Love is in the words unspoken
Antes de empezar, quiero aclarar que en este ff la mayoría de edad se obtiene a los 18, por lo que Jungkook ya es mayor de edad. Eso sí, no quita el hecho de que es papá bastante joven; no obstante, sólo traten de imaginar que están en esa época para que puedan darse cuenta que, lamentablemente, era bastante común y aceptado que tuvieran hijos a temprana edad.
Por último, ya mencioné que la historia será corta (eso espero) por lo que la relación de amor que ellos forman será contada de forma bastante rápida; pues ellos caen enamorados al instante, según en la historia que me baso (Aimée y Jaguar)
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—Jimin, ¿qué… Oh, buenos días.
El Kappa se contuvo de abrir la boca y babear por aquel aroma tan exquisito que su olfato detectó: chocolate con avellanas.
Él, el acompañante de Jimin era quien tenía ese aroma tan delicioso.
Taehyung observó a Jungkook. Era completamente su tipo de omega; desde sus bonitos ojos grandes hasta la punta de sus pies, que no podía ver por culpa de los zapatos que los cubrían, pero estaba seguro que también le encantarían.
Hubiera seguido en su ensoñación de no ser porque escuchó esas malditas palabras.
—¡Salve Victoria! —corrigió Jungkook. El joven padre nunca usó ese saludo impuesto, implícitamente, por el gobierno como el sustituto de un buenos días, tardes o noches como de una despedida.
El kappa sintió que la sangre dejó de fluir y Jimin no supo qué decir más que bajar la cara para observar al bebé que tenía en piernas; avergonzados, los dos adultos devolvieron el saludo mientras agradecieron al cielo porque Jungkook haya salvado la situación o estarían en problemas.
—Jungkook, él es Kim Taehyung, mi mejor amigo. Taehyung, él es Jeon Jungkook, mi jefe del programa.
Jimin trató de evadir la situación de hace unos minutos. ¿Qué podría decir? ¿Que eran unos estúpidos descuidados?
—Pensé que éramos amigos.
Jungkook quería hacer un puchero, se detuvo cuando la acción le pareció infantil. ¿Qué podía hacer cuando hacía años no sentía una conexión amistosa como la que sentía con el omega mayor?
—Oh. Podemos serlo, pero no quita el hecho de que eres mi jefe.
—De acuerdo, supongo... Sonará horrible que haga esa pregunta cuando hace menos de diez minutos que lo conozco, pero ¿tú amigo es un alfa u omega? —susurró Jeon. Esperó que sólo Park le escuchase, la desfachatez de su pregunta le coloreó el rostro de carmesí.
Los dos adultos rieron. Jungkook observó a Jimin y luego a Taehyung; con él sus ojos parecían detenerse para grabarse lo que más podía, aunque al estar de pie no podía observar completamente su rostro.
—Soy un omega.
Kim Taehyung le sonrió, aún de pie, lucía tan etéreo que Jeon Jungkook se preguntó si realmente era un omega al parecer tan intimidante como un alfa por su contextura, pero su olor le hizo dudar de aquello.
Era tan insólito que en algún momento aquella palabra se convirtió en el sinónimo de atrayente, hechizante y embriagador.
—Comprendo. Disculpa que haya hecho esa pregunta, tengo problemas para distinguir olores y clasificarlos.
Kim levantó su bonita ceja, recordó que el omega podía identificar judíos con sólo olerlos.
—Probablemente sea por el olor de la gente indeseable, debió afectar su olfato.
Jimin le miró, sus cejas se encorvaron al ver lo que Taehyung insinuó.
Estúpido.
—Sí, debes tener razón…Oh, Jimin y yo tomaremos un café, ¿te gustaría acompañarnos?
Taehyung miró su reloj. Aún faltaba bastante tiempo para que su hora de trabajo comenzase y sería una estupenda idea gastar su tiempo restante con aquel omega tan intrigante.
—Me gustaría.
Jungkook le ofreció la silla de su lado derecho, Jimin quedó frente a ellos y sólo los observó, sin descuidar a Taeyang.
—¿Trabajas, Taehyung?
Jungkook giró su cuerpo para quedar más cerca del pseudo omega, el roce de sus rodillas era perpetuar aquel intrigante sentimiento que se instaló en ambos.
Taehyung miró la pequeña cicatriz que el joven padre tenía en el pómulo. Se sostuvo la mano cuando su lobo anheló acariciarla y probablemente besarla.
—Sí, escribo en el periódico Observador Nacional.
Jungkook se acercó más a éste. Sus rodillas cada vez más cerca y estar a centímetros de distancia hizo al lobo de ambos implorar por más cercanía, por más tacto.
—Supongo que tu alfa debe estar bastante orgulloso u orgullosa. No cualquiera entra a trabajar ahí, es uno de los periódicos más consumidos de la capital.
Jungkook se detuvo cuando se dio cuenta que sus palabras atropelladas no le hacían quedar más que como un idiota.
¿A quién estaba tratando de impresionar?
—No tengo alfa.
Taehyung rió, mostrando su sonrisa cuadrada. Si Jungkook pudiera derramar miel, lo hubiera hecho.
—Tae no es adepto de los encantos de alfas —aclaró Jimin. Éste movía las manitas de Taeyang haciendo que el bebé emitiera bonitos sonidos de felicidad.
Jungkook nunca había estado en un ambiente tan calmado y alegre. No desde que consumió matrimonio.
—Dime, Jungkook, ¿te dedicabas a algo antes de tener a tu bebé?
Jimin buscó la forma de llamar la atención de su mejor amigo. Le movió la cabeza para indicarle que ese tema no era correcto.
Además, el omega mayor quería golpear al Kappa por su altanería de hablarle de tú a Jungkook cuando apenas lo conocía.
—Taeyang no es mi primer hijo, tengo cuatro, pero respondiendo a tu pregunta: no. Cuando tienes hijos el tiempo se consume entre cuidar de tu hogar, ellos y tu alfa. Creo que lo comprenderás mejor cuando tengas un o una alfa.
Taehyung quería decirle que sólo le gustan los omegas, en especial el que tenía frente suyo.
—Probablemente. Eso sí, pienso alargar mi soltería.
—¿Hasta que mueras?
Taehyung le miró estupefacto, pues nunca pensó que alguien como Jungkook pudiera bromear con el pseudo omega que conoció hace menos de dos horas.
—Sólo si cierta persona no me corresponde.
Taehyung le guiñó un ojo, el rostro del omega se adornó por una sonrisa coquetea. Sus ojos seductores recorriendo la anatomía de Kim, éste haciendo lo mismo con él.
Jimin hacía tiempo que miró por la ventana, para terminar de beber su café; la sensación de tener a su jefe y mejor amigo coqueteando frente a él, le resultaba bastante grotesco.
—Tengo que irme —Kim anunció, después de un par de horas conversando con Jungkook. Vio que el aroma de Jungkook ya no era tan dulce, su bonito rostro expresó decepción.
—Que tengas un buen día, Taehyung —comentó el omega más joven. Se levantó de su asiento e iría a pagar la cuenta de lo que habían consumido o quizá sólo quería una excusa para seguir al Kappa.
—Igualmente…No es necesario que pagues la cuenta, yo lo haré.
—No, está bien. Yo te invité, así que debo pagar...anda. La próxima vez, puedes pagar tú, si eso te convence para que pague hoy.
—Acepto, sólo si mencionas el día y la hora de nuestra próxima reunión.
Ambos jóvenes caminaron por el pasillo de madera, ajenos a lo que sucedía a su alrededor. Olvidaron que la cuenta se pagaba llamando a un mesero, si es que habías ocupado una mesa como en el caso de ellos.
—Puede ser el día sábado a las nueve de la mañana, para tomar el desayuno, no sé si te parece correcto.
—Quisiera seguir dialogando esto, pero tengo que irme. Puedes pagar por esta vez, nos vemos el sábado a las nueve de la mañana.
Jungkook sólo asintió y se dirigió hacia donde estaba Jimin. En ese momento, notó que sólo había creado una excusa estúpida para acompañar a Taehyung hasta la salida de la cafetería.
Antes de llegar a la mesa donde estaba el omega mayor, Taehyung le llamó. Su lobo le ordenó que girase el cuerpo lo más pronto que le fuese posible.
—¿Sucede algo?
Por la rapidez con la que se giró, quedó bastante cerca de Kim, quien apenas se separó pues su lobo lloró porque no hiciera aquello.
—No me dijiste dónde nos veríamos.
Jungkook rió, arrugando la punta de su pálida nariz.
—Cierto, ¿tienes algo donde pueda anotar la dirección?
Taehyung le ofreció uno de sus libros y una pluma de tinta azul. La tapa roja fue abierta y al final del libro Jungkook apuntó su dirección junto con su número telefónico.
Jungkook se sonrojó por el asalto de un pensamiento que le indicó que esto parecía el inicio de un cortejo.
—Esta es la dirección. Si tienes alguna duda puedes llamar a mi casa.
El omega le entregó el libro de gruesa tapa roja. Sus dedos se rozaron en un eléctrico toque que revolucionó hasta el más mínimo pensamiento.
—Bien. Te veré ahí.
Antes de emprender su camino, el Kappa le ofreció su manzana verde que tiempo atrás olvidó. Jungkook retrocedió un poco, por no saber cómo reaccionar.
Jamás un alfa le obsequió una fruta, menos un omega.
—Tómalo, por favor. Está bastante jugosa, te encantará, espero.
Taehyung le mostró su linda sonrisa cuadrada y su aroma a malvavisco con limón se endulzó, nuevamente, que hizo a Jungkook acatar la petición. Vio al pseudo omega despedirse con el pronunciamiento de Salve Victoria y el omega regresó la oración.
Jungkook ignoró el hecho de una mujer observándolos, razón por la que Taehyung se despidió de esa forma.
Cuando Jimin vio a Jungkook regresar, notó que entre sus manos tenía la manzana verde de Taehyung. Nunca creyó que Kim regalaría a alguien su fruta favorita; el Kappa era bastante serio cuando se trataba de regalar sus manzanas verdes, jamás lo haría y menos con alguien que conoció en un lapso tan mínimo de tiempo.
Pero, decidió no decir nada y vio cómo Jungkook pagaba la cuenta, a pesar de que le insistió en pagar lo suyo. Regresaron a casa donde Jungkook le pidió ayuda para limpiar su hogar mientras él bañó a Taeyang y preparó la comida, faltaba menos de dos horas para que sus hijas regresaran hambrientas de la escuela.
♡
Un viernes por la noche, luego del final de la jornada de trabajo de Jimin y luego de ver que sus hijos estaban dormidos; Jungkook no pudo evitar la necesidad de tomar una hoja y su portaplumas con plumín.
Era una pluma bastante antigua, que fue el último regalo que recibió de su madre y su abuela, al que se aferraba para mantener su recuerdo vivo pues la muerte de ambas le marcó como el haber abandonado su casa a una edad tan temprana.
Observó la hoja. Su mente dialogó sobre qué podría escribirle a aquel omega. Era completamente reprochable que ambos fueran omegas y que Jungkook hubiera fijado su atención en él, como si de un alfa se tratase, como si Jeon fuese un omega soltero. Probablemente lo era, por el hecho de que hacía tiempo que no sentía ni veía a su esposo en cuerpo y espíritu. Sin embargo, ante la ley seguían casados, tampoco buscaba una relación con otro omega.
Simple asquerosidad, traída del infierno. Pensó Jungkook.
Con el pensamiento de una posible estadía en el infierno luego de morir; Jeon Jungkook, no puedo alejar el ímpetu de escribirle al fascinante omega.
La carta contenía ideas vagas, todo era desprolijo a causa de la cantidad de pensamientos que tenía en ese momento. Por un momento pensó en romperla, se detuvo cuando vio que aún existía esa ansiedad de saber qué pensaría Kim; rápidamente la puso en un sobre y la escondió en lo profundo de un cajón, como si esa carta tuviera la peste.
Al siguiente día, Jungkook se descubrió mirándose al espejo. Se colocó un poco de maquillaje que escondió algunas de las imperfecciones de Jungkook— en realidad eran el reflejo del esfuerzo que pone en cuidar de sus hijos—. Estaba por cambiar su atuendo hasta que la puerta fue tocada; el omega sintió un calor recorrerle la cara. El nerviosismo permaneció durante todo el camino a la puerta y aumentó cuando lo vio a él. Con ese traje gris que le acentuó la piel caramelo, su sonrisa cuadrada hizo a Jungkook sentir algo especial.
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Díganme si les está gustando porque me causa mucho conflicto la historia. Hay veces donde la quiero borrar jsjsjs
Bueno, espero verlos en unos días. Me voy a poner a trabajar en el cap 3 jeje
Ya saben que las actuaciones las anuncio en mi muro de wattpad (por si no me siguen ya saben), y en mi canal de difusión de WhatsApp. Si quieren pueden seguir mi cuenta de respaldo por si las dudas: CutestTaekookBL
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