4.39
Llamaron a James a la oficina de Dumbledore a la mitad de la primera clase. Lo bueno de no tener los lentes es que no podía ver las miradas del resto de estudiantes y sus expresiones mientras abandonaba el aula, preguntándose si Dumbledore quería hablar con él acerca de lo de anoche, y si era así, por qué sólo lo llamaba a él si debió haber visto a Sirius a su lado.
Se convenció de que tenía que ser valiente en caso de que fuese a tener problemas. Remus no podía encontrar un desastre al regresar al final de la luna llena y él no diría una palabra sobre la presencia de Sirius si Dumbledore tampoco lo mencionaba.
Tenía todo planeado dentro de su cabeza. Casi estaba ensayando cómo explicarse mientras las escaleras lo llevaban a la oficina. Podía dejar que notificasen a su familia si era necesario. Su madre estaría histérica pero él podía hablar primero con su padre y después los dos la calmarían, siempre escuchaban, estaba seguro de que...
Apenas llegó a la oficina, se encontró a Dumbledore detrás del escritorio, lo único que pudo identificar fue la figura hasta que se acercó lo suficiente para notar que estaba extendiendo sobre la mesa un estuche abierto con unos lentes idénticos a los de James. Los tocó varias veces para estar seguro de que era lo que creía.
—No puede ver clases de esa forma —Fue la explicación de Dumbledore.
James se probó los lentes y parpadeó un par de veces para ajustarse. Era la fórmula correcta. Podría haber pensado que hallaron y repararon sus lentes de alguna manera si no fuese porque se dio cuenta de que una de las patas tenía un león tallado.
—Gracias —James se apresuró a decirle, sonriendo—, de verdad gracias, señor. Ya estaba pensando en cómo explicárselo a mi padre...
Él se quedó callado al notar algo inusual.
Sus últimos lentes tardaron alrededor de tres días, a pesar de que su padre dio el pago completo de inmediato y querían tenerlo contento por su apellido y fama.
Dumbledore pudo haberlo visto la noche anterior sin los lentes incluso en la oscuridad del pasillo, sí, pero los lentes no eran comunes en el mundo mágico. Si se los pedía a alguien muggle, tardarían mucho más que unas horas en la mañana. Si los encargó con alguien que tenía magia, sería una de las pocas oficinas que había en el país y todavía sería raro que lo hubiesen mandado tan rápido, incluso si era un pedido de Albus Dumbledore.
—¿Le debo algo? —preguntó James, sin poder quitarse de encima la sensación de extrañeza.
El director sacudió la cabeza.
—Son un regalo para que se concentre en sus estudios, señor Potter.
—¿Los hizo usted? ¿Sabe hacer lentes con magia?
—Vuelva a clases —Dumbledore lo interrumpió con una ligera sonrisa y regresando a su asiento—, es díficil entender la historia de los goblins si se pierde parte de las explicaciones del profesor Binns.
James asintió, volvió a agradecer y salió de la oficina. Incluso mientras las escaleras lo hacían regresar al pasillo, él seguía dándole vueltas.
El profesor Grindelwald no pareció sorprendido cuando los encontró deambulando por el pasillo en la noche y Dumbledore ya tenía unos lentes de repuesto preparados.
Esos dos siempre parecían saber más de lo que pasaba de lo que él podía imaginar.
James regresó al salón, se sentó en su sitio junto a Sirius y le preguntó en susurros si creía que esto podía tener que ver con las visiones del profesor Grindelwald después de haberle mostrado los lentes.
Sirius estaba haciendo su respectiva rutina de ponerse los lentes de James, hablar de lo ciego que estaba y hacer caras raras porque no podía ver nada con el cristal cuando lo escuchó. Lentamente se quitó los lentes e intentó limpiar las huellas que le dejó al cristal.
—Se lo pudo haber pedido a uno de los elfos —Él le tendió los lentes de vuelta y se encogió de hombros—, ¿qué importa? Ya no tengo que copiar nada para ti al menos...
James se quejó y se acomodó los lentes de nuevo. Estuvieron en silencio unos segundos porque el profesor les llamó la atención. Luego volvió a inclinarse hacia Sirius para susurrar:
—Tampoco me dijo nada sobre...ya sabes.
Sirius arqueó las cejas.
—El águila —James intentó darle a entender de quién hablaba mediante miradas y expresiones pero no estaba seguro de qué hacía.
—Si nos hubiese querido regañar, lo hubiese hecho anoche...
—Señor Potter, señor Black —Los interrumpieron otra vez—, ¿pueden compartirnos sus conocimientos sobre el papel de los goblins en la primera revuelta inglesa por los derechos de las criaturas mágicas...?
Lily, desde el asiento adelante de ellos, se giró y les dio una mirada de reprimenda y James se encogió en su puesto, sacudiendo la cabeza.
—No entiendo cómo deja que otros se duerman pero siempre se queja cuando hablamos —mencionó Sirius sin mover los labios—, me parece que es algo personal...
—Sirius —Lily lo regañó en un susurro desde adelante.
—Tu compañera está dormida justo al lado de ti, ¿por qué no le dices algo a ella...?
Binns siguió hablando de los goblins, Sirius discutiendo en voz baja con Lily y James encogido en su asiento. Se sentía más avergonzado cada vez que Lily se giraba, así que comenzó a darle patadas sin fuerza y codazos a Sirius para que dejase de molestarla, y así ella también dejaría de darle esa mirada seria a él. Pero Sirius no entendía el mensaje.
—0—
Remus volvió especialmente débil de esa luna llena, por lo que casi todo el tiempo estaba caminando apoyado en el bastón con un Sirius que le llevaba los libros y no se le despegaba si no era necesario. La primera semana les habló de que tenía pesadillas en que había personas cerca de él durante su transformación y él las asesinaba. Se despertaba agitado y ahogando un grito, sintiendo la sangre en la boca, aunque estaba seguro de que hasta ahora sólo había destrozado muñecos de madera que ellos le dejaban en la casa y no un cuerpo de carne y hueso.
James y Sirius intercambiaban miradas y buscaban formas de calmar sus nervios. James le contaba historias de lo que se perdió durante la luna llena o mandaba a Peter a buscarle algún libro y Sirius le ofrecía chocolate de una marca que ahora llevaba siempre en el bolsillo.
Una sola vez se encontraron en un pasillo con Bastian DeFleur, James estaba hablando con Sirius, Peter iba un poco por detrás de ellos, Remus se aguantaba la risa por la tontería de turno, Sirius estaba a su otro lado quejándose de la cantidad de libros que Remus usaba. Cuando lo notaron, Remus se detuvo y los otros tres hicieron lo mismo.
Remus sonrió y agitó una mano para saludarlo pero sólo recibió una mirada desagradable. Bastian se apresuró a abandonar el corredor sin decir nada.
James y Sirius volvieron a intercambiar miradas.
James decidió pasarle un brazo alrededor de los hombros a Remus y hablarle de Quidditch.
Bastian DeFleur desapareció de Hogwarts a comienzos de mayo de ese año.
En una de las cenas merodeadoras en un salón abandonado, Pandora les comentó que en Ravenclaw se decía que fue trasladado a Beauxbatons para terminar el año escolar allí y continuar con su educación en el colegio francés.
—Había un montón de chicas casi llorando después de que se fue —explicaba Pandora sin mucho interés, marcando con el dedo la página del libro que estaba estudiando para prepararse para sus EXTASIS—. No entendí por qué.
—Tenía muchas admiradoras —le comentó Lily—. Las chicas de mi dormitorio estaban diciendo esta mañana que cuarto año se quedó sin chicos lindos e inteligentes, que sólo hay lindos y brutos o inteligentes y feos.
