Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1.6

Sirius estaba cabizbajo cuando llegó al campo de Quidditch.

No podía entender por qué todo había salido así.

Gryffindor continuaba perdiendo, James animaba al equipo con muchas ganas desde las gradas pero ni todos los gritos servían para que jugasen mejor. Lily lo observaba sin entender mucho del juego todavía y Severus veía a James como si debiesen agregarlo a los especímenes raros en la clase de criaturas mágicas.

Cuando Sirius lo vio, recordó que él también sabía. Subió las gradas corriendo, le dio una respuesta vaga a James invitándolo a quedarse y a Lily preguntando qué pasaba, agarró el brazo de Severus y prácticamente lo arrastró fuera de ahí.

No dejó de jalarlo, pese a sus quejidos, hasta que estuvieron debajo de las gradas. Severus tenía esa cara que ponía antes de pelearse con él pero Sirius agitó las manos y le pidió silencio.

—Él sabe que yo sé —susurró—. Le dije. Le acabo de decir.

Severus frunció más el ceño.

—Ya sabes- lo del- "¡auuuuuh!".

El Slytherin se volvió a palmear la frente.

—¿Qué le dijiste, Black?

—Que yo...sabía...y no se tenía que preocupar —Sirius titubeó—, pero como entré en pánico, también le dije que no me parecía malo y creo que terminé diciéndole que claro que no me había imaginado que nos comía a James, Peter y a mí en medio de la noche...

Esa vez el golpe fue en la frente de Sirius, que se quejó y lanzó un golpe sin fuerza al aire como respuesta.

—¡¿Y eso por qué?!

—Por idiota, ¿por qué más?

—Ah.

Sirius lo pensó durante unos segundos y continuó.

—Quería que supiese que estaba de su lado. Y él parecía tan...asustado.

—Claro que parecía asustado, casi tuvo el año tranquilo que debía querer y vas y le sueltas que tú sabes...

—¡Quería que confiase en que no le íbamos a hacer nada!

—Tú no puedes obligarlo a confiar —le espetó Severus entre dientes—. Si confiaba en ti te lo iba a terminar diciendo, sólo tenías que esperarte. O tal vez no te lo decía nunca y ya porque no quería decirlo.

Sirius arrugó el entrecejo.

—Pero somos amigos.

—¿Y?

—¿Por qué no nos diría nada si es nuestro amigo?

—¿Por qué crees que hay que decirte todo, Sirius?

—¿No es eso lo que hacen los amigos? —Sirius titubeó.

Severus exhaló y dejó caer los hombros.

—No, esos son Potter y tú hablando de los diferentes colores de la orina después de comer.

—Es que fue muy raro cuando cambió a-

El Slytherin lo silenció con un gesto porque no quería repetir la experiencia de cuando escuchó esa conversación.

—¿Entonces qué? ¿Asustaste a Lupin y saliste corriendo?

Sirius negó.

—Él salió corriendo. Le costó bastante, no debería haber corrido hoy-

—No tendría que haber corrido si no lo hubieses espantado.

Él lloriqueó.

—Pensé que ayudaría.

—¿Y después de que Lupin salió corriendo viniste para acá?

Sirius asintió.

—¿Y por qué no fuiste tras Lupin?

Él abrió la boca, la cerró y frunció el ceño.

—Pues como salió corriendo...

—¿Así que dejaste que se fuera asustado?

—¿No se iba a asustar más si lo seguía?

—¿Y yo qué voy a saber? —masculló Severus—. No soy él. Yo no me volvería a acercar a ti jamás en mi vida.

—¡¿Crees que no se va a volver a acercar a mí en toda su vida?!

—No —Severus se cruzó de brazos—, obviamente no. Es Lupin. No creo que piense como yo.

Sirius exhaló de puro alivio.

—¿Y entonces? —repitió Severus.

—¿Entonces?

—¿Vas a hablar con Lupin o a ver a Gryffindor perder en Quidditch?

Esto hizo que Sirius diese un salto.

—Hablar- hablar con él, sí-

Y salió corriendo tan rápido como había llegado.

Severus esperó unos segundos antes de descruzar los brazos y darse la vuelta.

—Sé que estás ahí.

Lily se asomó desde el borde de las gradas.

—Es lindo verte intentando ser un buen amigo, Sev.

Severus sacudió la cabeza y agitó los brazos.

—No más amigos para mí. Ya no puedo. No aguanto a otro.

Lily soltó una risita y los dos se apoyaron en la parte del costado de las gradas y cruzaron los brazos casi al mismo tiempo.

—¿Crees que Remus se calme?

Severus asintió.

—Ya vio cómo nos portamos con él, seguro entiende. Es culpa de Black por ser tan bruto.

Lily también asintió.

—¡Oigan!—James se asomó desde las gradas—. ¿No van a ver el resto del juego?

Ella le hizo un gesto de que ya iban y suspiró en cuanto James se regresó a su asiento.

—James todavía no sabe, ¿verdad?

—No tiene ni idea —Ella se rió, negando—. Ni él ni Peter. Ayer me estaban preguntando si yo creía que podríamos entrar al cuarto donde Remus descansa cuando se pone mal usando amuletos de protección para llevarle algunos dulces y me pidieron que le preguntase a Remus si le gustaba el chocolate.

—¿Cómo no te das cuenta de que uno de tus amigos desaparece cada luna llena?

Ella se encogió de hombros.

—Pues creo que James no había entendido por completo la idea de que soy una chica hasta hoy que fue a buscarme al dormitorio de las chicas y veía a chicas subir las mismas escaleras que a él lo regresaban hacia abajo. Se veía tan confundido, estaba todo "¿cómo que la falda no es lo único diferente?".

Severus soltó un suspiro tan resignado como si se tratase de un caso perdido.

—¿Por qué nos juntamos con esos dos?

—Es que estaban ahí y eran graciosos —Lily se rió—. Tienen sus momentos. Como los perritos.

Intercambiaron miradas, y cuando James se volvió a asomar para preguntar con un puchero si no querían seguir viendo el juego con él porque su equipo estaba perdiendo, no pudieron evitar reírse.

—0—

Sirius no encontró a Remus en el dormitorio. Ni en el comedor. A la biblioteca no había regresado. El salón donde comieron durante la temporada de frío no tenía ni rastros de él.

Cuando comenzó a anochecer y no encontró señales de él en la Sala Común ni alguien que lo hubiese visto, Sirius recurrió a su última opción: la casa donde lo vio transformarse.

Esto en realidad fue bastante arriesgado considerando que se paró a una distancia segura del sauce boxeador y lo observó dar tres golpes diferentes en menos de un minuto. Y la abertura no estaba abierta. ¿Cómo se suponía que iba a llegar al pasadizo?

Después de pensarlo durante un rato, empezó a recoger piedras. Reunió una buena cantidad y las envió levitando tan rápido como podía en grupo hacia un lado del sauce. Como algunas golpearon sus ramas, el árbol se sacudió y concentró sus golpes en esa zona.

Sirius aprovechó la oportunidad para correr como nunca en su vida por el lado al que no estaba atacando hasta llegar al tronco. Buscó el agujero y empezó a tantear la corteza por algún interruptor o borde de una compuerta. No supo qué presionó para que se abriese la abertura, sólo que se metió justo a tiempo para no ser golpeado y exhaló de puro alivio.

Sería difícil explicarle esta parte a James sin hablarle de su compañero hombre lobo si llegaba a lastimarse por el sauce.

Sirius atravesó el pasadizo corriendo y no se molestó en ser silencioso. La luna llena ya había pasado de todos modos. Salió dentro de la sala y se dio cuenta de que había acertado porque del otro cuarto provenía una débil luz.

Remus Lupin estaba sentado hecho un ovillo en el suelo del cuarto con las cadenas. Tenía una vela encendida adelante y un libro abierto que no estaba leyendo.

Cuando escuchó a Sirius llegar, acercó más las piernas a su pecho e hizo un torpe intento por retroceder sin levantarse.

Sirius se sentó en el piso frente a él.

—Severus ya me golpeó en la cabeza por haberte asustado. No pensé que te fueses a asustar. Según yo, estaba diciéndote todo eso para no asustarte-

—¿Severus sabe? —La voz y el rostro de Remus se llenaron de profundo horror.

Él titubeó.

—Sí, pero yo no le dije. Bueno, sí. Pero no. Se lo confirmé en un momento tonto, pero él ya sabía. Se dio cuenta solo y eso.

—¿Es tan obvio?

