Capitulo X
En cuanto termino de leer aquella carta y encontrar las palabras correctas para disculparse se dirigió a la cocina, sabia que el rubio a esta hora debia estar cocinando.
Cuando vio a Jimin ahí parado sobre el lavadero lavando algunas verduras se paralizó, no encontraba el modo de acercarse.
Estaba a punto de abandonar la habitación pero un sollozo lo detuvo, nunca imagino que Jimin estaba llorando, pero ahora que pensaba mejor las cosas podía jurar qué tenia días así, Jimin era sensible y no se perdonaría qué todos estos días estuviera llorando por el.
Ahora comprendía perfectamente que tan estúpido había sido, había permitido qué aquella alma dulce estuviera sufriendo por sus estupideces y celos.
Se acercó a él y lo abrazo de espaldas, el menor al sentir los brazos que tanto extrañaba saco todos los sollozos qué cargaba, mientras era sujetado por Yoongi, Jimin estuvo llorando.
—Lo siento tanto mi amor he sido tan tonto. —Yoongi lo volteo y cuando sostuvieron la mirada el mayor continuo. —Perdoname por todas esas palabras espantosas qué te dije.
—No hay nada que perdonar Yonni, los dos tuvimos la culpa en no aclarar esto desde el principio. —Yoongi asentia a cada palabra, cuando el rubio termino de hablar beso la frente de Jimin y continuo.
—Podrás olvidar todo lo que te he dicho, yo aún no me perdono las ofensas que te hice.
—Estas perdonado Yonni.
—Gracias. —Murmuro el mayor.
—Ahora vamos a curar ese malestar, estas pálido, eres tan orgulloso qué no aceptaste mi ayuda. —Yoongi mantenia a Jimin sostenido de la cintura pero se podía asegurar que en cualquier momento caería desmayado del dolor.
—Por favor, voy a morir.
Esa misma tarde Yoongi ya se encontraba un poco mejor, Jimin le había preparado un remedio y había curado ese dolor en su panza.
Cada que Jimin podía se reía del mayor, por orgulloso y no aceptar su comida había ido al pueblo y había pescado una infección.
Durante la cena fue amena la conversación, Isabel había notado que entre esos dos las cosas ya estaban solucionadas.
Así que solo se limitaba a preguntar por sus negocios.
—Yoongi has tenido alguna idea para la venta del arándano, me parece que el abogado te explico qué necesitábamos ideas para agrandar el negocio. —Comento Isabel, aquella anciana viuda aun tenia cabeza para tratar negocios, desde que el Señor Park había muerto Isabel se había hecho cargo de todo, después le ayudó Namjoon, pero ahora debia dejar todo en manos de alguien nuevo.
—De hecho, tengo varias ideas para la venta tanto del arándano como del vacuno. —Jimin lo escuchaba hablar y le exitaba, era tan exitante escucharle con aquella ronca voz. —Me disculpara con lo que diré, pero cuando cheque los diarios había diferentes anomalías, cosas que podemos mejor y otras quitar en definitiva.
—Entiendo, Namjoon no estaba manejando bien las cosas, confío en ti para sobrellevar las cosas.
—Gracias. —Respondió Yoongi.
—Hoseok vendrá a recogerme en 20 minutos, iremos a la capital a visitar al desobligado de tu hermano. —Hablo Isabel a Jimin. El rubio estaba más que de acuerdo, si su madre se iba podía aclarar algunas cosas con Yoongi.
—Está bien madre, ¿cuando regresará?
—Probablemente regrese en dos semanas. —Jimin dejo los cubiertos de lado y cuestiono.
—¿Tantos días madre?
—Pienso adquirir una propiedad en Nayarit, Hoseok vio una casa muy bonita a la orilla del mar y quiero hacer tratos. —Yoongi escuchaba con atencion, si la vieja se iba el y Jimin podrían divertirse un buen rato.
Media hora después Isabel se marchó junto con su hijo, no sin antes mencionar a Jimin que atendiera bien a su administrador y pedirle de ante mano a Yoongi qué cuidara de su pobre hijo, de los negocios y de la escuela.
Jimin y Yoongi seguían sobre la mesa disfrutando de unos ricos postres preparados obviamente por el menor.
—Tenemos que hablar Yooni.
—Estoy de acuerdo. —Respondió Yoongi mientras sostenía la mano del rubio. No pensaba decirle nada de la carta de Sergio, esperaría a que el menor aclara todo.
—Fui con Sergio solo para aclarar que no volveríamos a tener intimidad.—Yoongi escuchaba cona tencio mientras acariciaba la mano del rubio. —Sergio y yo acordamos de dejar de hacerlo cuando uno de los conociera a alguien. Debí decírtelo antes de que me marchara y así evitar todos estos malentendidos.
—No estabas en la necesidad de decirme lo que hacías, no debes preocuparte.
—Es cierto, no tenía que decírtelo, pero debí hacerlo. — El mayor tomó a Jimin de los brazos e hizo que se sentara sobre sus piernas, acaricio sus muslos y empezó a besar el pálido cuello de Jimin. El menor solo suspiraba con cada toque.
—Sergio me escribió y aclaro todo, te creo mi amor.
Jimin escuchaba la forma en que era llamado y esas nuevas sensaciones llegaban a él, nunca imagino que aquel hombre que llego a su casa para servir como profesor del pueblo ahora estuviera tocando ese bulto qué tenia sobre sus piernas, las manos del menor estaban sujetadas del pantalón de Yoongi, sus piernas flaqueaban por el toque qué el mayor hacia ahora sobre su hombría.
—Mientras estemos juntos no me gusta compartir lo que es mio. —Murmuro Yoongi en el oído del menor.
—¿Qué somos? —cuestiono el rubio entre gemidos.
—Eres mi amante. —Respondio mientras depositaba besos sobre la nuca del menor. —Mi fruta prohibida y lo más exquisito qué he probado en mi maldita vida.
—Follame. —Pidió necesitado el menor, tenía días qué no sentía la exquisita hombría del mayor sobre su entrada y ahora estaba deseoso de tenerlo.
—Oh pequeño, creeme que lo haré, mi polla lleva días sin entrar en ti y ahora esta deseosa de escuchar tus gemidos. —Respondió a las súplicas mientras desabrochada su cinturon y retiraba su pantalón.
Cuando termino de desvestirse masajeo las nalgas del rubio, aquellas qué parecían unos pequeños algodoncitos, se puso de rodilla y empezó a besarlas. Introdujo dos de sus dedos y empezó a preparar aquella entrada rosada.
Jimin era completamente un mar de gemidos, amaba cuando Yoongi era delicado, pero sin duda era aun más excitante cuando su mayor era sucio durante el sexo.
—Yonni, te quiero. —Murmuro Jimin, empezó a tener miedo pues el mayor no respondía nada y eso lo estaba empezando asustar.
Yoongi se sentó nuevamente sobre la silla y esta vez trajo consigo a Jimin, sentándose sobre su regazo Jimin empezó a brincar mientras la hombría de Yoongi lo penetraba.
—Te amo mi niño. —Respondió y le regreso la esperanza de ser correspondido a Jimin, se sentía un joven nuevamente.
Yoongi empezó a dar nalgadas y mientras podia escupia sobre la entrada del rubio, Yoongi amaba los gemidos del rubio, eran una fiel respuesta del placer qué le daba. Agradecía qué Isabel no estuviera y así poder disfrutar sin temor alguno.
20 minutos después de haber obtenido su tercer orgasmo los dos se dirigieron a la habitacion del menor, Yoongi acariciaba unos de los botones rosados del menor, sus labios no se despegaban de aquellos belfos gruesos y Jimin se mantenia acariciando la polla del mayor.
—Ahora... que tu madre... sé ha marchado... te follare... en cada rincón... de esta casa —Murmuraba mientras repartía besos por toda la cara del menor.
—¿Solo piensas en sexo? —Cuestiono el rubio después de carcajear ante lo que escuchaba.
—No, solo pienso en ti dándote placer.
Mientras estaban acostados sobre aquella cama qué desprendia el olor natural del menor, Yoongi acariciaba esta vez el cabello rubio de su pequeño.
—Yooni, ¿puedo preguntar algo? —Cuestiono mientras resivia besos en su cuello.
—Claro pequeño.
—¿Haz estado con alguna mujer? —La pregunta lo habia hagarrado descuidado, no esperaba aquel cuestionamiento, pero tampoco tenía miedo de contestar.
—Hace 20 años estuve con una mujer, se llamaba Elena, la conocí mientras estudiaba la universidad, siempre se me hizo tierna, después de conocernos acabamos enredados en una relación pasajera. —Jimin se mantenia atento ante la platica, nunca imagino que mientras escuchaba experimentaria una clase de celos por una mujer. —Todo termino por que sus pechos eran grandes, no le gustaba que fuera rudo y sobre todo no le colgaba algo en las piernas. —Finalizo el mayor y prosiguio a masajear las nalgas del menor.
—¡Oye! Se delicado, están sensibles. —Exclamo el rubio refiriéndose a su trasero, Yoongi tenia unas grandes manos y cuando tocaba el trasero del menor no tenia autocontrol.
—Son mías, ¿Lo sabes? —Cuestiono y en esta ocasión el mayor metio su lengua en toda la cabidal bucal del menor.
—Todo mi cuerpo es tuyo Yooni. —Yoongi sonrió durante el beso y fue la imagen perfecta para capturar en la memoria del rubio.
—¿Aparte de Sergio y de mi, ha habido otro hombre en tu vida? —Jimin se aparto de los labios del mayor y con pena respondio.
—Sergio fue el primer hombre con el que he tenido esto, nunca me interesaron las mujeres. —Yoongi acariciaba las mejillas del menor mientras escuchaba. —En una ocasión mi hermano Hoseok quería que me casara cuando aún era un adolescente, mi madre intervino alegando qué nunca me casaría y hasta el día de hoy se lo agradesco.
—Yo agradesco que tu madre me halla traido aquí, me has hecho tan feliz estos meses. —Funalizo Yoongi mientras seguía depositando besos sobre el cuello y cara del menor.
Jimin estaba feliz de aquello, por fin en su vida tenia lo que tanto deseo.
Sabia que todo aquello no sería fácil, sabia que habría problemas, sabia que no podrían ser libres para gritar su amor, pero sobre todo sabían que siempre deberían de permanecer en lo escondido.
Los dos estaban consientes de lo peligroso que era su amor para el tiempo en el que vivían.
Los dos eran lo suficiente mayor para aceptar todo aquello, así que ahí estaban bajo un mundo lleno de prejuicios, pero ellos seguirían más allá de lo permitido.
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