—Hey —Sirius frunció el ceño—, ¿por qué dicen eso?
Lily intentó no reírse y alzó las manos en señal de rendición.
—Sólo estoy repitiendo lo que decía Abbott mientras se peinaban juntas y yo buscaba mis zapatos, pads, no es personal...
—¿Pero quién es el lindo y bruto y quién es el inteligente y feo?
Ella soltó un sonidito de protesta y miró de reojo a Severus en busca de auxilio, pero el Slytherin estaba revisando un libro avanzado que Pandora le prestó y agitó la mano en un gesto de "tú diles".
—Bueno...según ellas, James es lindo —Lily vio a James inflar el pecho al escucharla y encogerse de inmediato cuando soltó lo siguiente:— pero es un bruto y se porta como un niño de primer año. Dicen algo muy parecido de Sirius...
Sirius resopló y hubo una leve risita de Regulus a su lado, pero cuando su hermano mayor lo miró, él puso una expresión muy seria y sacudió la cabeza como si estuviese incrédulo.
—¿Y los inteligentes y feos? —James tenía el ceño fruncido y los brazos cruzados como si no entendiese los parámetros para medir esto.
Lily movió la cabeza hacia Severus con una expresión de disculpa.
—Y dicen que Remus también es muy inteligente pero no es...lindo. Y yo para nada estoy de acuerdo con ellas —Se apresuró a aclarar, moviendo las manos—, sólo repito lo que escuché...yo nunca diría que Rem o Sev...
—De Snivellus lo entiendo —Sirius se quejó y sostuvo el rostro de Remus con una mano—, ¿pero cómo ves a moony y le dices "feo"?
—Supongo que no les gustan las cicatrices —Lily se encogió de hombros con cara de "yo tampoco entiendo estos parámetros, no me mires así".
—No les hagas caso —James pasó un brazo alrededor de los hombros de Remus y le dio una palmadita en el pecho—, tú eres más guapo que padfoot, tranquilo.
—Y al menos tiene cerebro —añadió Severus sin despegar la mirada del libro como si no estuviese hablando con nadie.
—¡Yo también tengo! —reclamó Sirius.
—En desuso.
Regulus se cubrió la boca esa vez para disimular la risa, y cuando Sirius giró la cabeza, volvió a la expresión seria. El brusco cambio era muy divertido de ver y Pandora sí que comenzó a reírse sin disimulo mientras los chicos discutían por las definiciones que Lily les dio y ella los veía con la boca entreabierta, sin creer que se pusieran así por unos comentarios de unas chicas con las que ni siquiera hablaban.
—0—
El mes de mayo pasó muy rápido, y cuando se encontraron con la siguiente luna llena, poco importaba un estudiante que ya estaba en otro país o los comentarios de no-merodeadoras.
James y Sirius intentaron no meterse en problemas por lo que quedaba del año. Es verdad que pegaron a ciertos Slytherin a sus casilleros en los vestuarios antes de un juego (a Regulus no), que una vez tuvieron que huir del hogar de la araña gigante de Hagrid porque se metieron allí por error en la forma animaga y que Sirius le enseñó a los dos crups a perseguir a alguien y fingir que le atacaban y luego McGonagall pensó que de verdad iba a ir por ahí atacando estudiantes con perros mágicos, pero eso era un final de año normal para un merodeador. No hubo cartas de advertencia a sus familias, y si no se enteraban en casa de James, no había pruebas de nada.
La ceremonia de graduación se realizaba la última semana de junio. Normalmente asistían sólo estudiantes de séptimo y las personas a las que invitaban, por lo que sería la primera vez de todo el grupo en una ceremonia así. James se lo había comentado a su madre en una carta a principios de mes y Euphemia le envió un traje de su abuelo y una capa que tenía como cien años para que se viese "elegante" durante la ceremonia de su amiga.
