Esperanza
— ¡Ya basta! ¡No hicimos nada, lo juro!
— ¡No jures, maldito mentiroso!
— ¡No, no, no, por fav-! —tosí cuando otro balde de agua fría azotó mi rostro y parte del cuerpo. El agua estaba tan fría que sentía miles de agujas clavarse en mi piel, y por si fuera poco, cada vez que aventaba un cubo, el agua entraba en mi nariz y me ahogaba produciéndome arcadas—. Ya b-basta —continué tosiendo y expulsando el agua.
— ¡¿Basta?! ¡Deberías darme las gracias! ¡Si JiYong se entera de lo que tú y Jimin hacéis de seguro te mata!
— ¡¡Dije que no hicimos nada!! —grité a todo pulmón y lo vi recoger otro cubo y acercarse nuevamente. Como instinto retrocedí gateando por el suelo, a veces me resbalaba por el agua estancada pero continuaba con la única intención de retrasar esa tirada— ¡Le diré a JiYong de esto! —Kris se detuvo con el cubo levantado a punto de tirármelo.
— Pero mira que bajo has caído... Utilizas la protección contra amenazas de un tipo que te compró para su gusto y disfrute —rió de forma ladina—. Eres patético. ¡¿Dónde quedó tu maldito orgullo?!
— Estoy cansado —me hice bola en el suelo y oculté mi cabeza entre mis brazos, mis mejillas no sólo estaban empapadas por el agua sino por mis lágrimas, las cuales ya no podía retener—. Ya basta... No puedo más —sollocé bajo el único sonido del goteo del agua.
— Levántate —negué repetidas veces con mi cabeza—. Levántate o vuelvo a tirarte otro cubo —asomé uno de mis ojos entre mis brazos y lo vi bajar el cubo y cruzarse de brazos. Fui levantándome poco a poco hasta quedar de rodillas—. Haremos algo —se puso de cuclillas a mi altura—. Yo no contaré nada de esto si tú tampoco lo mencionas... ¡Y dejas de hacer lo que quiera que hagas con Jimin! —fruncí el ceño al no entender por qué pretendía hacer una especie de trato conmigo. Intenté ver a través de él, sabía que leer a Kris era como entrar en un laberinto pero quería fervientemente encontrar una razón— Deja de mirarme así, mocoso —agarró mi brazo y me alzó, mi cuerpo tembló ante el frío y me pasó mis prendas secas que había ido arrancando cuando me aventó en los baños gritando y golpeándome.
— ¿Te meterías en un lío por no vigilarme bien? —pregunté como el que suelta una pregunta al azar para intentar dar en el blanco, y ahí estaba, la respuesta que quería formulada en sus ojos y expresión.
— Haz lo que quieras cuando HeeChul esté a tu cargo, pero no conmigo —guardé silencio y comencé a vestirme con la dificultad de que mis extremidades no dejaban de tiritar—. No puedo devolverte a la habitación de Jimin, pero tampoco puedo hacerlo en la de JiYong... —pareció pensar por un rato mientras yo acababa. Recogió los cubos y los apiló en una esquina— Te llevaré a otra.
— ¿O-otra? —tartamudeé por el temblor en mi mandíbula.
— Sí, si JiYong llega y te ve en su habitación querrá saber qué pasó —me ayudó a meter mis brazos en mis mangas al ver que tardaba demasiado— Y no queremos eso —dijo cuando acabamos.
Calcé mis pies cuando estuvimos en la puerta y ató mis muñecas y ocultó mi cabeza como de costumbre. Salimos del baño por el pasillo con olor a humedad y putrefacción, durante un rato estuvimos caminando hasta que nos detuvimos, abrió una puerta y entramos. Allí volvió a despojarme de todo y se quedó mirándome no muy convencido con lo que estaba haciendo.
— Escucha bien. Estarás aquí sólo esta noche y cuando JiYong llegue te llevaré de nuevo con él, si le cuentas algo de esto haré que te maten, contaré todo lo que te traes con Jimin y no sólo tú morirás, sino que él irá detrás tuyo. ¿Ha quedado claro? —asentí— Bien, no quiero que mi nombre salga de tus labios —me señaló con el dedo y me encerró allí.
Después de no oír sus pasos miré a mi entorno, estaba igual o más oscuro que la habitación donde había pasado la mayor parte de mi tiempo aquí, no había ningún agujero y la habitación parecía más pequeña. Dos camas estaban juntas en una de las esquinas y parecían desechas como si alguien las hubiese usado, cerca de las camas habían unos sacos donde vi prendas viejas, también había un recipiente de plástico con agua encima de una caja de madera mohosa. Y nada más.
Me senté en una de las camas y me tapé con una manta que había encima de ésta. Mi cabello estaba empapado y mi ropa húmeda por haberla colocado con mi piel mojada, si antes tenía frío, al ponerme la ropa la situación no había cambiado demasiado, seguía tiritando y buscando el calor que no conseguía obtener ni siquiera con la manta.
Cuando cerré mis ojos durante un corto periodo de tiempo que me bastó para quedarme medio dormido, un pequeño ruido me hizo brincar en el colchón y levantarme viendo como la puerta se abría y entraban tres personas, una de ellas, la más alta, se quedó bajo el marco de la puerta y las dos restantes entraron quedando sus ojos fijos en mí. Kris no dijo nada y se marchó.
— ¿Quién eres tú? —preguntó el más alto de los dos. El bajo se apresuró al paso de su acompañante y se acercó a mí tan sorprendido como yo— ¿Lo conoces, KyungSoo? —el nombrado lo miró y asintió en respuesta.
— ¿Ésta... es vuestra habitación? —ambos afirmaron con sus cabezas— ¿Qué hago aquí?
— Eso quisiera saber yo —el alto ladeó su cabeza y se cruzó de brazos—. ¿Cuál es tu nombre?
— JungKook —el alto reaccionó cuando escuchó mi nombre y sus hombros se relajaron, acercándose también—. Por casualidad..., ¿eres ChanYeol?
— Sí... —rascó su nuca y miró a su compañero—. ¿Cómo es que sabe mi nombre? —KyungSoo simplemente sonrió y se encogió de hombros, parecía algo animado y contento de verme ahí. Sus manos aún seguían vendadas, los rasguños que habían en su rostro parecían sanar poco a poco y las vendas que cubrían con anterioridad su ojo ya no estaban, pero un arañazo y moratón lo adornaban.
— ¿Qué te pasó? —pregunté ahora pudiendo saber lo que antes no podía. KyungSoo sopló levantando un poco su flequillo al vuelo, y entonces miré a ChanYeol para que él pudiera darme una respuesta.
— Bueno —volvió a cruzarse de brazos y formó una leve sonrisa en el rostro—, aquí donde lo ves, tan bajito y con unos hombros estrechos, es tan valiente y tiene tanto coraje que es difícil detenerlo. Le encanta meterse en problemas —negó con su cabeza de forma divertida y KyungSoo rió con una ancha sonrisa. Era la primera vez que veía sus labios abrirse tanto y mostrar todos sus dientes a causa de tal sonrisa. De alguna forma sentí una calidez al verlos tratarse así aún estando bajo estos oscuros techos y encerrados dentro de estas húmedas paredes.
Sonreí con ellos hasta que la armoniosa escena fue interrumpida por un estornudo mío. Ambos me miraron y KyungSoo se dio cuenta de mi cabello mojado, rápidamente llevó sus manos a mis mejillas y notó que éstas estaban frías como el hielo. Apartó la manta que había usado y tocó ahora mis prendas, sintiendo que estaban igual de frías y algo mojadas, fue ahora hasta un saco donde sacó ropa y me la pasó. Capté rápido el mensaje y, viendo como ambos se giraban para darme privacidad, me cambié las prendas por unas secas, sólo que estas...
— Igual... me quedan algo pequeñas —los dos se giraron y ChanYeol carcajeó al ver que las mangas y pantalones quedaban cortos, KyungSoo aguantó su risa pero no el rubor en sus mejillas, quizás por ver que sus prendas no a todos les quedarían tan bien como a él.
— Quítate eso, te daré algo mío —ChanYeol dejó de reír y me pasó ahora algo de ropa suya. Los dos volvieron a repetir la acción y se giraron cuando ya hube acabado. En esta ocasión mis mangas quedaron un poco más largas, ya que ChanYeol era más alto que yo, pero definitivamente era mucho mejor a que me faltara más de la mitad de la tela—. Eso está mejor.
— ¿No os importa que me cubra con esto? —les pregunté señalando la manta y los dos negaron. KyungSoo me enrolló en ella y me hizo sentarme en la cama. Apoyé mi espalda en la pared y los dos se sentaron conmigo.
— Ya que estás aquí..., ¿puedo preguntar por qué te trajeron a esta habitación? —preguntó ChanYeol.
— Creo que me metí en un pequeño lío junto con Kris y me tendrá aquí hasta mañana.
— ¿Un lío con Kris? Explícate.
— ¿Cómo explicarme...? —mordí mi labio inferior y para cuando encontré algo de palabras, estornudé de nuevo. KyungSoo me miró serio y se abrazó a mí dejándome algo sorprendido por el gesto que tuvo. Pretendía darme algo de calor.
— Descansa, ya hablaremos luego —dijo ChanYeol y cerró sus ojos. KyungSoo también lo hizo, pero apoyando su cabeza en mi hombro mientras sus brazos aún seguían rodeándome.
Con el tiempo mi calor corporal volvió a la vida gracias al de KyungSoo y me sentí tan bien y relajado que llegué a quedarme dormido.
[...]
Desperté con algo de calor y, desenredándome de la manta que aún cubría mi cuerpo, abrí mis ojos y vi un bulto a mi lado. Éste, por sus proporciones, supe que no era de KyungSoo sino ChanYeol, lo que me hizo preguntar dónde se encontraba el otro.
Me incorporé frotando mis ojos y bostezando a la vez, eché un rápido vistazo a la habitación y no había rastro de él. El cuerpo a mi lado se giró y ChanYeol ahora veía el techo con sus ojos bien despiertos, como si llevara bastante tiempo así.
— ¿Dónde está KyungSoo hyung?
— Kris se lo llevó —dijo con algo de rabia.
— ¿A dónde?
— Con JongIn.
— ¿JongIn?
— Sí..., ese estúpido que llegó hace un tiempo y se encaprichó de él —se enderezó, parecía no retener bien la rabia por dentro cuando pronunció ese nombre—. El tipo viene de la familia de SiWon, creo que es sobrino o algo, no estoy muy seguro, pero aprovecha y desgasta el apellido de SiWon allá a donde va.
— ¿Compró a...? —comencé la pregunta pero me detuve cuando su rostro se giró en mi dirección, sus cejas se pronunciaron y su nariz pareció arrugarse.
— No, no lo compró —chistó—. No le hace falta, son familia, tan sólo lo tomó y fin de la historia.
— Entiendo... —me abracé a mí mismo imaginando todas las cosas por las que pasó y seguía pasando KyungSoo— Creo que sé cómo se siente. Aunque, quizás yo no haya pasado ni por la mitad de lo que él ha vivido aquí.
— No lo creo. Lleva muchos años aquí dentro, y yo... he visto absolutamente todo —suspiró pesado y apoyó la cabeza contra la pared—. Yo también fui participe en su sufrimiento.
— Eras guardia —asintió—. ¿Qué pasó?
— Supongo que él me hizo sentir de nuevo que era humano. Terminé siendo consciente de todo, de donde me había metido y en lo que estaba implicado. Le intenté ayudar pero...
— Salió mal.
— Muy mal, de hecho —se giró un poco hacia mí y levantó su camiseta, desvelando varias cicatrices, pero una de ellas era tan grande que cogía la mitad de su estómago, eso me hizo sentir un horror y un dolor que hasta tragar me costó la misma vida—. A mí me torturaron hasta casi matarme y a él..., bueno, ya lo sabes.
— No hay forma de escapar de aquí, ¿verdad? —no respondió y decidí guardar silencio.
— En unos días llega un nuevo guardia, él era mi compañero cuando estábamos en las calles —mis ojos se abrieron en demasía y sentí una pizca de esperanza ciega—, pero es tan cabezota... Pondría su trabajo antes que su vida.
— ¿Podrás hablar con él?
— Oh, no, estoy muy seguro que lo tendrán muy lejos de mí.
— Si... por casualidad él entra en contacto conmigo, yo podría hablarle de ti.
— Inténtalo si quieres, pero no te animaré a ello, no pienso volver a poner a nadie más en peligro.
— Me arriesgaré. Creo que no debería de perderla. A veces siento que decaigo y me vuelvo débil, pero otras veces pienso en mi familia y siento que no puedo dejarlo estar, que debo hacer algo. Y luego está cuando veo, por ejemplo, a KyungSoo hyung. Él arriesgó su vida cientos de veces, pasó por atrocidades, por mucho dolor y aún así... sigue insistiendo a pesar que su vida corre riesgo cada día —sonreí levemente—. Él es un gran ejemplo a seguir —ChanYeol se quedó mirándome fijamente y con sus labios abiertos por el asombro en mis palabras.
— ¿Qué no deberías de perder?
— Esperanza —me giré hacia él y le sonreí ampliamente. Su rostro cambió poco a poco y me devolvió la sonrisa, parecía que había comprendido tanto mi punto de visión como el de KyungSoo, y eso, de alguna manera su esperanza también despertó.
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