Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo ciento cincuenta y ocho


Hogar, dulce hogar



— ¿Qué tenía que hacer hoy? — Me pregunté a mi mismo, ya que lo había olvidado.

Revise mi celular y al ver que apenas eran las ocho de la mañana, me hice de desayunar.

Justo al sentarme a desayunar en la mesa de la sala principal, con la vidriera dando vista al centro, recordé justo lo que había planeado.

— ¿Seis meses ya? — Me pregunté a mi mismo, una vez más. Me sentía más solo que de costumbre. —Supongo que iré a limpiar dos veces por año, no creo que esté tan sucio si no hay nadie— Seguí desayunando.

Al justo terminar, revisé la hora, pero por alguna razón el reloj de la sala principal, que es de manecillas, parecía no tener baterías ya.

Lo deje así simplemente, lo arreglaría después.

Fuí a mi estudio momentáneamente para organizar unas ciertas cosas y luego por fin irme.

Encendí la torre de mi ordenador, como era costumbre, aunque salió de costumbre el hecho de que pudiera escuchar aún más los ventiladores, los pocos y silenciosos que son, ya que desde hacía mucho le había colocado refrigeración líquida.

Como bien me había servido antes, le pegué un golpetazo, pero siguió igual, di por sentado que era hora de hacerle mantenimiento en general.

Además de cambiar procesador y tarjeta gráfica.

Finalmente, había terminado mis labores de productor que a diario me obligo a hacer, y pedí el taxi, pero justo en ese momento, mi manager entró a mi departamento.

—Adivino, tienes que ir a algún lado y justo estabas pidiendo un taxi— Adivinó instantáneamente. Asentí sin más, no había nada más que decir.

—Así que vas a hacer limpieza en tu anterior casa, ¿No? — Preguntó, poniendo en marcha el motor. —La compré y todo, muy cara además, pero en todos estos meses caóticos no he ido para nada— Respondí, recostandome y poniendo mi cabeza pegada al cristal.

Todo se veía tan radiante ese día, poca contaminación, cielo despejado, aunque tomaría ese día para encerrarme y no verlo, un poco desperdicio, aunque casi nunca veía al sol, sea por no salir, o las nubes.

— ¿No necesitas ayuda? — Preguntó con desinterés. —La verdad, no— Miré hacía la ciudad una vez más. —Llevo mi laptop, aunque parezca raro, cuando limpio se me ocurren muchas cosas para producir, y para que eso pase bien, necesito estar solo— Respondí.

— ¿Estás seguro? — Sentí como me miró. —Se muy bien qué no has ido por el caos de tu vida, si no por tu trauma— Quité mi vista del vidrio y la puse en ella. —Tengo que enfrentar a mis demonios algún día— Bajé la cabeza entendiendo muy bien todo. —Se mucho de la música, pero por saber tanto de ella es que desconozco tanto de la vida en general, más que todo en esta cosa que es el amor… — Suspiré. —Necesito ser fuerte otra vez… — Miré una vez más por el vidrio.

—Sufrí demasiado, amé demasiado, ese departamento nuevo solo se siente vacío y frío, tiene espacio, si, pero no es lo mismo— Revelé.

—Pese a que Tzuyu me destruyó completamente, ella misma fué la que me hizo sentir en un hogar otra vez— Solté.

—Y ella misma es la que hizo que te traumaras al punto de no querer regresar allí hasta ahora— Me recordó. —Lo sé, realmente lo sé, pero es mi hogar, no puedo imaginarme otro lugar en el mundo donde me sienta tan cómodo, al menos, el departamento no me llena ni un cuarto como lo hacía chocarme con las puertas y bajar la cabeza al ir al baño porque si no me golpe— Agregué.

—Siempre pensé que los ricos eran raros, pero tú llegas a niveles astronómicos— Soltó sin saber que más decir.

Unos minutos después llegamos, yéndose ella al instante de despedirnos.

Abrí el portón grande, costandome un poco por mi vaga condición física en comparación a de unos meses.

Al cerrarlas a mi paso, entré, caminé unos cuantos pasos y Coloqué la misma contraseña que tenía la puerta, abriéndose.

Encendí las luces, encontrándome algunas telarañas y polvo únicamente, por suerte no habían plagas a simple vista.

Me aseguraba muy fuertemente de que no estuvieran, eso deja haberlo hecho por tanto tiempo.

Empecé por la sala, busqué unos paños de tela y agua y empecé a limpiar todo.

Coloqué música de mientras, así hacía más ameno todo, aunque no dejaba de recordar cosas bonitas y feas con cada centímetro que limpiaba.

Siempre hacia analogías con eso de hacer canciones tristes en tonalidades mayores… eso de lo agridulce, pero hoy día, solo tengo una sensación agridulce enteramente.

Los malos recuerdos están peleando con los buenos, pese a ser mayoría estos últimos.

Una media hora y había acabado enteramente con el salón.

Proseguí con mi habitación, estando muy desordenada, como era costumbre en mi vida, preferís tener todo en orden, menos mi habitación.

Seis horas después estaba exhausto, aunque tenía material para mínimo dos álbumes más por lo mínimo.

Y una casa limpia también.

Mientras terminaba de guardar todas las cosas que había compuesto en ese rato, sentí cómo alguien colocaba el código en la puerta.

— ¿Justo vienes a buscarme ya? — Pregunté, dando por seguro que era mi manager.

Sentí como se abrió la puerta, pero ninguna respuesta.

Me asomé un poco. Solo habían cuatro personas en la faz de la tierra que sabían ese código.

Mi manager, EunWoo, Tzuyu y mi persona.

Y ahora estábamos bajo el mismo techo la persona que me hizo no regresar hacía tanto a ese lugar y yo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro