Capítulo ciento noventa y dos
360 Grados.
Pasé a otra de las cartas.
-Incluso en uno de los camerinos tuve tiempo para verte jugando videojuegos... quizá me compre algo para después, sería lindo jugar algo juntos... -
Era una carta corta, sin quitar el hueco en el corazón que me dejó a la par.
-Ya seguiste con tu vida... ella se ve muy buena chica...
Dahyun nos contó incluso...
¿Sería muy egoísta de mi parte pedir que terminen?
Quizá sí... se siente como miles de dagas atravesandome-
Se sentía como si mucho de la carta hubiera sido mojada y secada luego.
Poco a poco, todo aquello que creía que estaba bien, se volcó como una montaña entera, siendo la luna por encima todo lo demás.
-Sigo sin entender que hago aquí...
Aunque quiero darte las gracias, incluso por este único medio, Dahyun está más feliz y tranquila ahora-
Las fechas seguían siendo exactas.
-Verte una vez más, tan de cerca... quizá por eso estaba tan tonta.
Aunque es muy obvio que todo cambio, tu actitud lo dice todo...
Si algún día, quizá en el futuro... pienso regañarte todos los días por como obvias tu reposo.
Aunque sea muy egoísta porque no pude siquiera verte en recuperación...
También pude comprobar muy de cerca que ya no tienes tú mismo rostro.
Yo más que cualquier otra persona prefiero el otro.
También aprendí mucho viéndote trabajar, pese a que me quedé dormida un par de veces. -
Pasados esos momentos, las cartas fueron simplemente actualizaciones sobre lo que hacía Tzuyu en casa, cosas que veía, en general, cosas.
Hasta que pasé a una diferente, y viendo la fecha, cuadraba con las premiaciones.
-Aún no has vuelto... al menos no te darás mucha cuenta del tiempo que no he venido.
¿Cómo puedes confundirme tanto en una sola noche?
Eres injusto... malo, muy malo.
Quizá aparente menos, pero ese día, escucharte, verte...
¿Era para mi?
Sigo sin entender porqué hago preguntas que no responderás. -
Había casi mes y medio de intervalo en esa.
-Creo que esta vez si que quieres seguir con tu vida, no te culpo, es un lindo auto al menos- Era una carta corta, pero parecía estar igual que con las otras, mojada y luego seca.
-Esta vez me tocaba a mí...
Espero que te hayas confundido tanto como yo contigo-
Viendo la fecha, era de la época donde recién estábamos con su canción.
-Creo que ya no tengo que dejar más cartas, intentaré decirte todo en persona ahora... o al menos con acciones-
Era la última carta, siendo de cuando aquel beso.
Me dejé caer en la cama, respirando profundo e inhalando.
-Perfecto, seguiste mis órdenes- Escuché a quizá dos metros. Esa fatídica y ahora horrenda voz.
- ¿Estás odiandome ahora a mi? - Preguntó. -Si- Solté sin ánimos. -Yo no te obligué a nada de aquello, solo a revelarlo- Respondió.
Saqué mi celular, importandome menos que nada y lanzándolo a su dirección.
-No deberías de ponerte así conmigo- Escuché ahora desde la dirección contraria.
-Acabas de arruinar mi vida, déjame solo ya- Quería simplemente morir, quizá eso sería lo que haría una vez desapareciera.
- ¿Por qué quieres morir? - Preguntó. - ¿No es obvio? - me enderecé. -La vida no tiene sentido si no está ella, y no estará más- No podía siquiera llorar ya.
-Precisamente por eso, eres de mis seres humanos favoritos, tienes el mundo a tus pies y quieres dejarlo solo por una persona- Incisó.
- ¿Puedes irte o simplemente matarme? - Empecé a entrar en cólera, olvidando qué es lo que tenía enfrente. -Cuidado con lo que pides- Sentí su mano por mi cuello, quemando, pero sin siquiera inmutarme.
-Podemos hacer un mejor trato- Su mano dejó de quemar.
-Esta vez todo claro y directo, la mitad de tus años de vida actuales y te daré la posiblidad de enmendar todo- Propuso.
- ¿Cuánto es exactamente- Pregunté, realmente interesado en venderle casi mi alma al demonio.
-Unos treinta años, solo vivirás hasta los cincuenta- Aclaró. -Acepto- Dije sin rodeos.
Sorprendiendolo una vez más. - ¿Hay algo que no harías por esa chica? - Preguntó riendo mucho.
-Creo que ya conoces esa respuesta- Dije más serio que nunca en la vida.
-Te la dejaré ver por última vez antes de mandarte al pasado, y esta será la única vez que podrás verla desde este punto- Explicó.
Sentí una paz de repente, volteé y estaba una vez más, en el horizonte infinito.
-No puedo creer que le vendieras tantos años a él- Escuché a mi espalda, siendo una voz muy joven.
Era mi mamá, aunque con quizá siete años. - ¿Tenía otra opción? - Pregunté realmente mal. -Bueno, es cierto, decir no siempre te fué complicado aunque quisieras hacer ver lo contrario- Se sentó.
Yo igual. -Una vida sin mi familia no tiene sentido... ya he hecho todo lo que quería en la música- expresé. -Lo sé, sigo viéndote, aunque ahora puedo ayudar incluso menos de que llegaba a hacer, te estás alejando mucho de aquí- Explicó.
-Él dijo que sería la última vez que vendría aquí hasta que fuera mi final, quizá solo sea temporal, volveré- Intenté quitarle peso al asunto.
Empezó a acercarse. -Yo solo espero que pueda seguirte viendo desde aquí- Se sentó a mi lado.
-Te daría algunos consejos para que todo sea mejor con ella... - Tomó mi mano. -Pero ambos son el uno para el otro, me cuesta decir esto, pero no tengo nada más que decirte, oficialmente me ganaste- Sentí un suspiro.
-Te veo en oficialmente casi treinta años, no sé dónde estaré o cómo me vea, pero nos volveremos a ver- Apretó más mi mano.
A la par, sentí como mi pecho era atravesado. Al ver aquello, era la mano de él. -Hora de volver- Cuando sacó su mano, desperté, dando un salto en la cama.
Me levanté, corriendo a ver qué fecha era, y era justo el día que todo cambió.
Tenía que pensar muy bien qué haría, y lo tenía planeado ya.
Cambiaría lo menos posible, no le haría el mismo daño que me hice antes.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro