4.33
Resulta que quizás Sirius mordió demasiado fuerte y Remus no estaba feliz de que su compañero de proyecto tuviese que llevar una venda en la pierna durante un par de días porque la enfemera no estaba segura de entender la historia acerca de qué lo había mordido y utilizó pociones medicinales suaves y de efecto un poco más lento para comprobar el avance de la herida.
Sirius no creía que fuese para tanto.
Remus sí.
—¿Qué es lo que pasa contigo, Sirius? —Remus agarró el brazo de Sirius y lo arrastró lejos de la puerta de la enfemería. Su voz era un susurro entre dientes.
—¿De qué hablas...?
—No intentes zafarte. Conozco a ese perro negro —Remus le frunció el ceño cuando notó lo que pretendía hacer—. ¿Por qué atacaste a Bastian?
—¿Por qué te interesa tanto ese franchute?
Remus lo observó como si Sirius le estuviese hablando en otro idioma.
—Sirius, ¡tú eres un franchute! Y quizás hasta más que Bastian porque él no habla francés tan fluido como-
—¿Entonces es porque es maricón?
Sirius pensó que la expresión horrorizada de Remus significaba que se estaba acercando a la verdad sobre este tema y siguió insistiendo con un tono de voz cada vez más duro, aunque no se daba cuenta de esto último. Sentía de nuevo que aquello tan feo en el centro de su pecho se estaba extendiendo más allá y era como si una quemazón por todo el cuerpo le exigiese sacar más y más palabras de su boca.
—¿Eso es? ¿Que está interesado en ti? ¿O tú en él?
—Sirius-
—¡Porque me parece una tontería darle tanta importancia y atención a un maricón!
Los ojos muy abiertos de Remus pasaron de Sirius a algo detrás de él y de vuelta a Sirius, antes de que tragara en seco y comenzara a caminar hacia la puerta. Bastian DeFleur estaba de pie bajo el marco de esta y observaba a Sirius con mucha atención.
Esa sensación que quemaba ascendió por el pecho de Sirius, pero consiguió frenarla nada más abrir la boca porque se dio cuenta de un detalle.
Remus estaba...medio escondido detrás de Bastian.
La quemazón se fue tan rápido como si le hubiesen echado un balde de agua fría a un pequeño incendio. Sirius sintió que se quedaba sin aire y se llenó de confusión ahora que su cerebro retrocedía y se percataba de que interpretó mal el horror en el rostro de Remus cuando lo escuchó.
—Rem-
—Creo —Bastian lo interrumpió con un tono muy suave— que deberías dejar el pasillo de la enfemería. No es un sitio para gritos y discusiones.
—Yo no estaba gri-
—Sí lo estabas haciendo —replicó el Ravenclaw.
Sirius sintió tanta rabia al notar que tenía razón que quería maldecirlo, y al mismo tiempo, se enojó tanto por no poder detener esa sensación que lo único en lo que pudo pensar fue en salir corriendo de ahí para no asustar más a Remus.
—0—
Sirius estaba más decaído que cuando Gryffindor perdía en el Quidditch. James había intentado animarlo, pero al no obtener ninguna respuesta y darse cuenta de que Sirius y Remus no hablaron por un día entero, intentó preguntar.
Como no entendió cuál era el problema con lo que estaba diciendo, tomó la decisión de llevar a Sirius con Regulus, Lily y Severus.
El grupo de cinco se reunió en uno de los salones abandonados con entrada bloqueada a los que sólo se accedía mediante un pasadizo que aparecía en su mapa casi terminado. James lo alentó a explicarlo de nuevo y Sirius repitió la historia del día anterior.
Regulus permaneció con una expresión muy seria mientras que Lily soltó un sonido de horror y se cubrió la boca y Severus empezó a ver a Sirius con los ojos muy abiertos.
—Sirius...—Lily se pasó las manos por el rostro e incluso se empezó a echar el cabello hacia atrás en medio de su desesperación—. ¿Por qué le dijiste eso? Es que no entiendo- ni siquiera sé de dónde sacaste esa palabra-
Sirius frunció el ceño.
—Snivellus dijo...
—Te dije que se llamaban gays, homosexuales y homos —Severus lo interrumpió con una expresión muy fría.
