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Un adiós inesperado


Calma, calma, calma, calma, calma...

Me repetí por lo menos cien veces con la mano aún en el pecho y mis ojos clavados en la puerta a la espera de la señal de salida, quien era nuestro KyungSoo. El resto de chicos se encontraban repasando el dibujo entre ellos, así como intentaban sincronizar sus cuentas. Jimin se encontraba junto a mí, sólo que a través de la pared y sin decir nada, esperando de la misma forma que yo lo hacía.

Bueno, al menos casi igual.

— JungKook —una gota de sudor cayó por mi sien y borré su rastro rápidamente—. ¿JungKook? —no es como si no lo hubiese escuchado a la primera, tan sólo intentaba regular mi agitado estado; lo suficiente como para que no se notara en mi voz.

— ¿Sí?

— Es qu-... Espera, ¿estás bien?

— Hmm.

— Tu voz... suena rara —¿tanto se notaba? Maldición.

— Estoy muy nervioso, hyung.

— Tranquilízate, JungKook, haremos todo lo que podamos —asentí, aunque él no me vio, pero tampoco importó demasiado.

Los pasos por el pasillo resonaron y el tintineo de las llaves hicieron que la puerta se abriera para dejar paso a Kris, siendo una de las personas que menos esperé que cruzara esa puerta. ¿Dónde se había metido HeeChul? Sin obtener respuesta por mí mismo, me levanté flaqueando un poco en mis piernas y apoyándome en la pared. Eso hizo que Kris notara mi extraño comportamiento y no dudara en acercarse a mí tras cerrar la puerta.

— ¿Por qué sudas tanto? —preguntó mirándome de arriba abajo.

— Tengo calor —alzó una ceja y me ignoró, yendo ahora hasta YiXing para atar y ocultar su cabeza bajo todas nuestras miradas que en poco entraron en pánico.

¿Dónde llevaban a YiXing? 

— ¡¿A dónde lo llevas?! —gritó JiSung más asustado que ninguno. Kris simplemente siseó y se marchó con él casi arrastras— ¡Hyung, esto arruina nuestros planes! —ahora el que siseó fui yo, yendo hasta él y abrazándolo para que se calmara. Mientras, yo intentaba pensar y encontrar una respuesta por la cuál se lo llevó, pero era inútil encontrar una, nada podíamos hacer y eso nos dejaba una única salida.

Si YiXing no llegaba para la hora de escapar...

Sacudí mi cabeza para borrar esa posibilidad, no quería dejar a nadie atrás, pero si lo esperábamos entonces no sólo sería él quien quedara aquí atrapado, sino todos.

— Jimin hyung... —lo llamé a través del agujero y poco tardó en sentarse y quedar frente a mí, haciendo un silencio que me respondió que él también había oído todo— ¿Qué haremos?

— JungKook, hay que seguir, ya no podemos dejar esto.

— Pero entonces él...

— Lo siento. Estoy seguro que él lo entendería —no quería afirmarlo, pero en el poco tiempo que conocí a YiXing, las palabras de Jimin eran más que ciertas, él no nos perdonaría jamás que echáramos al traste todo el plan por una persona, así esa persona fuera él.

Los segundos, minutos y horas iban pasando ante nosotros. No teníamos la menor idea de dónde estaba nuestro compañero, y en nuestra habitación no entró nadie más, incluso sentí que la hora de la comida se estaba haciendo eterna, aunque por un lado lo agradecía, de ese modo aún había posibilidad para YiXing.

Pero como si mis palabras lo invocaran, ahí estaba, entrando por la puerta con una bandeja de comida entre sus manos. Maldije interiormente y después de que la puerta se cerrara, KyungSoo corrió hacia nosotros para darnos las últimas indicaciones, pero cuando notó que faltaba uno de nosotros, me miró esperando alguna respuesta; la cual no supe cómo dar.

— Él no vendrá con nosotros... —solté junto a una fuerte punzada en el pecho. En ese momento Jimin llamó a KyungSoo y el nombrado corrió hasta el agujero.

Jimin estuvo hablándole sobre algo y mientras el resto esperábamos, la puerta se volvió a abrir, sobresaltando a KyungSoo del susto y obligándolo a correr donde la bandeja para continuar fingiendo dejar los cuencos. Mis ojos se abrieron en demasía cuando vi a YiXing devuelta a la habitación, una enorme sonrisa se pintó en el rostro de todos y respiramos un poco más tranquilos. En cuanto KyungSoo acabó, Kris lo agarró de la muñeca y con la otra se llevó la bandeja vacía. Antes de que KyungSoo desapareciera de nuestra vista, en su mano marcó cinco dedos; era nuestra primera señal.

