2.15
El resto del segundo año de Sirius fue tan tranquilo que terminó en la oficina del director junto a James, Regulus y un cruppie.
Dumbledore se paseaba frente a las tres sillas, la larga túnica colorida se balanceaba mientras él se tocaba la barba con una mano. James y Regulus tenían la vista puesta en el director y Sirius se preguntaba en qué momento Lily, Severus y Remus pondrían en marcha la distracción que planearon.
-¿Puedo preguntar por qué un estudiante de tercero los acusa de intentar que un crup lo atacase? -preguntó el director, utilizando un tono muy tranquilo.
-Era un cruppie, no un crup, un cachorro, no adulto -comentó Regulus en voz baja. Tenía al cachorro dormido sobre el regazo y su mano pasaba sobre el pelaje.
Dumbledore asintió lentamente como si esto fuese un detalle transcendental.
-Regulus estaba jugando con el crup que Hagrid le regaló con permiso...-aclaró James.
-Tengo el permiso firmado -Sirius agitó un trozo de pergamino que tenía metido en la túnica del uniforme hasta entonces.
-...y este estudiante mayor se acercó intentando molestar a un amigo nuestro que es hijo de un muggle -continuó James.
-Y es algo bastante tonto molestar a alguien que tiene a un crup -añadió Sirius.
-Cruppie -corrigió Regulus en tono serio, quizás convencido de que nadie castigaría a un niño de primero con un cachorro que le mordió el uniforme a otro chico.
Dumbledore seguía asintiendo y había comenzado a soltar sonidos como "hm" y "ah".
-Entonces...
Escucharon el sonido de tres toques a la puerta y la voz de McGonagall.
-Profesor Dumbledore, disculpe, pero parece haber un problema con la salud de Remus Lupin, y como tenemos instrucciones de avisarle de inmediato...
Esto sí que hizo que Dumbledore se detuviese.
-Tengo que retirarme para ver a su amigo -les avisó a los chicos-, esperen aquí y seguiremos hablando de este...incidente cuando haya regresado.
En cuanto la puerta se cerró detrás del director, los tres suspiraron y Regulus fue el único que no relajó la postura.
James se puso de pie, se acercó a la puerta para intentar escuchar si se acercaban los pasos y le hizo una seña de "silencio" a Sirius, que se levantó también y corrió las cortinas para cubrir a los retratos de directores anteriores. Como la mayoría dormía en ese momento, no causó un gran alboroto.
Enseguida tres chicos, uno sosteniendo a un cachorro dormido como si fuese un bebé contra su pecho, se movieron por toda la oficina en busca de cualquier cosa que se pareciera a un mapa o una señal de la sala especial de Gryffindor.
Sirius ahogó un grito cuando vio que el ave en el perchero se consumía en llamas. Se giró hacia los otros dos, temblando y apuntando a las cenizas.
-Les- les juro que no lo había tocado -balbuceó.
-Mataste a la mascota de Dumbledore -James habló entre dientes y se puso pálido.
-No digas eso, Jamie, no quiero que me echen y me manden de regreso con mi madre-
Regulus, que revisaba un cajón con su mano desocupada, meneó la cabeza.
-No está muerto, sólo se consumió en cenizas igual que hace siempre.
Los otros dos se limitaron a observarlo con la boca abierta durante un rato. Regulus resopló y pasó al siguiente cajón.
Lo más cercano que encontraron fue un viejo mapa con las indicaciones de las entradas a las Salas Comunes y un indicio de la biblioteca de Ravenclaw, pero parecía estar roto y no tenía nada sobre Hufflepuff, Slytherin o la sala que buscaban.
Cuando Dumbledore regresó a la oficina, los tres estaban sentados de nuevo y Regulus acariciaba la cabeza del cachorro que se acababa de despertar.
El director se distrajo con el cruppie y no hubo castigo.
-0-
-...esto me sigue pareciendo una muy mala idea -murmuró Severus, inclinándose desde el borde de la pared para ver hacia el siguiente pasillo.
James se estiró por encima de él.
-Sirius dice que debe ser fácil porque somos los más bajitos...bueno, sin contar a Regulus, pero Regulus no cuenta porque está en clases de vuelo y no lo pudimos sacar.
-No me preocupa que se nos vean los pies -masculló Severus, mirándolo de reojo-, sino que alguien ahí adentro sea como somos en Slytherin.
-¿Cómo?
-Capaces de enviarte a la enfermería si te metes a la Sala Común siendo de otra Casa.
James no perdía la sonrisa.
-En algún momento tendrás que dejarnos entrar a la Sala de Slytherin para hacer el ma-
-Ni se te ocurra, Potter.
-Pero el map-
-Sh.
-¿Sabes? A veces eres un poco grosero-
-Ahí viene, sh.
Los dos se acomodaron bajo la capa cuando vieron acercarse a una chica un poco mayor con la piel muy pálida y largo cabello rubio. Llevaba unos libros entre los brazos y un adorno en la cabeza que debía ser comestible. O al menos eso creían las diminutas criaturas amarillas que se paraban sobre su cabello, olfateaban el adorno e intentaban morderlo.
Fueron detrás de ella en cuanto comenzó a subir las escaleras caracol.
Como la Sala Común de Ravenclaw era la única que no estaba escondida, encontrar la entrada era fácil.
El problema siempre sería ingresar.
La estudiante se detuvo frente a la estatua de águila de la entrada. Le mostró su cobarta de Ravenclaw y la estatua se removió un poco en su sitio.
-Desde afuera, parece que me visitas cuando duermes. No me visites en otro momento porque no te podrás ir.
James y Severus intercambiaron miradas con diferentes grados de confusión y estupefacción.
Severus meneó la cabeza para dejar en claro que no tenía ni idea y James decidió que no valía la pena intentarlo.
Durante este breve intercambio, la chica se había quedado en silencio con la vista fija en el suelo.
De repente, se rió y le respondió a la estatua.
-Obviamente hablas de la muerte. Pero no todas las personas parecen muertas cuando duermen, eso es un error de redacción de tu parte. Si mis compañeras de cuarto se moviesen mucho durante la noche, yo podría decir que la respuesta correcta a tu acertijo son hipodrifis cuando se meten en el oído de una persona y la hacen tener convulsiones. Por eso no hay que visitar a los hipodrifis. Después no te dejan la cabeza en paz y te hacen pensar que nunca saliste de sus bosques...
La estatua le abrió el pasadizo de entrada mientras ella seguía hablando en tono animado y no se detuvo al ingresar. Los dos se apresuraron a meterse antes de que la puerta se cerrase para encontrarse con una Sala Común que tenía sedas azules y bronces colgando de un techo lleno de estrellas, varias estanterías y una chica que se acababa de dar la vuelta y estaba viendo fijamente en su dirección.
Cuando ella inclinó la cabeza, algunas de las diminutas criaturas que intentaban comerse sus adornos para el cabello se elevaron, antes de caer de nuevo sobre los mechones. Parecían abejas, pero algo les decía que no lo eran.
-Eso no es un hechizo desilusionador -murmuró ella-, pero es bastante bueno. No veo sus sombras y no hay transparencias como pasa con las capas de invisibilidad viejas cuando pierden su efecto. Si quieren disimular mejor su presencia, les recomiendo tener más cuidado al caminar. Y al respirar. Son dos respiraciones, ¿cierto? Conté dos respiraciones y tres pisadas. Alguien arrastra los pies.
James observó a Severus con los ojos muy abiertos en ese instante. La chica sólo echó un vistazo a la Sala Común vacía y luego les siguió hablando.
-Si están averiguando algo no me importa mucho, si es una travesura creo que tampoco si no le hacen daño a nadie, pero si le quieren hacer algo a otra persona tengo que avisar a la Prefecta y ella va a decirle a nuestro Jefe de Casa y-
-Sólo estamos investigando algo -James intervino por el pánico y Severus le dio un golpe sin fuerza en la cabeza.
La chica sonrió ampliamente.
-En realidad no estaba segura de si era alguien o eran nargles, gracias por la confirmación.
James se dio cuenta entonces de que podrían haber evitado exponerse más y él mismo se dio una palmada en la frente, empujando el marco de sus lentes por error, lo que lo hizo quejarse y que Severus lo regañase. Tras un leve forcejeo y algo de discusión, Severus sacó la cabeza de la capa y se enfrentó a la chica que los veía con abierta curiosidad.
-No vamos a molestar a nadie -le aseguró.
-Está bien entonces -Ella volvió a sonreír y caminó hacia una de las mesas. Tomó asiento al lado y se puso a trabajar en un pergamino como si dos estudiantes colándose en su Sala Común fuese cosa de todos los días.
James resopló y sacó la cabeza de la capa también. Los dos intercambiaron miradas, y al no notar ninguna intención de detenerlos por parte de la chica, se encogieron de hombros y caminaron hacia la estatua de Rowena Ravenclaw que estaba frente a unas estanterías llenas de libros.
-...según esto...-Severus desplegó el mapa partido que los chicos sacaron de la oficina de Dumbledore y frunció el ceño-. Sí, debería ser aquí.
-¿Es esa? -James apuntó a los estantes detrás de la estatua-. ¿Esa es la gran biblioteca secreta de Rowena?
-Obviamente no -Severus respondió sin dudar y rodó los ojos.
-Pues dime dónde está, ya que eres tan inteligente -James bufó.
Severus se paró entre la estatua y los estantes con el mapa en la mano y miró de un lado al otro. James intentó asomarse por encima de su hombro para ver el mapa y recibió un codazo en respuesta.
Cuando se pusieron a discutir, la chica que trabajaba en la mesa alzó la cabeza.
-¿Quieren entrar a la biblioteca secreta de Rowena?
Los dos se quedaron muy, muy quietos. James balbuceó algo y Severus titubeó antes de asentir.
-Rowena creía que el conocimiento debía estar a disposición de cualquiera que quisiera buscarlo -comentó ella, regresando la mirada al pergamino en que estaba escribiendo.
-Gracias...por nada -James susurró lo último y recibió otro codazo de Severus, lo que casi los hizo entrar en una segunda discusión.
-Rowena -Severus apuntó a la chica que les habló y luego a la estatua.
-Ah -James asintió, pero se demoró un par de segundos antes de dar un brinco-. ¡AH! ¡Rowena!
Ambos se pusieron a los lados de la estatua y la observaron en silencio.
-¿Qué está mirando? -preguntó Severus en voz baja, intentando posicionarse en el rango que tendrían los ojos de la estatua.
James se acercó al estante en el rango de visión de la estatua y comenzó a tocar la madera y mover los libros en busca de algún interruptor o de otro tipo de mecanismo.
-¿Para qué quieren entrar a la biblioteca? -La chica de la mesa volvió a hablarles, sin dejar de escribir en su pergamino.
-Estamos buscando la sala secreta de Godric Gryffindor -le explicó James, que ya se había subido a la base de la estatua e intentaba fijarse en si tenía alguna inscripción que les diese más pistas.
Severus la miró con más atención cuando se dio cuenta de que ella dejaba de escribir.
-Para eso sólo tendrías que descifrar el código de las ventanas de Ravenclaw, no necesitas entrar a la biblioteca de Rowena.
James frunció el ceño y observó las enormes ventanas que estaban dispersas por toda la Sala Común.
Tras unos segundos, Severus caminó hacia la mesa y tomó asiento en otra de las sillas.
-¿De qué código hablas? -le preguntó en voz baja.
-Rowena eligió esta torre para su Sala Común porque es el punto perfecto para observar todo el castillo -le contestó la chica con calma, haciendo muchos gestos con la mano que sostenía la pluma-. Empieza en una de las ventanas del sur, a una de distancia ves el invernadero, a una de distancia ves el campo de Quidditch, a una de distancia ves el comedor. Para las Salas Comunes igual pero el doble, es decir, a dos de distancia ves el área de la Sala Común de Gryffindor, a dos de distancia ves el área de la de Hufflepuff, a dos más vas a ver el área de la de Slytherin. Luego lo tienes que revisar con aritmancia. Tomas el número de ventanas desde la ventana más al sur hasta la de la zona de Gryffindor y el número de ventanas desde esa de regreso a la ventana del sur por el otro lado, se hace la operación, se obtiene un número y ese número después se busca en la división de cuadrantes del mapa del castillo basado en los puntos cardinales, numerología y arquitectura. Tienes una pista de cómo se dividieron si tomas en cuenta la construcción de los pasillos desde un mapa general con vista aérea...
