Momento eterno, comienzo infinito

En ese abrazo sentí como dos segundos podían convertirse en dos décadas.

Y en cómo podría venderle mi vida y alma a lucifer solo para sentir una década más.

Nos despegamos aunque nuestras manos estaban más unidas que nunca.

—Creo que ya no quiero hacer el vídeo hoy— Dije mirando las manos de ambos.

— ¿Quieres solo sentarte y hablar en la sala? — Pregunté después.

Asintió, a lo que nos movimos a la ya pequeña sala.

—Por cierto, te mencioné que hice «Slow Dancing In The Dark» estando borracho, la cosa es que me embriagué con la misma botella de alcohol que tu padre me hizo tomar, y pensé la letra en base a que pensé que te gustaba alguien más— Dije recordando aquella anécdota.

—Y eso lo plasmé hasta en la coreografía, podríamos bailarla ambos para que veas que son dos mitades— Sugerí.

— ¿En serio? No lo pensé, y eso que yo estuve cuando la crearon, quiero ver— Se levantó, yo igual, encendí el equipo de sonido y con mi celular coloqué la canción, empezando la coreografía.

—Solo cópiame y sigue mis movimientos cuando sea necesario— Dije mientras que los primeros acordes empezaban.

Poco a poco, y en el minúsculo espacio para bailar, nos íbamos acercando, luego bailando un perfecto y completo vals, para luego alejarnos, imitarnos y volver al vals para terminar conmigo solo.

—Si era verdad… — Dijo una vez que terminó la coreografía.

Me senté ya que me cansó eso. Ella me siguió, sentándose a mi lado y tomando mi mano recién cayó en el mueble.

—Realmente me siento culpable por no haberte dicho nada antes… — Miró nuestra pequeña unión. —Podría haber esperado una vida entera por ti, no es necesario que te disculpes, prefiero que todo sea lento y poder guardar memorias a algo rápido y fugaz—  Respondí viendo a su rostro.

—Ahora recuerdo otra cosa, hace un tiempo, ya no recuerdo cuánto, pero soñé contigo por alguna razón en el medio de un girasol y terminé haciendo una canción que aún no se ha publicado, será parte de una película pronto, quiero enseñartela— Me levanté y ella siguiéndome fuimos al estudio, hice que se sentará en la silla, ya que se escucha mejor allí, por cuestiones de posición con monitores de estudio.

Le di a reproducir al proyecto.

Poco a poco iba avanzando mostrando todos los arreglos y cosas.

Entró mi voz a lo que ella empezó a moverse un poco sutilmente de lado a lado.

Yo empecé a cantar la letra de repente ganándome su atención.

Me arrodillé tomando sus manos y empezando a cantarle directamente.

Haciendo de paso caras tiernas y exageradas para hacerla reír.

Aunque era en inglés, realmente ciertas partes las decía con potencia de un catalizador en forma de esperanza para que me entendiera.

Al terminar la canción y yo dejar de cantar, de inclinó un poco, besando mi frente y sonriendo después.

—Ven, hay otra cosa que quiero mostrarte— Dije tomando su mano y caminando por el pasillo, luego sala yendo hacia mi cuarto. —No te quería mostrar mi cama o cuarto, lo que es importante esta en el clóset— Dije soltando su mano y abriendo el clóset, sacando las cajas de dentro.

—Soy el tipo de persona que guarda doce álbumes de platino en cajas en su clóset porque no tiene espacio, te gusta alguien muy raro— Dije sarcásticamente, ya que aunque yo era raro, básicamente nadie podría superarla muchas veces.

—Si yo fuera tu, haría lo mismo— Dijo sentándose en la alfombra del piso.

Saqué los discos, viendo de donde era cada uno.

—Vendí todas las copias posibles en el Reino Unido, España, Rusia, Suecia, Estados Unidos… — Seguí contando hasta llegar a los doce.

—Y todo eso fué con solo una canción escrita a base de inspiración tuya, en el próximo voy a tener el triple de estos ya que todo lo que hago que está envuelto contigo termina volviéndose oro— Dije reacomodando.

—Platino— Dijo corrigiendome. —Cierto, el platino vale mucho más— Dije riendo.

—Estoy tan confiado que lanzaré tres promocionales, y el primero será tu canción— Dije apoyándome en una caja.

—Aún tendrás que enseñarme a tocar más piano, cuando hablas de música aunque no entiendo mucho a la primera, me gusta porque en tu voz te escuchas animado— Dijo cambiando el tema.

—Todo el tiempo que podamos estar juntos intentaré enseñarte— Dije, aunque eso fué algo agridulce, ya que recordé mi próxima agenda.

—Noona… recordé que estaré ocupado, para cuando ustedes hagan su regreso tengo unas premiaciones en Estados Unidos y tengo que ir, y me quedaré dos meses más allá para hacer conciertos y colaboraciones con otros artistas, volveré para preparar sus próximas canciones— Dije desanimandome.

—No importa, podemos hablar por teléfono los pocos momentos que tengamos libres en el día, yo también puedo esperar, además, siempre tenemos un respiro y tiempo libre antes del regreso y las grabaciones— Dijo animandome después.

Su celular empezó a vibrar continuamente, atendió la llamada.

— ¿Ya? ¿No puedo quedarme un poco más? — Preguntó, ya sabiendo de que iba el tema.

—Está bien… — Dijo ahora desanimada ella. —Jihyo llegará en diez minutos… — Dijo triste ya.

—Mañana será otro día, aún tenemos tiempo, recién empezamos—  Dije levantándome y ofreciendo mi mano para que se apoyara en mi.