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3.17

No hace falta decir que no consiguieron el mes al primer intento.

De hecho, ni siquiera consiguieron pasar de una semana.

Seguían de vacaciones cuando James, Sirius, Severus y Regulus fueron enviados a enfrentarse de nuevo a los gnomos del patio Potter. Sirius se tropezó con Severus y Regulus, tirándolos al suelo. James se quedó de pie solo frente a dos gnomos que saltaron hacia él.

Lo siguiente que sabían es que James tenía una marca diminuta de una dentadura en el dorso de la mano y tosía intentando hacer que la hoja que se tragó a medias abandonase su garganta.

Terminó tragándola y giró el rostro hacia los otros tres con los ojos muy abiertos.

Sirius escupió su hoja de inmediato. Severus se la sacó de la boca con la mano y la nariz arrugada. Regulus la escupió en un pañuelo.

—Le diremos a Lil en la visita a Rem —Sirius no sonaba decepcionado, lo que tranquilizó a James—. No te preocupes.

—Bueno, preocúpate por pagarnos el dinero que apostaste —aclaró Severus, extendiendo una mano hacia él. Era obvio en la forma en que movía los dedos que le estaba cobrando su parte.

James buscó un par de galeones en los bolsillos que solía llevar por costumbre. Fleamont les decía "menudencias" cuando le enseñó que siempre había que llevar algunos encima.

—Si necesitas dinero para los útiles de este año, puedes pedirlo, no hace falta apostar en contra de tus amigos...

—Pero así es más divertido —Severus se encogió de hombros y se metió los galeones en el bolsillo trasero del pantalón.

Los cuatro comenzaron a caminar hacia la casa para ir a limpiar la mano de James ya que los gnomos huyeron tras su ataque.

—Severus no necesita dinero prestado porque el año pasado-

Regulus contuvo un quejido cuando sintió un pisotón en el pie. Movió la cabeza y se encontró con el ceño fruncido de Severus.

James y Sirius, que iban adelante, dejaron de caminar y preguntaron por lo que Regulus estaba diciendo.

—Decía...que cuánto es el presupuesto de los útiles de alguien de tercer año como Severus. Les estaba preguntando sobre eso —Regulus cambió de tema de esta manera.

James y Sirius siguieron caminando mientras hablaban sobre las materias optativas. Ninguno de los dos tenía la menor idea de precios porque no necesitaban preocuparse por ese tema. Sirius incluso hizo una broma sobre por qué a Regulus le interesaba saber el precio.

Como ellos dos se quedaron un poco atrás, Severus lo apuntó con un dedo acusador.

—Lo de mi dinero no se toca frente a ellos —masculló entre dientes.

—Sólo-

—Es como lo de reírme de lo que le pasó a mi papá. No se toca. Ni mi papá ni el dinero. Y cuando tú hagas algo malo o aterrador, porque yo que lo harás, yo no se lo voy a decir a tu hermano para no romper su burbuja sobre lo bueno, tranquilo, amable y perfecto que es su hermanito.

Regulus resopló y rodó los ojos.

—Chantajista...

—¡Oigan! —Sirius los llamó desde una de las ventanas—. El señor Potter acaba de descubrir que James es alérgico a la mordida de gnomos.

Severus suspiró y se metió a la casa deprisa cuando escuchó a Fleamont Potter pedir que alguno le pasase un ingrediente para tratar la mordida que se empezaba a inflamar y a tornar de un preocupante tono rojizo.

Ese día fueron a visitar la casa Lupin en la tarde. El padre de Remus parecía aterrado mientras veía a James con medio brazo vendado hablando sobre los gnomos que lo atacaron "en manada, muchas veces y de forma muy violenta".

Remus ya estaba recuperado de la luna llena (tanto como le era posible) y tomó nota de cuando detuvieron su primer intento y por quién. Lily también tuvo que escupir su hoja porque no tendría gracia hacerlo sola.

Ya que sólo estaban vagando alrededor de Remus y por los pasillos mientras un mago adulto intentaba transcribir unas notas que tomó sobre un espectro a un borrador más limpio escucharon esa frase de nuevo.

—De verdad que esto es un "si no puedes evitar que las criaturas merodeen cerca de ti, deja que piensen que eres una", ¿no, Rem? —La voz del hombre estaba llena de cariño, pero era obvio que al compartir la misma personalidad tranquila y callada de su hijo le resultaba un poco abrumador todo este movimiento.

Exactamente igual que cuando estaba entre espectros desconocidos.

La respuesta de Remus fue sólo una risita. James, en cambio, hizo una pausa en su asalto a la cocina Lupin con un pedazo de pan metido en la boca.

—¿Somos como sus espectros, señor Lupin?

El mago observó de reojo a Sirius, que se había subido a una silla para estar más alto e intentaba llegar al tarro de galletas en la repisa, pero se le cayó, lo atrapó en el aire y la silla crujió y se balanceó como si fuese un desastre de escala mundial. Él asintió.

—Sí, me recuerdan un poco a los espectros.

James sonrió, orgulloso de cierto modo.

—0—

Un rato más tarde, de regreso en el cuarto de Remus, James se subió al baúl que su amigo usaba para lo que llevaba al colegio y entrechocó las palmas para dar comienzo a su "reunión".

Remus seguía sentado en la cama, Sirius y Lily estaban a cada lado de él. Severus se había sentado en la orilla y Regulus en la silla junto al escritorio.

—Yo digo que deberíamos ponernos un nombre como...ya saben, grupo —James hizo un gesto que se suponía que abarcaba al grupo entero—. Y creo que debería ser "Merodeadores".

Remus soltó una risita.

—¿Porque somos espectros vagando por el castillo después del toque de queda con tu capa? —le preguntó a James, que asintió sin dudar.

—Y porque luego seremos criaturas. Seremos animales, entonces tiene sentido, ¿no?

—¿Las criaturas que merodean no son las pequeñas y las que no tienen cuerpo físico? —indagó Regulus.

—Sí, ¿por qué? —Remus giró el rostro hacia él.

—Pues no sabemos qué criatura vamos a ser...alguien aquí podría ser tan grande que en vez de merodear lo que haga sea...destruir medio castillo.

—¿Qué tan grande puede ser una transformación animaga? —Sirius pareció pensarlo—. ¿Creen que podamos ser como...dragones o algo así?

—No había casos así en los libros que revisamos —recordó Severus.

—No significa que no pueda pasar, sólo que no ha pasado —señaló Lily.

—Pues si se puede ser una criatura mágica, yo creo que tú podrías ser un fénix...

—¡Seeeev! —Lily hizo un sonido que fue como un "aw" y se le acercó para darle un abrazo, lo que hizo que Severus pusiese una clara expresión de "¿se lo tomó como un halago?" y se quedase quieto.

—¿Qué creen que sería yo? —Sirius se paró sobre la cama, dando leves rebotes sin que sus pies abandonaran el colchón.

Todas las miradas se fijaron en él.

—Lobo —respondió Lily.

—Perro —dijeron Regulus y Severus al unísono. Luego Severus agregó un:—. Es obvio. Mírenlo.

Sirius ya se estaba conteniendo de ponerse a dar saltos sobre la cama.

—¿Qué quieren decir con eso?

—Es obvio —Fue lo único que dijo Severus.

Esto hizo que Sirius sí diese un salto, pero sólo para lanzarse sobre Severus y Lily, quejándose.

—0—

Para comprar los útiles de ese año también invitaron a Peter, que había estado fuera de Inglaterra casi todas las vacaciones, y acordaron encontrarse con Pandora para buscar lo que necesitaban para la poción de animagia.

Claramente no contaban con dos cosas:

Peter no hablaría en toda la tarde porque tenía la cara roja desde que James llamó a Pandora e hizo que se les acercara.

Remus no estaba prestando atención a su tarea de tomar notas sobre el proceso del resto porque se encontraba algo débil y Sirius había estado con un brazo alrededor de él desde que llegaron al Callejón Diagón, sobre sus hombros o pasándolo detrás de Remus para ayudarlo a moverse.

Lily llevaba a Severus del brazo de un lado al otro, y en cierto momento, agarró el brazo de Regulus y los arrastró a los dos detrás de un estante en la librería. James hablaba con Pandora sobre lo que ella les estaba recomendando para informarse sobre las posibles transformaciones, Peter les seguía en silencio y Sirius y Remus iban detrás.

Ella esperó a que los pasos se alejaran un poco y empezó a gesticular.

—Yo sé que ustedes dos son los que más piensan aquí. Digo, Remus también piensa, pero él...—Ella se asomó por uno de los bordes del estante de libros—. Sí se están dando cuenta, ¿verdad? No soy sólo yo, ¿verdad?

Regulus se asomó por detrás de ella.

Remus había entrado en esa etapa de silencio cuando Sirius lo rodeó con el brazo.

—Está...—Regulus entrecerró los ojos e intentó concentrarse en este tipo de emoción que veía y que no estaba dentro de su rango "manejable"—. Nervioso.

—Nervioso no —Severus se asomó también y negó—, "nervioso" es cuando vamos a tener un examen y muerde el lápiz. Ese pergamino se le ha caído tres veces. Está lo que sea que venga después de "nervioso".

—Pensé que se le había pasado porque tuvo a Sirius sentado en su cama mientras lo visitamos y parecía bien...—murmuró Lily.

