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012

A dos años de aquel compromiso y aquella promesa en el altar, Minying sentía que era solo un objeto en la repisa de trofeos y medallas de Min Yoongi, su valor solo radicaba en la matriz que portaba, pero incluso aquello se veía obsoleto, el amor vendrá después, eso le había repetido su madre todas aquellas veces en las que Minying la había visitado para tomar el té. Aquella joven sumisa se sentía frustrada, a pesar que desde su boda habían pasado ya dos años, no había tenido con Yoongi algún acercamiento íntimo, pues su ausencia y la frialdad con la que le hablaba era el obstáculo primordial. Muchas veces su madre le llamó la atención, la reprendió y destacó algunos errores tan llenos de incoherencia que la propia Minying, aún sabiendo que eran erróneos, los tomó en cuenta.

La bella mujer mejoró sus habilidades de comida y repostería, inclusive había intentado en un par de ocasiones seducir a Min Yoongi lanzando miradas discretas, mostrando sus tobillos y dejando su cabello suelto cuando se encontraban los dos solos en casa por las tardes, si alguien ajeno a su hogar observara aquellas señales tan atrevidas de seducción no dudarían en tacharla como una mujer sin valor, como se les clasificaba a las prostitutas, pero a pesar de todos aquellos intentos, Yoongi parecía ciego ante el cuerpo femenino de la mujer, sus intentos no eran valorados, las galletas que aquella mujer horneaba y adornaba con un pequeño ramillete de flores, eran simplemente ignorados por Min cada noche de aquellos 730 días transcurridos, Minying había sido educada para ser la mejor esposa y madre, pero ella no estaba preparada para lidiar con un hombre que se había casado con ella solo para aparentar y cubrir su verdadero amor, uno que Minying consideraba imperdonable y defectuoso, un amor del que nadie podía hablar y que claro sería una deshonra.


—¡Minying! es tan grato tenerte aquí como cada fin de semana, tu padre y yo nos sentimos honrados con tu visita — Park Jungsun pronunció invitando a sentar a su hija en una de las sillas blancas que dejaban una hermosa vista al jardín —, por favor siéntate, tu padre no tarda en llegar del cuartel, me ha dicho a noche que surgió una emergencia peculiar, nada de qué preocuparse.


Minying se sentó y tomó una de las servilletas de tela blanca que adornaban la mesa, la extendió sobre su regazo y con su abanico comenzó a refrescarse el rostro. Con inmediatez una de las mujeres de servidumbre se hizo presente llevando en sus manos una bandeja con el té tan cotidiano, aquel del que aquel par de mujeres solía disfrutar.


—¿Esta vez si vas a darnos la noticia que tanto hemos estado esperando? — la mujer tomó una de las tacitas que había sido dejada sobre la mesa, la cuestión había sido directa hacia la frustración de Minying.


—¿Están hablando de buenas noticias sin mí? — Park Hyun había entrado con una sonrisa observando a su adorada hija — ¿Cuál es la nueva buena?


—Solo le preguntaba a Minying lo que tanto hemos esperado — Park Jungsun hizo sonar una pequeña campana, aquel sonido agudo era el llamado inmediato para la servidumbre.


—No madre, aún no estoy embarazada — la joven pronunció con vergüenza escondiéndose en su taza de té.


—¿Pero ya han pasado dos años, acaso el hijo de Min Seung no es capaz de hacerlo? Ese muchacho va a escucharme, ¿dónde está, ha venido contigo esta vez? — el hombre estaba molesto, el deseo de tener un nieto producto de aquel matrimonio era la dicha más esperada por ambas familias, así que la molestia después de tanta espera no era después de todo, absurda.


—Creí que lo habrías visto en el cuartel, Yoongi me dijo que iría con mi hermano al cuartel para poder recomendar que subieran a Jimin a un nivel de alto rango. Todos estos días no ha llegado a casa para poder ayudar a mi hermano — Minying pronunció segura de sus palabras, no obstante, aquella respuesta simple había sido la pequeña gota que derramó el vaso de la paciencia de Park Hyun.


