3.21
James estuvo a punto de tragarse la hoja de mandrágora que tenía en la boca cuando el conserje pasó a menos de medio metro del punto donde Sirius y él estaban escondidos bajo la capa de invisibilidad. Sirius le cubrió la boca y nariz para evitar que su respiración los delatara y James hizo lo mismo con él, por lo que cuando el conserje se alejó lo suficiente, ambos estaban medio asfixiados y se soltaron para tomar bocanadas de aire.
Eso hizo ruido, por supuesto.
El conserje se dio la vuelta, la linterna de aceite agitándose en su mano por el brusco movimiento. James y Sirius agarraban al otro mientras se mantenían presionados contra la pared, de nuevo conteniendo el aliento.
Justo cuando el conserje caminaba hacia ellos, escucharon otros pasos y el hombre se dio la vuelta para encontrarse al profesor Grindelwald entrando al castillo.
—¿Profesor...? —El conserje pareció extrañado—. ¿Estaba en el bosque otra vez?
Grindelwald asintió. Se estaba quitando unos guantes manchados con algo que ni James ni Sirius pudieron identificar.
—¿Cómo está lo de...?
—¿Dónde está Albus? —Grindelwald lo interrumpió, una sonrisa abriéndose paso en su rostro—. ¿Ya se despertó? ¿Lo sabe?
—Creo...que el profesor Dumbledore sigue en su habitación...él suele salir para la hora del desayuno y...
—No hay problema —Grindelwald agitó una mano y empezó a caminar—. Tómese un café, relájese. ¿Por qué está patrullando antes del desayuno? ¿Quién estaría por ahí a esta hora además a Hagrid y de mí? Ni siquiera Albus sale a esta hora. Dijo que en su cuarto, ¿verdad? Vaya por un café caliente, vaya, vaya...
El profesor consiguió sacar al conserje del pasillo y luego de toda el área cerca de la entrada. Los dos chicos se observaron y se movieron hacia la puerta principal sólo para descubrir que el profesor Grindelwald no la había cerrado del todo, lo que les facilitaba salir.
Se escabulleron fuera del colegio y hacia el Sauce Boxeador. Allí lanzaron una piedra, la levitaron y la usaron para detener al árbol y poder colarse por el pasaje bajo este.
Apenas estaba amaneciendo cuando alcanzaron la Casa de los Gritos. Sirius fue el primero en salir por el pasaje y se acercó a la siguiente sala de la casa, ignorando el recordatorio de James de mantener la distancia hasta saber si ya había pasado el efecto.
Remus se encontraba dormido. Estaba sentado en el suelo en forma humana, las cadenas todavía en su antebrazo y tobillos. Tenía una nueva alrededor del cuello porque después del último estirón parecía que su forma licántropa, creciendo con él, había adquirido más fuerza y ya no era seguro que las cadenas de los primeros dos años bastaran.
Estaba cubierto de nuevas heridas y algo de sangre, así que Sirius se agachó junto a él, puso su bolso en el suelo y comenzó a sacar lo que llevaron. Tenía una manta para ponerle encima, envase de agua, toallas y papel para que Remus se limpiase un poco al despertar, comida, té y chocolate. James le había dado una mirada muy rara cuando Sirius trajo chocolate de Hogsmeade, pero él estaba seguro de que uno necesitaba algo así después de pasar días encerrado en una casa esperando que un lobo que tenías adentro tomase posesión de tu cuerpo.
Las vacaciones de invierno estaban por comenzar, así que a diferencia de otras lunas llenas que sólo podían dar un vistazo antes de tener que correr para llegar a sus clases, los dos acomodaron el espacio, limpiando la sangre tan bien como podían, abriendo unas ventanas para que el aire circulara y poniendo una manta en el piso para colocar lo que llevaron para desayunar encima.
Remus comenzó a reaccionar cuando algo de luz le dio en el rostro. Entreabrió un ojo y se quejó porque intentó mover la cabeza y la cadena en el cuello lo jaló.
James seguía acomodando envases. Sirius fue el que reaccionó apenas oyó el quejido. Era un sonido muy humano, así que de inmediato volvió a agacharse junto a Remus y utilizó magia para las cerraduras de las cadenas, que cedieron y se deslizaron al fin lejos de su cuerpo.
—Sirius, recuerda que te dijeron que primero vieras las pupilas-
Sirius sostuvo el rostro de Remus con las dos manos y observó sus ojos con mucha atención. Remus parecía intentar evitar verlo fijamente. A él le parecía que la pupila estaba bien, ¿ese no era su tamaño normal?
—Está bien —le aseguró a James—, ya volvió con nosotros —Luego lo soltó—. ¿Cómo te sientes, Rem?
Remus exhaló y se recargó en la pared detrás de él. James se acercó para ofrecerle lo que llevaron para que se limpiara y lo vieron batallar para quitarse la sangre en las zonas más visibles. Como las manos le temblaban, Sirius comenzó a ayudarlo.
—¿Ya terminó? Me duele mucho la cabeza...
—Sí, comenzando menguante —murmuró Sirius, más concentrado en no frotar con fuerza los brazos de Remus para retirar la sangre porque implicaría tocar las nuevas heridas con brusquedad.
—Sev y Lil te mandan esto —James le ofreció un envase sellado—. Es una mezcla de té con filtro de paz y algo para los dolores. Fue supervisado por Slughorn, no sabe para qué, tranquilo, pero como Lil es su favorita tampoco le importó demasiado...
Remus tomó el frasco y se bebió el contenido en dos largos sorbos, casi desesperado porque le hiciera efecto.
—Peter también te envió ropa, Sirius y yo no sabíamos qué sacar del baúl y él recordó que dijiste que te molesta todo lo que no sea algodón después de la luna llena —continuó James—. Y Pandora y Reg tuvieron toda una discusión "hipotética" sobre qué necesitaría desayunar un licántropo después de la luna llena para- ¿cómo es que lo dijo, Sirius?
—Suplir los nutrientes necesarios y terminar de tranquilizar la energía animal, creo, sonaba a algo como eso —Sirius se encogió de hombros.
—¿Le dijeron a Pandora? —Remus pareció horrorizado.
Los dos negaron de inmediato.
—Por eso fue "hipotético" —aclaró James—. Reg estaba hablándole como si estuviese interesado en saber sobre la licantropía y Pandora siempre está encantada de hablar de criaturas extrañas y-
Se detuvo cuando Sirius le dio un golpe en la espalda.
—No le digas "criatura extraña" a Remus.
—Y Sirius ha estado insoportable como cada día después de la luna llena —James soltó un suspiro dramático—. El resto también quiere venir al menos una vez. Se preocupan mucho. Pero alguien no deja que otra persona venga porque traemos tantas cosas que sólo cabemos dos bajo la capa sin que se vean los pies...
—Puedes prestarme la capa a mí y a alguien más si tanto quieres que vengan. Y después se turnan —masculló Sirius.
—¡Es mi capa!
—Pero tú vienes a cada rato. Puedes dejar que alguien más venga.
—¡Tú también vienes todo el tiempo!
—Yo tengo que venir.
—¿Por qué?
—Porque yo lo digo —Sirius giró el rostro para ignorarlo. Recordó lo que traía y sacó el chocolate—. ¿Quieres, Rem?
—¿Chocolate antes del desayuno, Sirius?
—¿Por qué tienes que sonar como tu madre, James?
Mientras discutían, Sirius abrió el empaque, partió un trozo de chocolate y se lo ofreció a Remus. Él lo recibió y soltó una risita que sonaba muy exhausta.
—Mi papá dice que el chocolate es esencial si trabajas con espectros o criaturas —comentó Remus—, creo que aplica si eres la criatura también.
Sirius asintió repetidas veces.
—Eso dijo, eso dijo, yo le pregunté cuando lo vimos en el verano. Me dijo que él le daba chocolate a Remus cuando pasaba la luna llena para reponer un poco de energía, y si el señor Lupin lo ha hecho, entonces se puede hacer —razonó Sirius, muy serio.
James resopló y repartió los envases de comida que tenía. Desayunaron ahí mismo mientras Sirius y James lo ponían al día con lo que sucedió durante la luna llena.
—...entonces el chico se nos acercó y prácticamente le gritó a Lily que le gustaba. Y Severus le preguntó si era idiota o por qué se le estaba declarando frente a todos sus amigos en vez de llevarla aparte al menos —contaba James—. Lil parecía molesta.
—Avergonzada. Es peor —mencionó Sirius, negando—. No sabía que la cara se le podía poner casi del color del cabello.
—¿Pero le dijo que sí?
Los dos negaron.
—Reg dice que a Lily le gusta alguien, pero no nos dice quién, creo que piensa que la vamos a molestar con eso —murmuró Sirius, encogiéndose de hombros.
—Yo no molestaría a Lil por eso —James se cruzó de brazos—, pero sentiría lástima por esa persona.
—Lily no es tan mala-
—No, yo lo decía porque se va a aguantar el malhumor de Severus.
—Ah.
Sirius y Remus asintieron, dándole la razón.
—...y entonces se sentó —explicaba Sirius, emocionado, al cambiar de tema— y fue muy lindo porque Reg le decía que se quedara quieto pero Wezen no podía dejar de mover la cola. El resto del cuerpo sí, pero la cola seguía moviéndose. Y Hagrid hablaba sobre lo mucho que Wezen quiere a Reggie...
—Hagrid estaba más emocionado que Reg —James soltó una risita.
—¡...y Reggie atrapó la snitch! —Sirius lo celebró cuando estaban en el tema del Quidditch.
—Me preocupa que Sirius vaya a apoyar a su hermano en Slytherin en vez de apoyarme a mí como Cazador de Gryffindor cuando los dos equipos se encuentren —confesó James, algo divertido.
Sirius le pasó un brazo sobre los hombros a James y le dio una palmadita.
—James, tú eres como mi hermano y estamos en la misma Casa y recibiría una maldición por ti si hace falta...
Ahí hizo una pausa, apretó los labios y le dio otra palmadita.
—No estoy oyendo la parte de "y te voy a apoyar en el partido Slytherin-Gryffindor" —James arqueó las cejas.
—Bueeeeeno...—Sirius repitió eso de la palmadita en el hombro—. James, entiéndeme-
—¡Lo sabía! ¡Vas a irte con Slytherin!
—Claro que no me voy a ir por Slytherin públicamente porque soy de Gryffindor-
—¡Peor! ¡Vas a apoyar a Slytherin en el fondo de tu corazón!
—Es que- a ver- si mi hermano tiene que perder contra alguien, pues que sea mi otro hermano, ¿no?
—¡Remuuuuus! ¡Escucha lo que me está diciendo! —James lloriqueó de forma dramática, lanzándose sobre Remus, quien había comenzado a reírse en medio de todo este teatro.
—¡Remus! ¡Mira cómo se está portando!
—¡No me apoyará! ¡Me dejará abandonado, Remus!
—¡Eso no es verdad! ¡Yo te apoyo en todo!
—¡No en esto!
Remus se retorció porque por la forma en que había comenzado a reírse el dolor del cuerpo regresó a medias. Sirius acusó a James de hacer que le doliese de nuevo y James siguió dramatizando, abrazado a Remus y hablando sobre cómo Remus sería su "nuevo hermano" a partir de ese día porque él no lo abandonaba por otros.
—0—
Para la mitad de la mañana, Remus ya había ido al dormitorio de Gryffindor, tomado un baño, cambiado de ropa y se encontraba bebiendo otra dosis del té calmante y analgésico en la torre de Astronomía.
Ya que era el día previo a la salida del tren, el castillo se encontraba en un estado de calma y silencio que sólo se conseguía con las vacaciones. La mayoría estaba recogiendo sus pertenencias para marcharse durante un par de semanas.
Esta vez se iban a quedar, sin excepciones. Peter había conseguido convencer a su familia y la madre de Lily le dijo que su viaje se cancelaba porque Petunia se rompió una pierna y le tuvieron que poner un yeso.
Como no necesitaban acomodar nada, se apropiaron de la zona vacía de la torre, colocaron un par de mantas enormes en el suelo y se dedicaron por completo a sus planes para las vacaciones.
Remus, que era el que tenía la mayor pila de almohadas porque el resto se las cedió para que estuviese lo más cómodo posible, colocó su té a un lado y revisó de nuevo el pergamino con las notas sobre el proceso de animagia.
—...después de que se tragaron la hoja de nuevo —Remus sonó divertido— y volvieron a empezar, queda un poco más de una semana. Si consiguen mantener esa hoja en la boca unos días más, ya tendremos el primer paso completo.
—¡Al fin! —James se tiró sobre un área de la manta y exhaló—. Ya no aguanto tener esa cosa metida en la boca. No recuerdo a qué sabe mi saliva cuando no tiene sabor a mandrágora —Él miró a Remus muy seriamente— y el sabor a mandrágora no es rico.
—Ya casi, ya casi —Remus le dio unas palmaditas en la cabeza a manera de "consuelo".
Entonces Sirius también se tiró sobre la manta, empujando un poco a James con el hombro.
—¡Yo también estoy cansado del sabor a mandrágora!
Remus también le dio palmaditas en la cabeza.
Como Severus los observó con extrañeza, él le explicó:
—Sirius está preocupado porque yo me vuelva el nuevo "hermano" de James y se olvide completamente de él o algo así —Remus se encogió de hombros.
—¿Por qué haría eso? —preguntó Lily, arrugando el entrecejo.
Así que James comenzó a explicar la negligencia emocional a la que estaba expuesto con muchos gestos de por medio y tono dramático.
—Ni siquiera sabía que conocías la palabra negligencia —susurró Severus, ganándose un almohadazo de un James muy "dolido".
—La aprendió del profesor Grindelwald —señaló Lily, riéndose.
—Hablando de Grindelwald...—Sirius miró alrededor y titubeó.
Eso hizo que el resto lo mirase.
—¿Creen que se quede por las vacaciones?
—Se va a quedar —Lily asintió—. Dijo que Dumbledore y él iban a estar supervisando la decoración del árbol de navidad. Cualquiera puede participar y el profesor Grindelwald ayudará a hacer los adornos mágicos.
Sirius soltó un sonidito de "hm" y miró de reojo a Severus, que estaba revisando una parte del mapa del colegio mientras acariciaba la cabeza de Bezoar, dormido sobre su regazo. Cuando él se dio cuenta, levantó la cabeza y arqueó las cejas.
—¿Viste a Reggie hoy?
Aparte de Pandora, que sí iba a viajar con su familia, Regulus era el único del grupo que faltaba.
Severus frunció el ceño.
—Caminando con Wezen por la parte de la cabaña de Hagrid.
—¿Crees que la esté buscando?
Severus se encogió de hombros.
Como esto llamó la atención del resto, Sirius suspiró, se sentó y comenzó a explicarles lo que vieron los tres en el bosque y las sospechas sobre Grindelwald.
Ya que estarían en un castillo con poca gente y el profesor Grindelwald era mejor que lo supieran.
—Bueno, sí suena raro, pero pensándolo bien —Lily intentó permanecer razonable—, es imposible que Dumbledore contrate a un profesor violento y peligroso que pondría en riesgo la seguridad de sus estudiantes, ¿cierto?
Nadie respondió.
—¿Cierto? —insistió ella, más vacilante.
—Cierto —James asintió, intentando ponerse de su lado—. Dumbledore es una figura de reconocimiento internacional, tiene premios, la gente de la comunidad mágica confía en él. Mi papá dice que Hogwarts nunca estuvo mejor como lo está desde que él es el director y mi papá sí estuvo aquí cuando había otro director, así que...supongo que él sabe.
—Pero quizás si lo está engañando o algo así —Sirius gesticuló con las manos, algo inseguro—. Yo no me creería que James es un mago oscuro violento y malvado incluso si alguien más me dice que lo es.
—Pero eso es porque no sería capaz ni de manejar un hechizo sencillo de sombras porque es Potter —Severus agitó una mano—. Lo creerías si te dicen que soy yo el mago oscuro.
—Pero no un mago oscuro de los que matan gente —puntualizó Sirius, muy serio—, tú serías más como...los que juegan con venenos.
—¿Tal vez es sólo una coincidencia enorme? —propuso Remus, vacilante.
—Podría ser un mago oscuro y no tener que ver con una...una especie de profesora Leonelli muerta andante —razonó James, pero no sonaba muy seguro—. Eso es posible, ¿no?
—¿Y saldría a...qué? ¿A qué va al bosque antes del desayuno? —recordó Sirius, ceñudo.
—¿A...contener a la muerta andante? —James se encogió de hombros.
—No creo que vayamos a descubrir algo intentando adivinar aquí —Lily sacudió un brazo—. Mejor revisemos el mapa. Si el profesor Grindelwald de verdad hace algo raro, será muy obvio durante las vacaciones porque no habrá casi nadie...
Tuvieron que aceptar que tenía razón.
Sirius entonces extendió lo que llevaban del mapa.
Ya tenían casi toda el área del subsuelo, un montón de pasajes desde abajo hacia puntos del terreno y los primeros pisos. La Torre de Gryffindor se encontraba bastante detallada y la de Ravenclaw igual.
—¿Cuándo visitamos la Sala Común de Slytherin? —James se inclinó hacia Severus con una sonrisa enorme y traviesa.
Severus sacudió la cabeza. Extrajo un pergamino de su capa y lo lanzó sobre el mapa.
—Ya lo hice.
—¿Y dónde va? —James insistió, dando un vistazo al mapa—. Deberíamos acercarnos para-
Severus acomodó su pedazo de pergamino sobre el área que le correspondía en el mapa más grande de las mazmorras.
—Ahí va.
James frunció el ceño y siguió revisando el mapa.
—Yo digo que al menos Evans debería entrar —indicó Sirius—. En Gryffindor ella tomó la parte del dormitorio de las chicas y en Ravenclaw lo hizo Pandora. Ella puede tomar el de Sly-
Severus lo observó con una expresión estupefacta.
—Pero si el dormitorio de las chicas ya está en mi mapa.
Sirius también frunció el ceño y se pegó a James para revisarlo juntos. Remus y Peter observaron el papel con curiosidad.
—Ellos no pueden entrar al dormitorio de las chicas de Gryffindor —le explicó Lily en voz baja.
—¿Cómo entraste? —James se acomodó los lentes y entrecerró los ojos viendo a Severus como si fuese a descubrir algo si lo miraba durante el tiempo suficiente.
No pasó, por supuesto.
—Sólo me acerqué cuando no había nadie, saludé a la pared mágica, le dije que iba a ver si era igual al dormitorio de chicos y salí cuando tuve el dibujo —Severus se encogió de hombros.
—Mientes —Sirius enrolló el pedazo de pergamino y lo apuntó con él, también entrecerrando los ojos.
—¿Y qué ganaría yo mintiendo sobre esto, Black? —Severus rodó los ojos.
—Que no sepamos algo —Sirius lo tocó con el borde del pergamino enrollado—. Que tienes una amiga en Slytherin. ¡O que tienes novia en Slytherin!
La nariz arrugada de Severus fue una respuesta demasiado clara.
—Nadie aquí cree que sea eso —James sacudió la cabeza—. De verdad, Sirius, nadie lo cree.
—Pero algo está ocultando...
—Concéntrate en cómo se van a meter a la Sala Común de Hufflepuff. O quién se va a meter...
Regulus no llegó a la reunión de ese día antes de la cena.
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