Capítulo 15
25 de agosto de 2020
Prince Sten
Acomodo la cabeza en mi asiento del avión, mientras visualizo la pantalla del televisor. Ya estoy de vuelta y el viaje de negocios me ha servido de mucha ayuda para pensar en todo con respecto a la inquilina que tengo en mi casa.
Miro el asiento de al lado, ella pudo haber estado allí pero no lo hizo, ni siquiera contestó mis llamadas. Y aunque quisera culparme, se que no es mi culpa pero tampoco la de ella. Fue su decisión y debo de aceptarla, como también debo de aceptar la decisión que tomé.
Respiro.
La aeromoza trae la cerveza que hacía un rato le había pedido, le agradezco y la llevo a mis labios para tomarla de una sola.
Lo necesitaba.
—Ya es tiempo de olvidarla Sten. — me dije a mi mismo.
No en voz baja, pero tampoco lo grité a los cuatro vientos. Simplemente a un nivel en el que yo mismo me diera a entender que debía de hacerle caso a mis pensamientos de una buena vez.
~
Camino en dirección a la salida para tomar el auto que me esperaba fuera del aeropuerto. Helms se encontraba recostado al vehículo con una gran sonrisa dibujada en su rostro mientras tiraba el cartel que contenía mi nombre.
—¿Un buen vieje Señor? — pregunta. Asiento con la cabeza y le indico al chofer que arranque. —Ella ha estado muy bien. — dijo como si nada y le miré.
—Lo sé. Siempre supe que no le afectaría que me fuera por unos días. Pero si no te es molestia, no quiero saber nada más del asunto.
Entendió con mi tono de voz que hablaba en serio. Weeler se había adueñado de mis pensamientos todo aquel fin de semana, y ahora me pregunto ¿Para qué?
Subo a mi habitación, eran las 6:00 de la mañana por lo que cierro la puerta, pero antes pido que me hagan un desayuno ya que moría del hambre.
Desempaco el equipaje, lo tiro todo sobre la cama y veo la tarjeta que está junto al obsequio dentro de la jaba.
—¿Que significa esto ahora? — Analizo el paquete y lo tiró a una esquina de la habitación.
<<¿Qué pasa si ella es alguien que ahora no quiero cerca de mi?>>
—Buenas. — escuché seguido de dos toques en la puerta y un chirrido de que ésta se abría.
Weeler salió del otro lado con mi bandeja de desayuno y una sonrisa entre dientes.
—Aquí te manda Helms. — dijo extendiendo la bandeja. —Sentí unos ruidos extraños y me informó que ya habías regresado, por lo que bajé y quise hacerte llegar esto. Llevo todos estos días sin reconsiliar el sueño — se acercó a mi dejando la bandeja en una esquina de la cama y me miró mientras contenía su emoción.
No sabía si correr a mis brazos, o darme un fuerte abrazo. Por lo que solo se quedo estática en su lugar.
<<No caigas de nuevo Sten.>>
—Necesito terminar un papeleo importante. Si no tienes nada más que hacer o decir ponte a dormir que aún es temprano. — tomé una de mis camisas mientras con la otra mano la acomodaba en el perchero.
Weeler no se había tomado de la mejor forma mi comentario y esa era la idea. Sacarla de mi habitación para mi propio bien, y si eso implicaba tratarla mal, no dudaría en hacerlo ni un segundos.
—Vale. — dijo con la voz algo rota para tomar la puerta y cerrarla. Pero, antes de eso dijo algo más. —Aunque antes de irme quiero que sepas que te extrañé y que me dolió demasiado que te fueras sin mi. Pero bueno, la culpa fue mía por dejarte escapar. — cerró de un tirón la puerta y el dolor en mi pecho se volvió a sentir, pero ésta vez mucho peor.
<<¿Me encontraba deprimido por alguna casualidad del destino?>>
No lo sé.
Pero si tenía una cosa en mente.
Ya la había dejado ir, o al menos ese era mi objetivo.
Tomé la taza de café y una tostada. Apoyé mi trasero en el suelo y recosté la espalda en la cama. Me mataba que me había quedado sin decirle nada, sin darle una respuesta.
Dejé caer mi cuerpo en el frío suelo del cuarto. Mi espalda desnuda se encogió al hacer contacto y cerré mis ojos. El jean apretaba así que me decise de él también.
En mis pensamientos solo quedaba la sensación de que ella no me necesitaba. Quería decirme a mí mismo que no tenía razón, pero Weeler no era mía y nunca lo sería.
Por eso era hora de dejarla libre, apagar todos esos tontos sentimientos que una vez llegué a sentir por ella, ya sea en el pasado o en el presente.
<<Weeler no debía de importarme más.>> Esa era mi única prioridad hasta que se fuera de mi vida por completo.
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