4.34
Peter sólo quería tener una comida tranquila aprovechando que había conseguido el puesto junto a James que muchas veces era ocupado por Sirius.
James estaba ocupado intentando conseguir una buena foto de Lily, que no paraba de quejarse sobre que la dejase comer y él también comiese algo.
—¡...es que hay tarta de melaza en tu futuro! —insistía James—. Tiene que ir en la presentación.
—¡Sólo dices que ves eso porque estás todo el día pensando en comida!
—¡Pero de verdad vi tarta de melaza en tu mano!
—No creo que puedas ver tarta de melaza en una lectura del futuro en la mano de alguien, James...
—El profesor Grindelwald dijo...
Peter bufó y se dedicó a terminar su cena en silencio. Lo que fuese que quería comentarle a James podía esperar. Probablemente.
Cuando ya había terminado, James le tendió la foto perfecta para la presentación (según él) a Lily, y Peter creyó que era su oportunidad, al menos hasta que notó que Ava Jones agitaba una mano para llamarlo desde el pasillo entre dos de las mesas. Peter exhaló, se dio por vencido y fue hacia ella.
—Peeeeeeeeeeeeet —Ella le habló con una gran sonrisa. Sostenía un pergamino enrollado entre sus manos y no paró de parpadear cuando él se acercó. Bueno, agitar las pestañas de forma encantadora, diría ella—, ¿puedes...?
Peter sólo dejó caer los hombros y asintió.
—Sí, claro, pero no sé cuándo lo vea...
Ava colocó el pergamino en sus manos, sonriendo.
—¡Muchas gracias, Pet!
Él asintió y la vio marcharse. Cuando se dio la vuelta y quiso volver a sentarse en la mesa de Gryffindor, notó que Sirius había llegado y James estaba rodeado por él y Remus, los tres inmersos en alguna historia.
Peter guardó el pergamino y se sentó en el otro lado de la mesa, resignado.
Se dijo que no era tan importante.
—0—
Sin embargo, quizás sí era un poco importante. Quizás a él sí le importaba.
El día que tenían clase de Adivinación, Peter se sentó con Ava como era normal desde el inicio del proyecto de la lectura de manos, pero hasta entonces también podía estirar el brazo y hablar con James en la mesa de al lado en los breves descansos entre tareas. Esa clase James estuvo intentando convencer a Lily de que su mano mostraba al menos un hijo en el futuro, a lo que ella sólo reaccionaba soltando una carcajada y rechazando de inmediato la idea como algo "absurdo". El único momento en que James se giró hacia él fue para que Peter le diese la razón sobre que ese detalle se podía ver en la mano de alguien.
En cuanto él dijo que sí, James sonrió, se dio la vuelta de nuevo y siguió hablando con Lily.
Durante los partidos de Quidditch estaba ocupado buscando a Caspar Crouch, así que tampoco podía ir con James a celebrar cuando él jugaba hasta que el resto ya lo había felicitado. James no parecía notarlo. No le había dicho nada sobre eso.
Además estaba ese evento.
Cerca del comienzo de la luna llena de noviembre, Peter se despertó por unos ruidos en plena madrugada, se sentó y abrió el dosel. James y Sirius estaban entrando a trompicones con la capa de invisibilidad a medio poner, sosteniendo al otro y aguantando la risa.
Sirius notó que estaba despierto, lo saludó con un gesto y se metió al baño mientras que James doblaba la capa para regresarla al baúl.
—¿Dónde estaban? —preguntó Peter en un susurro, no queriendo molestar.
—Ah —James hizo una pausa y se acomodó los lentes—, le dejamos un regalo a unos chicos que hablaron mal de Reg. Un regalo apestoso —Él se apretó la nariz con los dedos de forma teatral y soltó una risita.
Peter se removió un poco en la cama.
—Podría haber ido...
—Te veías muy cómodo y nada te despertó —aclaró James, despacio—. A Rem tampoco le dijimos nada. Mejor dejarlos descansar si estaban cansados, ¿no? Él con la luna llena cerca y tú con tanta tarea...
—Sí...—Peter tragó en seco—. Sí, claro...
Ahora que el mapa al fin estaba completo, no hacía falta ir en grupos a explorar el castillo. Podían correr por donde quisieran libremente, ya lo conocían bien.
Puede que extrañase cuando todavía no era así.
—0—
Peter se giró apurado por regresar con sus amigos y se dio cuenta de que James ya estaba alejándose del pasillo con el brazo de Sirius sobre el hombro, hablando sin parar, y Remus cubriéndose la boca para disimular la risa a un lado.
Ava, que le acababa de dejar otro rollo de pergamino, miró en la dirección en que él lo estaba haciendo y arrugó el entrecejo.
—¿Sabes? —Ella le dio un toquecito en el brazo para que volviese a prestarle atención—. Creo que debo parecerte una completa interesada. Pero puedes hablar conmigo también si necesitas...pues eso, hablar.
—¿De qué? —Peter arqueó las cejas.
Ella sólo se encogió de hombros.
—No sé, lo que necesites...
Peter lo pensó durante unos segundos. Tenía una única pregunta en la cabeza si pensaba en lo que podía hablar con ella.
—¿Crees que mi futuro sea bonito?
Lo había preguntado en un tono muy bajo como si temiese la respuesta.
Ava pareció congelada durante unos instantes. A diferencia de otros equipos, ella había analizado y sacado su presentación sin darle detalles de lo que veía en la mano de Peter. Él tampoco había estado preguntándole.
—Creo que...—Ella escogió las palabras con cuidado—. Necesitas mejorar tus amistades...
—Tengo muy buenos amigos —Peter sonó un poco más a la defensiva de lo que pretendía hacerlo.
—Claro —Ava sonó poco convencida, pero intentó sonreír de todas formas—. Pues sé que harás algo grande por tus amigos un día. Creo que eso es...algo que vale la pena, ¿no?
Peter asintió lentamente.
—Sí...vivir haciendo algo grande por tus amigos suena...importante. Y bueno.
—Muy Gryffindor de tu parte —Ella lo "felicitó", sacándole una pequeña sonrisa.
—Gracias, Ava.
Ava realizó una reverencia teatral de bailarina de ballet y Peter le prometió que le haría llegar el rollo de pergamino a cierto Slytherin.
—¡Eres un gran amigo! Que no se te olvide. Y si quieres mi opinión, la sinceridad es importante en cualquier amistad. Yo siempre le aviso a mis amigas si estoy triste —Fue lo que Ava le dijo antes de correr hacia unas chicas de Ravenclaw que la estaban llamando.
—0—
Los dos Crouch estaban en el inicio de las escaleras, el mayor, Caspar, sentado en la barandilla con las piernas balanceándose en el aire, y el menor, Barty, no paraba de reírse porque un escalón había desaparecido debajo de él y consiguió no caerse ni atorarse por pura suerte.
Peter se detuvo y se llevó las manos a los bolsillos para comprobar que no tenía ningún rollo ese día. El último había sido el día anterior. Pero ambos Crouch lo estaban mirando ahora y eso lo hacía dudar sobre su memoria.
—Pettigrew-
—Ava no me ha dado nada hoy- —balbuceó Peter después de revisar sus bolsillos de nuevo nada más ver que el Slytherin mayor se bajaba de la barandilla.
—Está bien, está bien —Lo escuchó reírse y vio que movía las manos—, este será el último. En algún momento tenemos que dejar de usarte como paloma mensajera. Qué fastidio debe ser, ¿verdad?
El Slytherin le tendió un rollo de pergamino y Peter lo recibió de inmediato, negando. Esto le sacó una carcajada a Barty.
—Está aterrado, Cas.
—No hace falta —Caspar le agarró los hombros a Peter y le dio una leve sacudida—. Somos amigos, ¿no somos amigos?
Peter asintió rápidamente.
—No lo leas —advirtió, apuntando al rollo en manos de Peter, igual que como le había dicho con los últimos que lo hacía llevarle a Ava.
—No- no los leo, no te preocupes-
Una advertencia de un jugador de Quidditch en la posición de Golpeador, mayor y de otra Casa siempre sonaba un poco más intimidante que las advertencias comunes.
Caspar le dio una palmadita en la cabeza de una manera muy similar a como vio que hacía con Regulus. Él supuso que era una buena señal.
—No te olvides que tienes reunión hoy —le recordó Barty, que ahora se había sentado en la barandilla justo como su primo mayor estaba momentos atrás—, los caballeros seguro-
Caspar lo silenció con un gesto, pero su rostro mantuvo la sonrisa juguetona y volvió a fijarse en Peter.
—Hablando de reuniones y amigos...—Agitó una mano—. Tú hablas con Prince, ¿verdad?
—¿Prince? —repitió Peter, confundido.
—Severus —aclaró Barty.
—¿Qué pasa con él? —Peter titubeó.
—Dile que acepte mi pedido. Anda, hazme ese favor —Caspar unió las manos como si estuviese rogando, aunque como tenía que bajar la cabeza para ver a Peter no era muy convincente—. Me lo ha rechazado ya tres veces. Yo sé que él puede hacerlo. Le pagaré el doble. El triple si quiere...—El Slytherin mayor se inclinó más cerca para bajar la voz. O intimidarlo más. O ambas cosas—. Oí un rumor sobre que no puede acceder al dinero de la bóveda Prince. Mientras no pueda, los chicos y yo estamos más que encantados de cubrir sus gastos, solamente galeones de familias de los Sagrados Veintiocho. Totalmente discreto. Díselo así. Si tu amigo quiere terminar su educación en Hogwarts en esas condiciones, le hacen falta...patrocinadores. No puede contar únicamente con el viejo Slughorn, ese hombre es un tacaño.
—¿Los caballeros van a patrocinar a un ilegíti...?
Caspar repitió aquel gesto que hacía que su primo menor se callase y Barty se mordió el labio inferior y sacudió las piernas para patear el aire como queja.
—Mira —continuó el Crouch mayor—, a Prince le conviene ser acobijado por los herederos de la lista de los Sagrados Veintiocho. Especialmente por lo que está ocurriendo fuera del castillo. Y que tú seas un buen amigo mío te puede beneficiar a ti de formas que no-
—No lo estás molestando, ¿verdad, Crouch?
Peter saltó porque inicialmente confundió la voz con la de Sirius, pero el tono era demasiado tranquilo y las palabras iban mucho más lentas en lugar de ser medio gritado y atropellándose entre sí. Cuando el Slytherin lo soltó, él movió la cabeza y se dio cuenta de que Regulus estaba unos pasos detrás de ambos, mirando a Caspar Crouch con los ojos entrecerrados.
—Nos estamos haciendo un amigo Gryffindor —Barty sólo se excusó con una sonrisa—, pero...Cas, olvidamos que Black nos dijo que no molestáramos a sus Gryffindors, ¿recuerdas que nos dijo eso?
Caspar asintió sin perder la sonrisa.
—Pero, Black, yo no fui quien se le acercó. Pettigrew y yo hemos hablado bastante las últimas semanas, ¿verdad, Pettigrew?
Los tres fijaron sus miradas en Peter entonces. Él se encogió un poco y asintió.
—Sólo me está pidiendo un favor —murmuró.
—¿Sobre qué? —interrogó Regulus.
—Cosas de mayores-
—Barty está escuchando y tiene mi edad —replicó Regulus de inmediato.
Esto hizo reír a Barty.
—Te ganó —le dijo a su primo, muy divertido—, tienes que reconocer que te ganó, Cas...
Caspar soltó un resoplido y le dijo una palmadita en el hombro a Peter a manera de despedida.
—Recuerda lo que te dije, amigo.
Sólo cuando ambos Crouch se alejaron lo suficiente, Regulus caminó hacia él para preguntarle qué quería Caspar.
—¿Un pedido que le hizo a Severus pero él le decía que no? —La explicación de Peter sonó más a pregunta porque estaba bastante confundido al respecto—. ¿Pedido de qué? ¿Qué está haciendo...?
Regulus agitó una mano.
—Sólo lo molestan por ser bueno en algunas materias.
—Pero habló también de si Severus no podía pagar su-
Otra vez ese gesto con la mano.
—No le hagas caso a Crouch. A ninguno de los dos.
Regulus no le aclaró nada más.
Peter, muy confundido, comenzaba a preguntarse cuántas cosas pedirían estas amistades suyas.
—0—
A principios de diciembre, Peter se enfermó. Tenía tanta fiebre que no recordaba gran parte del día, aunque estaba seguro de que alguien le dijo algo sobre la enfermería y le dieron de beber una poción.
Cuando abrió los ojos por la noche, se encontró una escena curiosa: el cuarto estaba a oscuras excepto por la luz que provenía de la caldera en el centro, el dosel de la cama de al lado estaba abierto y Sirius se había quedado dormido desparramado con un brazo y una pierna cayendo del borde del colchón, Remus estaba sentado en el suelo junto a él con un libro, pero también se había dormido y apoyaba la cabeza contra el antebrazo de Sirius. Más cerca, James estaba sentado en el suelo junto a la cama donde estaba Peter, tenía los brazos flexionados bajo la cabeza y pareció reaccionar al percibir movimiento, sus ojos entrecerrados por el sueño y la falta de lentes intentando buscar a Peter.
—¿Wormtail? ¿Despertaste? —James se pasó una mano por el cabello y tanteó en busca de sus lentes hasta encontrarlos y ponérselos—. ¿Cómo te sientes?
—¿Bien? —Peter vaciló—. ¿Qué...qué pasó acá...?
James echó un vistazo por encima del hombro a los otros dos que estaban durmiendo y se rió.
—McGonagall dijo que no hacía falta llevarte a la enfermería porque con la poción bastaba así que te podías quedar aquí. Pero después no podíamos decidir el orden en que íbamos a montar guardia ni quién iba a quedarse en la cama de al lado, así que...—James volvió a pasarse una mano por el cabello.
Peter volvió a contemplar la escena con atención y sintió que la garganta le escocía un poco.
—¿Se supone que me estaban cuidando? —murmuró.
—Se supone...—James asintió, reconociendo que quizás no eran muy buenos en esto—. Hicimos lo mejor que pudimos, ¿bien? Pero de verdad no-
—Gracias, James.
James se calló al oírlo, parpadeó un par de veces y se echó a reír.
—¿Por qué me das las gracias? —Él se alzó lo suficiente para revolver el cabello de Peter—. ¿Qué clase de amigos seríamos si no hiciéramos una cosa o dos por ti? Nos necesitabas, ¿no? Tú siempre nos ayudas a padfoot y a mí y siempre cuidas a moony también- lo importante es que te sientas mejor ahora.
Peter asintió, vacilante. Sus manos agarraron la cobija que estaba usando y la apretaron un poco.
—Pensé...que no se daban cuenta...
James pareció aturdido durante unos segundos.
—¿De que siempre estás ahí? —Él esperó el asentimiento de Peter para seguir hablando—. Claro que sí, es...bueno, ¿es que eres el más tranquilo de los cuatro? Sirius entra a cualquier sitio gritando siguiéndome y Remus...pues siempre hay que estar pendiente de Remus por su condición...y tú eres el que menos habla de los tres, pero creo que los tres sabemos que podemos contar contigo —James abarcó a sus amigos dormidos con un gesto—. No habrían intentado desvelarse por cualquiera, Pet.
Peter se sintió un poco tonto por todo el malestar de las últimas semanas. Antes de que pudiese comentárselo, escucharon a Sirius balbucear algo. Se estaba despertando, y al hablar y moverse, también despertó a Remus.
Nada más ver que Peter estaba sentado en la cama, le preguntaron cómo estaba. Y ya que dijo que se sentía mejor, de alguna manera esa madrugada pasó a ser una madrugada de Sirius contando historias graciosas de su clase de Cuidado de Criaturas Mágicas con algunas intervenciones de Remus. El cuarto se llenó de su tono que cambiaba con la intención de cada frase, las carcajadas de James, los comentarios suaves de Remus y los leves sonidos que producía la caldera.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro