Capitulo IX
El correo llegaba cada viernes a las 7 AM y siempre era puntual, Jimin lo recogía y después se encargaba de entregarlo a quien pertenecía.
Una semana antes Yoongi había iniciado a trabajar como algo parecido a un administrador en la hacienda, así que inciaba a la 1 PM a dar clases y mientras se quedaba en casa a cargo de las ventas del vacuno.
Ese viernes por la mañana el correo llego más tarde de lo usual, Yoongi se encontraba en la entrada de la hacienda dando indicaciones y para cuando vio al cartero se acercó para resivir las cartas y ahorrarle el trabajo al pobre hombre que se veía viejo y cansado.
Yoongi reviso el correo para asesorarse si había una para el, grande fue su sorpresa cuando encontró una dirigida a Jimin de parte de Sergio.
Sus dedos picaban por abrir aquella carta y descubrir su contenido, pero sabia que seria impertinente de su parte hacer aquello, así que solo siguió caminando hasta llegar a la cocina y dejarlas ahí.
Cuando entro en la cocina Jimin estaba ahí cocinando. Se veía frágil, delicado y sumiso haciendo aquello, amaba verlo cocinando, haciendo jardinería, planchando ropa o hasta lavando la loza le excitaba ese hombre.
—Pequeño. —Llamo Yoongi y el rubio lo miro inmediatamente dejando de lado las verduras qué revolvía.
—¿Has tomado agua Yonni? —Lo llamo Jiimin con aquel apodo qué desde hace días había elegido el menor para el mayor, Yoongi al principio se le hacía extraño que lo llamaran así, pero con la dulce voz de Jimin sonaba perfecto.
—Descuida, ya lo hice. —Jimin sonrió y acaricio la mejilla del mayor. —Llego el correo, ya he recogido mis cartas. —Dicho aquello salió de la cocina sin despedirse del menor y Jimin lo sintió distante. Sabia que algo no iba bien.
Empezó a revisar la correspondecia y miro aquella carta de Sergio, ahora sabia por que la lejanía del mayor.
Abrió inmediatamente la carta y decía:
Mi hermoso ángel:
Te escribo por que quiero que sepas que esta vez si iremos a pescar te guste o no, quiero disfrutar de esa trufa sobre tus piernas e ingerir tu escencia, deseo tanto besarte y darnos placer sin tener miedo a que nos descubran.
Para cuando leas esta carta probablemnete sea viernes, recuerda recogerme en la estación, llegare el sábado y podremos ir a pescar ese mismo día.
Psdt: lleva miel, probaremos nuevas técnicas para la pesca.
Sergio.
Cada qué leía las cartas de Sergio provocaban exitacion, mentiría si dijera que le daba pena leerlas, por que claramente no era así. En varias ocasiones cuando se sentia solo en cama las leía y con su mano podía recorrer cada centímetro de su propia piel.
Si para el día siguiente Sergio llegaba debia pedir permiso y organizar las comidas de dos días. Así que debía apurarse.
Y así lo hizo, en cuanto termino de preparar la comida se dirigió a la habitacion de su madre.
—Mañana llegara Sergio, quiere ir a pescar, ¿puedo ir? —Cuestiono mientras masajeaba los pies de su madre.
—¿Ira Yoongi?
—No, ¿por qué iría? –cuestiono Jimin.
—Pensé que lo habían invitado, tu y el se han vuelto muy unidos, me imagine que esta vez los acompañaría. —Respondió Isabel.
—¡Oh no! Sabes que Sergio y yo siempre vamos solos, esta vez no será la excepción.
—Bueno si tu lo dices, adelante. Solo deja comida prepara para Yoongi, yo iré con tu hermana Isabel a pasar el fin de semana.
—Gracias. —Finalizo Jimin.
La noche fue un poco pesada, preparo comida para dos días y más aparte la qué llevaría, Yoongi en ocasiones entraba a la cocina y solo se quedaba viendo al rubio, no hablaba con Jiimin y cuando este le cuestionaba solo se limitaba a responder con un movimiento de cabeza.
Yoongi no era tonto sabia que Jimin se marcharia a "pescar" y conocía lo que pasaria ahí.
Y claro que se sentia enojado, ¿como no iba a estarlo? si la persona con la que empiezas a tener intimidad, con la que te abres a nuevos sentimientos sé va al primer encuentro con otro hombre. Estaba empezando a sentirse desilusionado y engañado, ¿Jimin seria capaz de meterse con otro hombre cuando ya estaba con el? Su cabeza empezaba a cuestionarse muchas cosas, pero también tenía encuenta qué aun no eran algo, no habian establecido una relación y sería idiota en enojarse cuando aún no eran lo suficiente valiente para establecer algo.