James tenía la boca abierta y Severus observaba las ventanas más cercanas con una mirada vacía.
-Creo que prefiero buscar la biblioteca -murmuró James cuando consiguió reaccionar.
-¿De dónde sacaste eso? -continuó Severus cuando pudo reaccionar también.
-Es lo que está en la biblioteca de Rowena -La chica se encogió de hombros-. Aparece en la parte de sus apuntes codificados. Ese tiene un lenguaje secreto del siglo en que el castillo fue construido, entonces es obvio que habla sobre el colegio.
Los dos chicos intercambiaron miradas.
No veían nada "obvio" en lo que les estaba diciendo.
-¿No se supone que el conocimiento es para quien lo busque? -lloriqueó James.
-Lo es, pero ni siquiera le has tomado la mano para pedirle que te lleve al conocimiento -replicó la chica en tono divertido.
James entonces se bajó de la base de la estatua y le sujetó la mano como haría con su madre si quisiera que ella lo llevase a alguna parte.
De inmediato dos estantes detrás de Rowena se separaron y abrieron paso a un pasillo largo con más estantes.
Cuando él la soltó por la sorpresa, los estantes se cerraron y un aturdido James miró a la estudiante mayor con un puchero.
-Tienes que darle las gracias -Ella continuó respondiendo como si fuesen un par de niños que no entendían nada y eso fuese divertido-. A Rowena le gustan las personas educadas.
James probó tomar la mano de la estatua, agradeció cuando el pasadizo se abrió, y al soltarla, esa vez no desapareció frente a sus ojos.
-Ella sabe mucho, Sev -le dijo a su amigo en un susurro que por supuesto que ella también escuchó.
Severus meneó la cabeza.
-¿Me repites el código de las ventanas? -le pidió.
Ella repitió las instrucciones, pero James seguía maravillado con el mecanismo de entrada a la biblioteca secreta y Severus sólo tenía claro hacia dónde quedaba el sur, pero no lo que tenía que hacer después de ubicar la "ventana más al sur".
-Oye -James se acercó a la mesa con una sonrisa enorme-, tú eres como...demasiado inteligente, tú seguro sabes hacer todo eso que estás diciendo. ¿No nos puedes sólo decir dónde queda ese...ese cua...que...?
-Cuadrante -murmuró Severus.
-Eso mismo -completó James, asintiendo.
-Claro -Ella sonrió y se levantó.
Severus no podía creer que fue tan fácil y se dedicó a seguir cada uno de sus movimientos con la mirada. Ella fue hacia "la ventana más al sur" y comenzó a caminar dando la vuelta a toda la torre mientras murmuraba las instrucciones para sí misma. Volvió sobre sus pasos un par de veces, utilizó los dedos para contar y lanzó un hechizo que le hizo ver el mapa de Hogwarts desde arriba con líneas brillantes trazadas en el aire.
De repente, se detuvo frente a una ventana y apuntó directamente a la zona del castillo que estaba ante esta.
-Tiene que estar por allí.
Los dos se limitaron a observarla con incredulidad durante unos segundos.
-Debería leer y hacer mi tarea de vez en cuando -susurró James, más para sí mismo.
-Eso no viene en la tarea -contestó Severus.
James se quejó, pero no tardó en ir hacia la ventana para fijarse en la zona en que debían seguir buscando. Recuperó la sonrisa y vio a la chica que resolvió el sistema de códigos de Rowena.
-¿Cómo te llamas?
-Pandora.
-James -Él le tendió la mano. Ella se la estrechó y luego él apuntó al otro-. Ese es Severus.
-Estas son Biene, Ape y Ari -anunció ella, señalando a las tres criaturas diminutas que ahora estaban acurrucadas sobre su cabello.
-¿Y son unas...?
-Unas avirnas obviamente.
Severus le dio una mirada interrogante a James en caso de que su crianza muggle le estuviese haciendo perderse de algo, pero el otro meneó la cabeza para dejarle en claro que él estaba igual de perdido y jamás había oído de estas criaturas.
-Bueno...-James titubeó por un momento-. Gracias por la ayuda -Él le dio un golpecito en el hombro exactamente igual que como hacía con los chicos y Severus soltó una exhalación resignada-. ¿Quieres acompañarnos a buscar esa sala secreta?
Severus le dio una mirada más seria y James arqueó un poco las cejas. Era obvio que quería llevarla por si tenían más acertijos por delante. Eso les evitaría dolores de cabeza.
Pandora arrugó un poco el entrecejo.
-Estoy terminando mi ensayo...
-Te esperamos -replicó James sin dudar, sonriendo, con toda la intención de no dejar escapar esta oportunidad.
Se veía como cuando discutía con Sirius sobre cómo saber las respuestas del último examen.
Alrededor de veinte minutos más tarde, el grupo de tres caminaba por el corredor del cuadrante en que debía estar la sala. O más bien, Pandora avanzaba murmurando para sí misma y ellos dos la seguían, James con curiosidad y Severus algo aprehensivo.
De repente, Pandora se detuvo y se giró hacia un cuadro. Ladeó la cabeza, las criaturitas en su cabello se sacudieron un poco y ambos chicos intentaron fijarse en lo que fuese que ella observaba.
Sólo era una pintura de un adolescente dormido al pie de un árbol y otro que lo veía desde lejos. Parecía un bosque.
-Eh...Pandora...-James vaciló, sin saber si a la chica se le había olvidado lo que estaban buscando.
Ella señaló el cuadro con el índice.
-Son Godric Gryffindor y Salazar Slytherin jóvenes. Rowena dejó algunas historias de esa época en la biblioteca secreta. También encriptadas.
Esto hizo que tanto el Gryffindor como el Slytherin presentes mirasen el cuadro desde una nueva perspectiva, aunque con el ceño igual de fruncido.
-¿Entonces...ahí está la sala? -preguntó James, más emocionado.
Pandora asintió.
-¿Y cómo entramos? -indagó Severus.
-Esa es una buena pregunta -Pandora volvió a asentir-. Si la entrada es un cuadro de ellos dos, yo pensaría que la sala secreta de Gryffindor tiene algo que ver con Salazar. O es la respuesta sobre cómo entrar.
Severus se giró hacia James con una expresión muy seria.
-Piensa como Gryffindor. Es tu momento.
Pandora también lo encaró.
-¿Qué usarías para cerrar una puerta a la que quieres que tu amigo Slytherin tenga acceso?
James se encogió un poco bajo la atención que estaba recibiendo y observó el cuadro durante unos segundos en silencio.
Ni Godric ni Salazar estaban usando uniformes por obvias razones, pero Godric sostenía una tela larga dorada y roja y Salazar tenía sobre el regazo otra tela verde y plateada.
Sin pensarlo mucho, James estiró la mano hacia un Severus que se intentó apartar y le quitó al corbata del uniforme. Ignoró sus protestas, se sacó su propia corbata y se acercó más al cuadro.
No estaba seguro de qué hacer más allá de este punto.
Severus debió darse cuenta de lo que intentaba porque le sugirió que presionara la tela de cada una contra su respectivo Fundador.
Apenas James lo intentó, el cuadro soltó un sonido metálico y se hundió. Los dos lo empujaron y vieron cómo se abría igual que una puerta para un agujero en la pared.
Pandora fue la primera en asomarse, luego le hizo un gesto a James para que fuese adelante, ya que era el que estaba saltando desde su posición e intentando no hiperventilar por la emoción. Él fue adelante y ella lo siguió con un lumos encendido. Severus fue de último y se aseguró de cerrar la puerta.
