Regulus arqueó las cejas cuando salió del vestidor que estaba utilizando el equipo de Slytherin y se topó de frente con Peter, muy encogido y jugueteando con sus manos. Wezen estaba sentado a su lado y se acercó a Regulus nada más verlo salir cambiado.

El partido contra Ravenclaw acababa de terminar. Pero ni siquiera Sirius se había acercado todavía a felicitarlo por atrapar la snitch, podía verlo en la parte de las gradas con el ceño fruncido, caminando detrás de James y alejándose de un Remus que había sido interceptado por Bastian DeFleur.

Peter titubeó y carraspeó frente a la mirada fija e inexpresiva de Regulus.

—¿Qué quieres?

Era obvio que quería algo. No estaría ahí y en ese estado si no.

—Yo...en el equipo hay...aquí está el mayor de los Crouch, ¿no? Y...ahm...—Peter sacudió la cabeza—. Es un favor para Ava. Quiere que le hable de ella. Me va a ayudar a tener buena nota, Regulus, ¿tú puedes...?

Regulus hizo un gesto para pedirle silencio y miró por encima del hombro al resto del equipo que apenas terminaba de cambiarse dentro del vestidor.

—Crouch, ¿tienes un momento?

De inmediato se acercó un chico de quinto con cabello oscuro y una sonrisa burlona. Puso una mano sobre la cabeza de Regulus de una manera muy similar a como él lo hacía con su crup. Regulus sólo lo ignoró y vio a Peter balbucear acerca de Ava Jones de forma nada disimulada y al Slytherin mayor observarlo como si se preguntase si valía la pena hechizarlo un poco o mejor no.

—¿Tú qué dices, Reg? —De pronto silenció a Peter y se dirigió al Slytherin menor, dándole una palmada en el hombro—. ¿Suena como una buena chica?

Yo qué sé de chicas, pensó Regulus, pero se fijó en que Peter le estaba dando una mirada suplicante y contuvo un suspiro.

—Suena a que es inteligente —mencionó en tono tranquilo.

—Mi padre dice que las mujeres inteligentes son las peores porque no se dejan engañar —razonó el mayor—, pero mi padre es un imbécil, así que tal vez sólo le molesta que sean más inteligentes que él...

—¿No te morirías de aburrimiento saliendo con una persona que no te parezca inteligente? —argumentó Regulus, apartándose para que dejase de tocarle el hombro.

—Morirme de aburrimiento —Él lo repitió asintiendo como si Regulus hubiese dicho la cosa más divertida del mundo y le dio otra palmadita en la cabeza, a pesar de la queja del Slytherin menor—. Sí, tienes razón. Conozcamos a esa chica...

Peter gesticuló un silencioso "gracias" con los labios y Regulus sólo agitó una mano para restarle importancia.

Este era uno de esos eventos minúsculos y aparentemente sin relevancia que años más tarde descubrirían que pertenecían a una enorme red.

Por ahora, sólo caminó con Peter y Wezen hacia donde estaban James, Severus y Sirius. James intentaba jalar a su mejor amigo para que no volviese a donde Bastian DeFleur se encontraba hablando y sonriendo de forma encantadora a Remus y Lily.

Sirius sólo se distrajo cuando divisó a su hermano menor porque tenía que darle su respectiva felicitación y la mirada dura y oscura se volvía más brillante mientras le revolvía el cabello a Regulus y bromeaba sobre cuando casi le pisó la cabeza al Buscador de Ravenclaw por meterse en su camino. Fue la jugada favorita de Sirius.

Luego escucharon la carcajada de Remus por algo que Bastian le dijo y el buen humor de Sirius volvió a desvanecerse.

—Vamos, pads...—James puso ambas manos sobre los hombros de Sirius y los masajeó lentamente—. No puedes odiar a DeFleur sólo porque tiene una sonrisa enorme y parece brillar. No es una buena razón para odiar a alguien.

—Es insoportable —masculló Sirius, cruzándose de brazos—. ¿Por qué tiene que estar tan pegado a Rem?

—¿No están haciendo el proyecto juntos? —Peter ladeó la cabeza y le dio una mirada extrañada.

—Lil y yo también hemos tenido que pasar mucho tiempo con ese proyecto, es algo que tarda, es largo y difícil —aclaró James.

—Hay algo más —Sirius sacudió la cabeza de inmediato.

—¿Hablas de que DeFleur parezca homo?

