Burbuja

—Eso allí— Señalé un cuadro. —Y esa mesa por allá junto al ventanal— Señalé lugares.

—Bien, eso sería todo, muchas gracias por su servicio— Hice una reverencia y luego los de la mudanza se fueron.

Era increíble el espacio tan grande que había siendo un departamento.

Volteé a ver los materiales para la insonorización y puse manos a la obra, dejando uno de los tres cuartos disponibles en un próximo estudio, siguiendo con mi habitación también.

Seguido, sería la cocina y terminaría con el salón principal.

Aunque eso sería para el día siguiente.

Me tiré del cansancio en el sofá y gire mi cabeza viendo el ventanal y viendo hacia el río Han.

Saqué mi celular de mi bolsillo… y cómo era normal desde hacía una semana, ni un solo mensaje de Tzuyu.

Siendo los últimos dos las normales despedidas nocturnas que teníamos, también con un poco adornadas con amor.

Escuché cómo sonó mi timbre, a lo que me levanté sin mucho más y caminé, abriendo la puerta y viendo una cara nueva. — ¡Hola! — Exclamó el mismísimo Baekhyun. —Hola— Saludé en respuesta.

Luego de una presentación de vecinos, y un pastel de paso, volví a entrar, y cuando ya estaba poniendo un plato para comer el pastel volvió a sonar el timbre.

Abrí la puerta una vez más aunque no era una persona, eran cuatro.

— ¡Hola! — Exclamaron las cuatro chicas. —Hola— Respondí, cuando caí en cuenta que eran Blackpink quedé sorprendido. Y por lo visto ellas también.

—No sabíamos que nuestro nuevo vecino iba a ser nuestra competencia directa— Dijo Rosé en inglés. —Yo ni sabía que vivían aquí— Respondí en inglés también, a lo que solo tres entendieron, Jisoo era la única que no hablaba inglés, o al menos lo entendía.

—Les diría que pasen, aunque supongo que estarán ocupadas o será su día libre— Dije suponiendo. Solo estamos de paso— Dijo Lisa aunque volviendo al idioma de la nación donde habitabamos. — ¡Pero trajimos galletas! — Exclamó la mayor de un momento a otro, luego de darme las y despedirse entré y por fin empecé a comer, ahora siendo pastel con galletas.

Al terminar y lavar los platos, caminé hacia el sofá una vez más, pero encendiendo la televisión un rato, colocando la primera película que estuviera en mi cuenta.

Pero pasados cinco minutos me aburrí, buscando mi guitarra electrica nueva y su respectivo amplificador.

Pese a que todo estaba en mi nuevo hogar, faltaban las cosas más importantes, el estudio en si, y la consola, por lo que no tenía mucho que hacer, pero si que había ordenado un par de instrumentos grandes y otros nuevos, y uno era la guitarra, nunca es suficiente con una.

Empecé a tocar algunos acordes mayores y de paso tararear una melodía, volviendo a mis inicios de composición.

Tomé mi celular y programé un juego de percusiones y luego de un rato tenía ya mucho progreso, siendo mucho progreso en una canción desde el incidente que me había dejado sin poder hacer nada con la música.

~¿Por qué siempre estás con ese humor?~

~Ahora actuando como alguien nueva~

—Bien, ya tengo coro— Dije para mí mismo, y en esas seguí hasta que se hizo de madrugada.

El día siguiente consistió en rehacer un estudio nuevo, y recién terminé con el cableado y colocar los monitores, comencé con lo que tenía de ayer, creando una canción tan Falling como podía, misma duración, misma estructura, casi todo exacto aunque cambiando de una estructura menor a una mayor y mucho más movida.

Y para ayudarme llamé a alguien con quien había trabajado antes y que iba a haber un buen trabajo.

—Ey… ¿Cómo has estado? — Pregunté. —No tan bien como tú pero si que he estado bien— Respondió.

— ¿Recuerdas cuando te produje tu primer álbum y fué un éxito? — Saqué el tema. — ¿Qué puede hacer un simple mortal a tu celestial presencia? — Sacó su respectivo humor. —Una colaboración— Dije sin más.

Dos horas después me había enviado su demo, y aunque su parte tenía ciertas oraciones muy de relleno para seguir su rap, lo dejé así.

Luego de ese pequeño momento de inspiración, seguí con el trabajo de las canciones de TXT y colaboración con BTS.

Pasando el día volando, recordándome que la música era el mejor distrayente que tenía y la única que no me iba a traicionar en cuanto a dejarme usarla para dejarme fluir.