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009

Después de cada entrenamiento, Yoongi pasaba un par de minutos dentro del hogar de los Park, al ser Minying su prometida, era común que ambos pasaran tiempo juntos para tomar el té o incluso para charlar sobre la boda, aunque aquel tema era de poco interés para Yoongi, aquel caballero nunca mostró señales de interés hacia la mujer, todo lo contrario, aquel solo accedía a pasar el tiempo con la joven para poder disfrutar del joven chaperón que vigilaba cada cita de cortejo con su adorada hermana, Park Jimin.

A lo largo de dos años, Min Yoongi se encargó de posponer la ceremonia matrimonial pues solía mencionar que prefería una mujer educada con modales precisos que le sirviera para incrementar su porte en sociedad, claro que aquello no le importaba, pero al menos ganaba un poco de tiempo, también argumentaba la edad de la joven, que al tener tres años menos que él, solía decir que carecía de madurez y de intelecto para unirse en matrimonio con un caballero de su porte y linaje.

Con 25 años y con la soga al cuello Yoongi ya no pudo posponer más aquel matrimonio, el general Park echaba en cara que su hija de 22 años ya, comenzaba a perder el tiempo con otros prospectos. La educación que Minying recibió solo pulió un par de asperezas en su actitud y en sus modales, era la jovencita perfecta para un soldado de alto rango como lo era Yoongi, la figura paterna de ambas familias se habían encargado de moldear a la perfección a la joven, inclusive depositaron en ella conocimientos básicos y conceptuales sobre su propia experiencia en el campo militar, la esposa del gran Min Yoongi debía poseer un alto intelecto, sin embargo, aquella perfección femenina pasaba a segundo plano, aquella elegancia se veía opacada por la luz radiante de la sonrisa de Jimin, un joven de solo 19 años que recientemente había sido aceptado en las fuerzas del ejército del país, claro, gracias a las recomendaciones de su propio padre, inclusive de las recomendaciones de la familia Min.

Para su suerte, Jimin había caído en las manos de Yoongi, aquel estaría bajo su cuidado, pues al ser su entrenador profesional por varios años y ser el hermano de su prometida, el joven tenía ciertas preferencias, como no asistircon frecuencia  al campo militar, además solo acompañaba a Min, pues en palabras del mayor, Jimin tenía un mejor desempeño cuando estaba bajo su tutela, claro que aquellas palabras solo eran un pretexto para poder pasar tiempo con Jimin, estando solos podían demostrar su amor sincero y puro, aquel amor pocas veces se presentaba en besos apasionados, las caricias eran siempre consultadas por Min, aquel era un caballero en toda la extensión de la palabra, un caballero que había dedicado aquel par de años a proteger a su pequeño ratoncito, como solía decirle.

Pero con la presión familiar del matrimonio, aquella sonrisa radiante en el rostro de Jimin se apagó aquella mañana del día de la boda de Min. Jimin permaneció en la cocina con la servidumbre, pues últimamente desayunaba mejor ahí, sus padres y Minying siempre discutían sobre la boda y el compromiso, algo que Jimin no podía tolerar, así que con sigilo bajaba a la cocina, aquella tan cálida y con olores que le devolvían la vida, pero que aquella mañana se encontraban ausentes por la preparación de la comida de la ceremonia.


—Joven Park, me la he pasado buscándolo toda la mañana — aquella voz capaz de erizarle la piel resonó a sus espaldas, Yoongi había entrado con una sonrisa, se sentó frente a él en la pequeña silla de madera que hacía juego con la mesa, no obstante, al ver la tristeza reflejada en el rostro aquel, Yoongi borró de forma instantánea la suya — ¿sucede algo Jimin?


—No Yoongi, solo tomo el desayuno — Jimin tomó el vaso con jugo de naranja y bebió evadiendo el mirar ajeno.


Al no poder consolarlo directamente, Min acercó sus pies a los pies ajenos, con suaves caricias reconfortó a aquel jovencito, aquel jugueteo inocente pronto obligó a Jimin a sentirse mejor, la mirada cómplice de ambos hacia latir con velocidad su corazón.


—Ven Jimin, vayamos afuera para hablar — Yoongi pronunció sigiloso, se levantó y metió sus manos en los bolsillos de su pantalón.


Por su puesto que Jimin le siguió después de terminar el jugo y el trozo de pan que aún le quedaba, aquella mañana estaba hermosa, un sol radiante y poco viento indicaban que el día entero tendría un clima confortable, preciso para la ceremonia nupcial. Park Jimin encontró a Yoongi sentado debajo de uno de los árboles que rodeaban el jardín de aquella casa, sobre sus rodillas estaban sus manos apoyadas, aquellas jugaban con una roca pequeña, mientras que su semblante permanecía serio y pensativo. Jimin se detuvo a su lado y soltó el suspiro que deseaba dejar escapar desde que se levantó de la cama aquella triste mañana.


—¿Y si no te casas? — Jimin pronunció en un susurro sentándose a su lado, aún con la esperanza de tener una respuesta positiva — Podemos irnos tan lejos como podamos, sin llevarnos nada más, solo nuestras ropas.


No podemos Jimin, ya sabes lo que podría suceder si nuestros padres se enteran y deciden buscarnos, escapar es una opción que ni si quiera debería ponerse sobre la mesa — Yoongi aventó la pequeña roca y dejó que un suspiro abandonara sus labios.


—¿Yoongi, prefieres casarte con ella? — Jimin preguntó con el corazón en sus manos — Dormir con ella, besarla, escoltarla en cada reunión, tarde o temprano nuestros padres querrán que tengas descendencia, por ello quieren que te cases con ella, para que tu apellido continúe, ¿prefieres eso que escapar conmigo?


—Sabes bien que no lo haré, no podré tocarla, ya me las arreglaré yo para poder evitar ese castigo — Yoongi tomó la mano ajena y suavemente la acarició solo por unos segundos.


—Quiero confiar en ti, pero no sé cómo podría existir imaginando que duermes a su lado.


—Yo tenía planeado darte una sorpresa esta noche, pero creo que será mejor que te la diga ahora — Min sonrió apacible y le sonrió una vez más intentando transmitirle al menor que realmente lo amaba y que haría todo lo posible por hacerle creer y confiar en su palabra —, ¿recuerdas la cabaña del bosque? Bueno desde hace unos meses he estado yendo hacia aquel lugar para poder adecuarla para ti, para nosotros, quiero que aquella se convierta en nuestro refugio, pasaremos tanto tiempo juntos que ni si quiera tendrás duda en mi palabra. Si tu padre pregunta por tu ausencia, le diremos que estas ejerciendo algunas tareas dentro del campo militar, si tú me lo permites, serás tú quien duerma conmigo, no Minying.


Jimin escuchó atento a las palabras que Yoongi mencionaba, su corazón levemente herido se nutría de aquellas palabras de amor, quiso besarle los labios en aquel momento, estrecharlo en sus brazos y gritarle cuanto lo amaba, pero el miedo a ser sorprendidos estaba latente, así que de la manera más sigilosa, Jimin besó sus dedos medio e índice y así de forma fugaz, los posó en los labios de Min, dejando en ellos el dulce beso enviado.


Ahora ve a prepararte, esta noche cuando termine la cena, te veo en el granero, es algo especial, por favor no demores.


Jimin se levantó y corrió dentro de casa para poder cumplir con sus tareas de aquel difícil día. El total revuelo caía en la apariencia de la joven novia, Jimin no dejaba de escuchar los gritos de la señora Kimi, pidiendo a las costureras que no dejaran piel a la vista de nadie, el vestido era recatado, aquella tela blanca adornada con flores de encaje cubría desde el mentón hasta sus tobillos, sin duda, la mujer desbordaba belleza y felicidad por el día más esperado para ella. Si tan solo aquella mujer supiera que el corazón de Yoongi ya le pertenencia a otro hombre, sin duda, aquella mujer se evitaría aquella bochornosa situación y borraría la sonrisa enamorada que decoraba su rostro.

Las horas pasaron lentas para Jimin, pero eran rápidas y accidentadas para Minying, aquel dulce momento por fin había llegado, los invitados ya esperaban pacientes en las sillas blancas y en medio de arreglos de flores preciosas, en su mayoría, las rosas destacaban. En el altar, Min esperaba con las manos empuñadas en una firme postura de descanso cotidiana en los soldados de aquella época. No hubo necesidad de asistir a una capilla lujosa, pues Minying había preferido que la ceremonia se llevara a cabo de forma privada y al aire libre, ya que solía decir que aquel ambiente era del gusto de su prometido. Así que, en ese momento, la hermosa Minying era escoltada por el general Park Hyun, aquel hombre honorable que desfilaba tomando el brazo de la joven en camino hacia el altar, un par de niñas, sobrinas del comandante Min habían entrado primero, tirando pétalos, formando así un camino aterciopelado con pétalos de rosa blanca.

Un suspiro abandonó los labios de Min cuando aquel hombre le había entregado en formalidad a su adorada hija, ni si quiera sonrió, solo prestó su brazo para que Minying reposara el suyo sobre el de él. En primera fila se encontraban ambas familias, de lado izquierdo la familia Park esperaba, mientras que detrás de Min, en el lado derecho esperaba su padre y su madre orgullosos de su compromiso.


—Queridos hermanos, estamos aquí junto al altar, para que Dios garantice con su gracia su voluntad de contraer matrimonio ante el ministro de la Iglesia y la comunidad cristiana ahora reunida. Cristo bendice copiosamente su amor conyugal, y él, que los consagró un día con el santo bautismo, los enriquece hoy y les da fuerza con un sacramento peculiar para que ambos guarden mutua y perpetua fidelidad y puedan así cumplir las demás obligaciones del matrimonio. Por tanto, ante esta asamblea, les pregunto sobre su intención — el hombre de túnica blanca se dirigió con seriedad y armonía ante el par de jóvenes frente a él que permanecían juntos, Min por su parte, mantenía su mirar levemente agachado, buscando distraerse —. Señor Min Yoongi y señorita Park Minying, ¿quieren contraer matrimonio sin ser coaccionados, libre y voluntariamente?


—Si — con una espléndida sonrisa, la joven pronunció, sin embargo, Yoongi no pudo responder.


Yoongi permanecía observando a la nada, detrás de aquella joven pareja Jimin permanecía expectante ante las respuestas de Min, mordía su labio inferior y podía sentir como su corazón quería salir, ¿por qué de pronto Min no quería hablar? Un suspiro salió de los labios de Yoongi y entonces miró a la joven, miró de nuevo al hombre frente a ambos y con pesadez dio la respuesta esperada.


Si...


— Así, pues, ya que quieren contraer santo matrimonio, unan sus manos y manifiesten su consentimiento ante Dios y su Iglesia.


⊱௲⊰

Yoongi no te cases unu 

Todos los créditos del hermoso dibujo a mi pedacito de algodón Dagger

Que pasará con esta bella historia? 

Nos leemos el próximo viernes <3

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