—Ese bastardo no ha asistido al cuartel toda la semana, eso me dijo el subteniente Yonghoon — el hombre miró a la nada remarcando su ceño — y tu hermano Jimin fue enviado a una misión fuera del país junto con los soldados de bajo nivel, el teniente me mencionó del viaje antes de que partieran.


—¿Quieres decir que el joven Min Yoongi le está mintiendo a nuestra hija? — la mujer hizo sonar de nuevo la campana, esta vez con mayor desespero, pues la servidumbre no había atendido sus necesidades en el momento.


—Me temo que sí, pero esto pronto se solucionará, hablaré personalmente con el subteniente Yonghoon para pedirle una misión especial — el hombre se levantó de la mesa y salió de nuevo de aquella casa con tintes de ira.


Cuando Park Hyun llegó de nuevo al cuartel, buscó con inmediatez al subteniente, con la ira brillando en sus ojos, le ordenó a Yonghoon que cumpliera una misión especial, si aquel hombre cumplía el mandato, entonces no sería un simple subteniente, si no que tendría un cargo mayor dentro del escuadrón. Para el subteniente Yong, la propuesta había sido fácil, pues aquel hombre le había ordenado vigilar a Min Yoongi, Park Hyun quería saber a dónde se dirigía y las personas que frecuentaba sin importar el horario, Yoong debía ser eficiente y cumplir con la orden.

Por otro lado, en aquella cabaña llena de amor, Yoongi se encontraba abrazando a Jimin mientras juntos miraban el atardecer, los últimos rayos del sol comenzaban a ocultarse, la nostalgia ya les había inundado el corazón, pues, después de pasar cuatro días juntos, día y noche la despedida de Yoongi era inminente, Min debía de regresar a lado de su esposa para no provocar sospecha alguna. Es entonces que cuando el ultimo rayo de luz del sol desapareció dejando caer una oscuridad tenue por el brillo platinado de la luna, Yoongi dejó un beso en la frente de Jimin, un beso tierno y lleno de amor, le estrechó en sus brazos mientras Jimin permanecía aferrado a la cintura de aquel caballero.


—Prometo que volveré mañana, sé que aún no me voy, pero ya te estoy extrañando — Yoongi pronunció sobre los cabellos de Jimin, aún con los ojos cerrados dejó escapar un suave suspiro, un suspiro doloroso que presionaba su corazón latente.


—Te estaré esperando Yoongi — Jimin levantó su mirar y dejó sobre aquellos labios un beso dulce y fugaz — te amo, pero anda, ve ya o llegarás tarde a casa, Minying va a preocuparse.


—De acuerdo — Yoongi le sonrió y levemente se separó de aquel abrazo, pero sin soltar aquella mano suave, pronto solo sus dedos dejaron un último rose en los dedos ajenos, entonces se dio la vuelta y se adentró a la oscuridad del bosque.


Cuando Yoongi llegó a casa, no se percató de los ojos que le miraban a lo lejos, quizás fue el cansancio del viaje o tal vez el enamoramiento que aún permanecía en su cuerpo. Al entrar a casa su mujer le esperaba con el cabello suelto y con aquellas ropas blancas de encaje que incitaban a cualquier hombre, una sonrisa y una dulce lesión se coló por las fosas nasales de Yoongi, que al percibir su lugar de procedencia, cubrió su nariz y miró directamente al suelo.


—Buenas noches señorita Minying, es ya muy tarde, por favor vaya a la cama y descanse que yo haré lo mismo — Yoongi pronunció caminando directo a la habitación a la que siempre había escapado.


—¿Hasta cuándo será así Yoongi? — la joven pronunció caminando detrás de aquel, con la frustración latente en su cuerpo —, estoy cansada de ver como soy invisible para ti.


Pero Min no dio mención alguna, cerró su puerta y se tiró a la cama a dormir esperando con ansias el día siguiente, Minying solo pudo volver a su habitación para sumergirse a llorar. Quizás Yoongi debía ser sincero con la mujer, pero ser sincero con aquella presentaba un riesgo, no solo para él, si no para su adorado Jimin.

Cuando una nueva mañana se presentó, Yoongi tomó una ducha y se cambió para poder encontrarse de nuevo con su amado, con emoción, salió de casa y buscó al cochero pidiéndole de forma amable que le acercara al bosque, la ruta que aquel chico pálido siguió, fue vigilada por el subteniente Yoong, el hombre de mirada fría y con brillo ausente.


—¡Yoongi! — Jimin permanecía sentado en el pequeño pórtico de la cabaña, el menor se había levantado temprano para buscar las flores más bonitas y de ese modo entregárselas a Min cuando regresara — Esto es para ti.


—Son hermosas — Yoongi tomó el ramito pequeño y tomó a Jimin en sus brazos dejando una pequeña lluvia de besos en el rostro de su pequeño amor —¸no tienes idea de cuanto extrañé dormir abrazado a ti.


Un beso que demostraba los más puros sentimientos de ambos fue la perdición y probablemente el término de un amor sincero, a lo lejos, escondido entre los pinos de aquel bosque, Yonghoon permanecía observando la escena abominable, una sonrisa burlesca apareció al percatarse de que aquel hombre admirado por todos había resultado ser un sodomita. Después de ver aquel beso depravado Yong les observó entrar de la mano a la pequeña cabaña, no esperó más y regresó por aquel camino irregular, su misión estaba cumplida, así que como un buen subteniente debía rendir los resultados al general Park.

Cuando Yonghoon regresó al cuartel, encontró en la entrada de aquel establecimiento a Park Hyun charlando de forma acalorada con Min Seung, Yong no podía detenerse, así que se postró frente a ambos sujetos, dejó un saludo y después miró a Park.


—Señor, he terminado con mi misión, estoy listo para comentarle lo que he visto — Park miró con el ceño fruncido a Min Seung y asintió.


—La efectividad de este joven me ayudará a demostrarte que tu hijo es un mentiroso cobarde que no sabe aprovechar a la bella mujer con la que contrajo matrimonio.


—Si este es el caso entonces escucho — Min Seung pronunció serio, cruzando sus brazos mientras miraba con enfado al subteniente.


—Seguí al joven Min como usted lo ordenó, esta mañana muy temprano salió de su casa — Yonghoon miró a ambos hombres y prosiguió —. Min Yoongi se adentró a un bosque no muy lejano de aquí, se mezcló en las profundidades del bosque hasta que se vio frente a una cabaña vieja y algo pequeña.


—No puedo creer que hayas ordenado que siguieran a mi hijo, Park Hyun — Min Seung se dio la vuelta con enfado —, solo pierdo mi tiempo escuchando disparates como este.


—No es un disparate señor, Min Yoongi se encontró con alguien en esa cabaña — Seung detuvo su caminar y permaneció escuchando en silencio —, Min Yoongi recibió flores de un hombre, después recibió un beso, su hijo es un defectuoso pervertido.


—¿De qué estás hablando Yonghoon? — Park Hyun preguntó con rabia, intentando reprimir los gritos en su voz.


—¿Cómo te atreves a decir una falacia así de mi hijo? Min Yoongi es un joven de carácter y es todo un hombre — Seung se dio la vuelta y sujetó en sus manos la camiseta del subteniente.


—Yo no digo ninguna falacia sobre su hijo, Min Yoongi entró a la cabaña con Park Jimin — el coronel Min aventó al subteniente al suelo con enojo incrédulo de aquellas palabras — si creen que estoy mintiendo, ¿por qué no se los muestro yo mismo? Quizás ahora estén practicando sodomía en la profundidad del bosque.


El par de hombres ordenaron un carruaje, así emprendieron el camino a una terrible y deshonrosa realidad. Pronto el carruaje se coló en el pequeño mundo cálido y lleno de amor que aquel par de jóvenes habían creado.


⊱௲⊰

Ya comienzo a sentir la nostalgia...


Todos los créditos del dibujo a Dagger bebé

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