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4.31

El ciervo se agachó sin pensar para tomar un descanso. Todavía tenía que calmar la primera oleada instintiva que le decía que había que huir viendo a la osa, pero le parecía que iba mejorando con el tiempo.

Se concentró en que todo de él regresara a la forma humana, incluyendo la ropa que llevaba previo a la transformación, y se sintió más tranquilo en cuanto percibió la textura de la capa sobre su cuerpo. Unos pasos más allá, Lily ya estaba transformada también y se acomodaba el lazo de su propia capa, que debió soltarse a medias en algún punto entre ser un animal y correr por el bosque.

La luna llena había comenzado el 31 de octubre de ese año. Esto hizo que no fuese opcional estar presentes en el banquete de Samhain/Halloween, a pesar de lo mucho que querían ver a la compañía de teatro mágico que Grindelwald había conseguido para que se presentaran en el Gran Comedor.

Era acompañar a su amigo licántropo en el bosque frío y aterrador que estaba técnicamente prohibido o pasar una velada en el comedor calientito observando una grandiosa presentación junto al resto de estudiantes y personal del colegio.

¿Qué clase de merodeadores serían si eligieran quedarse en el comedor?

Remus les dijo que podían quedarse a ver la obra si querían y recibió varias miradas de "ni se te ocurra".

Corretear por el bosque era liberador de una forma en que no podían explicarle a nadie que no lo hubiese experimentado. Nadie más lo entendería.

Sólo que justo esa noche era un poco más helada de lo que esperaban para otoño, y cada vez que James se estremecía y se frotaba las manos, había una pequeña explosión cerca, chispas y algo se caía.

Lily ignoró las chispas, sacó unos guantes del bolso que llevaba y se los pasó a James, que se los colocó de inmediato.

—Recuerda que el 31 de octubre es importante, la idea no es que te congeles en Halloween...

Según lo que Lily estaba descifrando durante sus sesiones de lectura de mano, el día del Samhain/Halloween estaba muy marcado en la vida de James. Era una fecha en que podía tener la mejor de las suertes o vivir la peor tragedia. Así lo escribió en sus apuntes para recordar lo que descubría.

Ese Samhain no estaba siendo el más impresionante para decir que comprobaban la información de la lectura, pero puede que fuese porque James ya no veía nada inusual en que un gran perro negro estuviese corriendo alrededor de un licántropo en medio de un bosque prohibido.

El perro volvió a rodear al licántropo, le ladró un par de veces y adoptó una posición de juego con las patas extendidas hacia adelante y el cuerpo arqueado hacia atrás. Luego echó a correr. Se encontraban a la distancia suficiente para que pudiesen verlos sin que el licántropo fuese un riesgo para quienes acababan de regresar a la forma humana.

Lily silbó y agitó una mano hacia arriba. Recibió un graznido en respuesta, aunque no podían ver al pájaro que se deslizaba entre las ramas de los árboles. Severus se había tomado un descanso un rato atrás y ahora era su momento de vigilar el juego del licántropo y el perro mientras James descongelaba su sistema y Lily descansaba.

Escucharon unas patitas por alguna parte entre las hojas secas del suelo. James alcanzó a ver la cola de una rata. Luego ya se había marchado. El gato y la zorra ártica debían estar cerca del perro negro. Pandora había estado agotada por sus clases de último año y accedió encantada a pasear durante esa noche.

James frotó sus manos entre sí durante unos segundos, intentando que el frío no lo hiciera quemar la tela por error, y sólo dio un pequeño salto cuando escuchó un clic.

Lily estaba sosteniendo una Polaroid e intentando tomarse una foto que mostrase el castillo a lo lejos sin revelar demasiado que estaba en medio de un bosque en la noche. Incluso se había subido sobre una gran piedra para intentar disimularlo.

James la observó con clara diversión y las cejas arqueadas.

—Mamá la mandó con el correo de esta semana porque se me escapó decirle algo sobre las celebraciones en la última carta —refunfuñó Lily—, ya tengo las fotos del comedor, de los pasillos y de un fantasma...falta una mía para que no se preocupe...

—¿Te la tomo yo?

Lily le tendió la cámara murmurando algo sobre que no fuese a ser demasiado sangrepura con el objeto y que no la fuese a dañar en una explosión mágica.

James alzó la cámara y la bajó sin haber tomado la fotografía. Ella frunció el ceño.

