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Capitulo II

Actualidad, 1949.

10 años después de la llegada de Min.

—¿Jimin la cena esta preparada? —grito su madre desde la sala qué se encontraba serca de la cocina y con una taza sobre su mano, Isabel esperaba a que su hijo terminara de cocinar y platicaba con el mientras este hacia de comer. —Recuerda que Yoongi vendrá antes, ya que las clases terminarán una hora antes.

—Si madre, lo tengo en cuenta, la merienda estará en menos de 10 min — contesto Jimin para después probar de la deliciosa sopa azteca qué había preparado.

Minutos después la puerta fue abierta y apareció el gran señor Min, aquel hombre que con solo mirar daba miedo.

—Yoongi querido, que bueno que haz llegado, la merienda ya esta lista, Jimin ha preparado un gran banquete para ti —hablo la mujer con una voz fuerte pero con sencillez.

—Buenas tardes tenga Isabel, iré a la cocina por un vaso de agua y volveré para ponerme al tanto de una situación que a surgido —dijo Yoongi besando la mano de Isabel como forma de respeto. Después se dirigió a la cocina y asesorandose qué la puerta estaba bien cerrada se dirigió al rubio.

—¿Qué haz hecho de comer? —Jimin se espanto por la gruesa voz e inmediatamente voltio hacia el hombre.

—Tu comida favorita yooni. Hoy quería consentirte cariño —Yoongi apretó una de las nalgas de Jimin y luego beso su labios.

—Me encanta tu comida ¿Lo sabes? — Jimin sonrió por el cosquilleo qué sintió sobre la abertura de su hombro y cabeza pues Yoongi había empezado a lamber su aperlado cuello.

—Cariño no dejes marcas. Mamá podría verlas y al parecer mi hermano Hoseok vendrá a cenar hoy —Yoongi se retiro de el y tomo un vaso de agua para después decir.

—¿Qué quiere ese aquí? sabes que no me gusta que venga, siempre trata de persuadirte para qué te cases —jimin dejo la cuchara y se acercó a su hombre.

—Mi madre lo invito a cenar, no te enojes yooni después no podrás dormir agusto.

—Está bien, solo tu sabes lo que me hace bien —Jimin toco su brazo y despues comento.

—Sal de la cocina, si tardas más mamá vendrá a buscarte.

—Esa vieja cascarrabias algo esta planeando, llamo a los abogados— Jimin se sorprendió, su madre siempre hablaba y decía que cuando los abogados vinieran era por que sería hora de hacer su testamento.

—Yooni cambia tu camisa por favor, esa esta sucia, deje una planchada sobre la cama y apresurate la comida esta lista —Min obedecio a lo que su Jimin le dijo. Ese hombre era el único que tenía dominio sobre aquel hombre temible por todos y hasta temible por la señora Isabel.

Y si, esta era la forma en que esos dos hombres se habían tratado desde hace 10 años, los dos se amaban en secreto y no necesitaban qué nadie supiera su rara relación.

Doña Isabel no era tonta, ella sabía lo que había entre su hijo y el profesor qué había mandado traer.

Estaba feliz de que su querido Jimin pudiera ser feliz a su manera, sentía pena por que los dos pobres hombres no podían gritar a los cuatros vientos su amor, pero prefería mantenerlo en secreto para que su querido hijo no sufriera las injusticias de la sociedad en la que vivían.

Los tres vivían con gran comodidad en esa gran casa, Isabel ya era una vieja de 75 años así que poco hacia en esa casa, Jimin era un hombre ya de 40 años que se encargaba de mantener la casa arreglada, tener la comida a tiempo y cuidar de su madre y Yoongi. Por otro lado Yoongi de 55 años era un hombre de muy pocas palabras ante los demas, daba clases de español, matemáticas, historia y ciencias y después iba a casa y se encerraba en la biblioteca para esperar la noche y escabullirse a la habitacion de su Jimin y poder darle placer, para después volver a su habitación muy de temprano y no hacer notar a Isabel de todo esto.

Jimin sabia como le gustaban las cosas a Yoongi, tenía que levantarse muy de mañana y prepar la ropa, los zapatos y el almuerzo de Yoongi para que este estuviera listo para irse a trabajar, esas eran las rutinas de siempre y ellos vivían felices de esa manera.

La tarde había transcurrido con normalidad, nada fuera de lo común. Ya entrada la noche las tres personas que habitaban la casa esperaban la llegada de la familia del segundo hijo de la señora Isabel, Hoseok.

Cuando Hoseok llego acompañado de sus hijos y esposa todos se dirigieron al comedor.

—Hermano se que insisto mucho, pero entiéndeme a tu edad ya deberías estar casado —comento con preocupación Hoseok, Isabel se quedo viendo el rostro de incomodidad tanto de Jimin como de Yoongi.

—Lo diré solo una vez Hoseok, si vuelves a insistir sobre ese asunto en mi casa o en cualquier otro lugar te olvidaras de que soy tu madre, ya me canse de que agobies de esa manera a Jimin —los presentes se quedaron sorprendidos por lo que había dicho la vieja Isabel.

—Lo siento madre. Jimin lo lamento, solo estoy preocupado — ofreció Hoseok.

—Lo entiendo hermano. No hay nada de que preocuparte, estoy feliz de ser libre y no rendir cuentas a nadie— yoongi inmediatamente voltio hacia Jimin poniendo una cara de enojo.

—Jimin no necesita de nadie, yo creo que es más feliz estando solo que infeliz en un matrimonio —comento Yoongi después de haber permanecido en silencio, Isabel concordo con Yoongi y agregó.

—Jimin es feliz, yo estoy segura de eso — Jimin la miro a sus ojos y le agradeció.

Todos se estaban marchando y cuando la familia de Hoseok desapareció del radar de sus miradas Yoongi miro hacia Jimin.

—Estaré en la biblioteca lleva mis pastillas allá— Jimin asintió y con felicidad -pues sabia lo que se venia- acepto.

Isabel solo se despidió, con la excusa de padecer de sueño, pues sabia a la perfección que cuando esos dos se metían a la biblioteca ocurrían cosas.

La puerta fue tocada y Jimin entro con charola en mano, cerro la puerta y se dirigió enfrente de su amado.

—Yooni toma tus medicinas cariño —pidió Jimin con su delicada voz.

—Quítate la ropa y siéntate sobre mi regazo y dámelas como solo tu sabes hacerlo.

Jimin se desvitio ante la profunda mirada de Yoongi se acercó a él y puso las pastilla qué el mayor tomaba para el corazón sobre sus labios. Lo beso y le paso estas, yoongi mantenia una de sus manos sobre las nalgas redonditas de Jimin y con la otra jalaba con ternura el falo de su amor.

—Chupame la verga y hazme olvidar todo — Jimin sonrió y se arrodillo, no tardo en hacer correr ese gran falo venoso y que tanto amaba.

—Quiero que ahora vallas a ese sillón lambas dos de tus dedos y los lleves a tu culo, los meterás con delicadeza y dirás que solo eres mi puta y de nadie más.

Jimin hizo lo que Min le decía, el amaba qué le diera ordenes de todo lo que debía hacer y Yoongi amaba decirle todo lo qué debía hacer para atender las necesidades tanto de el como de Jimin.

—Soy la puta de Yoongi, solo de el ahhhhh yooni ayuda a esta zorra necesitada —yoongi amaba todo esto y a jimin le encantaba llamarse así.

Los dos sabían que era un vocabulario fuerte, pero que solo hablaban cuando estaban en la intimidad.

—Yoongi ayudara a su zorrita necesitada, te meteré mi verga por ese pequeñito culo y te haré un hijo metiendo mi semen en todo tu interior.

—Si mi amor, hazme tuyo, solo como tu sabes hacerlo.

Y fue suficiente para que Yoongi bajara sus pantalones, tomará su verga y la masajeara un poco para después llevarla al culo de Jimin.

Los dos se entregaban al gran amor qué se tenían, eran felices sin que nadie supiera nada.

No necesitaban escándalos ni murmullos diciendo que estaba mal todo lo que hacían.

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