-¿Qué creen que sea la sala secreta de Gryffindor? -preguntaba James con la voz temblorosa-. ¿Una sala de duelo? ¿Una armería? ¿Un criadero de alguna criatura mágica impresionante que no se ha visto desde la fundación del colegio? ¿Un museo de tesoros que Godric recogió durante sus viajes?
Pero cuando llegaron al otro lado del pasaje descubrieron que sólo había una sala excavada en la piedra. Tenía forma redonda y muebles antiguos muy mullidos. Había estantes con libros cubiertos de polvo, algunas armas medievales colgadas en la pared, una especie de abrigo de león con la cabeza sobre una lámpara apagada y un gran sofá.
James caminó por toda la sala. No había tanto que ver dado el tamaño.
Él se giró y le preguntó a Pandora si creía que el resto de la sala secreta de Godric estaba escondida en otra parte o necesitaba un acceso especial.
Pandora observaba el abrigo de león con mucha atención.
-Creo que aquí era a donde venía a besarse con Salazar.
Lo único que se escuchó en la sala secreta de Godric fue la risa de Severus ante la cara que James puso.
-0-
-...así que Pandora cree que Godric iba a...a besarse con Salazar allí y dejó algunas cosas suyas, una espada, un abrigo-capa de león...-James gesticuló con las manos. Tenía el rostro rojo y evitaba mirar al resto mientras que Severus se seguía riendo.
Nunca se había reído tanto desde que él lo conocía. No creía que fuese justo que la primera vez fuese por esto.
Tras unos instantes de solenme silencio, Sirius estalló en las carcajadas más escandalosas que Hogwarts había presenciado. James se quejó y sólo consiguió que Lily y Remus se echasen a reír también. Regulus apretaba los labios para no hacer lo mismo y Peter estaba boquiabierto, quizás todavía procesando la parte del Fundador de su Casa besuqueándose con otro Fundador. Y el de Slytherin además.
-Esta aventura se llama "¿cuál de los dos Fundadores hombres quería besar al otro?" -se burló Severus.
-Y la respuesta es: los dos -añadió Sirius, que ya tenía el rostro rojo de tanto reírse.
Esto le causó más risitas al resto. Peter comenzó a ponerse rojo al entender todo y Regulus se cubrió la cara a medias para disimular la risa que le causaba la expresión estupefacta de James.
-Pandora dijo que las cosas que Godric dejó allí podían ser valiosos objetos mágicos -siguió James, elevando la voz por encima de las risas-, sólo que la mayoría tiene barreras y otros cuesta más revisarlos, pero dijo que podíamos investigar desde los libros de sexto año en adelante y buscar referencias en pinturas de Godric...
-Y de su novio -agregó Sirius con una sonrisita.
James hundió el rostro entre las manos, resignado a que nunca se les olvidaría esto.
-Y pensar que una manticora te iba a comer para que pudieses entrar al cuarto de besuqueo de dos magos medievales...
-¿Valió la pena? -preguntó Lily, que no pudo evitar unirse a la ronda de molestar a James.
-¡Ya paren con eso! No sean así...
-¿Por qué te alteras tanto? -Regulus arqueó una ceja, y aunque su pregunta era seria e incluso podía decirse que en tono amable, le arrancó más carcajadas a Sirius y Severus como si hubiesen compartido algún comentario secreto o supiesen algo que Regulus no.
-Ya dejen a James, chicos...-Remus intentó intervenir en favor de él.
Y fracasó, claro.
En ese momento no podían saber que sí hicieron un descubrimiento enorme. El tema continuó siendo una especie de broma con la que fastidiar a James por lo que quedaba de año escolar.
Fin del libro 2
Un detrás de escenas de Fundadores:
Lo que Ravenclaw le dejó a sus estudiantes: conocimiento cifrado si lo pedían bien.
Lo que Hufflepuff les dejó: comida, un comedor, calidez hogareña lejos de sus casas.
Lo que Slytherin dejó: BASILISCO, MUAJAJA
Lo que Gryffindor dejó: ✨homosexualidad✨ y algunas armas.
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