—Dijiste maricón, estoy seguro-
—Dije que mi papá usa esa palabra, ¿por qué crees que algo de lo que él dice es correcto? ¡A mí me llama enferma mental! Tobias Snape es una basura y obviamente no te lo dije como un ejemplo-
—Aun así, ¿por qué le dijiste que existía esa palabra? —preguntó Lily, sacudiendo la cabeza.
—Estaba intentando explicarles un poco sobre la homofobia muggle porque Black estaba actuando como un idiota-
—No creo que fuese necesario usar esa palabra-
—Estaba-
—Yo creo que Sev sólo quería explicarnos sobre-
—¿Qué importa? —Sirius les interrumpió con un largo quejido—. ¡¿Qué importaaaaaaaa?! ¡Moony ahora me odia! ¿Qué se supone que significa eso entonces?
Severus y Lily intercambiaron miradas.
—Es como...como un sangresucia pero para...chicos a los que les gusta otro chico —explicó ella, muy despacio, como si no estuviese segura de que fuese la comparación más apropiada pero asumiendo que no había nada mejor para un sangrepura como él.
Regulus abrió mucho los ojos en ese momento. James soltó un grito ahogado y le dio un manotazo en la cabeza a Sirius. Regulus lo imitó.
El Sirius doblemente golpeado no paró de quejarse mientras se pasaba una mano por la zona golpeada (sí, la misma) y miraba al suelo, lamentándose de todo.
—Le tienes que pedir perdón —aclaró James.
—Y no vale decirle que te confundiste por no prestar atención a lo que te dijo Severus —agregó Regulus—, una disculpa de verdad.
Lo vieron asentir de mala gana, y aunque aceptó, no fue de inmediato a hacerlo, por lo que James lo agarró de los hombros, lo hizo darse la vuelta y prácticamente lo echó del salón metiéndolo a través del pasadizo que usaban como entrada.
—0—
Remus estaba saliendo de la biblioteca cuando se encontró de frente a Sirius. Hizo lo que pudo por bajar la mirada y pasarle por un lado, pero Sirius se metió en su camino, así que tuvo que moverse un poco más allá, sólo para descubrir que Sirius volvía a ponerse frente a él. Después de un raro movimiento de pies y que él se interpusiese varias veces, Remus sostuvo mejor sus libros y le frunció el ceño.
Sirius tenía una expresión de lo más lastimera. Extendió los brazos con ese gesto que hacía para darle a entender que él le cargaría los libros porque sabía que estaba cansado, pero Remus no se los entregó, sino que los mantuvo presionados contra su pecho.
—Rem —Sirius intentó adoptar el tono más suave que podía—, de verdad lo siento mucho, yo...estuvo mal, estuvo muy-
—Parece que hoy no te molestan tanto los maricones, ¿no? —La voz de Remus era apenas un murmullo y él había vuelto a ver hacia otro lado en vez de a Sirius.
—No sabía qué significaba esa palabra, Snivellus me intentó hablar de la fofobia- hofofobia- por Merlín, ¡lo de la gente muggle ridícula que cree que si eres un chico y besas a otro se te cae el pene o algo! ¡Eso! Quería explicarnos pero yo estaba...distraído...y dijo varias palabras explicándonos y esa fue la que yo recordé en ese momento y obviamente yo no sabía que era algo tan malo, yo no te diría algo así de malo, nunca te he dicho algo así, ¿verdad? Yo no...
Sirius comenzó a gesticular con las manos cuando no supo cómo continuar de manera de que lo hiciese entender que jamás quiso asustarlo.
—Lo siento mucho —balbuceó.
Hubo un momento de silencio que pasó increíblemente lento y le hizo temer que Remus nunca lo perdonaría antes de oírlo suspirar y notar que bajaba los brazos.
—¿De verdad no sabías? —susurró.
Sirius empezó a asentir repetidas veces como si al asentir mucho le dejase más en claro que en serio no sabía lo que decía.
—¿Fuiste corriendo con Lily y Severus para contarles o cómo lo supiste...?
La voz de Remus acababa de tener un atisbo de diversión. Había esperanza para él.
—Le lloré a James hasta que James comenzó a llorarle a Lily y Severus y después seguí llorando-
Remus soltó una risita y sacudió la cabeza sin creerse la dramatización ni por un segundo.
