23 de agosto de 2020

Colin Bancroft

Ella estaba allí, hermosa como siempre. Recostada en la puerta de detrás de la barra, me miró y sonrió para caminar en mi dirección.

–Por un momento pensé que no vendrías hoy. — dije mientras me ponía de pie para recibirla. Ella dio un beso en mi mejilla y se sentó de inmediato. –Párate. — le ordené. —Hoy haremos algo diferente. ¿Qué te parece si salimos a dar un paseo por la ciudad? — me miró desentendida, llevé mi mano a la suya y la tomé para que se pusiera de pie, de inmediato comencé a caminar hacia el auto que se encontraba parqueado a lo lejos, luego de pasar la puerta de salida.

Conduje hacia la colina. Allí se podía observar la ciudad y parquee el auto para salir, ella hizo el mismo gesto por lo que nos subimos al capote mientras observabamos el paisaje.

–Toma. — dije mientras sacaba un cigarrillo y se lo entregaba. —Se que no fumas, pero puedo ver que te sientes mal. Enciéndemelo al menos, puede que te relaje — ella asintió.

Sabía que no se arrepentiría ya que aunque fuese uno de los vicios más mortales no se podía negar que te relajaba demasiado.

–Es adictivo. — dijo tratando de darle otra calada pero se la negué. En ese momento me arrepentí de haberle dicho tal estupidez.

–¿Ya te sientes mejor? — pregunté y asintió. Di una calada larga al cigarrillo para poner un pie en el suelo y cargarla por su cintura para ayudar a bajarla. Antes de meterme al auto voté el cigarro y le sonreí. —Ahora si podrás divertirte.

De camino a la ciudad comenzamos a charlar, la música que se escuchaba del auto se encontraba baja. Podía sentir que la chica cada vez se dejaba llevar más y eso me hacía sentir bien.

–¿Que te gustaría hacer? — apreté el volante mientras quizás pensaba su respuesta. —Por un momento pensé llevarte a una disco pero acabamos de salir de una, no la mejor pero algo así. No quiero volver a meterte en un lugar como ese. — ambos reímos por el tonto comentario que había hecho y fue entonces, que entre risas me respondió.

—Nunca he ido a la feria. ¿Abren en la noche?

–En la noche es cuando son mas divertidas. — apreté el acelerador y conduje hacia la feria más cercana de ese pueblo.

Parquee el auto y caminamos en dirección a la taquilla de tickets para comprar los boletos. Justo antes de poner un pie dentro del lugar la chica tomó mi mano y caminó así hasta una casa de miedo. Según ella quería ponerse a prueba.

Mientras Arnie de valiente se adentraba al oscuro hoyo, observaba casa detalle del lugar, dando un paso hacia detrás al asustarme con un tenebroso payaso.

–Colin. — grito la chica. Estaba muy por detrás de ella, y no podía negar que era bastante aterrador el lugar por dentro.

–Colin.

Volvió a gritar. Ésta vez algo desesperada y corrí a donde los gritos. De por medio me salieron unos cuántos muñecos acompañados de una música terrorífica y respiré profundo para no tener que gritar también. La chica se encontraba agachada en una esquina, la observar  porque el foco estaba encima de ella alumbrándola. Sus brazos abrazaban sus rodillas mientras temblaba en el lugar. Quité mi chaleco y cubrí sus hombros, estaba haciendo algo de frialdad.

–Tranquila. — traté de sonar lo más tranquilizante posible. —Ya estoy aquí. — dije y una vez que sus ojos miel se cruzaron con los míos, saltó a mis brazos y me abrazó con tal fuerza que podía sentir que mi cuerpo también temblaba.

–Soy demasiado miedosa, Colin. Ya quiero salir de aquí. — dijo y por un momento quise reír, pero no lo hice. Ella se sentía demasiado mal como para reírme de sus miedos.

Se separó de mí rompiendo el contacto y tomó mi mano nuevamente, pero ésta entrelazó nuestros dedos para no perderse de mi lado.

–Sabes... Me encanta la forma en la que gritas mi nombre.

Bajó su vista al suelo, sus mejillas se tornaron de carmesí y sonreí al verla así. Era una niña pequeña ante mis ojos.

11:59 p.m

Montamos en casi todas las atracciones, y al tiempo transcurrido con bastante vergüenza me hizo saber que tenía hambre, por lo que compré unos palillos con carne.

Nos dirigimos a sentamos cerca del muelle, al final del puente dejando que nuestros pies cayeran a dónde el mar no alcanzaba.

–Dame la palma de tu mano. — hice referencia y así lo hizo. Saqué del bolsillo delantero una pequeña cajita color rosa que miró con curiosidad para verme a los ojos. 

–¿Qué es? — preguntó para entregársela, por lo que la abrió sonriente sacando una cadena con un pequeño dije. —¿Qué significa el corazón a la mitad? — lo levantó en el aire sin quitarle la mirada.

Se lo arrebaté con cordura de sus manos y pedí que levantara su cabello para colgarselo del cuello.

–Un corazón a la mitad es un ser infeliz. Arnie, pronto te llevaré conmigo. La otra mitad del corazón está en tu nuevo hogar. Solo necesito tiempo.

Arnie Weeler

Flashback 1:00 a.m.

La luna desde lo alto de la rueda de la feria se veía más cerca que nunca. Todo era diferente cuando Colin estaba a mi lado. Todo era mágico. Especial de una u otra forma.

–¿Sabes porque Prince te trajo a la casa? O ¿El por qué estas en el local? — dijo él.

Negué con la cabeza mientras le sonreía a la luna. Colin paso su mano por mi muslo, lo a acarició un poco y bajé la mirada para que consigo levantara su toque.

En algún momento de mi estacia si me había puesto a pensar en esos pequeños o tal vez, simples detalles. Nunca encontraba manera de iniciar una conversación con Sten para hacer tales preguntas, por lo que las dudas aún se mantenían en mi cabeza.

–El local siempre ha ofertado vírgenes. Chicas sin experiencias que los hombres compran a su beneficio. No te confudas,  Arnie, yo no te quiero comprar. Más bien te quiero sacar de ese lugar antes de que alguien más quiera abusar de ti. Soy diferente, te darás cuenta de eso.

–Eres diferente en que sentido. ¿Qué es lo que quieres en verdad de mi? ¿Qué es lo que quiere Sten? 

–Mira. — Tomó mis manos.

Por un momento traté de zafarme desu agarre pero sus ojos verdes me suplicaron que no lo hiciera. Qué necesitaba de ese tacto.

—Sé que tus padres te gritaban y trataban mal. Se que ellos no te querían y tú también lo sabes. Sufrías mucho en esa casa a la que llamabas hogar. — tragué duro al escuchar trajes confesiones verdaderas. —Un día pase allí, sentí unos gritos y no dudé en pararme para ver que pasaba. A los pocos segundos subiste al tejado, estabas llorando y me partió el alma verte así, de esa manera aunque no siquiera te conociera. Me acerqué, quise reprocharle a tus padres que te estaban haciendo daño pues sentí como te golpeaban, Arnie. Ellos divagaban de la enfermedad de tu madre y de lo poco útil que les eras en su vida. — hizo una pausa. La historia le afectaba tanto a él contarla como para mi escucharla pero en ningún momento se detuvo. — Ellos querían vender tus órganos al mercado negro y en ese momento toqué fuertemente la puerta. Les confesé que había escuchado su plan y que estaba dispuesto a pagar todo el dinero necesario para que no te vendieran a esos hombres de negro, por lo que los puse en contacto con Sten para que te vendiesen a él. Prince cuida de ti, pero yo te sacaré de allí. Solo si tu quieres salir de allí conmigo.

Fin del flashback

24 de agosto de 2020
4:30 a.m

Dejé caer mi cuerpo en la cama. El celular que me había dejado Sten no dejaba de sonar pero no tenía ganas de hablar con nadie. Estaba dolida por dentro. Tantas verdades en un solo día. Tantos sentimientos en tan solo un momento.

¿Algun día me quisieron esas personas a las que llamé padres una vez?

¿Sería feliz si me iba con Colin o si me quedaba con Sten?

Mis pensamientos dejaron de apoderarse de mi cerebro una vez quede dormida. Era lo mejor.