2.11
Lily sabía que algo andaba mal desde que Severus no apareció en la torre donde se reunirían por el Samhain/Halloween.
Sólo no sabía qué tan mal hasta que Regulus llegó corriendo, sin aliento, y comenzó a balbucear. Ni siquiera lo hacía en inglés. Estaba hablando demasiado rápido en otro idioma con apenas algunas palabras en inglés y sólo su hermano le entendía.
Sirius luego la miró con esa expresión seria que era tan rara en él y le explicó lo que Regulus le había dicho.
—¿Vamos a buscarlo...? —propuso Remus con el ceño algo fruncido.
Lily agitó una mano.
—Yo voy.
—Podemos-
—Voy sola —Ella detuvo a Sirius de inmediato—. Yo sola, ¿sí?
—Dejen que vaya sola —James les hizo un gesto a los chicos—. A él no le gustará que hagamos un escándalo y todo el castillo sepa que lo estamos buscando y de repente le llegue un montón de gente...
—Sé que bajó las escaleras, pero no hacia dónde fue...—murmuró Regulus.
—No importa, yo sé qué sitios le gustan...
Acordaron que Lily mandaría una luz hacia ellos con la varita en cuanto lo hubiese encontrado para confirmar que todo estaba bien.
Había un par de lugares donde era probable que un Severus Snape se escondiese, pero después de pensarlo durante varios segundos en medio de un pasillo, Lily se dio cuenta de que si Regulus lo vio casi llorando significaba que estaría bien escondido en donde pudiese permitirse llorar. Y las únicas veces que lo había visto llorar estaban junto al lago.
Lily se aseguró de no toparse con profesores porque ya había anochecido y no tenía una excusa para abandonar el castillo. Envió la luz de aviso al cielo en cuanto distinguió la figura sentada en el borde del Lago Negro y se acercó lentamente.
Severus tenía las piernas flexionadas contra el cuerpo y el rostro medio enterrado en las rodillas. Veía la superficie del agua.
—Hey —Lily se sentó a su lado.
Escuchó un sonidito en respuesta. Estuvieron así un rato, observando el agua en silencio.
—¿Les dijo? —preguntó Severus de pronto.
—Sí, estaba...asustado. Incluso se le olvidó hablar inglés.
Severus soltó un bufido como si quisiera burlarse pero sonó demasiado similar a un sollozo.
—¿Quieres un abrazo? —preguntó Lily.
Era muy raro que aceptara uno. Casi estaban reservados para sus cumpleaños. Pero Severus asintió y ella lo rodeó con los brazos y lo jaló más cerca.
Otro rato de silencio apenas interrumpido por débiles sonidos que Lily fingió no escuchar.
—Malfoy me dijo que esperase unos años para hacer ese ritual, que tuviese al menos unos quince o dieciséis —Severus tomó una profunda bocanada de aire—. Dijo que él no habría hecho algo así hasta los diecisiete y sólo acompañado. Le tuve que decir que sí estaría acompañado...
—¿Por quién?
—Por una fantasma del baño. Pero no le dije que era una fantasma, sólo que era...alguien mayor que yo.
—Le mentiste —concluyó ella.
—No, Myrtle sí es mayor que yo, incluso cuando estaba viva era mayor que yo ahora...
Lily le dio una leve sacudida como reprimenda.
—Terco.
Él asintió.
—¿En qué estabas pensando?
Más silencio.
—Pensé...no recordaba cómo era. Sólo la recordaba cantándome una canción de cuna. Pensé...que no sería tan mala y tal vez yo podría...tal vez ella no estuviese de acuerdo...con lo que papá piensa sobre mí...—Severus hizo un ruido frustrado—. Pensé que si ella no estaba de acuerdo con lo que él dice y con cómo se porta, entonces yo...¿que sería como confirmar que no había algo mal conmigo y que era él quien era un imbécil?
—Pero si eso ya lo sabes...
—Pero a veces lo dice tanto que parece que sí fuese culpa mía —masculló él— y a veces...sí me lo creo. Es una estupidez. Pensé que ella no...¿por qué pensé que ella no pensaría así?
Lily suspiró.
—¿Quieres contarle a los demás?
—No.
—No creo que reaccionen mal...
—No quiero ni siquiera pensar en eso —se quejó Severus.
Ella lo estrechó un poco más fuerte.
—Que él tenga un problema contigo no es por ti.
—Tal vez-
—No.
Severus resopló.
—Iba a decir que tal vez soy igual de imbécil que él y por eso...
—No creo.
—Iba a golpear al hermanito entrometido de Sirius —aclaró él—. Quería golpearlo. Y quería gritarle. Iba a gritarle todo lo que él me grita a mí cuando me golpea.
—Sólo...estabas molesto. No por eso te pareces a él.
—Sí sentí que era igual a él-
—Pues Regulus estaba asustado por si estabas bien, no porque le hubieses pegado.
—Pero casi-
—¿Te puedes dejar calmar en vez de andar pensando más? —Lily protestó, muy ceñuda, sacándole una risita—. ¡Mejor!
—Es que eso me dio más miedo que el fantasma de mamá odiándome...
—Bueno —Lily lo pensó—. Mi mamá me estaba contando hace tiempo que en uno de esos libros de mamás que se lee decía que Petunia y yo seguramente vamos a copiar cosas que ella hace y dice. Y eso incluye cosas malas. Si ella se porta mal, Petunia y yo podríamos ser muy malas también porque es, hm, ¿es el ejemplo que tenemos? Y nos dijo que les dijéramos si ella o papá se estaban portando "mal". ¿Puede ser...que fueses sólo tú copiándolo?
—Si te pareces a la persona que te cuida, voy a ser una completa basura —Severus adoptó una expresión de claro disgusto.
Lily volvió a sacudirlo.
—¡Que no! ¡No hables mal de mi mejor amigo!
—Pero si soy yo-
—¡Pero nada! Nadie puede hablar mal de mi mejor amigo. Ni siquiera tú.
—Pero-
Ella lo interrumpió con un sonido enojado y él casi se rió. Casi.
—No creo que sigas siendo mi amiga si soy así de imbécil en unos años...
—Pues no lo seas.
Severus le dio una mirada interrogante y ella se encogió de hombros.
—Dije que algunas cosas se copian, pero seguro hay otras cosas que puedes como...como decir: esto no, no lo quiero copiar. ¿O no?
—Ni idea —murmuró él—. Pide prestado el libro de mamás y me dices.
Lily le dio otra sacudida, más débil.
—¡Yo creo que sí funciona así!
—Sólo estoy diciendo que no sé...
—¡Hay que averiguarlo!
—¿Cómo?
Lily abrió la boca, la cerró y vaciló.
—Esto es díficil —susurró.
Tras unos segundos, Severus se comenzó a reír de las expresiones confundidas que Lily estaba haciendo mientras pensaba. Ella primero le reclamó y después terminó riéndose también.
Se pasaron un rato hablando frente al lago, antes de decidir regresar a la torre por los dulces que la señora Potter envió para su pequeña celebración de Samhain.
—0—
Sirius consideró llevar a Regulus a la enfermería y ver si la enfermera continuaba ahí o pasaría por ahí antes de irse a dormir, pero él insistió en que estaba bien.
—Estás muy frío —masculló.
Normalmente no le importaría demasiado que hubiesen hecho enojar a un fantasma en una situación rara, eso era de todos los días, James y él asumieron que Severus se asustó porque no estaba acostumbrado. Pero su hermano tampoco huía de un fantasma desde que era muy pequeño, eso no era tan normal.
—Es de noche, hay viento, estamos en una torre muy alta —contestó Regulus en voz baja—. No dejes que tenga esa carta.
—No la va a tener, cálmate.
James carraspeó con fuerza para interrumpir su plática en francés.
—¿Está muy bueno el tema del que están hablando?
—Sonaste igual a tu madre —Sirius no pudo evitar sonreír.
—¡Porque no dejan de hablar en francés y estamos jugando los cuatro!
—Igual vamos perdiendo —murmuró Regulus, de vuelta al francés.
El final de su "celebración" de Samhain/Halloween consistía en un juego con unas cartas muggles. Eran James, Sirius, Peter y Regulus. Se suponía que sería un todos contra todos, pero James sospechaba que los dos Black estaban aliados y planeaban su estrategia en francés y por eso él estaba perdiendo.
En realidad del lado de Peter estaban Remus, Lily y Severus haciéndole gestos sobre qué hacer y qué no y era él quien estaba ganando. James creía que sólo le estaban hablando, no ayudándolo. Todo debía ser culpa de Sirius entonces.
Cuando Peter ganó, alzó los brazos y puso una sonrisa enorme. Sirius le revolvió el cabello con más brusquedad de la necesaria para felicitarlo y James estuvo todavía más convencido de que era un plan de conspiración de parte de él, por lo que empezó a reclamarle.
Sólo cuando hubo algunos bostezos, se dieron cuenta de que era hora de dirigirse a sus Salas Comunes. Al menos la mayoría.
James y Sirius intercambiaron miradas y asentimientos. Luego Sirius agarró los hombros de su hermano menor y anunció:
—Lo vamos a secuestrar por un rato, vayan a dormir, váyanse, váyanse —Hizo una pausa, apoyado casi por completo en la espalda de Regulus. Se fijó en Severus—. Todo bien, ¿verdad?
Severus asintió.
—No se desvelen mucho, mañana hay clases —les recordó Remus, haciéndole un gesto a Peter y Lily para que siguiesen caminando.
—Sí, sí, sí...
En cuanto vieron que desaparecían por el pasillo, Sirius giró a Regulus para que los encarase. Su hermano parecía algo desorientado.
—¿Seguro que está bien? —preguntó James, acomodándose los lentes al inclinarse hacia Regulus como si esto lo fuese a hacer ver algo más de lo que ya veía.
Regulus asintió apresuradamente.
—Estoy bien. Sólo me asusté un poco.
—¿Seguro? —insistió Sirius.
—Que sí —le respondió con una ligera irritación que lo sorprendió.