—Y mis lágrimas iban a crear un nuevo lago dentro del castillo que iba a superar por mucho al Lago Negro y entonces-
Otra risita.
—Cuando estuvieses a punto de ahogarte ibas a preguntarte qué estaba pasando y te ibas a dar cuenta de que-
Remus lo detuvo haciendo gestos con una mano.
—Ya, ya entendí —soltó, intentando no reírse de nuevo—. Está bien, entendí, Sirius.
Sirius repitió el gesto que hacía para ofrecerse a llevar sus libros. Esa vez, tras un instante, Remus exhaló y se los tendió.
—Sólo...no vuelvas a decir esa palabra, ¿sí? Es...no me gusta...
—No la vuelvo a decir —Sirius no dudó en asentir mientras se apresuraba a caminar junto a Remus—, es que en serio no sabía que- no me hubiese imaginado que tenían algo así- es que no sé por qué-
—Y Sirius —Remus lo interrumpió, y aunque su voz era muy suave, bastó para callarlo por completo—, sí soy gay.
Los dos se detuvieron. Estaban en medio de un pasillo donde sólo se oía a Peeves gritando algo a lo lejos. Remus se había detenido, así que él también lo hizo, pero no sabía exactamente qué venía después de esto.
¿Remus estaba esperando algo en específico?
¿Quizás sólo quería estar seguro de que Sirius no actuaría como un idiota sobre este tema?
¿Se suponía que tenía que importarle si lo era o no?
¿Le importaba?
Sirius hizo lo mejor que pudo para obligar a las palabras a salir, ya no como persona ni como mago, sino más como el balbuceo de una masa confundida de catorce años que no creía haber estado así de perdido antes.
—Está...¿bien?
—Cuando...estaba en la primaria muggle, como pasaba mucho tiempo enfermo y no jugaba con los demás niños, como que...comenzaron a decirme maricón. Pero estaba muy pequeño y ni siquiera entendía —Remus continuó hablando en voz baja. Ahora jugueteaba con sus manos llenas de cicatrices—. Sólo no- es decir, supongo que- que sí soy, que puedes decir que sí soy y no es mentira, pero-
—Es una palabra prohibida desde ahora —decidió Sirius, frunciendo el ceño— y tampoco es malo...es como...yo tengo un tío que siempre está con hombres- y James tenía eso raro con Malfoy cuando estábamos en primero- y antes yo pensaba que-
Por suerte, Remus había comenzado a menear la cabeza y soltar una risita incrédula porque él hubiese sacado la carta de conozco a otros así y no alcanzó a oír la última parte antes de que el mismo Sirius se quedara en silencio y con los ojos muy abiertos.
Lo que fuese que Sirius hubiese pensado en ese momento prefirió enviarlo al fondo de su mente y seguir caminando junto a un Remus de mejor humor que comenzaba a contarle sobre lo que estaba leyendo en la biblioteca.
—0—
James lloriqueó cuando los vio entrar juntos al comedor. Se levantó de la mesa de Gryffindor de inmediato, corrió hacia ellos y los abrazó a los dos, apretándolos tanto que podía parecer que alguno había regresado de un viaje transatlántico. Sirius y Remus intercambiaron miradas divertidas y confundidas mientras James mascullaba acerca de cómo ya estaba decidiendo la forma en que se iba a turnar para pasar tiempo con los dos si Sirius era demasiado idiota y no lo resolvía.
—¡Oye! —Sirius le dio un golpe en el costado al escuchar lo último.
—Precavido —Remus asintió como si lo que oyó fuese lógico, lo que hizo que Sirius se volviese a quejar y James se riese. Y como James se rió, lo volvió a golpear.
—¿Por qué sólo a mí? Esto no- ¡padfoot!
—¡Prongs!
Peter tuvo que acercarse y recordarle a James que tenía algo para decirles porque Sirius y él estaban ensimismados en una extraña discusión con apodos.
—Ah, sí, sí- —James volvió a sostener a Sirius y Remus—. Polar está desocupada hoy y por fin nos vamos a reunir para terminar el mapa, ella me ayudó a resolver un detalle sobre el sello final y estábamos hablando sobre la parte del bosque cuando ustedes llegaron, deberíamos...
Esa noche, uno de los salones abandonados vio a un grupo de ocho estudiantes crear el Mapa del Merodeador.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro