014
Minying asistió a la casa de sus padres todos los días jueves de los dos meses que suscitaron a aquel día, quería cumplirle la promesa a su esposo Min Yoongi, aquella que entre los trozos de su corazón le había pactado, ayudarle a Min para que pudiera ver a Jimin al menos un instante, pero aunque sus intentos eran perseverantes, siempre falló. Jimin permanecía en su habitación bajo llave, todo como parte del castigo impuesto por su padre, de aquellas cuatro paredes no saldría más hasta que Park Hyun encontrara la mujer indicada, la mujer perfecta para comprometerla con su hijo, mientras tanto, no vería la luz del sol ni la luz de la luna.
Al entender que ver a su hermano era imposible, Minying le pidió a Yoongi que le escribiera una carta, así ella al menos le haría llegar sus palabras a Jimin por medio de un trozo de papel, por supuesto que Yoongi accedió y con la nostalgia en su corazón, escribió una carta dolorosa pero bella, que transmitía todo su sentir, aquella, fue entregada en las manos de Minying quien esa misma tarde, a la hora del té, partió a la casa de sus padres.
A la entrada de la residencia, la señora Kimi la recibió, Minying de inmediato le tomó las manos entregándole la carta de su esposo, confiando en ella para poder hacérsela llegar al pequeño Park.
—Por favor señora Kimi, esta será la única vez que le pediré un favor — la joven susurró en medio del caminar que la lleva al jardín donde su madre se encontraba —, es muy importante que mi hermano Jimin reciba esta carta, estaré eternamente agradecida si usted se la hace llegar.
—No puedo cumplir con ello señora Minying — la mujer pronunció aún sujetando en sus manos el trozo de papel.
—Por favor, es muy importante — Minying pronunció alejándose de la mujer para poder ver a sus padres quienes tomaban el té mientras sostenían una charla desinteresada.
—¿Minying, de nuevo por aquí? — el hombre preguntó dejando la taza sobre la mesa — ¿No deberías estar en casa sirviendo a tu marido?
—He venido solo a darles una noticia — la joven pronunció con seriedad e inteligencia —. El señor Kim Seokjin, viejo amigo del teniente Lee Kiwook busca un pretendiente para su bella hija, la señorita Kim Haneul, es una buena chica, además el hombre posee múltiples propiedades y se codea con los hombres más adinerados del país, pensé que te interesaría la propuesta padre.
Minying tomó asiento a lado del hombre y con una leve sonrisa le miró meditar la información dicha, quizás intentando recordar si el apellido era ya conocido para él, y claro que lo era, sin embargo, aquel hombre del que hablaba Minying no buscaba algún pretendiente, ni si quiera tenía alguna heredera, aquella era una farsa propuesta por la joven.
—No recordaba que aquel hombre tuviera una familia, siempre se rumoró que moriría solo — mencionó el hombre aclarando su garganta con el té de la taza humeante.
—Hay muchas cosas que se siguen manejando debajo de la mesa, para el señor Kim, era importante no hacer especulaciones sobre su herencia, ya que quiso alejar a los pretendientes interesados por el dinero, pero es ahora que el buen hombre busca un candidato que honre a su familia, por ello pocas personas sabemos de ello, Yoongi me ha comunicado la noticia, así que pensamos que sería un buen momento para Jimin.
—Tienes razón Minying — el hombre pronunció y le tomó la mano con suavidad dejando suaves palmaditas sobre el dorso de aquella.
—Se dará una pequeña fiesta el sábado por la tarde, Kim Seokjin quiere inspeccionar a los candidatos posibles para un matrimonio, si quieres que Jimin asista entonces dímelo y vendré por él el sábado.
—¿Yoongi asistirá? — el hombre se acomodó en su lugar con una seriedad absoluta.
—¿Mi esposo? — Minying pronunció fingiendo confusión por la pregunta — Claro que fue invitado, pero no asistirá, me ha dicho que no prefiere ir, ya que no quiere ser confundido por un candidato más, solo asistiré yo en el caso de que dejes a Jimin asistir.
—Entonces si es de ese modo, Jimin tendrá mi permiso — el hombre pronunció fingiendo desinterés.
Mientras tanto, la señora Kimi nerviosa de ser descubierta, subió por la escalera en forma de caracol con total sigilo, pues solo una de las cocineras tenía permitido subir para dejarle el desayuno o la cena según fuera el caso, mirando siempre detrás suyo Kimi dejó un suave golpe sobre la puerta de aquel joven e hizo que la carta se deslizara por debajo de aquella.
—Jimin, tienes un recado — la mujer dijo en un susurro solo para poder volver sobre sus pasos y de este modo pasar por desapercibida.
Jimin yacía en medio de la cama aferrado a sus piernas, en la mesa de alado se apilaban las bandejas con comida del día anterior, o quizás eran de la semana pasada, no sabía siquiera en que día se encontraba. Al escuchar la suave voz de aquella mujer, su ceño se arrugó y con cierto temor se levantó de la cama para acercarse a la puerta y poner sobre ella su oído izquierdo, pero solo obtuvo el silencio pulcro, un suspiró chocó contra la madera fría cuando su frente se posó sobre la puerta, pero al tener la mirada dirigida al suelo, se encontró con un trozo de papel doblado, lo tomó en sus manos y lo desdobló para leer su contenido.
Mi adorado Jimin, lamento haberte traído problemas por lo que siente mi corazón, siento tanto el no poder tenerte a mi lado para poder protegerte de todo, aún recuerdo como todos los días era tu sonrisa la que me hacía sentir vivo, aquella carcajada solo era comparada con el bello cantar del gorrión, ¿sabía usted mi príncipe que el cantar del gorrión es uno de los cantos más alegres que existe? Esta sensación llena de nostalgia se intensifica al pensarte como una bella ave cautiva, tal como un pequeño gorrión que ha sido atrapado, has dejado de cantar, de sonreír y de darme la vida a la que estaba acostumbrado. Sé que ahora necesitas de mi tanto como necesito de ti, prometo que mi voz y mi amor serán fieles a ti, pues eres tú mi dulce libertad. Es ahora esa libertad de mi amor la que intentará cantar todas las mañanas mostrándote mis sentimientos, susurraré mil te amos al viento para que ellos lleguen a ti y con una suave brisa acaricien tus mejilla, esperaré que escuches mi cantar y alegres no solo tus mañanas, también tus días y noches.
Te amo Jimin, espero verte de nuevo.
Att: Yoongi
El trozo de papel recibió una dolosa lluvia de lágrimas, Jimin llevó la carta a su pecho y se permitió llorar en silencio por aquel amor que ardía en su pecho, aquel amor que no podía ser.
El sábado por la mañana Minying le dio la noticia a Yoongi, había guardado la pequeña sorpresa hasta dicho día, esa mañana después de desayunar, la mujer le vio el rostro tan deprimente como todos los días, frustrada se limpió los labios con la servilleta que había estado posada sobre su regazo.
—Yoongi — aquella pronunció con discreción — esta tarde podrás ver a mi hermano, he convencido a mi padre de que le deje salir, le mentí pero al menos cumplí mi promesa.
Yoongi no podía creer lo que aquella mujer había mencionado, sus ojos recuperaron el brillo, ya no se veían tan opacos, en su inercia Yoongi tomó la mano de la mujer y le dejó un beso en el dorso, estaba agradecido por todos los favores que la mujer había hecho para él.
—No sabes cuánto te agradezco, gracias por todo Minying — Yoongi pronunció con las lágrimas desbordando en sus ojos.
—Esta tarde lo traeré a casa, así que alístate.
—No es seguro aquí, mejor llévalo al bosque el cochero Jung sabe el camino, yo le estaré esperando.
La ansiedad que recorrió el cuerpo de Yoongi en aquel momento no podía contenerse en sus entrañas, el corazón le rebotaba en el pecho, esa noche vería a su amado, no obstante, a su memoria llegaron las palabras de su padre, la amenaza estaba latente, así que su miedo apagó sus ansias de abrazar a Jimin. La sonrisa pintada en su rostro se desvaneció y en ella se dibujó una mueca de tristeza, el brillo que antes había iluminado sus ojos poco a poco se estaba opacando una vez más.
Cuando la hora planeada llegó, el matrimonio salió de casa, Yoongi fue en dirección al bosque mientras que Minying se dirigía directo a la casa de sus padres para poder recoger a su hermano. Pero el sacar a Jimin de casa fue una total aventura, pues aquel joven se encontraba sumido en su habitación sin querer salir, su ropa no era elegante, más bien era de campo, pero Minying no espero más, solo pudo susurrarle que tenía una sorpresa para él y así lo arrastró hasta su carruaje donde le tomó la mano.
—Descuida, al menos por esta noche estarás bien — Minying pronunció con un suspiró mirando los ojos perdidos de su hermano.
El cochero Jung Hoseok, había tenido instrucciones previas, aquel carruaje tendría una parada final en el bosque que algunas veces frecuentó. Así que cuando los últimos rayos del sol comenzaban a ocultarse, el carruaje se detuvo en la entrada del bosque.
—¿Qué hacemos aquí Minying? — preguntó Jimin con confusión.
—Sé todo Jimin, pero ahora no es tiempo de preguntas, mejor baja y corre a tu destino — Minying pronunció con la mirada agachada y una tenue sonrisa —, alguien te está esperando...
Jimin no pudo decir más, justo en aquel momento quedó enmudecido, sus ojos se llenaron de lágrimas después de agradecerle a su hermana, bajó del carruaje y entonces sintió como el aire provocado por su velocidad al correr intentaba frenarle, sus lágrimas caían y volaban de su rostro, su cuerpo sentía un ardor terrible por la necesidad de sostener en sus brazos al hombre que tanto amaba. Pronto, frente a sus ojos la cabaña pudo verse, en el pórtico Min Yoongi le esperaba, pero, aquel hombre no estaba corriendo hacia él, poco le importó pues Jimin no detuvo su carrera hasta que finalmente se impactó contra el cuerpo de Yoongi, le abrazó tan fuerte y clavó su rostro en el pecho ajeno fue ahí donde se permitió llorar.
—Yoongi te amo tanto — pronunció entre sollozos, pero Yoongi no le consoló, no le estrechó en sus brazos como Jimin habría querido en ese momento.
—Jimin, acepté venir a este sitio solo para despedirme definitivamente de ti — el mayor pronunció con seriedad y sin inmutarse —, no podemos vernos más, esto no está bien, así que solo quería despedirme de ti.
—No Yoongi — Jimin se aferró más al cuerpo ajeno, incluso él mismo colocó las manos ajenas alrededor de su cintura para recibir el abrazo deseado, pero aquel nunca llegó —, tu dijiste en tu carta que me amas, no puedes solo despedirte de mí ahora.
—No hagas esto más difícil Jimin.
—¿Por qué no me abrazas? Necesito de ti, por favor vámonos, escapemos de esta realidad y vámonos juntos, toma mi mano una vez más y huyamos.
Para Yoongi aquellas palabras atravesaban su frágil corazón, aquel solo latía por el amor que sentía por aquel joven, tomó aire y finalmente le abrazó con todas sus fuerzas, clavó su nariz en los cabellos ajenos y cerró los ojos disfrutando del latir cálido de su corazón.
—De acuerdo, escapemos juntos Jimin — Yoongi levantó el mentón de Jimin y entonces le hizo caso al deseo de sus propios labios, besó los ajenos proporcionándole en el beso todos sus sentimientos, toda aquella necesidad por la ausencia, en el beso ambos derramaron un hilo de lágrimas.
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Otro dibujo que derrite mi corazón, Dagger siempre haciendo arte...
Pronto anunciaremos una sorpresa, manténganse al tanto <3
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