—Recógete el cabello —susurró, jugueteando con los bordes de la cámara—. Pareces una Banshee pelirroja a punto de anunciar la muerte de alguien con tanto pelo que te cae sobre la cara cuando pasa la brisa-

Lily le arrojó una piedra a los pies y él se rió y se movió para esquivarla. Aun así, se recogió el cabello y volvió a esperar. James fingió haber dañado la cámara con magia y le tomó la foto cuando ella estaba bajando de la enorme piedra y quejándose.

—¡Despedido! ¡No más fotos, Potter!

—¡Se ve mejor así! ¡Capta tu esencia! —James agitó una mano como si estuviese diciendo algo inteligente y profundo, pero sólo consiguió que ella entrecerrase los ojos.

Después de que Lily se rindió y aceptó que en realidad la fotografía era muy graciosa, se sentó con James sobre otra piedra y observaron al perro negro jugar con el licántropo unos metros más allá. En el único momento en que pareció que el licántropo notaría la presencia humana, la rata hizo un ruido que llamó su atención y continuaron con su extraño juego animal.

—¿Crees que Rem odie si le tomo una foto? —murmuró Lily—. No creo que se haya visto nunca como capaz de jugar en ese estado, quizás...

—Deberías preguntarle antes —contestó James en voz baja—. Pregúntale cuando termine esta luna llena, y si le parece bien, se la tomas para la próxima.

Eso sonaba razonable. Ella asintió y siguió viendo el juego animal hasta que James hizo ese sonidito ahogado de cuando acababa de pensar en algo.

—¡Vamos a tomarnos una foto! —Él le dio un golpecito en el brazo con el puño—. Así la ponemos en la presentación en la parte del detalle sobre el 31 de octubre, podemos escribir la fecha en el borde o atrás y Grindelwald no debería tener quejas...

—¿Presentación en base a fotografías? —Lily lo sopesó durante unos instantes—. Eso es...interesante.

—Es muy muggle, no creo que alguien más lo vaya a hacer. Tal vez nos dé puntos extras por creatividad...

Después de pensarlo bien, Lily asintió. Fue ella la que sostuvo la cámara esa vez. Tomarse una foto a sí misma era muy complicado y James lo volvía peor porque primero le pasó un brazo sobre los hombros y después decidió sacarle la lengua a la cámara e intentar hacer "orejas" con sus dedos sobre la cabeza de Lily sin que ella se diese cuenta. Y por supuesto que se dio cuenta, era una cámara instantánea, ¿cómo no lo iba a notar?

James se seguía riendo mientras intentaba justificarse jurando que intentaba que el cabello de Lily no les cayese encima cuando el licántropo soltó un largo aullido. Esto les hizo quedarse en silencio e intercambiar miradas.

Decidieron que era suficiente descanso.

—0—

Digamos que James tenía una sospecha. Una muy, muy ligera sospecha.

Que Sirius casi lo empujase para arrodillarse frente a Remus en la primera mañana tras la luna llena no era extraño a esas alturas. Él sospechaba que una mañana Sirius correría tanto que se lanzaría sobre Remus cuando todavía fuese un licántropo. Ya ni siquiera conseguía que se asomase primero para comprobar su estado, nada más entrar a la casa Sirius quería comenzar a tratar las nuevas heridas.

No era que James no quisiera cuidar de su amigo, sólo no tenía ganas de ser mordido. Y no necesitaba tocar tanto el rostro de Remus para comprobar su estado. Ni tampoco atraerlo de esa manera hacia su pecho mientras le ayudaba a deshacerse de las cadenas...

Después de limpiar la sangre lo mejor que podían, Sirius pasó los dedos por el cabello de Remus en un intento de peinarlo mientras le tendía una barra de chocolate con la otra mano. Remus parecía estar volviendo en sí, pero su rostro estaba un poco rojo, así que James le pasó una toalla y algo de agua por si necesitaba lavarse la cara.

Sirius le habló de algunas cosas que pasaron durante las clases que Remus se perdió y James se dedicó a cortar pedazos de las frutas que Pandora les consiguió. Algo con un nombre raro que ayudaría al cansancio, según ella.

La actitud animada de Sirius sufrió un cambio brusco cuando Remus murmuró algo sobre volver pronto al castillo porque debía reunirse con Bastian DeFleur durante el desayuno si quería recuperar el tiempo perdido esos días.

James ralentizó los movimientos de varita del encantamiento para cortar fruta apenas notó que su mejor amigo fruncía el ceño y apartaba la mano del cabello de Remus.

—¿Por qué andas pensando en él cuando acabas de volver a la forma humana? Estás agotado, él no es importante, una tarea no es importante. Hay que llevarte a la enfermería-

—Son cinco días perdidos y no tengo mucha información sobre su mano todavía, ya es noviembre...

—Eso no es importante —insistió Sirius entre dientes.

James se dio cuenta de que la luz del cuarto titiló. Pero no significaba mucho tratándose de una casa destartalada.

Terminó de cortar la fruta y puso varios pedazos en las manos de Sirius y Remus para distraerlos.

A pesar de que podía decir que funcionó, sintió que el humor de Sirius no mejoró. Sólo se mantuvo más atento a Remus mientras lo tuvo cerca. Los tres regresaron al castillo y Sirius ayudó a Remus colocándose el brazo del otro sobre los hombros para que fuesen a la enfermería.

James se quedó unos pasos atrás y escuchó a Sirius murmurar algo y a Remus reírse y sintió eso de nuevo. Como que algo pasaba. Había algo raro en el aire.

Le recordaba un poco a la vez que su madre se lastimó un tobillo y su padre dejó que se apoyase en él para regresar adentro y tratarla.

Era una sensación muy similar.

Pero luego cuando estaban en el comedor, toda esa suavidad en Sirius parecía haberse desvanecido o incluso ser inexistente mientras James lo veía destrozar un trozo de pan con las manos. Los ojos grises muy abiertos y fijos en la mesa de Ravenclaw, donde Remus ocupó una esquina y estaba hablando en voz baja con Bastian para organizar su siguiente sesión de lectura.

James dio un sorbo a una bebida muy caliente y notó que hubo un sonido de ruptura y una grieta se formaba en la madera de la mesa, justo en el espacio entre Sirius y él. Se sintió un poco avergonzado e intentó cubrirlo poniendo su brazo allí.

—James- ¡James!

Él dio un salto en su asiento y se fijó en Lily sentada en el puesto frente al suyo.

—¿Ah?

—Parece que la segunda hora está libre por algo del profesor —le explicó ella—. ¿Terminamos con la línea de la salud hoy?

James se acomodó los lentes y asintió un par de veces.

—¿Tú cómo vas con eso, wormtail? —Él decidió centrarse en Peter, que había estado muy callado un poco más allá.

A Peter se le resbaló el tenedor que sostenía y balbuceó un poco antes de empezar a mover la cabeza de una manera que no era asentimiento ni sacudida.

—Bien- bien, Ava es inteligente- ¿cuándo hay un juego de Quidditch? —preguntó de pronto.

James intentó recordar el calendario que les dieron para noviembre.

—Este fin de semana Slytherin juega contra Ravenclaw...

—Ojalá le ganen —Escuchó que mascullaba Sirius.

Esto le pareció más inusual.

—¿Ravenclaw a Slytherin?

—Slytherin —respondió Sirius. Sus ojos seguían fijos en la mesa de Ravenclaw.

Antes de que James le preguntase si le pasaba algo, Peter le tocó el brazo para que volviese a fijarse en él y comenzó a hablarle de un jugador del equipo de Quidditch de Slytherin.

James se dijo que sus amigos sólo estaban siendo un poco raros.

—0—

Pero tal vez no era cierto porque durante la cena en el salón abandonado, Remus estaba hablando de su sesión de lectura de manos con Bastian y James estaba bastante seguro de que la grieta que se formó en la pared detrás de Remus y Sirius no era culpa suya.

—Habla francés porque se apellida DeFleur —escupió Sirius, atacando su comida con los cubiertos con mucha más agresividad de la necesaria—, obviamente habla francés, ¿y qué? Qui ne parle pas français?

—Bueno, un montón de gente no habla francés, Sirius —Regulus, que estaba en una de las esquinas con su bandeja de comida y un libro de la historia de Slytherin, fue el único que se animó a contestarle en voz baja a un iracundo Sirius.

—¡El francés no tiene nada de difícil! —insistió Sirius.

—Después de poner esa parte en francés —Remus sacudió la cabeza y continuó contándole a Lily, Severus y Pandora sobre la sesión—, Bastian me empezó a dibujar. Dijo que la parte de la presentación sobre mí la dibujará toda a mano. Y usa unas tizas pastel muy-

—Espèce de sous-merde...

Regulus alzó la mirada de su libro y le frunció el ceño a Sirius, lo que lo hizo resoplar y levantarse. No tardó en salir del salón dando un portazo. Ni siquiera había terminado su cena.

El resto intercambiaron miradas extrañadas, excepto por Regulus, que sólo siguió muy ceñudo.

James se volvió a fijar en la grieta detrás del sitio donde Sirius estuvo sentado.

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