Sirius se había reído hasta que James abrió el paquete y descubrieron que también mandó para él. Y era un traje de un tatarabuelo de una rama Black.
Los dos contemplaron los trajes sobre la cama. Uno era del todo negro con piedras brillantes y parecía sacado de una pintura de un noble muy opulento y el otro era una especie de intento de cielo nocturno con constelaciones bordadas pero por alguna razón la tela era rojo vino.
Y claro, se notaba que el más nuevo tenía un siglo.
Por la noche se quejaron durante la cena en otro de los salones en desuso y Pandora les pidió que les llevasen los trajes. Sirius fue por ellos y los extendió en el suelo del aula para que los vieran.
—¿Por qué no sólo lo rehaces? —Severus le frunció el ceño. Había agarrado una de las mangas y frotaba el índice contra el borde—. La tela es mejor que la de toda mi ropa junta.
James y Sirius lo observaron con unas expresiones confundidas propias de dos personas que jamás tuvieron que rehacer ropa y no tenían ni idea de que se podía coser. Y alterar. Y cortar.
Severus suspiró resignado y Lily comenzó a darle leves sacudidas pidiéndole que los ayudase y que además la ayudara a ella a alterar un vestido.
La semana previa a la ceremonia, Pandora terminaba sus exámenes y tres sangrepuras y una hija de muggles recibían lecciones de costura de un Severus muy ceñudo que combinaba trabajo manual con hechizos que aprendió para facilitar y acelerar el proceso. Las manos de Lily eran torpes y él terminaba haciendo la mayor parte, James y Sirius casi destrozaron sus trajes y Regulus sólo estaba ahí sentado por curioso aprendiendo que no siempre hacía falta ir a una tienda y comprarse tres trajes más si uno se dañaba o no le quedaba. O dejárselo al elfo. Le parecía fascinante la idea.
El día de la ceremonia, James no paraba de dar vueltas de aquí para allá con su traje de un siglo renovado con detalles de leones en las mangas y cuello y Sirius detrás siendo un cielo estrellado andante con los colores de Gryffindor. Se suponía que escoltaban a Pandora mientras esperaban al resto, pero ella estaba muy quieta envuelta en su capa y aguantando la risa por la manera en que los dos le presumían su ropa.
Sólo se detuvieron para lucir serios cuando saludaron a la madre de Pandora, que les dijo que se veían adorables, así que siguieron presumiendo.
Xenophilius Lovegood se acercó en un momento en que estaban intentando buscar al resto entre la multitud. Saludó y le dio un beso rápido a Pandora. Sirius y James giraron las cabezas al mismo tiempo con las bocas abiertas y ella se empezó a sonrojar.
—¡Y no nos habías dicho! —exclamó James mientras Sirius sacudía la cabeza y hacía soniditos indignados.
—¿No les habías dicho? —preguntó Xenophilius, que sonaba divertido.
—Fue apenas durante los EXTASIS y estaba pensando en el EXTASIS de Pociones y en que los nargles no se comiesen mis apuntes...—Pandora habló evitando la mirada de los tres.
El secreto no fue más allá de ese día, por supuesto. Cuando Regulus se les acercó lo primero que Sirius gritó fue un "¡¿sabías que Pandora tiene novio?!".
James se dio a sí mismo la tarea de informarle a Remus y Peter, que también acababan de llegar.
—¡...y no nos había dicho nada! —insistía James.
Sirius volvió a gritarlo cuando vio a Severus acercarse y Pandora ya no podía ponerse más roja.
La ceremonia casi comenzaba en el momento en que James distinguió un cabello rojo anaranjado entre la gente, le dijo a Sirius que él le avisaba y la arrastraba hacia el resto del grupo para prepararse y corrió entre las personas llamando a Lily.
Quería repartir la noticia cuanto antes para volver a quejarse de que Pandora, su amiga Pandora, la merodeadora más lista con la transformación animaga más tierna, no les había dicho. Y eso era inaceptable.
Pero cuando se encontró con Lily se le olvidó qué era lo que iba a decirle.
Lily tenía el cabello recogido y llevaba un vestido que no era un vestido porque estaba dividido en dos piezas y tenía un listón. Y muchos colores. Y era muy tierno. Y se veía muy bonita. Y...
La capa de James se incendió en uno de los bordes y Lily detuvo la chispa con magia antes de que dañase el atuendo.
Y James siguió bastante quieto en donde estaba parado cuando la vio mientras ella le hablaba como si no entendiese por qué no reaccionó.
Lily sacudió la cabeza, le agarró el brazo y lo arrastró ella en su lugar porque ya estaban llamando a la gente a acomodarse, pero James no entendía las palabras si las intentaba juntar en su cabeza porque estaba ocupado viendo un mechón de cabello rojo anaranjado que se le soltó a Lily del tocado y le estaba cayendo sobre el cuello, tenía un lunar pequeño ahí, James no lo había notado, se estaba preguntando por qué no lo había notado, y de repente Sirius estaba lanzándose sobre él y gritándole en el oído.
James salió de su trance, parpadeó varias veces y se sintió idiota cuando Sirius le empezó a hablar del novio de Pandora a Lily y recordó que él no le había dicho nada.
Hablaron hasta estar en los asientos de unas gradas que colocaron para la gente invitada que no era familia directa. La tarima a la que subían quienes se graduaban estaba en el patio y había filas de sillas adelante organizadas formando un enorme cuadrado lleno de familiares. Se veían los flashes de las cámaras mágicas y muggles por todos lados.
La ceremonia le recordó un poco a la de primer año. Nombre por nombre y la Casa. Les entregaban un pequeño cofre y una llave y bajaban.
—¿Qué creen que haya adentro? —le preguntó James a Remus y Sirius, que eran los más cercanos a él.
—Dicen que además del diploma de graduación tienen papeles con sus notas, algunos recuerdos de eventos que se organizaron durante sus años en el colegio, notas de profesores y una carta escrita a mano por su Jefe de Casa —Lily alcanzó a oírlo y se inclinó hacia adelante para explicarle a pesar de tener a los otros dos en medio de sus puestos.
James sólo asintió un par de veces porque había vuelto a verla y su lengua parecía haberse trabado.
Después de unos momentos y un par de nombres más, James le susurró a Sirius:
—¿Te parece que Lily se ve como las Veelas?
—No —Sirius le frunció el ceño—, ni de cerca, es pelirroja.
—Hablo de lo bonita que se ve.
Sirius se inclinó hacia adelante y observó a Lily sin ningún disimulo. Luego se enderezó de nuevo.
—Meh —Fue lo único que dijo.
James quería agarrarlo, sacudirlo y preguntarle qué significaba "meh", pero escucharon el nombre de Pandora y todo lo demás podía esperar.
Pandora fue la única en toda la ceremonia que tuvo a dos personas gritando su nombre de pie en las gradas mientras sacudían los brazos.
—¡Señor Potter y señor Black, esto no es un partido de Quidditch! —McGonagall les habló a través de un hechizo amplificador desde el escenario.
Ellos se detuvieron, intercambiaron miradas con el resto, y de pronto era todo el grupo de Merodeadores el que estaba de pie en las gradas. James daba saltos jalando a Peter y Remus, Lily gritaba sacudiendo a Severus y Sirius consiguió levantar a Regulus de un jalón y le movía el brazo de una manera muy similar a cómo se hacía en los conciertos.
Pandora se empezó a reír, recibió su cofre y les lanzó un beso desde el escenario antes de que Xenophilius la ayudase a bajar por un costado.
Se tuvieron que sentar deprisa porque McGonagall les dijo que si continuaban con ese alboroto no dejaría que presenciaran el resto de la ceremonia.