—¡No! Justamente él y yo hablamos sobre que la mayoría no pensaría que tú eres un licántropo...

—¿Porque no parezco una bestia salvaje?

Sirius frunció el ceño.

—Creo que porque eres muy bueno. Y yo pensaría que un licántropo es más bien...alguien como yo.

—¿Como tú? —Remus se interesó por esta respuesta.

Él asintió.

—Con el cabello más largo y más ruidoso —aclaró Sirius, sacándole una risita—. ¿Ya no tienes miedo?

Remus hizo un gesto de "más o menos" con la mano.

—¿Qué hago para que no tengas miedo? No te voy a hacer nada. Si quisiera ir a gritar que eres un hombre lobo, ya lo hubiese hecho, ¿no?

—¿Hace cuánto lo sabes...?

—Hace meses —Sirius agitó una mano y el otro se quejó y cubrió el rostro.

—Pensé que había sido uno de los sueños raros en la transformación cuando te sentí aquí...

—No, sólo fui yo metiéndome en un sitio donde no debí meterme —admitió Sirius, poniendo una sonrisa de disculpa marca Black.

Remus exhaló.

—¿Y no le dijiste a nadie en todo este tiempo?

—Sólo esa vez que se lo confirmé a Severus, pero fue un accidente, y como te digo, él ya sabía...

—¿Nada más?

Sirius negó.

—Nada más —prometió—. Ni siquiera a James. Aunque yo creo que podríamos decirle a James, ¿sabes? Si tú quieres. James no va a reaccionar mal. Y si dice algo, yo le saco los lentes de un golpe-

Otra risita de Remus. Esto lo animó.

—Sí, sí, en serio. Pero no hará falta porque no va a decir nada malo. Te lo juro. Intenta...intenta no tenernos miedo, ¿sí?

Tras unos segundos, Remus asintió.

—¿Y tú no tienes miedo? —indagó en voz más baja.

Sirius no lo pensó.

—Pues ese día me sorprendí, pero pasas más tiempo viéndote enfermo que transformado en un hombre lobo. Es díficil tenerte miedo. Además eres más bajito que yo y eres menor que yo, ¿cómo le voy a tener miedo a alguien así? Sería, no sé, como que me diese miedo mi hermanito. No hay miedo, nada de miedo.

Esta era la contundente lógica de un niño de doce años.

Remus asintió. Una leve sonrisa se abrió paso en su rostro.

Se veía aliviado.

—Está bien.

—¿Entonces vamos a seguir siendo amigos?

—Sí.

—¡Eso! —Sirius alzó los brazos para celebrar y le arrancó otra risita. Estaba encantado de hacerlo—. Ahora sólo...dime cómo salimos de aquí porque ese sauce casi me mata cuando entré.

—0—

Remus se paró en el lugar que correspondería al profesor en el salón de clases y vio los rostros de todo el grupo. Les había pedido reunirse allí para contarles algo. Sirius lo alentaba mostrándole los dos pulgares en alto y sonriendo, pero él no creía que fuese a ser tan sencillo.

En realidad, fue mucho más fácil que eso.

Remus comenzó a hablar sobre cómo obtuvo su condición de licántropo cuando era un niño, de los intentos de su padre por curarlo, de las noches de luna llena y del miedo que le daba que lo fuesen a cazar y matar si lo descubrían. Nadie lo interrumpió.

Cuando dejó de hablar, Peter estaba pálido y con los ojos enormes y James tenía la boca muy abierta. Sirius sólo asentía con orgullo y ni Severus ni Lily parecían haber escuchado algo impresionante.

Remus la señaló a ella y vio a Sirius con el ceño fruncido. Él negó de inmediato para aclarar que nunca le dijo nada a Lily.

—Me di cuenta sola y lo hablé con Sev —explicó ella.

Esto sí que hizo reaccionar a James.

—¡¿Cómo te diste cuenta?!

Resultó que el problema de James no era tener un compañero hombre lobo sino el hecho de que él no se hubiese dado cuenta. Incluso Peter llegó a considerarlo, pero prefirió guardarlo para sí mismo para no sonar paranoico, y después de salir de su sorpresa, preguntó cómo fue su proceso de entrada a Hogwarts.

—Ah, bueno, Dumbledore fue a mi casa...—Y Remus les contó la historia del director preparando todo para recibirlo.

Fin del libro 1

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro