Capitulo VI
Domingo por la mañana y los rayos del sol alumbraba aquella habitacion, no había ninguna diligencia por hacer ese día, así que los dos habian acordado la noche anterior levantarse más tarde de lo común.
Los dos se encontraban acostados con solo calzoncillos, no habian hecho nada indevido pero los dos se sentían cómodos al dormir así.
Jimin fue el primero en despertar y al sentir alguien a su lado recordó qué estaban lejos de casa.
Se volteo para quedar frente a frente del mayor sin tener en cuenta que el mayor ya estaba despierto desde hace rato y admiraba la espalda del rubio. Pero se hacia el dormido paga qué Jimin no lo notará.
Se tomo la libertad de recoger los mechones qué caían sobre la frente de Yoongi, los puso detrás de la oreja del mayor y con sutileza empezó a acariciar las mejillas pálidas del contrario.
El día anterior empezó a sentir una cercanía con Min, ¿Le gustaba? Claro que le gustaba sentir eso, pero también sentía miedo de hacerlo, se podía enamorar de quien sea, mientras no se supiera podía hacerlo, pero lo que debía tener en cuenta era no enamorarse de Min. El era el trabajador se su madre, era un hombre malhumorado y difícil de tratar y tenia en cuenta que todo podía terminar mal.
—¿Oh Min por que me haces sentir esto? —susurro siendo audible para el mayor.
Después de peinar todos los mechones del mayor delineó las cejas del adormilado hombre.
Yoongi sentia el delicado toque de Jimin y sus ganas por tomarlo aumentaban cada vez más.
—Tengo hambre. —Hablo por fin Yoongi asustando a Jimin, lo qué hizo que retirara su mano espantado. —Sigue tocándome, no pares. —Jimin lo pensó y después de dejar sus nervios de lados, siguió con su tarea de hacer mimos al mayor.
—¿Quieres que te prepare algo? —Cuestiono Jimin delineando con la yema de sus dedos ahora los parpados del mayor.
—No, no por ahora. Solo quiero que sigas con lo que haces.
—No esta bien hacer estas cosas Yoongi, no es apropiado. —Yoongi tomo la mano de Jimin y la beso, con un pequeño toque estremeció el delgado cuerpo del rubio y después de haber permanecido los dos en silencio por unos momentos, Yoongio dijo.
—¿Te incomoda lo que hago? ¿No te gusta esto? —Jimin estaba perplejo, nunca creyó qué lo cuestionarian de esa manera. Era muy cierto que no le incomodaba hacer aquello, al contrario, le encantaba. ¿Pero con que palabras debia hacercelo saber al mayor sin parecer necesitado?
—Me gusta, pero también tengo miedo Yoongi. —El mayor sonrió y eso fue reconfortante para el menor.
—Solo disfrutemos por ahora ya luego veremos que pasa.
Los dos sonrieron y sabían que aquello no pararía ahí, tampoco querían que acabará, pero sabían con certeza que habría dificultades.
—Tengo hambre. —Volvió a decir Yoongi, Jimin carcajeo.
—¿Quieres que prepare algo o salimos a comer fuera? —Cuestiono el rubio.
—Quiero que descanses, arreglate hoy iremos al mejor lugar de Guadalaja. —Jimin sonrió y Yoongi sujeto la mano del rubio para después abrazarla y besarla.
—¿Pretenderemos ser dos hombres millonarios?
—Si, veremos como come la gente de clase alta. —Los dos empezaron a carcajear por las ocurrencias del mayor.
—¿Podemo irnos al anochecer? No deseo que pierdas clases mañana. —Yoongi fruncio el ceño. A el no le importaba dar clases, el prefería mil veces estar junto a Jimin lejos de todos.
—¿Tan pronto quieres marcharte?
—No, si por mi fuera aquí viviría, solo no quiero que quedes mal en la escuela. —Respondió el rubio mientras se sentaba sobre la cama.
—Te persuadiria para quedarnos, pero he recordado qué mañana practicare exámenes a todos los niños, así que lo más probable es que no llegue hasta muy tarde a casa. —Jimin asintió.
—Mejor... después de comer partimos.
Así que después de esa charla agradable los dos se dirigieron al Holliday Inn para desayunar. El desayuno fue agradable, los dos empezaron ha hablar más, aunque no tenían mucho en común encajaban a la perfección.
Jimin era parlachin, le gustaba hablar demasiado y Yoongi podía estar horas sentado escuchando a su rubio.
El momento que pasaron aquella mañana mientras desayunaban fue mágico para los dos.
El trayecto a Lagos fue calmado, viajaron durante la hora en que el sol se encontraba a su máximo esplendor, así que el calor fue intenso.
—Mamá quería que volviéramos hasta el lunes por la tarde. —Dijo Jimin despues de haber permanecido por un buen rato callado. Faltaban casi 20 minutos en llegar a casa.
—Isabel quería que te distrajeras, por eso me pidió llevarte.
—¿Distraerme? ¿Para qué? No entiendo. —Cuestiono Jimin.
—Despue de la partida de Sergio has estado decaído, ¿Lo extrañas?
—Claro que no, es un buen pasatiempo Sergio, me hace reír demasiado. —Respondió Jimin.
Tal vez aquello no era del todo cierto, tal vez Jimin si extrañaba a Sergio, pero si Yoongi le estaba empezando provocar cosas nuevas el sabia que debía ser prudente sobre los temas donde Sergio participaba.
Yoongi escucho aquello y le fue imposible no poner una sonrisa sobre sus labios, ¿le gusto aquella respuesta? Claro que le había gustado.
—¿En donde pescas con Sergio? —cuestiono de la nada Yoongi mientras mantenia su vista fija por la terraceria.
—Es una cabaña qué tiene mi madre en la sierra, esta a cuatro horas de Lagos.
—Siempre me ha gustado la pesca, es callada y placentera. Podriamos ir algún día, ¿qué te parece?
—Claro que si, seria divertido enseñarte todo aquello. — Respondio Jimin.
Cuando viajaba con Sergio, Jimin no iba precisamente a pescar a aquel lugar, pero la sola idea de viajar nuevamente con Yoongi le parecía de lo mejor. Así que tenia en cuenta que si sus planes se cumplían debia aprender algo sobre la pesca y poder disfrazar qué no tenia nada de práctica sobre aquello.
—¡Llegamos a casa! —Finalizo Yoongi después de 5 minutos de haber permanecido en silencio.
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