Capítulo ciento dieciocho
Palabras
— ¡¿Estás bien?! — Corrió Soobin colocándose a un lado de mi, estando agachado para verme más a la cara.
—Estoy bien… — Coloqué mis ambos brazos cortando cualquier vista y a la vez intentando controlar las lágrimas. —Estoy bien— Repetí, aunque incesantemente lloraba.
Poco a poco los demás fueron acercándose a mi rescate, tal como los viejos tiempos.
Eso sí, nadie más los propios chicos y mi manager que también se incorporó a la plantilla de BigHit sabían el porqué de esas lágrimas, por lo que muy fácilmente quedé en la mente de las personas ajenas a nosotros como un loco, aunque eso probablemente no estaría tan alejado de la actual realidad.
Siendo yo la persona que se mudó de su propia casa y le tiene fobia a siquiera pasar por allí en auto.
Y tal cual el tiempo iba pasando, quizá las heridas empezaban a cicatrizar, lento pero seguro. O esa era la mentira que me decía mientras evitaba verla por todos lados.
Pero esto era Corea, ellas estaban en pleno regreso y JYP el dinero que no utiliza en cuidados legales de sus artistas lo utiliza en publicidad de TWICE y mia.
Por suerte, no nos cruzamos físicamente en escenarios, el problema era otro, una presente.
ISAAC's, donde justamente reúnen a todos los grupos del pop coreano, al que no asistí el año pasado por ser solista, pero que por estar ligado a un grupo actualmente si estaría.
—No se que odio más, la humedad de lo que queda del verano, que por suerte ya acabó, o la mezcla de humedad con el otoño— Dije de la nada sintiendo un frío por mis huesos.
—Pensé que dirías que odias estar al la— Lo callé con la mano. —Yeonjun— Lo regañó el líder. Le quité la mano de la boca, aunque le puse una cara de quererlo matar. Se acercó a mi oreja. —Lo siento, pensé que dirías que odias estar a un lado de Tzuyu— Terminó de susurrar.
—No hay nada que pueda hacer— Le respondí, sabiendo que alguien me estaba escuchando, aunque no sabía quién exactamente.
Me levanté, con ganas de ir a buscar una botella de agua. — ¿Quién me acompaña? — Pregunté a los chicos, pero quién me respondió fué alguien de otro grupo. — ¡Yo! — Exclamó Sana. — ¿No crees que no sea prudente? — Le respondí, cosa que Jihyo siguió diciendo, pero igual se levantó.
—No pasa nada, soy extranjera— Esas fueron sus palabras para excusarse. Sin más, empecé a caminar y ella se puso a mi ritmo.
— ¿Cómo han estado? — Le pregunté para no aburrimos en el camino. —Últimamente… muy bien— Respondió. —No sabía que volverían a los escenarios, me sorprendieron aquel día— Saqué lo que tenía en mente. —Terminanos por grabar un videoclip para una de las canciones del álbum, según nos dijeron, al haberte ido todo el mundo se volvió loco y nos volvimos un poco más vistas—
—No me fuí… — La miré un poco preocupado por el tono que había puesto. —Quizá me tome un descanso… ya sabes todo lo que pasó— Llegamos al lugar donde nos suministraban agua, tomamos varias para cada grupo. —En fin… — Dije volviendo a la ruta de antes.
— ¿Quieres saber cómo está ella, ¿No? — Sacó de mi mente las palabras que quería decir. —Si… —
—No sé si quieras oírlo— Respondió ella intrigandome aún más y sintiendo un hueco en el medio de mi. —Mientras no me digas que ya tiene a alguien más, todo estará bien— Espeté intentando creerme eso.
—Está como si nada hubiera pasado… de hecho… está más feliz ahora— Me miró y dijo esas palabras, que al menos me aliviaron, pero no dejaron de ser un hacha cayendo sobre mi, solo que, en vez de partirme a la mitad, solo me cortó un brazo, hay distintos tipos de dolor para estas cosas.
—Al menos me alegra saber que no fuí un problema para ustedes y su estabilidad— Me despedí de ella y volví con mi grupo.
—Mientras no estabas nos dejaron esto— Me pasó un papel Kai.
"Opciones de actividades" era el encabezado.
Leí varias actividades y deportes hasta ver el último, voleibol.
—Vamos a jugar voleibol— Dije sin más poniendo el papel en el piso.
—Ya habíamos elegido que tenis— Me respondió el líder imponiendo.
—Creo que no me entendiste, vamos a jugar voleibol— Le respondí desafiando. —Creo que tampoco me entendiste, votamos por tenis— Respondió siguiéndome el juego, asustando a todos los demás menos Yeonjun, el ya sabía.
Asumiendo el juego, empecé a poner caras tiernas y así fué como los convencí de jugar voleibol y a la vez humillarme aún más con Twice, los demás idols, el público presente y el país porque estaba siendo televisado en vivo y justo me enfocaron.
Si algún día establecieran el puesto de quién se ha humillado más en televisión nacional coreana, por mucho ganaría yo, ni siquiera teniendo nacionalidad.
—Bien, las reglas son que hay dos sets de quince puntos, anotan si el balón cae en la zona del rival o si el rival lo toca y cae fuera— El árbitro empezó a contar lo complicado de lo de las rotaciones y luego de eso nos acomodamos, teniendo yo el saque y quedando detrás.
El árbitro sonó el silbato y yo lancé la pelota, aunque demasiado alto, por lo que entré en pánico y me eché para detrás, y luego de rogarle una vez más, aunque perdiendo un punto, contra los chicos atléticos de ATEEZ, me dieron una oportunidad más.
Esta vez me coloqué unos metros aún más atrás, lancé el balón muy arriba, pero perfecto para el saque que haría, y así fué como salté y anoté tan rápido que todos quedaron congelados.
— ¿Por qué creen que insistí tanto en jugar voleibol? — Les pregunté luego de que voltearan a mirarme.
Y tal como seguía el juego, volví a sacar, pero esta vez me quedé quieto, lancé el balón sin hacerlo rodar y lo golpeé con la palma, y recién cruzó la malla cayó, anotando otro punto más sin esfuerzo.
Y así fué como anoté los primeros quince puntos por mí mismo.
Para el segundo set, nos rotaron dejándome delante, y además ellos hacían el saque.
Parecían muy felices hasta que Soobin me dió el pase y rematé tan rápido que ni lograron saltar tan rápido.
El siguiente punto fué el más largo antes de hacerlo, ya que sacamos nosotros, ellos recibieron mal y nosotros nos colocamos, pero a Soobin le falló la mano y mando muy lejos el balón, por lo que no le dí, pero no iba a dejarlos anotar un punto, recién caí salí corriendo y apenas y si seguía la sombra, salté y di una voltereta pero elevé el balón.
El problema es que la voltereta fué buena para el balón, no para mí, yo rodé un poco y caí. Al levantarme me di cuenta de que casi choco con Jihyo. — ¡Lo siento! — Le grité mientras empezaba a correr una vez más.
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