Tan sólo debíamos contar cinco minutos desde que él saliera para hacerlo nosotros.

Entre todos comenzamos a contar dentro de nuestras mentes, de esa manera pondríamos a prueba nuestra sincronización. Conté minuto a minuto con mis ojos cerrados y sin pensar en nada más, pero lamentablemente en algún momento perdí la cuenta, de nuevo esas malditas punzadas me atacaban. Dejé de contar ya que no valía la pena, al abrir mis ojos los vi a todos con los suyos cerrados, dos de ellos movían sus labios al compás, para el otro, permanecían sellados. Miré el par de horquillas en mis manos listas y dobladas a la perfección, tal y como las había preparado KyungSoo, en varias ocasiones me enseñó cómo hacerlo, qué movimientos realizar y qué presión ejercer.

Estaba preparado.

— Cinco minutos —dijo Jisung y Ten asintió a la vez, cuatro segundos más tarde los siguió YiXing. Yo tan sólo no dije nada, simplemente me levanté yendo hasta el agujero y avisando a Jimin de que comenzaría, él afirmó y entonces me apresuré hasta la puerta, no podíamos perder tiempo.

Jisung y Ten comenzaron a contar nuevamente el siguiente tiempo que teníamos hasta abrir mi puerta y luego la de Jimin, las manos me temblaban un poco, incluso tuve que tomarme algunos segundos para regular mi respiración y así introducir la primera horquilla. Un ligero sonido se escuchó y sonreí pensando que iba por el buen camino, unos cuantos movimientos más, un poco de presión allá y un clic me hizo quedar como estatua ante la puerta.

Estaba abierta.

Miré a Yixing, el único que no estaba contando y le pasé las horquillas para que se las diera a Jimin por el agujero, corriendo fue a hacer lo que le pedí y mientras decidí sacar un poco la cabeza para tener una imagen inicial y así seguir el camino marcado. Las paredes del pasillo eran tan oscuras como la de nuestra habitación, la única diferencia es que tenían más bombillas en el techo que iluminaban tenuemente, olía igual de fuerte que siempre, en muchas ocasiones me pregunté por qué ese olor tan nauseabundo pero semanas después de permanecer aquí no necesité que nadie me respondiera.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y me sentí algo mareado, hasta que dos voces al mismo tiempo me hicieron perder el equilibrio y caí contra la puerta, abriéndola del todo y cayendo de rodillas al pasillo.

Jisung y Ten, los que provocaron inconscientemente que me asustara, hicieron el intento de correr hacia mí, pero ninguno llegó, en cambio, unas manos me ayudaron a levantarme.

— ¿Estás bien? —¿por qué siempre que lo veía me quedaba como el primer día? Algo en él me hechizaba por completo, me dejaba con la mente en blanco y con una atracción hacia él casi magnética— ¿JungKook? No te ves muy bien...

— Estoy perfectamente, sólo me asusté —dije y Jimin no pareció muy convencido, aún así no había tiempo, le hizo un gesto al resto y YiXing se encargó de los otros dos, los cuales habían comenzado a contar de nuevo. Ambos iban con las orejas tapadas y poco centrados por donde caminaban, por lo que YiXing se encargó de guiarlos en todo momento.

— Vamos —susurré y Jimin pasó al frente, agarrando mi mano en el acto, lo que me dejó algo sorprendido.

Tres puertas, a parte de las nuestras, quedaron atrás, por supuesto las nuestras las cerramos, no con llave pero sí encajadas para que nada se viera sospechoso, y entonces llegamos al primer punto: a, la primera intersección de caminos. Parecía todo demasiado sencillo, era como haber estudiado durante un mes completo para un examen y obtener un resultado perfecto por el mismo esfuerzo ejercido.

Todo iba perfecto.

En el punto b teníamos que esperar un relevo de guardias. Jisung, Ten e incluso YiXing, comenzaron a contar lo que serían unos diez minutos, sí, era una espera demasiado larga, pero habíamos encontrado una habitación pequeña y vacía en la cual nos resguardábamos de ser vistos en el cambio. Jimin seguía vigilando por una pequeña abertura en la puerta, el resto seguía contando con los ojos cerrados y yo... bueno, yo no podía apartar los ojos de él.

Al parecer Jimin sintió mi intensa mirada y dejó de vigilar por un momento y me miró con el ceño fruncido pero con una leve sonrisa en el rostro. Yo me sonrojé y bajé la mirada avergonzado, seguí aferrándome a mi camiseta como había hecho desde que habíamos salido y al notarlo, agarró precisamente esa mano contra la suya y me obligó a mirarlo. Hizo un gesto de preocupación con su cabeza, ya que ninguno podíamos hablar para no interrumpir la cuenta del resto, y como respuesta obtuvo una negación.

No debía preocuparse, no más que por salir.

— Listo —dijo JiSung esta vez siendo el segundo en abrir sus ojos, el primero fue YiXing y el tercero con poca diferencia fue Ten. Jimin y yo nos volvimos a mirar, esta vez de forma diferente, y sin soltar mi mano, me tiró con él.

— ¿Habrán hecho ya el relevo? —pregunté un poco confuso ya que no vimos pasar a nadie.

— No lo s-... —rápidamente coloqué una mano en la boca de Jimin y tiré de él hacia atrás, empujando al resto que venían detrás. Todos volvimos a acabar dentro del pequeño habitáculo y entonces dos guardias se cruzaron.

Al parecer no íbamos muy bien con los tiempos.

— Empezad a contar ya —susurré y JiSung comenzó a hacerlo, siguiéndole el resto al comprender.

— Vamos, despacio —advirtió Jimin y uno detrás de otro fuimos cruzando hasta llegar al último punto: c. Las escaleras.

Levanté la vista hasta lo más alto de las escaleras, justo arriba se encontraba aquella habitación lujosa, aunque yo lo llamaría más como una parrilla para asar carne. Un toque de Jimin me sacó de mi trance y comenzamos a subir las escaleras poco a poco y con sumo cuidado de que ellos tres no cayeran. A mitad de la escalera, Ten pareció maldecir en su idioma y sin mirar hacia atrás comprendimos que había perdido la cuenta, aún así llegamos hasta arriba con los dos restantes aún con sus cuentas aún ordenadas. La puerta al final de las escaleras estaba cerrada, tal y como KyungSoo nos advirtió, la única diferencia es que en ésta no nos dio indicación de abrirla con las horquillas.

— ¿Qué hacemos ahora? —pregunté tan atascado en el lugar como en mi mente.

— KyungSoo sólo nos dio indicación hasta la cocina.

— ¿Y la cocina está...?

— Detrás de esta puerta.

— ¿Eh? —¿y aquel salón lujoso dónde quedó?, me pregunté, pero no le tomé demasiada importancia.

— Confiemos en él y esperemos.

— Sí, pero..., ¿para qué deben seguir contando ellos? 

— ¡Shh! He perdido la cuenta... —JiSung formó un abultado puchero, dejando a YiXing solo con la cuenta, la cuál ahora me preguntaba para qué era.

De un momento a otro comenzaron a escucharse ruidos al otro lado de la puerta, todos dimos un brinco provocando que más de uno perdiera un poco el equilibrio y casi acabara escaleras abajo. Nos quedamos completamente mudos al escuchar varias voces mezclarse, y entonces comenzamos a preguntarnos si debíamos desaparecer, pero, ¿de qué servía volver atrás ahora?

Negué con la cabeza cuando Ten comenzó a bajar las escaleras con el rostro aterrado, YiXing, que estaba más abajo que ninguno de nosotros, lo agarró por la camiseta y lo detuvo, cogiendo sus manos y tranquilizándolo como pudiera.

Un fuerte portazo nos congeló, no sólo a nuestros cuerpos, sino a nuestros ojos, los cuales se iban a salir de sus órbitas y abrasar la raída puerta por la intensidad. Casi un grito escapó de los labios de JiSung, el cual ahogué contra mi mano en un ligero movimiento. La puerta se había abierto, pero quien estaba detrás de ésta no era una amenaza, más bien nuestra salvación.

KyungSoo hizo un rápido gesto de mano para que entráramos y todos cruzamos el umbral casi corriendo. Quedamos agrupados en el centro de la cocina, cada uno mirando para un lado, Jimin se acercó hasta KyungSoo para comprobar que estuviera bien y éste, cuando notó la mano de Jimin sobre su hombro, la retiró de un manotazo. El bajo empezó a hacer gestos rápidos con su rostro arrugado, parecía enfadado con nosotros, pues no sólo señalaba a Jimin sino a todos.

— ¿Qué pretendes decirnos? —preguntó Jimin algo nervioso por KyungSoo. Éste pareció suspirar, relajarse e intentar hacerse explicar mejor.

— Creo que... es algo del tiempo —dije y KyungSoo asintió, volviendo a hacer más gestos—. Me da que no debimos dejar de contar... —otra afirmación y resaltó uno de sus gestos de sobremanera— y al parecer debimos irnos si el tiempo acababa.

— KyungSoo, perdimos la cuenta en las escaleras y no íbamos a volver —KyungSoo negó soltando un largo suspiro y se sentó en una silla. Era la primera vez que veía al chico tan furioso y nervioso a la vez, ¿de verdad estaba así por nosotros?—. KyungSoo, ¿dónde está ChanYeol? —KyungSoo no hizo nada, sólo se levantó y comenzó a buscar algo. Entre el extraño silencio de todos, escuchamos unos pasos al otro lado, no de la puerta que conducía a las escaleras, sino otra que daba en una pared diferente. KyungSoo corrió hacia nosotros empujándonos a todos y escondiéndonos bajo unas mesas de cocina.

— ¡A ti te quería ver! —Kris entró por la puerta malhumorado, fue directo hasta el chico bajo y lo agarró por el cuello de la camiseta, casi levantándolo del suelo con suma facilidad— ¿Por qué lo habéis hecho? ¿Qué pretendíais? ¡Y no te atrevas a darme las mismas explicaciones de siempre! ¡Hacía meses que no intentabais nada! —KyungSoo tembló encogido y negando con la cabeza— ¡Nadie puede salir de aquí, nadie! ¡Así que dime que estáis tramando esta vez si no quieres que ChanYeol sea enterrado por ti! —KyungSoo comenzó a sollozar y a rogar con sus manos.

Kris escupió en su cara y luego lo soltó dejando que el bajo cayera al suelo temblando como un flan. Le dio una pequeña patada y comenzó a recorrer la cocina con sus ojos buscando algo que estuviera fuera de lugar, pero al parecer todo estaba correcto, entonces empezó a registrarla de arriba abajo. Incluso comenzó a acercarse al lugar donde nosotros nos encontrábamos escondidos. Los ojos de Jimin y míos se encontraron y ambos leímos el mismo mensaje pintado en nuestras pupilas.

Pero alguien se encargó de borrarlo.

— ¿Qué mierda haces? —KyungSoo se había agarrado a la espalda de Kris como si fuera un koala, el alto, más que enfurecerse, se detuvo bufando— KyungSoo..., ¿por qué eres tan sospechoso? —negó con una pequeña sonrisa en el rostro, agarró una de las muñecas del bajo y se soltó de sus brazos. Quedaron frente a frente, KyungSoo no dejaba de mirarlo con temor pero con valentía, la suficiente para encarar a ese gigante, en cambio, Kris lo miraba con unos ojos que hasta ahora no había visto en él— Que lástima que seas la puta de JongIn.

Eso pareció molestar a KyungSoo y de un tirón que luego pareció dolerle, se libró de esas grandes manos.

— Voy a averiguar por qué lo habéis hecho. Y reza para que ChanYeol salga vivo de esta tortura.

Sin más que añadir se marchó por la puerta que nosotros habíamos entrado. Todos salimos de nuestro escondite y Jimin, más preocupado y asustado que antes, fue hasta KyungSoo.

— KyungSoo, ¿qué habéis hecho? —el nombrado sin levantar la cabeza fue hasta la esquina de la cocina y, tras levantar un azulejo roto, sacó unas llaves, volvió hasta nosotros y se las pasó a Jimin, señaló una tercera puerta y volvió a dejar caer la cabeza.

— No... puedo... hacer... más —todos menos Jimin quedamos pegados en el suelo sin apenas gesticular, aquella había sido la voz de KyungSoo, fue la primera vez que la escuché, y aunque su pronunciación fue difícil de entender, más difícil fue soportar el dolor cargadas en cada sílaba. Jimin lo abrazó y acarició su cabeza, todos fuimos hasta la puerta y les dimos algo de espacio. Minutos más tarde, Jimin besó su frente y se juntó con nosotros.

— ¿Hyung no viene? —preguntó un inocente JiSung con lágrimas en los ojos.

— No... —respondió Jimin y sentí mi corazón ser oprimido por miles de manos, tenía tantos sentimientos mezclados que ya no sabía cuáles pertenecían a qué, pero eso no importaba ahora, lo que me preocupaba y apenaba es que esto tuviera un final diferente, uno que no esperé.

Un adiós inesperado, uno con el cual no conté.

Un final distinto con uno de nosotros quedándose a las puertas de su libertad. ¿Y por qué?

No fue complicado encontrar la respuesta...





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Kim JongIn (Kai) - EXO 


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