Esto hizo que cuatro cabezas de sangrepuras se girasen hacia él, y por la expresión de Severus, lamentó haber abierto la boca.

—¿Que parece qué? —James arqueó las cejas, los ojos bien abiertos como cada vez que surgía su curiosidad sobre lo muggle.

—Hm, ¿homosexual? —Severus gesticuló un poco con las manos, sin saber bien cómo explicarlo—. ¿Gay? "Queer" leí hace poco en un periódico muggle, eh- mi padre y sus amigos siempre dicen maricón pero creo que-

—¿Pero qué es eso? —Sirius también tenía las cejas arqueadas ahora.

Severus buscó a Lily con la mirada como si quisiera pedir auxilio de gente no sangrepura, pero seguían escuchando lo que fuese que Bastian DeFleur les contaba y no le quedó otra opción.

—Que DeFleur- él parece como...como un...¿chico que saldría con otro chico? Pero-

—¡Ah! —James asintió un par de veces, interrumpiéndolo—. ¿Por qué tienen una palabra para eso?

—¿Porque es...? Hm...¿no se considera tan común? —Severus titubeó.

—¿No es común entre muggles? —James parecía muy confundido.

—¿Lo es para sangrepuras? —Severus tenía la misma expresión desorientada.

—Mi madre preferiría que Sirius y yo nos casemos con hombres a que salgamos con una persona no sangrepura —explicó Regulus, ya que James y Peter sólo intercambiaban miradas y Sirius ahora estaba viendo a DeFleur con el ceño más fruncido que su cara podía hacer.

—¿Entonces crees que está interesado en moony? —Ese era el punto que Sirius quería tener claro.

—Hm...—Severus volvió a fijarse en el Ravenclaw y notó que Bastian veía hacia ellos y los saludaba agitando la mano y con una gran sonrisa digna de una versión adolescente de Corazón de Bruja—. Incluso si él fuese así, ¿tendrías algún problema con eso?

—¿Qué...? ¡No! —Sirius protestó apenas escuchó la pregunta—. No- no. No. Sólo me molesta, no es...¡no! Eso no es lo que me molesta sobre él- no me miren así- ¡no me miren así! Prongs, ¡tú sabes que a mí no me molesta eso!

—Yo sé, yo sé, pero es que te molesta sin que te haya hecho algo...

—¡Pero no es por eso!

Regulus se limitó a observar las protestas de su hermano durante un rato y luego miró de nuevo hacia las gradas. Parecía que Remus y Bastian hablaban de ellos porque no dejaban de apuntar en su dirección.

Prefirió no decirle nada a su hermano.

—0—

James esperó a que todo estuviese en silencio para deslizarse fuera del dosel de su cama y acercarse a la siguiente. Movió el dosel y se subió a la cama, ignorando los quejidos de Sirius sobre que sus codos y rodillas lo estaban aplastando.

Sirius le lanzó un manotazo que hizo que se le cayesen los lentes y ambos forcejearon durante varios minutos, James diciéndole que no despertara a Peter y Remus y su mejor amigo preguntando acerca de esta repentina invasión a su espacio personal.

Terminaron tendidos uno al lado del otro sobre el colchón, los lentes de James en su mano, los ojos de ambos en el techo del dosel, aunque sólo uno de ellos era capaz de distinguir el intento de graffiti que Sirius hizo a comienzos del año con unas latas de pintura. James todavía no estaba seguro de qué se suponía que era, ni siquiera con sus lentes puestos. Tampoco creía que el mismo Sirius lo supiese.

—Creo que he pasado tanto tiempo con Evans estos días que ya me hacías falta —mencionó James en voz baja, levantando el brazo, y como no podía ver mientras tuviese los lentes en la otra mano, Sirius resopló y entrechocó su puño con el de él, sacándole una sonrisa que se desvaneció después de unos segundos—. Lo siento, padfoot.

Sirius exhaló, sacudió la cabeza y se colocó los brazos por debajo de la cabeza a manera de almohada.

—Es un proyecto muy fastidioso, no sé en qué pensaba ese viejo...

—Como estabas tan molesto porque moony también estuvo ocupado...

James dejó las palabras en el aire de forma completamente intencional.

Hubo un breve silencio entre los dos.

—No es como que...—Sirius comenzó, pero no terminó la oración, como si fuese uno de esos temas de los que él tampoco sabía cómo hablar.

—Ah, entonces sólo te interesa cuando es Remus el que está ocupado, ¿no?

—No es eso —Sirius protestó de inmediato—, es- ¡agh!

James intentó no reírse y se giró para quedar recostado de lado. Como los lentes no le servían de mucho en la oscuridad, todavía los tenía en la mano y sólo identificó una masa borrosa como su mejor amigo hasta que Sirius también se colocó de lado y quedaron más cerca.

—¿Te preocupa que DeFleur sea malo? —preguntó en un susurro.

—No, no es- —Sirius volvió a exhalar—. No lo sé, ¿bien? No lo sé. No sé por qué estoy tan- tan- es como si hubiese algo- que está todo el tiempo en mi pecho, pero nunca molesta, ¿entiendes? Como- está ahí y yo sé que está ahí y sé que es algo feo, es como...como lo que es Black, lo que- lo que me hace ser como mi madre. Es eso. Y siempre está ahí y no molesta pero de repente- estoy viendo a DeFleur y es como- sale, ¿sabes? Eso sale y todo el cuerpo me comienza a arder y estoy pensando en cómo quiero agarrarlo y maldecirlo hasta que- hasta que- es un pensamiento muy feo, James. Es muy horrible y no creo que sea culpa de él, creo que es mía y que debe haber algo malo en mí-

—Yo no creo que haya algo malo en ti —murmuró James.

—Pero esos pensamientos suenan como mi madre y ella es horrible entonces eso significa que yo- hay algo malo en cada Black, solamente Regulus se ha salvado, el resto- tal vez yo-

—Yo también tengo pensamientos que suenan a mi mamá —James habló despacio y con cuidado—. A veces regaño a Peter por dejar todo lleno de barro en el cuarto y estoy diciendo lo que dice ella. Y a veces en clases de Pociones es como si quisiera quejarme como se queja ella de los olores desagradables —soltó una risita al recordar eso—. Pero es que...es mi mamá. Y creo que...sólo te pasa eso porque también es tu madre. Y has oído mucho esas cosas, entonces...¿están en tu cabeza? ¿Como...guardadas allí? ¿Tiene sentido?

Sirius guardó silencio durante un rato.

—¿Supongo que sí?

Esto hizo sonreír a James, y aunque no lo veía perfectamente, sabía que él también estaba empezando a sonreír.

James le dio un golpecito en el hombro con el puño y se sentó.

—Llevas mucho tiempo entre libros estos días, te vas a enfermar, deberíamos trabajar un poco en el mapa...

Sirius también se sentó lentamente.

—Ya casi está listo, sólo quedan algunos detalles, Pandora dijo que...

—Pues vamos a agregarle algo pequeñito —sugirió James, colocándose los lentes—. Una trampita. Sólo lo sabremos tú y yo. Obviamente no afectará al resto de Merodeadores, algo más como...

—¿Como algo que le ponga la piel verde a DeFleur si llega a abrirlo?

James soltó una carcajada y asintió.

—Eso, vamos, piensa que DeFleur intenta abrir el mapa. Necesita una trampa o dos, ¿no crees?

Notó que él fingía considerarlo, pero como lo conocía bien, James comenzó a deslizarse fuera de la cama, listo para su sesión nocturna. Abrió el dosel, recogió una capa y buscó el mapa casi terminado y un libro que Pandora le prestó sobre magia de último año.

—Necesito algo de aire fresco...—murmuró Sirius mientras salía de la cama también.

—¿Y tarta de melaza? —James sonreía al preguntarlo—. Necesitas tarta de melaza, lo sé...

—Tú eres el que está funcionando a base de tarta de melaza, prongs.

—¿Eso es un sí?

A la una de la madrugada, dos chicos estaban sentados en el borde de un acantilado de la zona del Bosque Prohibido dentro del perímetro del cádaver viviente (a quien le pidieron que no los delatase con el profesor Grindelwald pero que lo haría de todos modos). Tenían el mapa extendido en medio de ambos, varias porciones de tarta de melaza y malteadas, dos plumas y las varitas con lumos encendidos.

El humor de Sirius había mejorado después de eso.

Temporalmente.

—0—

Bueno, no tanto. Sólo mejoró hasta que vio a Bastian DeFleur inclinándose sobre Remus en el patio y agarrando su mano para comentarle algo cuando no estaban en una sesión de lectura de manos. Y con esa estúpida sonrisa brillante y encantadora.

Sirius hizo lo único que era razonable hacer:

Se convirtió en perro y le mordió la pierna a DeFleur.