Capítulo setenta y cuatro.
Oscar's
— ¿Hay algo que te gustaría comer? — Pregunté mientras ella se sentaba.
Se puso a pensar un rato. — ¿Recuerdas el plato qué comiste con mis padres aquella vez? — Preguntó añadiéndole un toque más de "casados" a su oración.
— ¿Era sopa de camarones? — Pregunté intentando realmente recordar. —Era de ostras y fideos chinos— Me corrigió.
—Entonces, ¿Eso? — Pregunté mientras buscaba ostras en mi refrigerador, cosa que no encontré. — ¿No puede ser camarones por ostras? Es que no hay ostras— Dije volteando a verla a ella.
Ambos nos manteníamos en el papel de poco habladores, cosa que era cierta, aunque intercambiabamos, Tzuyu por contrato tiene que ser un poco más cerrada frente a cámaras, yo no tengo contrato, pero el haber pasado tanto tiempo frente a cámaras hizo que me diera igual, detrás de ellas sí que soy como Tzuyu.
Y al menos ese lado de mi varias veces fué grabado, principalmente cuando tenía sueño.
—Quizá— Dijo para levantarse y empezar a ver todo lo que había en el refrigerador. —Tienes pocos ingredientes para cocinar cosas asiáticas— Dijo después de analizar. —Noona, no soy asiático— Respondí realmente ofendido.
—Entonces háganos una fusión, sopa de camarones al estilo asiático y americano— Dijo empezando a sacar cosas.
Un hora más tarde resultó algo tan extraño como muestra relación, pero que igual, para ser raro estaba bien.
Terminamos de comer y surgió una duda. — ¿Dónde puedo guardar mi ropa? — Preguntó ella, a lo que entré en pánico, ya que a duras penas entraba mi ropa.
—Creo que ya tenemos algo que hacer ahora— Dije para arrastrar la maleta de Tzuyu a mi cuarto.
Abrí el clóset dejando ver todo lleno y debajo muchas cajas.
—Bien, esas cajas no tienen cosas sin valor— Dije hablándole tanto a la cámara como a Tzuyu. Arrastré una caja y la abrí. —Tienen discos de platino, pero no los puedo colgar porque no tengo espacio— Dije mirando a la cámara, y ya la chica con la cámara en mano estaba riendo por recordar la primera vez que dije eso.
—Deberías comprarte una casa más grande— Dijo ella riendo.
—No me he mudado porque principalmente tengo pereza de mover todo y reconectar cableado— Dije colocando la caja devuelta.
Luego me paré y empecé a hacer cálculos de Tetris.
—Dame diez minutos— Dije buscando otra caja más, metiendo ropa en ella, haciendo un buen espacio y luego metiéndola debajo de mi cama por el momento.
Terminé sentado en el piso sonriéndole y mostrando mi pulgar arriba en señal de victoria.
Dejé que ella sola acomodada su ropa por privacidad y me dirigí a lavar los platos.
Luego de un rato, me senté en sofá y ya que no tenía nada más que hacer me puse a jugar videojuegos, ya tenía abandonado ese aspecto.
—Oh, he visto este juego por internet— Dijo sentándose a mi lado. — ¿Quieres jugar? — Pregunté ofreciéndole el control, ya que aún no estaba en plena partida.
Accedió, a lo que le di el control y le coloqué el tutorial y le di ayudas sobre lo que no entendiese, que iba a ser todo, ya que el juego estaba en español.
—Con este apuntas— le señalé haciendo una cosa rara con nuestras manos para que fuera más fácil. —Con este disparas— Señalé después.
Luego le enseñé todas las demás funciones.
—Tengo una pequeña duda interna, ya que jugaba mucho era bueno, y este juego tiene sistema de posicionamiento por habilidad— Dije haciendo que volviera a hacerme la cara de uno, no entender o dos, juzgar.
—Eso significa que si eres bueno te podrán con gente buena, si eres malo con malos— Aclaré después. —El punto es que, como dejé de jugar no recuerdo si se restableció eso— Aclaré aún más.
—Creo que podré jugar bien contra la gente de tu nivel— Dijo confiada.
Busqué partida, y ya solo en el lobby me di cuenta que no se restableció aquello, principalmente porque mataron a Tzuyu cuatro veces en sesenta segundos, dos veces ni había caído cuando ya estaba muerta.
Nos miramos por un segundo, ella puso cara triste, y yo reí.
Al empezar el juego le indiqué que saltara en una zona lejana, pero cómo le gusta llevarme la contraria, se lanzó en plena ciudad, al menos sobreviviendo dos minutos antes de morir y reaparecer.
Poco a poco le iba indicando cosas en las que iba fallando, y aunque seguía igual en cuanto a puntuación, se empezó a mover de manera más táctica e inteligente.
Incluso al punto de matar a un enemigo, cuando lo hizo empezó a saltar de alegría como si hubiera ganado todo el juego.
Yo en ese momento solo podía verla sonriendo, fuera de nuestros personajes sobre personajes, ese era mi verdadero yo, admirarla y pensar el como es posible que sea siquiera real.
Luego mató a un par más y quedó penúltima en la partida, dándome el control y viendo atentamente lo que yo hacía.
Empecé el lobby, cayendo y matando a uno, luego cubriéndome y matando a dos de corrido.
—Wow, eres muy bueno— Dijo al verme jugar. —Antes del programa y de Falling tenía mucho tiempo libre— Dije como si fuera poco todo aquello.
La partida empezó e hice lo mismo que Tzuyu, me lancé en la misma zona, asesinando a otro que se atrevió a caer donde yo.
Luego me subí a un edificio para jugar "táctico" con un francotirador, logrando llevarme muchos enemigos mas hasta que otro francotirador me cortó mi racha. Mientras veía la cámara de muerte revisé de reojo a Tzuyu, estando sentada de la misma manera que yo, con los pies cruzados en el sofá y boquiabierta por las jugadas que recién había hecho.
—Podré ser tonto, pero en las cosas que me gustan soy bueno— Dije haciéndola recordar muchas cosas y que sin saber nada, era perfectamente viable de decir.
Mientras jugábamos y hablábamos, se hizo de noche, muy de noche, a lo que nuestra respuesta para cenar fueron cereales, dieta de idols.
Luego fuimos a la cama, Tzuyu tomando un baño y poniéndose una pijama, yo solo me dejé caer y empecé a usar mi celular para ir coordinando la que sería la canción que tendría que hacer con ella.
— ¿No piensas cambiarte? — Preguntó una vez ya en cama. —Soy de dormir con lo primero que tenga, de todos modos mi ropa es cómoda— Dije quitándole importancia.
Ella empezó a usar su celular también.
—Somos buenos actores, ¿no? — Me preguntó por mensaje.
—Deberían nominarnos a premios— Respondí.
—Buenas noches— Dije en voz media. —Ten dulces sueños, te quiero— Le escribí inmediatamente por mensaje, cosa que respondió de igual manera y dormimos.
En una misma cama, aunque con sábanas distintas.
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