James supuso que sólo era porque no quería tener a su hermano mayor preocupado encima, así que chocó las palmas con fuerza para atraer toda la atención de ambos Black y sonrió.
—Te vamos a mostrar algo asombroso, valioso y mágico-
—¡Algo muy genial!
James extrajo del interior de su túnica una capa de tela traslúcida. Regulus sólo la miró.
Había visto tantas capas en su vida que no tardó en observar a Sirius con el ceño fruncido.
—Es una capa de invisibilidad —James se la echó sobre los hombros para que el resto de su cuerpo desapareciera, pero la expresión de Regulus no cambió.
—Nuestro abuelo tenía cuatro —le recordó Regulus a Sirius en francés, sin mucho interés.
—¡Esta es diferente! —protestó Sirius—. Él tenía cuatro porque perdían su poder con el tiempo y ya era medio visible con la última. Esta es una capa de invisibilidad en serio, una que tiene muchos años...
—Siglos —aclaró James.
—¡Tiene siglos! —siguió Sirius, asintiendo—. Y funciona y muy bien. Y además el padre de James dijo...
—Que era un regalo de la Muerte —contó James, balanceándose dentro de la capa, lo que resultaba en una cabeza flotante haciendo un movimiento muy extraño.
—He leído ese cuento —contestó Regulus—. Es un cuento infantil. Tenemos dos copias en casa.
Sirius y James se observaron.
—¿Por qué no está sorprendido? —James casi hizo un puchero.
—Creo que se le pegó algo raro en Slytherin y se volvió aburrido —Sirius agitó una mano para indicarle que no se preocupara y después volvió a sostener los hombros de Regulus—. James y yo queremos explorar todo el castillo y descubrir todo lo que tiene y cualquier cosa rara y secreta que haya aquí. Y yo le dije que te podíamos decir antes que al resto.
—¿Van a ir por el castillo con la capa de invisibilidad? —Regulus pareció interesado de pronto.
—¡Sí! ¿Viste que es algo genial? Podemos ir a los pasillos en los que el conserje no deja entrar y podemos evitar a Peeves, que es muy soplón. Así también podemos ir por ahí después del toque de queda...
—¿Nos ayudas? —James también sonrió.
—Bueno —aceptó Regulus con un asentimiento.
—Estamos justo a tiempo para evitar que se convierta en otro tipo de Malfoy —murmuró Sirius, cambiando el agarre al rostro de Regulus. Le apretó y aplastó las mejillas de la manera en que hacía su tía cuando los veía—. Ya se nos estaba transformando en uno de esos sangrepura aburridos, te dije que había que decirle porque era bueno para él...
—No soy- no estoy- —Regulus se apartó de las manos del otro con cierta dificultad—. No soy aburrido, Sirius.
—¿No? —Sirius arqueó las cejas.
—No, no lo soy.
Sirius extendió una mano y James le pasó la capa. Después él se la arrojó encima a Regulus.
—A ver. Muéstrame que no eres un aburrido.
Regulus sacó la cabeza de debajo de la capa, ceñudo.
—¿A dónde vamos? —interrogó Sirius—. ¿Qué hacemos? ¿Puedes pensar en algo, Reg?
Él titubeó. Cuando Sirius estaba por recoger la capa para regresársela a James, Regulus retrocedió y frunció todavía más el ceño.
—Mañana tienen examen de Historia, ¿verdad?
—Sí —respondió James, mientras que Sirius sólo lo miró con sospecha.
—Slughorn deja su armario de ingredientes de pociones abierto hasta las diez de la noche y la oficina abierta hasta las nueve, todavía debe estarlo. Adentro hay una planta que tiene un olor muy malo cuando la machacas que pueden poner en el salón cuando esté por empezar el examen. Alguien podría vomitar y el profesor fantasma no se va a dar cuenta, pero al final igual seguro lo van a atrasar porque es insoportable...
James y Sirius estaban boquiabiertos.
—¡¿Es en serio?! ¡¿Era tan fácil evitar un examen?! —James incluso comenzó a dar pequeños saltos en su lugar.
—¿Cómo sabes todo eso? —Sirius pareció vacilante.
Regulus se encogió de hombros.
Sólo hablé con algunos cuadros de ese pasillo, pensó.
—Tenemos que ir por esa planta —decidió James, recuperando la capa y jalándolos a ambos para que los tres se metiesen bajo ella—. ¿Cómo se ve? ¿Cómo hacemos para machacarla y que no sea obvio? ¿Y si...?
Esa noche irrumpieron en la oficina, consiguieron la hoja de la planta, Sirius chocó con algo y huyeron en pánico. Regulus incluso tuvo que pedirle a uno de los cuadros cercanos con los que siempre hablaba que no dijese nada sobre su presencia. El rey del cuadro prometió mantener silencio.
Al día siguiente, el examen de Historia de Gryffindor y Slytherin de segundo año fue retrasado por algún tipo de problema en el aula y un par de estudiantes a quienes la piel se les puso verde. A medida que vomitaban, recobraban el color natural.
Nadie se explicaba qué había pasado y James y Sirius fueron a robar comida a la cocina para celebrar.
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