La mañana siguiente llegó y muy de temprano Jimin preparaba el Pick-up con las cosas necesarias. Era sábado muy de temprano y probablemente su madre y Yoongi se encontrase dormidos, así que trato de ser lo más silencioso posible.
—Asi que te marcharas. —Escuchó de tras de el la ronca voz de Yoongi. Se veía con ojeras y podría jurar qué no había dormido ese día, aun vestía su bata, aquella qué solía usar Jimin cuando terminaban de una buena sesión de sexo, aquella qué solo usaba Yoongi para tapar sus calzoncillos.
—Volveré el domingo por la tarde, he dejado comida preparada. —Respondió Jimin mientras metía algunas cajas al Pick-up.
Yoongi permanecio callado y observando al rubio realizar su trabajo. Cuando este termino se acercó al mayor y lo beso fugasmente, Jimin esperaba que Yoongi respondiera a ese beso.
—¿Qué sucede? —Cuestiono Jimin confundido por la escena.
—¡Vete a la mierda Jimin! —El menor se sorprendió aun más por escuchar aquello, aun no comprendía el repentino enojo del mayor.
—¿Qué pasa? —cuestiono mirando al mayor e intentado sostener su mano, Yoongi solo se alejo y empezó a caminar hacia la casa.
No podia perder tiempo Sergio llegaría en cualquier momento y debia estar en la estación para así marcharse.
Así que en cuanto termino se marchó hacia la estación, cuando llegara a casa trataría de solucionar lo que sea que estaba sucediendo con Yoongi.
Mientras debia hablar con Sergio sobre muchas cosas.
Domingo
Era muy de temprano cuando Yoongi decidió sentarse en el campo y observar los grandes árboles de arándano, era una inmensa tranquilidad la qué se sentía estar ahí rodeado de frondosos árboles.
No había podido dormir toda la noche pensando en Jimin y muchos escenarios envueltos junto con Sergio, aunque no quisiera aceptarlo se estaba muriendo de celos y enojo y tenia razones para estarlo.
La parcela de arándanos era inmensa, a sus ojos podía calcular más de 100 hectáreas. Le era impensable imaginar que desde más de una semana el se encargaba de llevar la administración de todo aquello, los domingos no se trabajaba en aquel lugar. Para el pueblo era santo el domingo, pues se tenia que ir a misa y disfrutar de la familia.
Así que esa mañana el se encontraba completamente solo y disfrutando de un café, la melancolía llegaba de vez en cuando y era perseguida por la rabia y el enojo. Yoongi sabia que debía calmarse, pero le era difícil hacerlo.
Cuando estaba por su milésimo escenario imaginario, donde esta vez Sergio se burlaba de el por tener a Jimin, escucho la cálida voz de Jimin, sorprendido por que esperaba que el rubio volviera hasta la tarde, volteo y nacieron en el unas inmensas ganas de querer abrazarlo y besarlo, pero su orgullo fue más y se detuvo.
—Yonni, he vuelto.
—¿Se ha cansado de follarte todo el maldito día? —Cuestiono en cuanto el rubio se acercó y trato de abrazarlo.
—Ya entiendo tu enojo, pero no es lo que piensas. —Respondió Jimin. El sábado de camino a la estación había meditado y comprendió los celos y el enojo de Yoongi, se lamentaba por no haberle aclarado que iría a terminar la extraña relación que tenia con Sergio.
—¡No estoy enojado! —Exclamo el mayor, claro que lo estaba, si no lo estuviera sus orejas y mejillas no estuvieras rojas como el carmín. —¡No te quiero ver aquí! —Siguió gritándole sin medir sus palabras. —Vete como la maldita zorra qué eres y nunca dejaras de ser.
—¡No estas midiendo tus palabras, así que calmate! No voy a permitir que me insultes de esa manera. —Para ese momento los dos ya se encontraban parados y gritandose mutuamente, gracias al cielo nadie estaba a los alrededores.
—¡Me importa un carajo decirte tus verdades, te he hecho el amor infinitamente estas tres semanas y en cuanto recibes una carta de el corres sin importarte lo que pienso! —Agrego el mayor, estaba lleno de rabia qué no se detuvo aun cuando Jimin empezó a llorar. —Por eso eres una maldita zorra, que se acuesta con cualquier hombre con el que puede. Nunca me imagine que serias así. —Ahora las lágrimas empezaban a salir de el. —Creí en ti y me enamoré y ahora me haces esto. Yo se que tengo la culpa por no aclarar lo que somos, pero lo qué has hecho no es aceptable para mi.
Jimin se estaba empezando a sentir fatal por todo aquello, decidió no seguir más con aquella pelea, sabia que si se quedaba ahí todo terminaría mal. Yoongi no parecía estar dispuesto a escuchar al rubio y Jimin estaba dolido por todo lo que había escuchado. Los dos habian tenido completamente la culpa, uno por ser tan orgulloso y no esperar aclaraciones y el otro por no ser lo suficientemente inteligente para saber que antes de ir con Sergio debió haber aclarado todo con Yoongi.
Los dias siguientes fueron inimaginables. Yoongi solo llegaba a dormir por las noches. Salía muy de temprano y supervisaba las parcelas y el vacuno, después se iba a la escuela y llegaba a casa solo para dormir.
Cuando Jimin servia la comida, siempre había un plato vacío a su lado, su madre había preguntado por la ausencia del mayor, pero el solo respondía con un "No tengo idea".
Yoongi había estado llendo al pueblo a comer y por su orgullo y no aceptar la comida de Jimin había caído enfermo. Tenia ya tres días con inmensos dolores de estómago, por las noches ardía en calentura y se despertaba bañado en sudor. No quería aceptar que necesitaba ayuda, así que seguia haciendo sus labores.
Jimin sabia de aquello, uno de los trabajadores de Yoongi había notado el pálido rostro y ojeras del mayor, así que por precaución fueron avisarle a Jimin sobre el estado del "maestro" como todos lo llamaban.
Jimin deseaba tanto ayudarlo pero Yoongi no aceptaba qué se le acercara.
El viernes nuevamente llego y el correo esta vez fue puntua, Jimin lo recogio y lo separo.
Yoongi trabajaba esta vez en el despacho qué días antes Isabel le había dado acceso, Jimin esperaba esta vez tratar de hablar con Yoongi y el correo seria una gran ayuda.
Cuando toco la puerta esperaba que le dijeran qué entrará, pero no fue así y se sintió desilusionado.
—Deja el correo debajo de la puerta.
Jimin se sentia tan mal, quería ayudar a Yoongi con aquellos dolores, pero el mayor no se dejaba ayudar.
Yoongi se levantó y tomo las cartas, habían varias acerca de compra de vacuno y otros negocios, pero una en especial llamo su atención. Estaba a nombre de un tal "Adolfo López" no tenia idea de quien era, así que la abrio y empezó a lee.
Yoongi:
Soy Sergio, use el nombre de Alfredo para que la carta llegara a tus manos, si lo hacía con mi nombre Jimin la leería y seguramente la quemaria.
Primero que nada quiero que sepas que el no me pidió que escribiera estas líneas. El están ejemplar qué jamás me lo hubiera pedido.
Pero necesito que sepas esto, Jimin me contó que cuando se marchó tu estabas molesto, yo entiendo perfectamente toda la situación que esta pasando.
De ante mano te digo que Jimin ha quedado conmigo unicamnete para cortar ese tipo de lazos que nos unían.
Hace años el y yo habíamos establecido qué dejaríamos de tener una aventura cuando uno de los dos encontráramos a alguien especial.
Jimin esta enamorado de ti, el me lo ha dicho, aquel día cortamos esa extraña relación que teníamos. Te aseguro que no le he tocado.
El y yo compartimos los mismo gustos en la cama y sabes perfectamente a lo que me refiero, así que no lo culpes de nada.
El están frágil, puede romperse en cualquier momento, no esta preparado para enfrentar situaciones dificiles. Se que lo sabrás hacer feliz, cuidalo con todo tu alma.
El fue mi salvación cuando más lo necesitaba y ahora que te a encontrado quiero que sea feliz.
Lo único que nunca dejare de hacer es visitarlo, dejando de lado el romance qué tuvimos el es mi amigo y siempre lo será, así que de vez en cuando iré a Lagos y si me lo permites los tres podremos ir a pescar y pasar un buen rato.
Sergio.
Al terminar de leer la carta sintió alegría, nunca imagino qué leería aquello, pero había llegado justo en el momento adecuado.
Había sido un completo estúpido orgulloso, no se había tomado el tiempo de escucharlo y aclarado las cosas.
Ahora debia encontrar la forma de disculparse y arreglar lo que había corrompido.
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