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005

Aquella noche, Min Yoongi se recostó sobre su cama, sus manos hacían un soporte en su nuca, aunque las horas pasaban, sus ojos no se cerraban para dar consuelo a sus sueños, solo una sonrisa estaba en sus labios, el sentimiento devenido de aquel beso solo era la confirmación de sus sentimientos no amistosos hacia el más pequeño, la relación de hermandad era inexistente, la amistad que Jimin tanto le había prometido se había ido por la borda, los sentimientos de Yoongi estaban latentes, incluso se permitió hacer una analogía del beso, debía reclamarle pronto por la pronta huida, así que, tenía que ser serio pero discreto con la pequeña disputa. Tomó de su pequeña mesa un trozo de hoja, con la pluma y el tintero se acomodó frente a su ventana contemplando el cielo nocturno, pensando de qué forma metafórica podría reclamar, al ser las estrellas la única cosa brillante que sus ojos admiraban, una sonrisa de nuevo le deformó los labios, con la punta de sus dedos acarició aquellos y se dispuso a escribir.

Cuando los rayos del sol se colaron por la ventana Min Yoongi levantó su cabeza entumida, sus brazos habían sido su almohada aquella noche que durmió sobre su mesita pensando en el beso fugaz del menor. Poco le duró la molestia en sus extremidades, pues aquel día era el inicio de la instrucción militar para Jimin, era el pretexto perfecto para poder ir a visitarlo y darle la pequeña carta que escribió durante la noche; así que con toda la energía del mundo se estiró, tendría que tomar un baño y cambiar su ropa para verlo.

Transcurrieron dos horas, el carruaje de la familia Min ya se encontraba fuera de la casa de la familia Park, el cochero le abrió la puerta del carruaje al joven y aquel agradeció acomodando su uniforme de soldado, aquel que le hacía ver, desde su perspectiva, varonil y formal. Tocó la puerta con el corazón en la mano, esperando que el pequeño Jimin abriera la puerta, pero aquel deseo no se cumplió.

Min Yoongi, que agradable es su visita — Minying había abierto la puerta y después de darle una reverencia se hizo a un lado invitándole a pasar —. Estamos en medio de una lección de salón, ¿quiere usted acompañarnos?

—En realidad no, no quisiera incomodarle señorita, solo vengo por Park Jimin, hoy iniciamos con sus lecciones — Yoongi entró a la casa manteniendo sus manos detrás de su espalda y marcando una distancia prudente entre la señorita y él —, si no es una molestia para usted, ¿podría llamarle e indicarle que ya me encuentro aquí, para que la dejemos volver a sus deberes?

—No es ninguna molestia, pero mi hermano se encuentra en el salón practicando con la señora Kimi una pieza de vals, mi hermano aún no aprende nada sobre el baile de salón.

—¿Podría entrar señorita Minying? — Yoongi preguntó cortés, no obtuvo respuesta alguna, solo siguió los pasos de la joven que lo guío dentro del salón principal, donde de forma tenue se escuchaba el sonido suave de un piano, era sin duda aquella pieza musical de Franz Liszt, ,"love dream".

—No es así joven Jimin, no, debe tener una posición recta, no debe de ver los pies en sus movimientos — la mujer de mediana edad pronunciaba en alto, intentando ser escuchada ante la melodía que el grato pianista tocaba por décima vez.

Minying solo negó decepcionada al ver de nuevo el fracaso en aquel chico, por otro lado, Yoongi miró detenidamente con una sonrisa los movimientos de aquel joven distraído.

—Lo siento señorita Kimi, lo siento señor Jeon — el joven pronunció deteniéndose de forma abrupta y dejando ver una pequeña reverencia.

Jimin, este es tu intento número diez, la señorita Kimi debe estar agotada y nuestro pianista igual, no ha dejado de tocar la misma pieza desde hace horas — Minying atrajo la atención con aquel comentario, obligó a los ojos de Jimin levantarse para ver la compañía de aquella —. Seguro que el joven Min Yoongi es sabio conocedor del vals de salón, ¿no quisiera hacer una demostración conmigo?

—Algo sé de ello, pero ahora no es momento señorita, tengo otras prioridades — Yoongi clavó su mirar en el rostro avergonzado de Jimin —. Anoche ofrecí mi ayuda para instruirle en lo que a mí respecta, asuntos del ejército, ¿sería tan amable señora Kimi de permitirle a Jimin que abandone su lección de hoy?

—El señor Park me había mencionado algo de ello, yo estaba enterada del asunto, así que no puedo negarme o retenerle, puede ir con usted joven Min — la mujer miró a Jimin y solo asintió —. Puede ir Joven Park, mañana retomaremos la lección de hoy, espero que medite sus errores y tenga movimientos fluidos mañana por la mañana.

—Gracias señora Kimi — Jimin se despidió con una reverencia, siguió después la espalda de Min Yoongi, aquel que no se había detenido para hablarle, solo le invitó a subir al carruaje y así por varios minutos había guardado un silencio sepulcral.

El silencio que Min había mostrado desde la primera mirada intrigaba a Jimin, no sabía que decirle, no sabía si Yoongi se encontraba molesto por el pequeño accidente de la noche anterior, tampoco sabía si aquel error repercutiría en su amistad, sus dudas incrementaron cuando dejó de ver sus manos y de reojo miró a Yoongi, aquel, aun manteniendo su postura estaba sonriendo, miraba el ambiente fuera del carruaje, pero no decía palabra alguna.

Cuando el tortuoso camino se terminó y el carruaje se detuvo a las afueras de un bosque en la lejanía, Yoongi bajó y dio instrucciones a su cochero para que pasara a buscarlo en seis horas, justo en ese mismo sitio. Yoongi bajó una pequeña maleta y esperó a que su acompañante bajara, con la vergüenza reflejada en su cuerpo, Jimin solo se abstuvo a seguir a Yoongi.

—¿Sabes disparar un arma? — Yoongi rompió el silencio, su sonrisa aún destacaba en su rostro, aquella estaba llena de superioridad, o eso pensaba Jimin.

No realmente — pronunció con la mirada clavaba en el camino irregular del bosque —, ¿a dónde estamos yendo?

—Cuando era niño, supe de este lugar una vez que mi familia me llevó a ver a un familiar lejano. No muy cerca de aquí, hay una cabaña, era del hermano de mi madre, él me dijo que esa cabaña seria mía cuando creciera y quisiera huir de la educación estricta de mi padre. Así que ahora podemos venir aquí para poder instruirte, la cabaña es algo vieja así que solo usaremos la naturaleza para que aprendas algo, ¿estás de acuerdo Jimin?

—Claro Yoongi — Jimin rascó su nuca y después se animó a pronunciar algo más de lo que se le solicitaba —, lo de anoche, yo lo siento, no fue mi intención, no quería molestarte, sé que estuvo mal y si gracias a ello piensas tener una distancia conmigo, yo lo entenderé, solo no se lo menciones a mi padre.

Yoongi detuvo su caminar, se sentó en una roca que adornaba el lugar y miró a Jimin, de forma seria le invitó a sentarse, hasta que el joven acepto la invitación de tomar asiento a su lado, Yoongi le entregó el trozo de papel que por la noche escribió.

Toma, lee esto en la noche, cuando estés solo — Jimin tomó el papel doblado y lo observó por unos segundos, asintiendo despacio guardó aquel trozo en uno de sus bolsillos —. Lo que sucedió anoche me ha enfadado solo un poco.

—Lo siento, mi padre dice que es aberrante que los hombres muestren este tipo de demostraciones con otros hombres.

—Jimin, eso no es lo que me molesta, lo que me enfadó fue el hecho de que no duró nada, saliste corriendo sin esperar mi replica, ¿y que si yo quería más? Yo extrañaba tus besos.

—Yoongi, no puedes decir eso — Jimin negó una y otra vez, giró su rostro y se alejó un poco de aquel.

Estuve esperando este momento desde hace años y sé que tú también, ¿olvidaste cuando éramos niños? Siempre cuidé de ti, te tomaba de la mano y más de una vez nos besamos, claro que siempre besé tu mejilla, no me había atrevido a rosar tus labios.

—Yoongi — Jimin tragó la saliva con dificultad, con un suspiro miró aquel rostro y sintió que su corazón escaparía de su pecho al ser correspondido de ese modo — te extrañé y pensé en ti siempre, pero tú sabes que esto es imposible, no podemos hacer esto, si nuestros padres se dan cuenta, podríamos defraudarlos, lo que estamos haciendo es un pecado. Solo tenemos que olvidar lo que pasó y continuar como lo estábamos haciendo.

—No puedo, te he esperado toda mi vida — Yoongi tomó la mano de Jimin, con temor de ser rechazado, llevó aquella a la altura de su rostro y suavemente dejó un beso en ella —, no puedes pedirme que me olvide de todo lo que he deseado desde que me enamoré de ti la primera vez que te vi.

Jimin se soltó del agarre de Yoongi y le acarició la mejilla con suavidad viendo los ojos ajenos, por la caricia suave, Yoongi cerró sus ojos por un instante, perdiéndose en el tacto cálido del ajeno, posó entonces su mano sobre la de Jimin y miró de nuevo aquellos ojos.

—Nadie se dará cuenta, no podrán descubrirnos Jimin — Yoongi se levantó de la roca ayudándole al menor a ponerse de pie —, pero te dejaré pensarlo, por el momento te enseñaré a disparar un arma de calibre bajo.

Jimin caminó por el sendero de aquel bosque sujetando la mano de Yoongi, entrelazó sus dedos con los de aquel, de la instrucción sobre armas no se dijo nada, pues ambos permanecieron tomados de la mano paseando por las entrañas del bosque, ambos reían por las anécdotas vividas durante sus años de ausencia. Jimin había tomado en sus manos una flor amarilla entre sus manos, mientras le contaba a Yoongi lo que había hecho en cada año, un pétalo de la flor había sido desprendido y dejado al alba.

Cuando la tarde por fin cayó y ambos tuvieron que despedirse de forma seria y lejana para evitar sospechas, Jimin fue a su habitación, al cerrar la puerta se recargó sobre ella asegurándose de no tener visitas inesperadas, entonces sus manos tomaron la carta, aquel trozo de papel que desprendía el aroma de Yoongi, sus ojos se cerraron y vinieron a su mente el recuerdo de la caricia en su mano, el mirar y el latir de su propio corazón a ver aquellos ojos.

Yo sé que un joven de mi clase, que aspira a ser un caballero a una altura elevada, no es digno de probar el dulce néctar de sus labios, pero le estaría agradecido si de un beso alimentara mi alma desnutrida, un beso duradero no uno esporádico como el brillar fugaz de una estrella cayendo en picada por el cielo nocturno. Si me permite confesarle un viejo secreto, he creído durante varios años que solo su amor sería capaz de calmar mi hambre de amarle, déjeme ser su fiel caballero y mostrarle que mis besos también le pueden alimentar durante la eternidad.

Min Yoongi

Un suspiro profundo abandonó su cuerpo, la sangre se acumuló en sus mejillas y el revoloteo en su corazón le exaltó, con sus manos dobló de nuevo el trozo de papel y lo llevó a sus labios dejando sobre aquel un suave beso. Sus sentidos se habían apagado y solo al cerrar los ojos podía verse envuelto en los brazos de Yoongi, no obstante, su pequeño sueño explotó como burbuja por los golpes en la puerta de su habitación.

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todos los créditos del dibujo a miawmorcito, 命 𝒟𝒜𝒢𝒢𝐸𝑅.

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