008
El clima de aquella noche de pronto parecía ser helado para Jimin, aunque sus prendas le abrigaban el cuerpo, podía sentir una brisa traviesa recorrer cada átomo que le conformaba, como si estuviese dentro de una bola de cristal, Jimin podía mirar un entorno distinto, uno que no había imaginado o que al menos no esperaba de forma tan prematura. Su adorada hermana estaba comprometida con el joven que su corazón había elegido para amar, mirar a Yoongi frente a él justo al lado de la joven señorita le partía el corazón, se sentía molesto pesando en que Min Yoongi sabia a detalle de los hechos que acontecerían aquel día, ¿era acaso que aquel hombre fingía aquellos sentimientos de amor que día a día le demostraba en las caricias discretas en el dorso de su mano? Al terminar la cena, Jimin limpió la comisura de sus labios con la servilleta que mantenía empuñada debajo de la mesa, se levantó y se despidió con educación de la reunión.
—Si me permiten, quisiera respirar un poco de aire fresco, escuché que tomar una caminata al aire libre después de comer es de ayuda para prevenir la fiebre amarilla — Jimin dejó una reverencia y mostró una sonrisa en dirección a la joven pareja.
—Si ese es un buen método preventivo, deberíamos ya de aplicarlo todos — la madre de Jimin pronunció levantando su copa y bebiendo un pequeño sorbo del líquido que aquella portaba.
El latir del corazón de Park se sobresaltó una vez que abandonó la sala, otra oleada de aquella brisa helada recorrió su cuerpo al ver ante sus ojos la hermosa noche, que si bien tenía una temperatura agradable, Jimin la sentía como la noche más helada del invierno. Se detuvo solo por unos minutos sobre el marco de la puerta mientras admiraba el cielo estrellado, sin ser consciente un pequeño suspiro abandonó su cuerpo, también una gota salada resbaló por su mejilla hasta tocar la piel de su cuello, de inmediato la limpió cuando escuchó que la puerta detrás de su espalda comenzaba a abrirse.
—¿Me permite acompañarlo esta noche? — la voz de Min Yoongi resonó en su nuca, el frio que había estado sintiendo poco a poco se iba al sentir aquella cercanía, tan esperada.
—No me parece que sea correcto señor Min — Jimin pronunció mientras sus sentimientos le obligaban a escapar, emprendió su caminata hacia ningún lugar.
—Jimin, yo no tenía idea de esto, déjame hablarte — Yoongi no respetó la decisión de aquel y le siguió el caminar.
—También me gustaría pedirle que se terminen los días de entrenamiento, supongo que ahora con su compromiso estará ocupado — Jimin pronunció con tintes de rabia y decepción en sus palabras, y después de ello, incrementó la velocidad en su caminar dejando pronto lo que ahora consideraba su pasado.
Jimin no giró el rostro para confirmar que Min se había alejado de él, pues el silencio en su andar le decía que se encontraba solo, en su caminar lleno de soledad, pudo dejar que su llanto saliera con libertad y aunque sabía que esa acción era prohibida para los varones, la oscuridad de la noche seria su cómplice, solo las estrellas veían el corazón dolido que Jimin portaba en su pecho. Aquel vago caminar le llevó al escondite al que solía ir de niño cuando no quería tomar sus lecciones con la señora Kimi, el viejo granero que se encontraba abandonado desde hacía varios años y que para su suerte estaba alejado a varios metros de su hogar.
—¿Sigues viniendo aquí cuando te sientes triste? — después de que Jimin entrara al sitio escuchó la voz del mayor detrás su espalda, aquel le había seguido en silencio respetando el espacio que necesitaba.
—Te mencione que quería estar solo Yoongi — Jimin se dio la vuelta y enfrentó su tristeza.
—Yo no quiero dejarte solo, me ofrecí para cuidarte, para devolverte la vida cuando lo requirieras — Min se acercó al menor y le tomó los hombros con cuidado, pero aquel nunca le miró los ojos —, Jimin, tú sabes que te amo más que nada, eres mi motivo y mi esperanza. Por favor no me quites tu amor, que yo no sería capaz de vivir si no es contigo.
—Eres el prometido de Minying — Jimin levantó aquel mirar rojo y lleno de lágrimas, la impotencia podía reflejarse en todos sus rasgos.
—Eso no borrará mis sentimientos hacia ti — Yoongi limpió las lágrimas que caían en cascadas de aquellos ojos que le regalaban un brillo sin igual —, daría todo de mi para poder decir que a quien amo eres tú, pero tú sabes que esto no es normal para ellos.
—Vámonos de aquí Yoongi — Jimin pronunció tomando el rostro ajeno, mirando con esperanza aquellos ojos —, toma esta vez mi mano y huyamos, quédate conmigo.
El de piel pálida respiró profundo, acarició una de las manos que tomaban su mejilla y sin expresión alguna solo pudo negar, si bien deseaba quedarse con aquel amor infantil, con ese amor secreto, sabía que sería más perjudicial para ambos huir, sus padres no permitirían eso, si escapaban juntos serian buscados hasta por debajo de las piedras, era un riesgo con consecuencias violentas que Yoongi no podía dimensionar, su amor y su instinto le obligaban a seguir las reglas y quedarse para enfrentar su cruel destino.
—Estaré siempre tomando tu mano Jimin, pero no pienso arriesgarte, lo que nuestros padres quieren es cerrar un trato monetario lleno de una percepción social que les deje verse en la cima de quienes les rodean. No importa si me caso con Minying, no importa si la amo o no, lo que importa es el título — Yoongi atrajo en sus brazos el cuerpo de Jimin y acarició aquella espalda con esmero mientras besaba fugazmente la cabeza ajena, en medio de aquellos besos sus ojos se cerraron sintiendo aquella conexión cálida en su cuerpo —. Si me caso con ella, no sospecharan que pase tanto tiempo contigo. Me dejarán amarte más libremente.
La calidez se apoderó del cuerpo del menor, se sentía tan cómodo en aquellos brazos fuertes que le abrigaban, podía sentir incluso como el latir de su corazón se sincronizaba con el latir que retumbaba en el pecho varonil de aquel joven que le tomaba con todo su amor. Al sentirse consolado por su bien amado, tuvo el atrevimiento de levantar el rostro y robarle un beso en los labios de aquel chico, un beso fugaz como el de aquella noche, la única diferencia radicaba en que esta vez, Jimin permaneció acunado en aquellos brazos mientras se perdía en el mirar hermoso de aquel joven caballero que parecía intimidarse por el abrupto atrevimiento.
—Sé que no estoy en posición para pedirte un beso, pero concédeme al menos esta noche probar la vida que me dejan tus labios — Yoongi pronunció con tono educado mientras esperaba por una respuesta aprobatoria, sin embargo, solo pudo obtener una respuesta llena de silencio, pero el deseo se mantenía en medio de ambos. Min no dejó de ver los labios abultados del menor, Jimin por su parte se sentía nervioso y lleno de vergüenza ante su atrevimiento —. Se que tal vez un beso sea considerado para ti un atrevimiento que lastima tu moral y te genere nervios, así que solo te besaré en este instante si me lo permites, y si giras tu rostro al sentir mi respiración, entonces esperaré a que te acostumbres a mí, a mi cercanía y a mis deseos de querer besarte.
Las piernas de Jimin no dejaban de temblar, las pulsaciones de su corazón iban cada vez más en aumento, al darse cuenta de ello, Yoongi le tomó con fuerza de la cintura usando solo una de sus manos, impidiendo así que aquel se desvaneciera. Con ternura, Min acarició la mejilla izquierda del más pequeño, le miró los labios y poco a poco se acercó a ellos, aquellos pulmones se llenaron del respirar nervioso del pequeño, esperaba con todas las fuerzas de su corazón que el chico no girara su rostro, así que cuando se dio cuenta de que Jimin cerró los ojos, cortó los escasos milímetros de distancia que se encontraban entre ambos y entonces pudo sentir los labios ajenos. El primer rose era suave y dulce, Min se sentía en el éxtasis, aquel era su tercer beso, era la tercera vez en la que había tocado aquellos labios con los suyos, después de tanto tiempo encontrándose en citas en medio del bosque, por fin Min Yoongi podía probar el dulce sabor en aquellos labios.
Cuando ambos se separaron, Jimin pudo sentir sus mejillas arder, así que agachó de inmediato su rostro ocultando aquel gesto, sin embargo, Yoongi le levantó el mirar y con una sonrisa le regaló todo aquel sentir que su corazón guardaba solo para él.
—Déjame hacerte sentir cuanto te amo, cuanto te necesito — Yoongi pronunció en un susurro sobre los labios húmedos de Jimin — déjame hacerte sentir esta noche todo lo que provocas en mí.
—Te amo Yoongi — Jimin asintió con suavidad sobre aquellos labios que al hablar sobre los suyos provocaban un cosquilleo por la vibración del eco de su voz.
Un beso delicado de nuevo fue arrebatado por Min quien poco a poco dirigía a Jimin a la profundidad de aquel granero, donde la oscuridad podía esconder aquel secreto tan impuro. La piel de ambos sentía un picor ardiente al sentirse tan cerca, se necesitaban y aquellos besos acompañados de un latir sincronizado lo pedían a gritos. Yoongi desabotonó la camisa blanca de Jimin, pero algo le hizo detenerse.
—¿Estás seguro de esto? — Min miró los ojos de Jimin quien permanecía frente a él, con un movimiento suave en su rostro le dejó saber a Yoongi cuanto necesitaba de aquel elixir, pues su corazón había sido lastimado aquella noche, así que necesitaba una dosis de amor.
Aquel par de almas se unieron en un amor puro aquella noche, solo la luna y las estrellas supieron de aquel encuentro secreto, de ese amor prohibido. Los grillos de la noche armonizaron el silencio que en un par de ocasiones se hacía presente al no querer pronunciar en alto las sensaciones que en aquel acto ambos sintieron. Jimin permaneció en el regazo de aquel caballero, apoyó su mentón en aquel hombro y solo con suaves jadeos susurrados en el oído ajeno le hizo saber que aquel acto lleno de pecado era justo lo que deseaba, aquel danzar de la pelvis del joven Park y aquella fuerza concentrada en las manos de Yoongi al sujetar la cadera del menor no sería un recuerdo fugaz que se olvidaría al día siguiente, Min Yoongi recordaría aquel dulce momento por el resto de su vida, porque le necesitaba... porque le amaba tanto que aquella noche le juró a las estrellas amar a ese chico incluso después de que su corazón dejara de latir.
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Personalmente creo que este es mi dibujo favorito, Yoongi siendo una abejita y Jimin una linda flor, aah amé esa bella analogía, no puedo con tanta belleza, Dagger, eres como siempre un artista completo.
Nos leemos el próximo viernes. <3
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