Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 10

16 de agosto de 2020



Prince Sten

La cocina se encontraba en un total desorden, mi delantal cada segundo que pasaba se encontraba más sucio y era inevitable no reír ante no que sucedía.

El pollo se estaba hirviendo en la olla por alrededor de 20 minutos ya, por lo que en poco tiempo debía de sacralo para freirlo.

Con cuidado piqué la lechuga junto al tomate, los vertí en cazuelas diferentes y los coloqué encima de la mesa. Helms se había encargado de colocarle un mantel blanco a ésta, y en su medio un búcaro con flores.

Miro el reloj que cuelga al lado del refrigerador, el cual marcaba las 11:30 a.m. y, le había avisado a Weeler que bajara a las 12:00. No se imaginaba que le estaba preparado el almuerzo, no pensé nunca hacerlo pero desperté con ese pequeño fetiche de hacerlo, y sí o sí quería cumplirlo.

El arroz ya se encontraba sobre la mesa, Helms me había ayudado mucho y, aunque le pedí que me dejase hacerlo solo no accedió a mi mandamiento. Puso los cubiertos junto a los vasos, y justo antes de que se quemara el pollo me indicó que lo bajase.

Sonrío mientras miro nuevamente el reloj, solo faltan 10 minutos. Quité el delantal, lavé mis manos y caminé hacia el jardín para hacer tiempo. Helms se encargaría de los detalles faltantes.

~

-Algunos días me sorprendes demasiado, Señor Sten.

Giré mi cabeza hacia la chica, se encontraba caminando hacia mi observando el suelo. Su vestido era mesido ligeramente con el viento al igual que su pelo corto. Se sentó a mi lado, ambos miramos la fuente que se estaba en frente y mantuvimos silencio.

No podía dejar de mirarla, pareciese que Helms le había dicho que se arreglase y pintó un poco su rostro con algo de sombra, muy ligero. Sus ojos miel no paraban de observarme y sus pies eran mesidos en el aire por pura inercia.

-Te quedarás conmigo. - extendí mi mano para tomar la suya. -Digo... Para almorzar.

-A veces eres tan extraño. - dijo entre una pequeña risa. -Pero me gusta. - hizo una pausa. Dejó de mirarme y comenzó a observar las nubes.

-Ahora no se si te agrado o me quieres muerto como hace varias semanas. - me acerqué a ella. Tenía encima suyo una escencia a colonia muy exquisita, por lo que olí su cabello.

Esencia de fresas.

-Aléjate. - me empujó con sutileza. Sus mejillas se tornaron rosas y sonreí.

-Hueles muy bien. - le confesé. -Vamos. - Me puse de pie, tomé su mano y comencé a caminar hasta que llegamos dentro de la casa.

Indiqué que se acercara a la mesa para arrastrar su silla havia detrás, donde esperé a que se sentara e hice la misma acción con mi asiento.

-Sabes tu cara se me hace familiar.

No contestó. Se encontraba devorando su almuerzo por lo que solo sonreí.

-¿Te gustaría vivir aquí?

-Ya lo hago. - levantó su entrecejo tomando mi pregunta como alho absurdo y sin sentido.

-Hablo para siempre. Junto a mi.

-No ha existido un para siempre y además, ¿Para que quieres que me quede contigo?

-No lo sé. - me encogí de hombros. -Solo dije lo primero que se me vino a la mente.

-Tu mente esta algo confusa. - negó con su cabeza. -¿Te puedo hacer una pregunta? -asentí, ella tomó un gran bocado de aire y se dispuso a hablar. -¿Cual es el verdadero objetivo de que me hallas comprado? O sea, no hago absolutamente nada en esta casa, las demás chicas no se ni donde viven y yo lo hago aquí, contigo. En el local mis trabajos son absurdos comparados con los de las otras y, además, no estoy con ningún cliente. - hizo una pausa. -¿Por que la diferencia de las otras chicas con respecto a mi?

-Es complicado.

-Correré el riesgo.

-Tus padres nos contactaron. Tu madre estaba muy enferma, tenía cáncer y podía morir. Necesitaban un dinero para pagar la operación, podía salir bien o mal. Alguien contactó con ellos, y yo fui quien te buscó. El local de las Strippers es mío, pero si no te puedo negar que eres diferente. Él no quiere que estés con nadie, tampoco quiere que trabajes como Stripper. Las veces que estuviste en el escenario fue porque él quería verte, así de simple. Ya no trabajarás más. Podrás ir, de hecho, irás todas las noches pero no ha ejercer servicio.

-¿Quién es él y para que tendré que seguir hiendo en vano?

-Si te dije todo esto es porque me lo pidió. Ya sabrás quién es. Él mismo te lo dirá.

-¿Sabes que? Se me quitó el apetito.

Puso sus manos sobre la mesa y arrastró la silla hasta atrás. Se paró y subió las escaleras corriendo. Pude visualizar sus ojos a último instante y estaba completamente destrozada.

Aún ella no sabía todo lo que había pasado con su familia, y aunque temía que debía decirle no quería ser yo quien se lo contara.

~

Acostado en mi cama miraba hacia el techo. El aire daba directo en mi cara y Weeler estaba sentada en la esquina observandome.

-¿Hiciste la cena para decirme todo eso verdad? -se cruzó de brazos.

Había algo en la forma en que me miraba, me hacía sentir miserable. Cada pequeña mentira me hace sentir mariposas por dentro.

-No exactamente, te recuerdo que quien preguntó fuiste tú. Aunque no he de negarte que no quiero continuar más con el asunto.

-Peleas tan sucio Sten. - me levanté.

Opté la misma posición de ella y tomé sus manos. Weeler me arrebató el agarre y solo me quedó mirar nuevamente al techo.

-¿Salió con vida? - preguntó.

Sabía a que se refería y un nudo en mi garganta se hizo presente.

-No. Tu padre está en prisión. - su cuerpo comenzó a temblar y su pecho se inflaba a cda segundo.

Llevó ambas manos a su rostro y un llanto se hizo presente en la habitación.

-Ven. - tomé su brazo acercándola a mi pecho.

Era como quitarle un dulce a un bebé. Estaba delicada, triste. Su rostro cayó en mi lado derecho mientras rodeaba mi cintura con sus brazos, abrazándome mientras trataba de consolarla.

-Tu amor se siente, tan dulce. - musitó contra mi piel.

Mi mano comenzó a acariciar su cabello, dejando caer mi cuerpo sobre la cama para que ella hiciese el mismo gesto.

Ambos nos encontrábamos acostados mientras su rostro daba con el mío. Sus ojos ya se encontraban hinchados y los cerró. Quizás solo trató de encontrar paz.

Puso sus manos sobre mi, las dejó caer en mi cabello y comenzó a acariciarlo. Deseaba que nunca jamás lo soltara. Que su tacto fuese eterno y en un abrir y cerrar de ojos paró.

La observé.

Estaba totalmente dormida sobre mi pecho.

Sonreí.

-Un corazón con dientes y una mirada llena de misterios.

Acomodé su cabeza sobre la almohada sobrante de mi cama. Tapé con una colcha su erizado cuerpo y coloqué de lado mientras acariciaba su rostro.

Algunos días esta chica era lo mejor de mi vida.

Su cuerpo se movió, su rostro volvió a caer en mi pecho y no traté de ésta vez acomodarla. Corrí su cabello hacia atrás y observé su rostro. Contenía varias pecas casi invisibles por el contorno de su nariz y un poco en sus mejillas.

-Como quisiera que te alejaras de mi, Weeler.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro