose a la entrada.

James asintió y se marchó con Peter y Severus. Remus agarró un brazo de Lily y la arrastró en otra dirección mientras ella lucía confundida.

Sirius seguía viendo el lugar por el que Remus se marchó cuando escuchó una voz aguda gritando su nombre.

—0—

Lily tuvo que parpadear un par de veces cuando de repente se encontró atrapada en un pasadizo con Remus.

—¿Rem? ¿Qué...?

—Pasó algo que no te dije en las cartas —Remus habló deprisa, colocando una mano en su hombro. Temblaba.

Lily empezó a preocuparse. Intentó sostener la mano que él colocó en su hombro y darle un apretón en señal de apoyo antes de escuchar el:

—Besé a Sirius.

Los movimientos de Lily se detuvieron por completo.

El pasadizo se quedó en silencio durante casi un minuto. Luego ella ahogó un grito.

—¡Lo besaste!

Remus también contuvo un grito.

—¡Sí lo besé!

—¡Besaste a Sirius!

—¡Sí!

—¡Sirius Black!

—¡Sí lo hice!

Y entonces estaban gritando tanto que fue una suerte que nadie descubriese el pasadizo secreto ese día. Lily daba pequeños saltos y Remus se movía con ella sin separar los pies del suelo.

—¿Y cómo fue? ¿Qué tal? ¿Qué hizo? ¿Qué dijo? Dime qué dijo, necesito saber qué dijo- ¿están saliendo? ¿Ya le dijiste que te gusta? Ya se lo dijiste, ¿verdad? Remus Lupin, ¿qué significa esa cara? Mira, más te vale que...

Mientras Remus intentaba explicar lo que sucedió la última semana de una forma más o menos coherente y que no lo avergonzara demasiado, en el "taller" del bosque, el tema era el mismo.

Florence apenas pudo dejar sus cosas en el dormitorio antes de que Sirius empezara a apurarla desde las escaleras para que le diese las cajas de repuestos que su hermano mandó para la moto. Las llevaron al bosque procurando que nadie les viese y Florence las intentó acomodar en medio del desastre de Sirius, refunfuñando.

—Voy a empezar a creer que quieres más a Adam que a mí, cariño...

Sirius estaba de pie detrás de ella y no encontró otra manera de decirlo.

—Hace unos días moony y yo nos besamos. Bastante. Y después más. Y después...un poco más.

Florence se dio la vuelta muy lentamente y analizó su expresión como si no estuviese segura de si era en serio.

—¿Besaste a Remus? —Ella quiso oír la confirmación.

Sirius asintió un par de veces, muy rápido.

De repente Florence comenzó a gritar y luego a realizar una especie de baile disco de celebración que no hacía desde la última victoria de Gryffindor en el Quidditch.

—¡Gracias, Dios! ¡Gracias, Merlín! ¡Gracias a quien sea que me haya escuchado cuando dije que si no te lanzabas sobre él yo te lo iba a tirar encima! ¡Gracias! —Florence se arrodilló en el suelo alzando las manos al cielo mientras gritaba.

Sirius le tiró una pieza de repuesto para que no hablase tan fuerte porque que nadie hubiese descubierto el "taller" no significaba que pudiesen ponerse a gritar así, pero ella sólo empezó con otro baile y a cantar una canción de amor. Y esa vez lo hizo unirse al baile hasta que Sirius no pudo evitar reírse y aceptó que ella lo hiciera dar una vuelta.

—Ya entiendo- ya entiendo —Florence habló entre risas—. No, mira- yo entiendo. Las chicas en Hogwarts son muy bonitas, pero si tuviese la oportunidad de besar a Remus Lupin, yo también lo haría y lo preferiría por encima de las chicas y de la mayoría de los chicos.

Sirius amenazó con tirarle otro repuesto y ella sólo se rió más fuerte.

—Está bien, estrellita, es momento de aceptar que tu etapa de Don Juan se acabó tan rápido como empezó. Tendré que ver si puedo hacer ese enorme sacrificio de consolar a algunas de las chicas a las que vas a dejar destrozadas...puedo hacerlo, tengo un corazón muy grande...

Él emitió un sonidito indignado.

—Esto no cambia nada, Flor.

—Oh, por favor...

—Hablo en serio —Sirius frunció el ceño.

—Claro, no vas a estar enganchado a Remus todo el día y todos los días con lentes de corazones mientras en tu cabeza suena "because I love you too much, baby..."

—No es como si estuviese enamorado —Sirius resopló—. Sólo...no esperaba que moony pudiese hacer algo así. Que quisiera hacer algo así.

Florence dejó de bailar y cantar.

—¿No esperabas que tu moony quisiera besarte?

Sirius se encogió de hombros.

—Moony no es...no parece alguien que besaría a un amigo por diversión. Pero supongo que lo es.

—Oh, mi amor —Florence comenzó a hablar en un tono mucho más suave mientras se acercaba a él—. Mi vida. Mi cielito. Mi querida estrellita...

Le dio un jalón en la oreja tan sorpresivo que Sirius no estaba preparado ni siquiera aunque sabía que cuando ella comenzaba a hablar así era porque se venía regaño.

—¿El aceite de la moto se te metió por las orejas y ahora tu cerebro está nadando en aceite o por qué suenas como si eso te hubiese pasado?

Sirius protestó y se tocó la oreja lastimada.

—No entiendo-

—¡Sí, estoy viendo que no entiendes!

—No sé por qué te molestas —se quejó Sirius—. Ese no me lo merecía. Es...es parecido a cuando te empecé a besar a ti. Nos estábamos divirtiendo, era gracioso.

Florence soltó un sonidito de absoluta frustración.

—No se parece en nada, Sirius, por Dios...

—Bueno, no, a ti te he tocado por todos lados y a Remus sólo le toqué la espalda...se me ocurrió meter un poco los dedos bajo su camiseta y se movió tan asustado que casi se cae...

Florence volvió a hacer eso de arrodillarse en el suelo.

—Dios, Merlín, soy yo de nuevo...

Sirius resopló y se cruzó de brazos. Quiso ignorar por completo que sentía el rostro ardiendo.

—Diosito, sé que debes estar enojado porque le dije a mi abuela que no iba a creer en ti después de enterarme de la existencia de la magia y de que yo era una bruja, pero no siento que yo merezca este desprecio y esta misión de aguantar tanta idiotez...

—Ay, ¡ya basta, Flor! Tú estás confundiendo las cosas. No entiendo por qué. Tú eres la que se ríe más fuerte cuando nos preguntan si vamos a ser pareja en algún momento, tú sabes que puedes besar a un amigo sólo porque tienes ganas y no pasa nada. ¿Cuántas veces nos hemos besado ya? Y a mí no me gustas y estoy completamente seguro de que yo no te gusto de esa forma...

Ella suspiró y se sentó en el suelo.

—¿Tú de verdad crees que tu moony va a ver ese montón de besos como los veo yo?

Sirius se encogió de hombros.

—Pues él sabe que yo te he besado un montón y que eres mi amiga.

—¿Y no se te pasó por esa cabeza llena de aceite que para tu moony esos besos significan algo diferente?

Él volvió a resoplar.

—Sólo nos estamos divirtiendo. Como amigos.

Florence le estaba dando una mirada tan llena de incredulidad que Sirius sintió que lo llamaba idiota dentro de su cabeza y se puso un poco a la defensiva.

—Tú me dijiste que no me juzgarías si me divertía mientras no estuviese hiriendo los sentimientos de nadie. E hice lo que me dijiste. A todas las chicas les dije que no pensaba tener novia y que no estaba enamorado.

—Pero tu moony no es una de esas chicas que te besan y salen corriendo a contarle a sus amigas soltando risitas porque para ellas "Sirius Black" es un logro y no una persona —le recordó ella en tono más suave.

Eso lo molestó más.

—Si pensara que moony siente algo por mí, no estaría besándolo. Obviamente no jugaría con él.

Florence suspiró y se pasó las manos por el rostro.

—No quiero pelear contigo, cariño, sólo déjame pensar cómo explicarle esto a tu ineptitud emocional...

—¿Me estás intentando decir que le...que le pregunte a moony si está enamorado de mí o algo así? —Sirius se rió de la idea—. ¿Eso te bastaría? ¿Con eso dejarás de mirarme como si fuese imbécil por no darme cuenta de algo que tú crees que sí ves?

Ella pareció pensarlo.

—Podría...ser un buen comienzo, sí, podrías preguntarle eso.

—Bien.

Sirius sólo dijo esto y empezó a caminar dando zancadas.

Florence se dio cuenta de que acababa de meter en problemas a Remus y salió corriendo detrás de él.

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