Para ese momento no quedaban ni otras actividades escolares ni más estudiantes presentes en el castillo, por lo que se retirarían después de la ceremonia, la mayoría tomando el tren. Cuando la lista de nombres terminó, quienes se graduaban siguieron a Hagrid hacia los botes que usaron para acercarse al colegio en primer año y vieron a sus profesores lanzar al cielo los hechizos de luz que se usaban sólo cuando tenían que combinar la magia de mucha gente.
La magia cayó luego como una lluvia brillante sobre el lago mientras los botes avanzaban lentamente en sentido contrario como si estuviesen rehaciendo el primer viaje que tuvieron. Hagrid lloraba sobre el bote que guiaba el viaje del resto y Pandora, que estaba sentada a su lado, le daba suaves palmaditas.
Puede que James tuviese problemas para ver aunque llevaba los lentes puestos y estuviese escuchando a Sirius sorber por la nariz, pero claramente ninguno de los dos pensaba señalarlo.
—¿No nos vamos a despedir también? —Lily se les acercó y observó sus rostros con una mezcla de diversión y ternura—. Creo que estará viajando por un tiempo, podríamos no verla hasta las siguientes vacaciones...
Se quisieron unir a la lluvia de magia liderada por McGonagall, pero eso era muy poca cosa. No era algo muy merodeador de su parte quedarse ahí de pie, así que Sirius les gritó que tenía una idea y arrastró a Regulus y James detrás de él.
Siete estudiantes se movieron por el borde del lago antes de que el primer hechizo de Sirius crease una capa de hielo en el agua apenas lo bastante resistente para pasar rápido sobre ella. Se escucharon risas y unos gritos y McGonagall otra vez les llamaba.
Desde el bote, Pandora vio caminos de hielo frágil, a Sirius acercarse al bote diciéndole que tenía que traerles regalos en cuanto volviese a Gran Bretaña, un Remus que ayudaba a James a no caer al agua, a Lily dándole un empujón a Severus para que se apresurara. Peter casi rompe la capa de hielo y Regulus y Sirius regresaron por él antes de volver a fijarse en Pandora, que sólo se reía y asentía a lo que le decían.
Su bote fue "escoltado" el resto del camino. Hagrid lloró todavía más y McGonagall se tuvo que resignar a que harían lo que les pareciera mejor para despedir a la primera Merodeadora que dejaba Hogwarts.
Fin del libro 4
Lo de los últimos capítulos obviamente tendrá repercusiones (sólo no todavía).
Tengo una pregunta mientras, ¿ustedes perdonarían a Sirius si fuesen el licántropo al que expuso solamente para fastidiar a alguien? (en el canon o acá, que la esencia no es tan diferente)
Yo lo estaba pensando seriamente mientras escribía esto y creo que el Sirius canon es demasiado encantador, pide perdón demasiado bien, o Remus canon tiene la autoestima demasiado baja o es demasiado gay por él nivel perdonarle de todo. O tal vez todo eso junto.
Literal yo me he alejado de gente porque me sacaron del closet sin permiso en una situación en la que me ponían en riesgo y haciendo esto una parte de mí tenía la canción esta de "no la perdones por sus acciones, qué no lo ves, te arruinó" en bucle en la cabeza.
Pero esto es wolfstar así que se hizo lo que se pudo, jAJAJA
Quería mantener las dos cagadas más grandes de Sirius (delatar a moony para fastidiar a alguien) y Sev porque siento que eso habla mucho de sus personalidades y que hay otras formas de enfocarlo como no tener a Sirius actuando como una especie de intento de asesino sino llevarlo lentamente por el lado de la violencia aprendida en su familia, que dentro de todo, es una reacción con más sentido que el que siendo un adolescente casi matase a alguien de forma consciente.
Y me da curiosidad si ustedes perdonarían eso, jAJAJA
Mi respuesta definitiva sería: no.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro