Capitulo III
Los sabados por la mañana siempre se escuchaba alboroto por toda la casa Park, especialmente por que los nietos de la señora Isabel siempre estaban de visita y suponía que ahora por que había visitas habría más relajo, pero fue extraño para Yoongi bajar y encontrar la casa tan callada y sola.
Se dirigió a la planta baja y de igual manera todo estaba silencioso, entonces se acercó al corral trasero y fue ahí qué estaban en la alberca dos hombres.
Jimin y Sergio miraron al intruso qué se acercaba a la piscina interrumpiendo el momento que tenían.
—¿Yoongi por que no se mete a la piscina? —cuestiono Sergio, Jimin evadia la mirada de Yoongi.
Desde que Sergio habia llegado a la casa se sentia cohibido, sentía miedo de que Yoongi sospechara algo de ellos, es por eso que evadia la mirada del mayor.
—Me parece buena idea, subiré a cambiarme y regreso —Aviso Yoongi dirigiendose nuevamente a la casa.
—¿Por qué lo has invitado? Min es un amargado, nos arruinara el momento con su genio. —Sergio carcajeo anteo lo que escucho.
Para Jimin era difícil convivir con el, si bien es cierto que platicaban eran pocas veces en las que habían convivido más allá de la cuenta.
Yoongi era un hombre atractivo para los ojos de Jimin, tenía un porte muy varonil, era alto y muy bien parecido. Pero comprendía a la perfección que ese sentimiento de atracción solo quedaría en una simple fantasía.
—No te enfades conmigo hermoso, solo quise ser cordial, no sabía que te incomodaba —Contesto Sergio acercándose lentamente al rubio y poniendo una de sus manos sobre el trasero de Jimin acariciando poco a poco. El agua cubría toda la escena, pero Jimin aun así sentía miedo se ser descubierto.
—No me incomoda, solo que planeaba chupartela.
—¡Oh! Me hubieras advertido desde antes y creeme que ni la mirada le dirijo.
Estaban sumergidos en su charla qué no notaron qué Yoongi veía toda la escena y se imaginaba el motivo de la cercanía de esos dos dentro de la piscina.
—Yoongi esta aquí —susurro Jimin y rápidamente se separaron.
—¿Le gusta estar aquí? —empezó Sergio con la charla.
—Si, es muy cómoda la casa y la comida es espectacular —contesto Yoongi dando una sonrisa a Jimin —¿A usted le gusta estar aquí? Como viene de la ciudad me imagino que es relajante estar aquí.
—Si, lo es. Si por mi fuera viviría aquí para siempre —contesto alegre el joven.
—Isabel me comentaba qué siempre se dirigen a la pesca, ¿podría preguntar por que ahora no lo han hecho? —cuestiono Yoongi, notando la mirada nerviosa de Jimin.
—Jimin es un amargado, yo venía con ganas de pescar, lamentablemente no se pudo —Jimin carcajeo por lo qué dijo y Sergio le siguió, Min solo los miraba con una mirada seca, no encontraba el chiste en sus palabras.
—¡Oh por dios! Qué dramático eres Sergio —contesto con esa hermosa sonrisa que lo caracterizaba y dejando al descubierto esa pequeña imperfección qué tenia en los dientes delantero —La verdad es que me sentía agotado —Contesto esta vez a Yoongi —Ya no soy el mismo joven con el que ibas a pescar hace 5 años —dijo esta vez dirigiendose solo a Sergio.
—¿El niño de mami ha crecido? —cuestiono con voz chillona haciendo enfadar al rubio, cuando jimin lo escucho rapidamente se balanceo hacía el y empezó a pegarle.
Yoongi solo miraba la escena de dos hombres peleando como simples niños. No negaría qué la escena le excitaba en gran manera.
Cuando Yoongi era más joven y carecia de madures fue protagonista de un acuerdo entre tres para recibir placer. Jamás se le olvidaría los recuerdos de aquellos orgasmos qué había recibido.
Así que la idea de que esos dos hombres eran amantes le fascinaba e intentaría de cierta manera convencerlos de hacerlo.
—¡Eres un canalla, ven acá y pelea werito tapatío! —Exclamo Sergio cuando Jimin se alejo de el y se sentó en la orilla de la piscina junto a un Yoongi aun exitado.
—¿No se sumergira Yoongi?
—Era mejor la vista aquí —contesto Min para después sumergirse dentro de la piscina.
—¿Usted no va a la iglesia Yoongi? Lo comento por que la señora Isabel se ha marchado y no la ha seguido —Jimin sonrió ante lo que aquel hombre dijo y después se levantó para dirigirse dentro de la casa.
—Iré por una limonada —Anuncio desapareciendo.
—No voy a la iglesia, soy un gran pecador mi estimado.
—¡Oh! Imposible de creer señor, no creo que su esposa este de acuerdo en que no asistan con ella a misa —agrego Sergio queriendo conocer más sobre el hombre.
—No estoy casado.
—Juraría qué lo estuviera, es un hombre tan intachable qué puede parecer qué su esposa lo atiende de la mejor manera.
—Jimin me atiende de buena manera también —contesto con picardia Yoongi.
—Jimin debería casarse, ¿No lo crees? —cuestiono con soberbia.
—No, Jimin esta bien soltero, de igual forma si así lo desea deberá de seguir atendiendome solo como el sabe hacerlo.
—Señor Min qué mal de su parte, creo que jimin debería ser feliz con una mujer —contesto Sergio.
—Usted más que nadie sabe que Jimin no será feliz con una mujer —Contesto con decisión Yoongi, después se levantó de la orilla y se adentro a la casa, pasando a un lado de Jimin qué venía con jarra sobre mano.
—¿Se fue? Creí que estaría un buen rato aquí —dijo jimin dejando las cosas sobre una mesita.
—A ese hombre le gustan las pollas y sabe que a nosotros también.
—No digas tonterías Sergio, Min es un maldito, es tan amargado y brusco —Contesto Jimin con un poco de miedo, pues sabia que tal vez podría ser cierto o no.
La tarde continuo con charlas y juegos entre los dos hombres y cuando calló la noche se repitió su velada.
Lamentablemente Segio se marcho y Jimin esperaba con ansias que los días corrieran para volver a ver a su amante.
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