—Black no lo tenía pegado a él ni por tanto tiempo, tal vez sea eso —replicó Severus.

Regulus empezó a fruncir el ceño.

—¿Tenemos que hacer algo?

—¿Creen que Remus ya se haya dado cuenta? —indagó Lily como si no hubiese escuchado la pregunta.

—Sí —respondieron los otros dos casi al mismo tiempo. Regulus añadió:—. Pero seguro está negando...eso. Esa cosa. Eso.

—¿Y Sirius? ¿Creen que a Sirius le guste?

Los dos miraron a Lily durante unos segundos y luego de nuevo a Sirius y Remus. Sirius se reía con fuerza de algo y estaba sacudiendo un poco a un Remus que se ponía más rojo cuánto más cerca estaba el rostro del otro.

—No creo que Sirius tenga la capacidad para sentir que alguien le gusta. O para darse cuenta —masculló Severus—. Algo raro pasa en la cabeza de los Black.

—Gracias —Regulus respondió en voz baja con la nariz un poco arrugada—. Nunca me quiero poner así de tonto por tener a alguien cerca.

—Eso no se controla, Reggie —Lily se burló.

—Yo lo voy a controlar —insistió Regulus, sacudiéndose apenas como si hubiese tenido un estremecimiento desagradable.

—¿Pero creen que sí le pueda gustar? —continuó Lily.

—¿Por qué tanto interés? —Severus la miró con las cejas arqueadas.

—Porque le gusta alguien y seguramente quiera hablarlo con otra persona pero no lo va a hablar contigo-

La respuesta de Regulus fue automática y en voz baja. Estaba más preocupado por el tipo de problema en que podría estar metiéndose su hermano mayor.

Lily le dio un manotazo en la nuca tan fuerte que lo envió al suelo. Regulus se quejó, se levantó y volvió detrás de los estantes para evitar llamar la atención del resto.

—No puedes matar al hermano de Sirius —recordó Severus, echando un rápido vistazo al área golpeada para confirmar que fue sólo la reacción nerviosa de Lily y no lo había lastimado. O Sirius sería insoportable.

—¡Pero es que él...!

—No es que haya dicho algo que no sea verdad, ¿no? —murmuró Regulus, masajeándose la parte de atrás de la cabeza y cuello.

—No puedes decir que a alguien le gusta una persona así como así, Reggie.

—Tú estás haciendo eso con Lupin...

—¡No frente a él!

—No decir que a una persona le gusta otra frente a la persona atontada —Regulus asintió con una expresión concentrada como si esta fuese la única norma social que escapaba de su comprensión y que no se molestaría en recordar.

—¿Así que no lo vas a hablar conmigo? —preguntó Severus en tono más bajo.

Lily resopló y se cruzó de brazos.

—No estoy segura de que me guste. Y estoy hablando de Rem.

—Intenta preguntarle a Sirius entonces, no sabemos qué tiene en la cabeza alguien así.

Ella abrió la boca para responder, pero James la llamó para preguntarle algo que no entendía de lo que Pandora le estaba diciendo, así que Lily suspiró, le dio un leve apretón al brazo de Severus y se marchó.

Regulus sólo estuvo en silencio unos dos segundos.

—¿Sí sabes que le gusta...?

Severus lo silenció con un gesto.

—Pero-

Otra vez ese gesto.

—Preocúpate por Black, yo me encargo de lo de Lily.

Silencio.

Muy breve.

—Si nos vamos a dividir sus tonterías, yo pido a Lupin.

—No voy a cuidar a James, es James, ves cómo es-

—Sirius hace desastres y Remus es un poco más tranquilo y Lily es un poco más tranquila también, entonces...

—No, tú te quedas con los desastres andantes.

Silencio de nuevo. La sonrisita que se abrió paso en el rostro de Regulus era una burlona.

—¿Así que a ti te toca estar pendiente del enamoramiento de Lupin?

Más silencio. Esa vez fue interrumpido por un sonido de disgusto de Severus.

—Lily y James. Y tal vez Peter.

—Sirius y Remus —Regulus lo aceptó con un asentimiento.

Los buenos Slytherin debían prepararse cuando tenían la sensación de que estaban por entrar en una situación extraña.

Y ellos sabían que este año sería extraño.

—0—

Esa misma semana hicieron el segundo intento con la hoja de mandrágora.

James le había preguntado a Pandora si quería intentar y ella se encogió de hombros y dijo que sonaba como un experimento interesante.

Luego ella le preguntó a Peter si también lo haría. Y Peter, que ya les había dicho que no porque le daba miedo vía cartas, terminó asintiendo varias veces con la cara roja y la boca completamente sellada.

Entonces hubo siete hojas y siete nombres en el pergamino de Remus.

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